𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓸𝓷𝓬𝓮.
[ Flashback ]
21 de agosto de 2013.
Ese era el primer año en el nuevo colegio de Taehyung. Cuando ingresó y comenzaron a molestarlo creyó que sería como sus colegios pasados, humillado y burlado por todos.
Había sido transferido de más de cuatro colegios por la misma situación y no era porque fuera malo o se lo buscara, al contrario, él era un excelente alumno.
Se reflejaba en su boleta de calificaciones.
Pero el desánimo que le causaba, la depresión que sentía por las burlas y los golpes, le hacían daño a su vida emocional.
SunHwa, la madre de Taehyung. Siempre preferiría la salud emocional de su hijo. Sabía que no podía cambiar el carácter de Taehyung, por más que le rogase que no se dejara humillar, sabía que su hijo no seguiría el consejo. Taehyung no era como ellos, él siempre había sido distinto al resto.
Los gustos de Taehyung no eran como los de otros chicos, desde niño, siempre prefirió jugar con niñas a la fiesta de té o a las muñecas.
Nunca le gustó jugar futbol o pelear a la guerra como los otros niños. Nunca le gustaba ensuciar la ropita que su madre siempre limpiaba con aquel jabón de vainilla que tanto le gustaba.
Taehyung se dio cuenta a los 13 años que tenía un interés por los chicos cuando le empezó a gustar su mejor amigo.
No es que hasta ese tiempo se haya dado cuenta de ello... Es solo que hasta ese momento lo admitió. Y cuando se lo confesó, nunca imaginó que sería un gran problema, y si antes ya lo humillaban, desde ahí fue peor.
Ya llevaba casi un mes de haber ingresado al Colegio C. Judtzy.
Y como había dicho, al principio pareció ser como sus colegios pasados, pero desde que había llegado de su viaje un chico de ojos llamado Jeon Jungkook, habían dejado de molestarlo.
Porque ese chico lindo lo había defendido.
Y era popular.
Y era un chico malo.
Y tenía linda sonrisa.
Y eso causaba que el corazón de Taehyung se acelerará.
Taehyung se dio cuenta que Jungkook era muy distinto a él en muchos aspectos. Como en la forma de caminar, hablar o actuar.
Taehyung se sentía aún más pequeño cuando recordaba que él estaba en segundo de secundaria y Jungkook ya estaba en la preparatoria.
Jungkook era demasiado masculino en su totalidad. Cada vez que caminaba por el pasillo se podía sentir esa colonia varonil que a Taehyung le había empezado a gustar.
Cuando el menor olía su ropa, sentía el olor a vainilla y dulce de leche. Siempre le gustó usar fragancias dulces, y por secreto de él y de su madre, le gustaban las fragancias femeninas.
El menor quería calmar sus sentimientos hacia el mayor porque no quería volver a ilusionarse otra vez y que se burlaran de nuevo de él.
Pero Jungkook lo confundía, hacía acelerar su corazón cuando lo trataba de una manera distinta al resto.
Siempre le daba su puesto en clase de biología (la cual compartían juntos porque Taehyung era un cerebrito), si es que no quitaba a alguien de su lado para que Taehyung se sentase junto a él.
O el hecho de que Jungkook siempre le daba un guiño cuando descubría que el menor lo miraba, eso causaba en él un tremendo rubor en sus mejillas. Incluso el mayor llegaba en el momento exacto cuando querían golpearlo, siempre saltaba a defenderlo y le decía que le gustaba protegerlo.
"-Solo quiero que te sientas protegido. Siento que tengo que protegerte, me gusta eso"
Fueron las palabras del pelinegro, cuando luego de ello depositó un corto beso en su frente.
Protegido.
Eso sonaba muy bonito e incluso se sentía bonito.
Que lindo es sentirse protegido.
Tampoco olvidaría aquella vez en que estaba llorando en el baño porque habían arruinado su coronita de flores, Jungkook justamente entró al baño y su sonrisa se quitó cuando notó que él estaba llorando. El menor era un poco sensible en cualquier cosa que le hiciesen, así que cuando Jungkook lo abrazó, no solo sintió maripositas en su estómago, también lloró mas fuerte por la tristeza de su corona.
Jungkook le compró un jugo de manzana y lo llevó a su próxima clase.
Lo siguiente que supo fue que Jungkook estaba en detención y que los mismos chicos que habían roto su corona de flores, ahora estaban en enfermería.
Taehyung acomodó el gorrito de su cabello y sorbió de su chocolate caliente.
Su corazón comenzó a latir fuertemente cuando sintió unos fuertes brazos rodear su pequeña cintura.
El aliento cálido en su cuello del pelinegro a sus espaldas, le hizo cosquillas.
—¿Tienes frío, cariño?
Cariño.
Últimamente Jungkook lo había estado llamando así y él no protestaba nada porque le gustaba ese apodo. Jungkook le doblaba la estatura y siempre recostaba su mentón en su cabellera de Taehyung. También le gustaban esos "aww" que soltaban algunas chicas del colegio cuando miraban ese momento.
Taehyung había estado escuchando rumores de que Jungkook gustaba de él.
No es que él quiera ilusionarse, pero esa idea le gustaría demasiado. Jungkook no le había comentado nada de ello al respecto, pero él creía que serían obvias sus actitudes, demostrándole a Taehyung con hechos de que estaba interesado en él.
Jungkook ya se había encargado de dejar muy en claro a algunas chicas y chicos que Taehyung ya estaba apartado.
Con las chicas fue un poco complicado...
Pero con los chicos, unas simples amenazas habían bastado para que dejaran de fijarse en él.
Jungkook a veces se sorprendía de la inocencia que el menor poseía. Era época de invierno y todos se cubrían de grandes abrigos para protegerse del aire, Taehyung era uno de ellos.
Utilizaba un suéter corinto con muñequitos en él, a Jungkook le parecía adorable, pero le gustó más cuando le regaló una de sus sudaderas y Taehyung empezó a usarla todos los días.
Le quedaba enorme, las mangas de ésta siempre le quedaban volando.
A Taehyung le había encantado porque olía a Jungkook. A un fuerte Jungkook.
Taehyung estaba sonrojado enormemente cuando Jungkook se sentó en el césped, recostándose en el tronco de un árbol, logrando que Taehyung se sentase en su regazo.
El menor escondió su rostro en el cuello del mayor, quería controlar su rubor y el pulso de su corazón, pero el olor esquicito que desprendía la piel del mayor era embriagante y eso lo único que causaba era descontrolarlo aun más.
~~
Taehyung había estado rechazando las invitaciones de Jungkook para una cita.
Cada vez que Jungkook intentaba proponerle una salida éste siempre decía "no, no y no."
Eso volvía loca la mente de Jungkook y siempre golpeaba su cabeza contra el casillero cuando escuchaba la respuesta negativa de Taehyung.
Él no lo entendía, él siempre era atento con él, trataba de cuidarlo y mimarlo, y sabía que a Taehyung le gustaba eso. Pero no lograba comprender la razón de sus rechazos.
Taehyung tenía una teoría:
"Si en verdad siente algo por mí, esperará."
Y eso estaba pasando en efecto, porque los rechazos no iban a cambiar la mente de Jungkook, siempre buscaba al menor y en alguno que otro momento le robaba un beso.
Taehyung siempre se ponía histérico de ello, ya que siempre le decía que había que esperar.
Pero Jungkook no podía esperar mas, los labios del menor eran tan delicados y suaves, no podría resistirse a ellos. Y su sabor... A Jungkook lo volvía loco. Aunque Taehyung no se quedaría atrás, por más que dijera "no besos", cuando el pelinegro lo besaba él siempre lo atraía mas a él.
Porque Jungkook si que besaba bien.
Demasiado.
~~
La madre de Taehyung había estado notando en su hijo una felicidad enorme en la cual nunca le había visto. Nunca le había visto sonreír tanto, ni escuchado soltar suspiros esperanzados.
Algo estaba pasando.
La comunicación entre Sunhwa y su hijo era maravillosa, así que ella no decidió alarmarse porque su hijo no le contase algún momento conmovedor de su vida. Sabía que Taehyung esperaría el momento adecuado.
Aunque Jiyoon ya le había contado sobre un chico llamado Jungkook que estaba interesado en su hijo, ella lo sabía ya que estaba en la misma clase con el chico.
En efecto, Taehyung le contó a su madre sobre el chico. Pero a Sunhwa no le había agradado mucho la idea de que el tal Jungkook fuese muy mayor, él ya iba por los 17 y su pequeño estaba en los 14.
No quería que nadie se aprovechara de él.
Pero Taehyung confiaba en Jungkook.
Oh, es necesario decir que el menor le dice Kookie como un apodo cariñoso.
Esto surgió cuando un día el pelinegro lo aprisionó contra la pared del pasillo y le empezó a dar cortos besos.
Taehyung no podía contener la risa y lo único que lograba decir eran las primeras letras de su nombre.
Jungkook se apartó con una sonrisa. —¿Kookie? ¿Ahora me llamo Kookie?
Taehyung se maravilló de los brillantes ojos que tenía cerca de él. —Sí. Ahora eres Kookie.
Taehyung no se dio cuenta de ello, pero mordió sensualmente su labio inferior mientras ambas miradas se unían. Oh, Jungkook no se perdió ese momento, su boca se secó ante ese acto tan provocativo y el deseo de querer besarlo lo invadió de nuevo.
No se quedó con el deseo, lo besó.
Por otro lado, Jungkook también estaba jodido.
Jodido por estar enamorado de un niño.
Porque eso en verdad, Taehyung seguía siendo un niño. Un niño muy tierno y lindo que proclamaba como suyo.
Oh Jungkook jamás había estado tan encantado con alguien, de hecho, era la primera vez que se sentía de esa manera. Tan débil y manejable por una persona tan adorable como el pequeño.
Jungkook había dejado de vivir con sus padres hacía años, debido a problemas que se dieron en el pasado, así que vivía con sus tíos en Seul.
Ellos habían notado un cambio de Jungkook, un cambio muy bueno. Aunque siempre seguía causando problemas, últimamente no había dejado de sonreír.
Cuando Jungkook visitaba a sus padres éstos notaron también el cambio.
Principalmente su padre.
Jungkook, cada inicio de semana, siempre mandaba un ramo de rosas a casa de Taehyung.
Incluso habían días que el mismo se las daba.
Tampoco dejaba por alto lo mucho que su pequeño amaba los chocolates, así que siempre le compraba. Muchos. Demasiados.
Y su parte favorita eran los besos de
agradecimiento
que él siempre le daba.
~~
Han pasado dos años ya.
Jungkook tuvo que esperar un año para que Taehyung le aceptase una cita. Pero no importaba, había valido la pena.
Hasta ese entonces nada había cambiado.
Todo seguía en su ritmo habitual e incluso mejoraba y aunque a veces hubiesen bajones en su relación, ninguno de los dos dejaba que ésta se derrumbara.
Jungkook seguía consintiendo a su pequeño niño de ahora 16 años, y Taehyung siempre seguía brindando exceso de cariño a su grandote universitario.
Jungkook había logrado en Taehyung un carácter más seguro y dinámico.
Taehyung había logrado en Jungkook una especie de amabilidad. Claro, esto solo funcionaba cuando él estaba cerca, ya que era el único que lograba calmarlo.
Jungkook a veces se sentía asustado de lo que Taehyung podía hacer en él.
Ya que, podía ser fuerte, pero Taehyung lo volvía débil. Y la idea de perderle, sería lo peor que pudiera pasarle.
Ji Hyuk quizás nunca comprendería la fortaleza de un amor que se fortalece.
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