𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 𝓭𝓲𝓮𝓬𝓲𝓼𝓮𝓲𝓼.

Hay veinte cosas que debes saber.

1. Cuando una persona te dice "no te acerques a mi novio" es porque no tienes que acercarte.

2. Cuando una persona tiene novio no debes quitárselo.

3. Todo seguía en su rumbo habitual aparentemente.

4. Quizás el destino no había entregado una buena jugada para Jungkook esta vez.

5. Hoseok ya había dejado de rogar por la vida de Jihyuk.

6. Jungkook había estado de un humor de mil demonios, debido a que había tenido una mala semana.

7. Taehyung trataba de ser lo mas lindo del mundo con Jungkook, pero ya nada de eso servía.

8. El hecho de que Jungkook no quisiera saber de Taehyung, hacía que el menor se sintiera deprimido.

9. Su tristeza había resultado beneficiosa para Jihyuk.

10. Jungkook había tenido una fuerte discusión con TaeHyung por culpa de un error.
Y esta vez, el mayor no es el causante de ello.

11. Park Ámbar  no había parado de enviarle mensajes comprometedores a Jungkook.

12. Hoseok fue el causante de que Ambar consiguiera el número del mayor.

13. JiMin estaba como testigo de las constantes lágrimas de TaeHyung.

14. Jungkook no había mandado rosas a casa del menor esta semana.

15. El mayor no sabía la mierda que pasaba en su cabeza. Quizás estaba atormentado de los enjuiciamientos de JiHyuk.

16. Byung-Hee estaba observando a distancia la mala situación que estaba tornando esta historia.

17. Byung-Hee había entendido que, el único obsesivo no solo era Jungkook.

18. JiHyuk es un idiota.

19. La relación necesitaba una fuente de reconocimiento y cambio de la cual solo Jungkook tendría que comprender.
Esperen, ¿dije relación?

20. El problema no es ser posesivo, el problema es que si lo eres, es porque no confías en ti mismo.

Pero hay otra cosa por añadidura que tienen que saber.
21. Quizás todo esto esto sea culpa de JIhyuk.

Jungkook golpeó para el infierno la bolsa de box que colgaba del techo.
Sus nudillos estaban rojos y dolían, pues era obvio, no portaba los guantes y ni siquiera se había puesto unas bandas en las manos.

Ni siquiera pensó en ello cuando observó el saco esperando a ser golpeado por él.
 
Maldijo unas cuantas veces para luego seguir golpeando.

Estaba del todo seguro que la universidad ya había cerrado, y éste día, al igual que el resto de la semana, no había pasado por Taehyung para que se fuesen juntos a su casa.

La única manera de que pudo quedarse solo fue escondiéndose en unos armarios de conserjes abandonados.

Taehyung había tenido que caminar solo hacia su casa, intentó llamar a Jungkook pero éste solo evadía sus llamadas. El menor trataba de mentalizarse cosas como quizás este ocupado, tal vez no escuchó el celular;
pero era inútil, él sabía perfectamente que Jungkook lo estaba ignorando.

El pelinegro cada vez golpeaba mas fuerte el saco que yacía frente a él.
Casi queriendo destrozar este con cada golpe que daba. Con cada golpe de cólera y dolor.

La lluvia comienza a caer y un carro se posiciona al lado del menor, bajando el vidrio del co-piloto y ver a un castaño acercándose a la ventana.

—Taehyung, ¿Te llevo?.— pregunta Jihyuk.

El menor le sonríe tiernamente, aún así no tiene los ánimos suficientes como para ponerse a discutir. Así que solamente asiente e ingresa al auto, sin importar que esté empapado.


Los nudillos de Jungkook están tensos, su frente está estilando sudor y su remera blanca se ha vuelto transparente del calor que impregna su cuerpo. Está empapado y no es por la lluvia.

Jungkook está furioso.

La razón solo la conoce Taehyung, Jihyuk y Jungkook.  Y quizás unos extras mas.

—Deja de golpear ese saco, vas a lastimarte.— llama una voz femenina a sus espaldas.
 
No es necesario voltearse a verla, sabe quién es. Reconoce esa voz por sobre las demás.

Por orden Jungkook deja de golpear y respira pesadamente.

Jungkook está observando el saco, que ahora deja de ser café y contiene algunas manchas de sangre. Observa sus nudillos y efectivamente están sangrando.

El sonido de los tacones altos se escuchan acercándose a él, siendo abrazado por detrás por aquella esbelta figura femenina.

El no protesta por ello, solo suelta un suspiro.

—¿Estás tenso?.— susurra ella en su oído, descendiendo mientras delinea con la yema de sus dedos sus musculosos brazos.

Jungkook quiere decir que no, pero aquello es mentira. Su mente no ha estado en todos los sentidos esta semana y su humor había sido del asco al igual que su corazón.

Ámbar se deleita con el trabajado torso del pelinegro, maravillada por lo duro que es éste y sorprendiéndose porque Jungkook no la detiene.

Sin embargo, ella disfruta aquello.

Y con todo el descaro que alguien como ella puede tener, empieza a jugar suavemente con el lóbulo del chico. Lamiendo y mordisqueando de éste.

Mientras tanto, durante todo el camino, Taehyung no se digna a hablarle a Jihyuk.

Solo observa hacia el paisaje de la ventana mientras unas lágrimas silenciosas se deslizan por sus
mejillas.

Jihyuk está apretando el volante con tanta fuerza que sus nudillos se han tornado blancos.

Se siente idiota, estúpido e inmerecedor.

Cuando cruza hacia la derecha y estaciona frente a la casa del menor, ninguno de los dos se digna en hablar.

Jihyuk está viendo hacia el frente, a un punto fijo como si estuviese aturdido.

No encuentra las palabras exactas para decir al menor.

—Esto es mi culpa. —Es lo único que dice, y luego de unos segundos Taehyung rompe en llanto.

Pero eso no es lo peor.

Ámbar solo quiere hallar la forma de seducir a Jungkook.

—¿Qué te tiene tan preocupado, guapo?.— su voz es tan suave y sensual.

El pelinegro no parece oponerse ante su toque, ni siquiera cuando siente como su mano ingresa debajo de su camisa para tocar por completo su piel.

—Quizás no lo entiendas.— Por fin habla Jungkook, su voz es tan ronca que no se entiende el porqué. Pero de lo que él está seguro, es que el tacto de Ámbar no está causándole nada.

Ni siquiera las mínimas sensaciones que el tacto de Taehyung puede causar.

Taehyung.
Su maldito niño e inocente Taehyung.
Jungkook sonríe con sarcasmo.
¿Inocente?
¿Cómo pudo llegar a pensar eso alguna vez?

La mente de Jungkook se pone cegada, al igual que su cordura y su consciencia.

Se gira hacia la chica, para quedar justo frente a frente con ella; observando cada uno de sus detalles físicos.

Ésta sonríe coqueta, con victoria y autosuficiencia. Espera que por fin, Jungkook se rinda hacia ella.

Jungkook, tú tampoco hagas algo estúpido.

Incluso el mismo Jihyuk ruega por ello.

Varias semanas antes...

Todo inició aquella mañana de lunes en la que Taehyung disfruta de aquellas suaves caricias que Jungkook hace en su entrada.

Rozando sus dedos mojados sobre la vulnerabilidad de él.

Taehyung se arquea y suelta un gemido cuando éstos entran en él, llenándolo.

Jungkook besa con delicadeza su abdomen, haciéndolo gozar de maravilla por sus besos y sus dedos. Taehyung vuelve a gemir, pero esta vez es mucho mas agudo, provocando un toque eléctrico en el miembro de su novio.

Lo que el menor no sabe es que está sumido en un sueño mojado.

Jungkook se haya despierto a su lado; con su cabeza recostada en su mano y observando como el menor se retuerce en las sábanas.

Jungkook está sonriendo, no solo por ver a su novio teniendo un sueño húmedo, sino porque éste no ha dejado de decir su nombre.

Mmm Kookie.— gime Taehyung.

Jungkook se encuentra maravillado y reconoce que su niño, a sus 16 años, está en la etapa de sueños húmedos.

Aunque la mayoría de chicos sueña con rubias o sus maestras de literatura.

Pero ese no es el caso de chicos gay, no es el caso de Taehyung. Quién está soñado como Jungkook lo hace suyo.

Eso deleita al pelinegro.
 
El problema es que en sus bóxers se ha formado un gran bulto.
Taehyung se ve tan excitante gimiendo.

Por suerte, -agradeciendo a Dios- que sus tíos se han ido a Busan a visitar a sus padres. Jungkook no puede ir por los estúpidos entrenos, por lo cual se queda a cargo de la casa hasta el miércoles por la noche, que es el día en que sus tíos regresan. Por lo tanto, había invitado a Taehyung para que se quedase con él a dormir.

No habían hecho nada ayer, solo ver películas y darse millones de besos que a Jungkook se le hicieron difíciles no subir de tono.

Pero Jungkook esperaba, siempre esperaba que Taehyung le autorizara para ir a mas con él.

Taehyung se despierta de pronto, sorprendido de sí mismo por aquel sueño.

En el momento en que se gira, observa a Jungkook mirándolo con una sonrisa cómplice en su rostro, diciéndole en ella que ha presenciado todo. Taehyung se ruboriza al instante y toma las sábanas para cubrirse completo y así no ver a Jungkook.

El pelinegro se ríe pero no deja de parecerle adorable. Toma las sábanas y se adentra en ellas, siguiendo el juego del menor.

—Hey bebé, no te ocultes. —le dice, pero Taehyung está cubriendo su rostro con sus manos.—
Oh cielo, no te sonrojes.

Jungkook trata de apartar sus manos pero el menor no se lo permite, está tan sonrojado que no quiere que el mayor lo mire.

—Vamos, Taehyung. Soy tu novio, no tienes que sentirte así. — sigue diciendo Jungkook, acariciando su cintura en un toque suave para que éste se calme. Entonces lentamente aparta sus manos de su rostro, haciendo contacto visual con Jungkoo.— Buenos días, nene.

Las mejillas del menor duelen.
—¿Has visto todo?

—Hasta deseaba entrar a tu sueño. —sonríe—. Te ves tan adorable.

—Oh, Jungkook. Me siento tan niño de sexto grado. — el  menor intenta volver a cubrirse pero Jungkook lo evita. Al pelinegro le gusta verlo así, lo hace ver demasiado tierno.

—Claro que no. —calma él.— Cariño, es normal que esta etapa te suceda. Eres un niño bello. —Jungkook se acerca para abrazarlo y mimarlo con sus besos.— Eres mi hermoso niño de 16.

Taehyung se ríe cuando Jungkook sube hacia él para hacerle cosquillas. El mayor sabe que es un cosquilludo y que su debilidad es hacerlo reír.
Taehyung ruega para que el pelinegro se detenga, pero es imposible que él logre decir algo.

Jungkook hace un movimiento involuntario que se asimila a una embestida, rozando el miembro sensible de Taehyung en su abdomen, provocando que aquella risa se vea cesada por un gemido.

—Ups. —sonríe el mayor. Taehyung vuelve a sonrojarse y esta vez Jungkook susurra sobre sus labios, haciendo que el corazón del menor lata con fuerza.— Porque no me dices lo que has soñado...

—No lo veo necesario. —contesta inaudible.

—¿Por qué?

Los labios de Jungkook están tan cercanos, tan listos para ser besados por él.

-—Hazlo. —ruega.— Hazme lo que creías hacer en mis sueños.

Jungkook sonríe y sin desesperación logra besar los labios de Taehyung, que lo reciben gustosos al igual que sus brazos que rodean su cuello.

Los labios del menor son tan suaves y finos que el pelinegro cree que merecen la mejor reverencia posible. Se apodera de ellos con ternura y paciencia, pero a medida que el beso se profundiza, la pasión comienza a apoderarse de ellos y el calor en sus cuerpos se eleva.

Jungkook desciende a su cuello y Taehyung ladea éste para que el mayor pueda tener mas acceso a él.
Jungkook podría besar su piel todo el día y jamás se aburriría de lo bien que huele ésta y de lo delicada que es. El aroma del menor es tan embriagante, tan adictiva para su gusto.

Taehyung muerde su labio, pues los besos de Jungkook han descendido hasta su pecho, rozando con su lengua la punta de sus pezones y provocándole escalofríos. Sus manos tientan su cuerpo, paseándose por las piernas suaves y finas de él, que las separa y logra alzarlas para tener la cercanía de su miembro palpitante en su rostro.

Jungkook sonríe y da un recorrido por el abdomen del menor, éste mantiene sus ojos cerrados retorciéndose con suspiros y respiraciones pesadas. Jungkook le hace sentir tanto, no solo sensaciones infinitas de puro placer, sino sentimientos que están a flor de piel, que son unidos con el hecho de sentirse amado.

Jungkook ama que Taehyung se sienta así, al igual que ama la manera en la que el menor se entrega hacia él. Taehyung sabe como hacerlo perder la cabeza, lo sabe muy a la perfección.

Jungkook haya un obstáculo en la piel ardiente de Taehyung, él bóxer que éste porta parece ser una obstrucción para las maravillas que Jungkook quiere hacer en él.

Taehyung se arquea, sintiendo la respiración de Jungkook sobre su miembro.
 
Por otro lado, Jihyuk no ha dejado de golpear el pie contra el suelo nerviosamente.

Observa el reloj de su muñeca, que marcan las 9:37 am ¿Donde estará Jungkook?

Hace media hora debió de comenzar el entreno pero no habían siquiera sombras de Jungkook.

Hoseok y Namjoon llegan trotando hacia el castaño.

—¿Aún no sabes nada? —pregunta Hoseok, quién está sorbiendo de su malteada de uva.

—¿No se supone que ustedes son sus amigos para saberlo? —pregunta incrédulo.

—jungkook es impredecible, muñeco Ken.— dice Namjoon, quién se entretiene viendo a la distancia a las animadoras.

—¿Ken? ¿Muñeco?
Namjoon lo mira.

—Si, ya sabes, como el muñeco de barbie.

Hoseok trata de contener la risa mientras que Jihyuk rueda los ojos.
Justo en ese momento llega Joon Hee hacia ellos.

—¿Quién dice eso tan estúpido?

Hoseok habla. —Jungkook. Es gracioso cuando lo dice. Tú sabes... Por tu cabello y tu sonrisa colgate.

El castaño se pone molesto y encara a los tres gigantes -que no por mucho son mas altos- que están frente a él.

—No soy un muñeco de barbie. Eso ni siquiera es gracioso, es estúpido.
¿Qué acaso no se ríen de Jungkook por parecer un surfista bronceado?

Nadie se ríe ante ello, solo permanecen callados observándolo.
Namjoon lo ignora y se dirige hacia Hoseok.

Joon Hee hace un puchero.

—Creo que Ken se está burlando de Jungkook.

—¿Por qué Jungkook siendo surfista y reírse todos?

Hoseok lo apunta con su malteada.
Jihyuk quiere salir huyendo.
Siente que su plática es demasiado estúpida.

—Ya cálmense, ¿Si? Ustedes no entienden nada.

Ellos siguen ignorándolo.

—Creo que nos está diciendo estúpidos.— comenta Hoseok.

—Su cara me enferma. —Namjoon toma la malteada de Hoseok, arrebatandosela de la boca y destapa el vaso para tirarle todo el líquido a la cara de Jihyuk.

El castaño se sorprende y empieza a estornudar porque un poco de ella ha entrado a su nariz.

Joon Hee empieza a reírse y luego sale corriendo hacia una mariposa que vuela por el campo.

Namjoon y Hoseok empiezan a caminar como si nada, y Hoseok ni siquiera parece protestar de porqué éste le ha quitado la malteada.

—Ese chico es demasiado tierno.— dice Namjoon mientras ambos observan a Joon Hee.

—Sí, es tierno.

Jihyuk está maldiciendolos en voz baja y por primera vez en su vida está deseando no haber tenido el cabello.

Pero Jungkook y Taehyung parecen demasiado ocupados esta mañana como para ir desde temprano al colegio. O en el caso de Jungkook, a entreno.

Jungkook introduce un dedo en la entrada de Taehyung, quién enreda sus manos en las sábanas mientras suelta un suspiro.

El pelinegro no pierde tiempo y distrae el ardor que siente su novio con unos besos húmedos en el glande de su miembro.

Su dedo se mueve a un compás increíble junto a su lengua, como si éstos estuviesen en un mismo vaivén placentero.

La sensación es increíble, pero lo es aún más cuando Jungkook introduce un segundo dedo en él.

—Ahh...

Oh, aquella melodía hermosa ha empezado a salir de los labios del menor.

Jungkook ama esa melodía.

Los labios de Taehyung saben a metal, que proviene de la sangre que han salido de estos al morderlos para evitar sus gemidos.

Pero evitarlos le es imposible.

—Oh Jungkook...

El pelinegro mueve sus dedos, abriendo estos en forma de tijeras para llegar justo a donde él deseaba. La próstata de Taehyung, o como se le dice también, su punto débil.
El pelinegro alza la pelvis y Jungkook captura por completo el pene del menor.

Ah, Taehyung si que se siente desfallecer.

Su cabello se ha desordenado por la almohada y sus dedos están jalando su cabello.

Jungkook, al observar esa escena, si que le parece caliente.

Taehyung es un mar de gemidos y siente que ya no puede resistir más. Jungkook se ha encargado de hacer realidad aquel sueño, e incluso se siente mucho mejor de como lo había soñado.

Pero Jungkook tiene otros planes, -y como siempre- es llegar al borde del límite a su novio. Por lo tanto introduce tres dedos en él y aumenta la velocidad de su lengua y éstos.

Taehyung observa la escena bajó de él y luego tira su cabeza hacia atrás gozando de puro y completo placer.

—Kookie... yo...  ya no... — y apenas logra articular aquello y siente el clímax venir hacia él.

Suelta un último gemido y se corre; sintiéndose aliviado y tratando de equilibrar su respiración.

Jungkook traga aquel semen amargo que ha salido de su novio, limpiando todo el largo de su pene sin dejar ningún rastro sucio en él.

Cuando hubo terminado aleja su rostro y retira sus dedos de la entrada de su novio.

Quién suelta un suspiro agotador.
Jungkook sube de nuevo para quedar frente a frente con el rostro del menor.

Quién está sudado y con las mejillas sonrojadas para el infierno.

—Nos hemos... Nos hemos retrasado un poco, ¿no? —logra decir Taehyung—. Digo, ya es tarde. El colegio ya ha iniciado.

El pelinegro deposita un beso en su frente.
 
—Lo siento, no quiero hacerte perder tu reputación.

Taehyung sonríe, porque el mayor siempre se preocupa por sus estudios a pesar de que ni él mismo se preocupe por los suyos.

Pero Jungkook siempre es atento con él y eso le encanta.

El menor comienza a jugar con el cabello de su novio. —Ha valido la pena.

Y luego de eso lo besa.

Se besan.

Y no hay nada mejor como esos momentos apasionados y llenos de amor.

Lamentablemente esos momentos no duran para siempre. Y esta semana Jungkook y Taehyung tendrían que prepararse, porque lo que viene no les será fácil.

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