❥𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑎𝑡𝑜𝑟𝑐𝑒

Jungkook se había arrepentido de haberle dicho que sí daba terapia a parejas a TaeHyung pero ya era muy tarde para decirle que no podía, eso no era para nada profesional. Y él era muy profesional, porque claro que tener fantasías con tus pacientes es muy profesional.

El castaño bufó y comenzó a alejarse de su casa, luego de cerrar la puerta de ésta con llave. Él había decidido que dejaría de pensar en el pelirrojo de forma sexual, él era su paciente por lo tanto no era para nada ético pensar en él de ese modo. Había pasado unos minutos la noche anterior pensando en que debía hacer para dejar de pensar en su paciente de cabello rojo de esa forma y llegó a una sola idea: tener sexo como le gustaría con él pero con otro chico.

Así que allí estaba él, caminando por el centro de la ciudad en busca de un sex shop donde pudiera comprar objetos para introducir en algún culo que conocería esa noche en algún club.

Luego de recorrer varias calles céntricas Jungkook decide en uno de los sex shop que vio en el camino, volviendo por él. El castaño no sabía muy bien que iba a comprar, ni que había allí precisamente en el lugar pero algo le iba a gustar o le iba a llamar la atención, seguramente. Él nunca había ido a uno de esos negocios, ya que no sintió la necesidad de tener alguno de esos juguetes que venden en ese tipo de lugares, a él siempre le iba bien el sexo normal. No es que a él pensara que no era normal el sexo con juguetes sexuales, pero solo no era lo común para él.

Al entrar al local una joven rubia se le acercó y sonriendo le habló: — Buenas tardes. ¿Buscas algo en específico?

Jungkook le sonrió de vuelta. — No, solo vengo a ver.

La chica asintió, sonriendo nuevamente, y se alejó, dejándolo que él prosiguiera por los pasillos de la gran habitación.

Jungkook pensaba que solo existían los consoladores, varios modelos de estos, claro, pero no sabía que existían tanta variedad de juguete sexuales, por lo que él no dejaba de sorprenderse mientras caminaba por los diversos pasillos que había en el lugar. Pero ninguno de estos objetos le sorprendió tanto como lo hizo el hecho de encontrarse con quien menos se quería encontrar: su paciente de cabello rojo. Éste estaba viendo muy de cerca, para el gusto del castaño, un consolador de color rosado y gran tamaño, era común, no como algunos que tenía diferentes y raras formas, lo único que tenía llamativo era un pequeño botón negro en la base de éste.

Los carnosos labios del menor se encontraban bastantes cerca del juguete (en realidad no era así pero a Jungkook le gustaba pensar que sí) y eso provocó que algo endureciera dentro de los pantalones del castaño.

—  ¿TaeHyung? — Preguntó el castaño con el ceño fruncido.

El nombrado levantó la cabeza para ver quien lo llamaba y sonrió un poco incomodo al ver que era su psicólogo. A él le contaba todo respecto a su actual relación amorosa y no le gustaba para nada que también estuviera ahí su pareja, de igual forma él se tendría que acostumbrar, le había pedido al castaño que le diera terapia en pareja.

Aunque también puede que le incomode que lo desee sexualmente más que a su novio. Solo una posibilidad.

— Hola, Jungkook.

— ¿Jungkook? ¿Él es tu psicólogo? — Murmuró el novio del pelirrojo, que se encontraba detrás de él, viendo el mismo juguete que TaeHyung.

Y fue ahí cuando Jungkook se dio cuenta que él también estaba presente y lo había estado anteriormente. Minsung sostenía a TaeHyung de la cintura y lo mantenía de ésta forma cerca de su cuerpo.

— Sí, lo soy. ¿Tú eres MinSung, supongo?

— Sí. — Le sonrió el morocho y Jungkook comenzó a reír a carcajadas, no lo podía evitar, al verlo lo único en lo que pensó fue en su pene chico y a TaeHyung molesto por ello. Taehyung no podía sentirse más incomodo o eso creía.

Cuando el novio del pelirrojo le confirmó que era él, Jungkook no pudo dejar de recordar todo lo que el menor le contaba sobre él y su pene chico.

— ¿No se supone que los psicólogos tienen que tener una buena salud mental? — Preguntó el de ojos marrones, luego de que el castaño se riera por un tiempo.

— Sí, se supone. — Le contestó el pelirojo, con un tono serio, estaba bastante molesto. No importaba lo que él le había dicho a Jungkook, él no podía reírse. Eso no era para nada profesional.

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