Akira

Si alguien me hubiera dicho hace tres años, que en el primer día de clases en la universidad conocería a mi futuro esposo, y que no sería alguno de mis compañeros, me reiría. Pero así fue, cuando mi profesor de literatura entró por la puerta del aula, entró también el amor a mi vida.

A pesar de su edad, era sumamente atractivo, y sumado a eso, tenía un carisma inigualable, además era todo un caballero, mi tipo de hombre soñado, aunque con algunos años de más. Nuestra historia fue el típico cliché de la chica que se enamora de su profesor, pero con la diferencia de que él me correspondió. Claro, después de mucha insistencia de mi parte.

Aunque eso no sucedió hasta hace un año, como aún seguía siendo su alumna, nuestra relación permaneció en las sombras, oculta de todo el mundo, no solo dentro de la escuela, sino también fuera de esta, ni siquiera nuestras familias lo sabían, no queríamos arriesgarnos a que alguien dijera algo que pudiera perjudicarnos.

Y por fin hace un mes me gradué, libre por fin de la escuela, los planes para revelar nuestra relación, comenzaron. Decirle a mis padres fue un reto, mi papá casi lo golpea y por supuesto el regaño no se hizo esperar, junto al sermón de: "Él tiene cuarenta años, podría ser tu padre" de parte de mi madre. Pero al final, aunque no lo aprobaron del todo, lo entendieron, y comprendieron que mi decisión estaba tomada, era una mujer adulta y no podían impedirme estar con él.

Ahora seguía la parte más complicada a mi parecer, él era viudo y tenía un hijo. Un joven un año mayor que yo, realmente esperaba llevarme bien con él, aunque sabía que no sería fácil aceptar que su padre se fuera a casar con alguien tan joven.

Ahora mismo estoy parada afuera del restaurante donde nos reuniremos. Estoy nerviosa, mucho más nerviosa que cuando les dije a mis padres, pero a pesar de mis nervios caminó con paso firme hacia el interior del restaurante. Ellos ya estaban aquí, sonreí cuando los ví, Seungmin se puso de pie al verme, extendiendo su mano para que yo la sostuviera.

-Cariño por fin llegas -me dijo atrayendome para besar mi mejilla -. Mi amor te presento a mi hijo -continuó diciendo mientras señalaba a su acompañante.

Nada más verlo una extraña sensación recorrió mi cuerpo, cuando nuestras miradas se cruzaron, fue solo una fracción de segundo pero juraría que ví un brillo extraño en sus pupilas marrón, antes de que una dulce y cálida sonrisa se formará en su rostro, mientras se ponía de pie.

-Mucho gusto soy Hoseok, mi padre me ha hablado mucho de tí, aunque por la forma en que te describía, tenía la sensación de que serías alguien mayor -sus palabras aunque cargadas con cierto toque de reproche, no fueron groseras o así lo sentí yo.

Era lógico que se sorprendiera por mi edad y marcada juventud al lado de su padre.

-Lo entiendo, un placer Hoseok, me llamo Akira y no sabes las ganas que tenía de conocerte-le dije mientras le ofrecía mi mano, misma que no dudo en tomar.

Después de las presentaciones nos sentamos a comer y de inmediato me sentí cómoda, Hoseok era un chico amable y dulce, que me hizo sentir que nos llevaríamos bien en un futuro, y podríamos ser buenos amigos.

No podría haber estado más equivocada.

Los siguientes dos meses pasaron volando, y pronto llegó el tan ansiado día de mi boda, aunque en realidad no fue nada elaborado, los dos acudimos al registro a firmar el acta y después fuimos a comer a un restaurante solo mis padres, Hoseok, él y yo.

Durante ese tiempo, mi relación con Hoseok, se había desarrollado de maravilla, nos llevábamos muy bien, pero había ocasiones en que sentía que había algo oculto detrás de esas tiernas sonrisas o de sus dulces gestos, algo que brillaban en sus ojos cuando los pasaba sobre mi mientras su padre no veía.

No sabía qué era exactamente pero lograba ponerme nerviosa, aunque no tardaba en descartarlo cómo simples imaginaciones mías. O así lo hacía hasta una semana después de su boda, Seungmin tuvo que salir fuera por una conferencia académica.

Estaba tomando un vaso de agua antes de acostarme cuando el sonido de pasos en la escalera atrajo mi atención. Volteó hacia la entrada, Hobi apareció enfundado en unos pantalones de chándal grises que caían sobre sus caderas, no llevaba playera y eso le permitió ver su abdomen marcado. En cuanto él la vio observarlo le sonrió, pero no de esa forma dulce y tierna de siempre, sus ojos se veían más oscuros y la sonrisa de medio lado lo hacía parecer amenazante.

-Hola Akira, ¿no puedes dormir? -me pregunto en voz baja, mientras caminaba hacia mi.

-Ho...hola Hobi, tenía sed, pero ya me iba -respondí notoriamente nerviosa, había algo en la forma en que se movía y me veía que me hacía temerle y el lo pudo notar.

Tomó mi brazo cuando pase a su lado deteniendome, sin soltarme me llevó hasta apoyarme sobre la isla de la cocina, apoyó su mano a mi costado y se inclinó hasta quedar a unos pocos centímetros de distancia de mi rostro.

-¿Por qué pareces tan asustada? ¿Me tienes miedo? ¿O te gusta lo que estás viendo? -me pregunto de forma sugerente y con un toque de burla, mientras forzaba a mi mano a tocar su abdomen.

-Hoseok no... no sé de qué hablas... suéltame -suplique ignorando el nudo de nervios en que se había convertido mi estómago.

-Por ahora Akira, por ahora -dijo en un susurró en mi oído antes de pasar su lengua por la zona, soltarme y hacerse aún lado.

Yo salí casi corriendo y me encerré en mi cuarto, mi corazón latía acelerado, las piernas me temblaban.

-¿Qué carajos fue eso? -me pregunté tratando de ignorar la humedad entre mis piernas.

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Damos inicio a esta historia que espero les guste, hace mucho que quería hacer algo con Hobi, pero lo suspendía por otros proyectos, pero el insomnio me ayudó a retomarla jejeje.

Espero que les guste, las actualizaciones serán lentas y sin un día en específico, si forman parte del mi canal de WhatsApp ahí estaré diciendo cuando actualice, y si no forman parte no duden en pedir el link.

Nos leemos bellezas...
Besitos 😘😘😘