̶F̶̶I̶̶N̶̶A̶̶L̶; 𝓱𝓮𝓪𝓻𝓫𝓻𝓸𝓴𝓮𝓷

N/a: Dedicado a ti que estás leyendo, porque tu corazón está roto, y aun así eres hermoso/a.

[...]




Así fue como el corazón de Jimin se rompió.

Valentía es lo que se necesita para ser capaz de tomar una mala decisión.

Los que toman las buenas decisiones han escogido el camino fácil. Pero en cambio Jimin tomó el más difícil laberinto sabiendo que nunca podría encontrar una salida. No era como si se pudiese juzgar las acciones del rubio, no, todos hemos tenido oportunidades distintas, y maneras de aprender distintas, haciendo que sea casi una realidad que no exista una verdad absoluta.

Jimin decidió quedarse con YoonGi.

Por supuesto, el menor no era ingenuo, él sabía muy bien lo que implicaba haberse quedado junto al mayor. Pero de alguna manera no le importaba, solo él podía ser juez en las acciones de su vida, solo él sabía lo que significaba haberse enamorado de YoonGi. Nadie en el mundo podría comprender porque las cosas más hermosas se desvanecen por su propia autoridad.

Solo Jimin sabía lo que significaba amar a YoonGi. No había aventura casual que pudiese tomar su lugar.

Solo Jimin podía amar a YoonGi de la manera que lo amaba.

El amor de Jimin hacia YoonGi funcionaba como una especie de purgatorio, donde no importaba cuantas faltas cometiese el mayor, todo sería exonerado y perdonado, haciendo posible que su amor se transportarse al cielo, haciendo que su amor por YoonGi sea inmortal, sea eterno.

Luego de aquella noche Jimin regreso al apartamento, con su corazón cosido con hilos de seda, pero latiendo con algo de fuerza, haciendo que a ratos su labios dibujasen una triste sonrisa.

Jimin volvió a aquella rutina. Donde sus pestañas descansaban sobre sus mejillas pero su corazón seguía alerta, siempre esperando por la llegada del mayor, siempre oliendo a alcohol y a tabaco. Pero siempre llegaba, tarde, pero llegaba.

Y eso era lo único que a Jimin le importaba.

Todos los días eran distintos de alguna manera. Había días más difíciles donde YoonGi amenazaba a Jimin con golpearlo, y otros como si YoonGi nunca hubiese tomado una copa para luego disculparse mientras besaba cada espacio de su cuerpo.

Jimin asistió a la boda de su mama ese año, sin YoonGi claramente. Pero el traje no tenía tela suficiente para cubrir aquellas marcas que se asomaban en su cuello, en sus mejillas irritadas, y esa sombra en su ojo que tuvo que insistirle a su mama que se había tropezado con la puerta principal la noche anterior, pero en el fondo Sooyoung sabía que su hijo mentía, pero sus ojos se cristalizarían si tocaba ese tema ese día, por lo que decidió callar, como Jimin lo hacía.

Al igual que su familia, su mejor amigo se encontraba preocupado por la enfermiza relación del pelinegro con el mayor. Pero cada vez que trataba de mencionarle algo a Jimin, el solo asentía como si no estuviese ahí realmente, sabiendo que Jungkook tenía razón, pero que no podía hacer nada al respecto.

Jimin empezó una nueva dieta.

Su corazón dolía demasiado, no podía aliviar ese dolor, por lo que decidió combatir ese dolor con otro más fuerte.

Jimin dejo de sentirse hermoso.

Observaba su reflejo en aquel cristal, pero todo era demasiado borroso, no podía ver absolutamente nada, porque él se estaba volviendo nada.

Al igual que su corazón Jimin se estaba desvaneciendo.

YoonGi estaba cada vez más cambiado, su cabello estaba largo, sus brazos estaban cubiertos de tatuajes, su aliento a tabaco, y sus manos que solían ser cálidas se habían vuelto frías.

Las amenazas del mayor dejaron de ser palabras de advertencia para convertirse en una terrible realidad.

YoonGi volvió a golpear a Jimin.

Ocurrió en víspera de navidad, mientras el pelinegro le suplicaba al mayor que se quedase esa noche en casa para la cena que llevaba dos días preparando. Esa noche YoonGi se enojó, como nunca se había enojado, y antes que Jimin pudiese cerrar sus ojos su mejillas dolían, su nariz sangraba, su abdomen se contraía, y su corazón se descocía.

Esa fue la primera noche de una rutina en la que Jimin estaría atrapado por un largo tiempo.

El pelinegro se esforzaba para ocultar aquellas marcas que luego de un tiempo dejaron de doler.

Cuando YoonGi golpeaba a Jimin el no sentía nada.

Solo cerraba los ojos esperando que todo acabase pronto.

Luego de un tiempo Jimin empezó a sentirse culpable absurdamente. El pelinegro decidió buscar ayuda para YoonGi, pero esto fue una terrible decisión. Por supuesto, Jimin quería que YoonGi mejorase, pero el mayor no quería mejorar.

YoonGi solo quería que Jimin estuviese allí como una garantía, como una promesa de estabilidad, ya que era lo único estable en su vida.
Pero Jimin estaba dejando de ser estable.

Su personalidad cambio drásticamente con el paso de los años. Pero lo único que no cambiaba era su amor por YoonGi, la vacía esperanza de que mejorara, y su corazón cayendo en pedazos poco a poco.

Claro que pasaba por su mente la idea de dejar a YoonGi, e incluso le menciono esto al mayor, que por supuesto no reaccionó de buena manera, y lo amenazó de muerte si
llegaba a dejarle.

Porque YoonGi le hacía sentir a Jimin que en el mundo no había nada más.
Jimin con el tiempo empezó a creerle. No podía ir a ninguna parte ¿Quién podría amarlo si no era YoonGi?

Jimin no quería ver a YoonGi enojado nuevamente.

Jimin pensó que todo iba a mejorar cuando la noticia de que en su pancita llevaba una vida llegó a el.

Pero lastimosamente no fue así.

YoonGi lo repudio e incluso le acuso diciéndole que no era de el, y que no quería nada que ver con niños.

El corazón de Jimin dolía.

Pero también los golpes que recibió en su pancita.

Jimin perdió al bebé.

Jimin empezó a sentir odio por el mismo. No toleraba saber que existía de alguna manera, y comenzó a pensar que realmente merecía aquellos golpes. A veces eran suaves, y otras veces eran tan duros que lo dejaban inconsciente, lo cual era mejor para el porqué cuando perdía el conocimiento las cosas pasaban aún más rápido.

Eso era lo que Jimin quería,
Que las cosas pasaran rápido.

Y que YoonGi llegara temprano.

Jimin intentó suicidarse un par de veces pero no tuvo el coraje de hacerlo. De todas maneras él ya estaba muriendo. Jimin estaba muriendo de la manera en la que muchas personas con corazón como el suyo mueren.

Jimin estaba ayudando a YoonGi. Eso es lo único que quería cumplir antes de que su corazón dejase de latir.

Dejo de comer e invirtió gran cantidad de dinero en asegurarse que lo que más amaba en el mundo pudiese ser feliz. Aun si eso significase sacrificar su propia felicidad e incluso su vida.

Jimin solo quería que YoonGi fuese feliz.

Jimin tal vez solo estaba muriendo poco a poco.

Una noche su corazón empezó a bombear de manera rápida e inconstante, mientras aquellos hilos que lo unían empezaron a desvanecerse.

El corazón de Jimin finalmente se rompió.

Jimin dejó de respirar, y

Por primera vez mientras Jimin esperaba en su sueño eterno, YoonGi llegó temprano.

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