Capítulo:14
Jimin mantenía una libreta en mano mientras iba coordinando el lugar donde debían de ir las cosas en el escenario del teatro.
No es que él formara parte del club, pero participar en actividades intercolegiales significaba punteo extra, y él obviamente no quería que su excelencia académica bajara por el suelo. No se lo permitiría, nunca.
Sonrió cuando algunos chicos pusieron en orden los sofás en el escenario, levantó su dedo pulgar hacia ellos indicándoles que todo estaba bien. Todo iba en orden, justo como a él le gustaba.
Joon Hee llegó hacia él con un chocolate caliente en su mano, el ricitos sonrió hacia Jimin cuando le tendió el vaso.
-—Hey, Joon Hee. Tú eres de mucha ayuda.-— alaga el menor devolviéndole la sonrisa.
Lo cierto es que, Jimin no sabía en qué incluír a Joon Hee para ayudar, ya que éste por ser enorme y torpe terminaba arruinando todo.
Lo único que pudo hacer para que él no se sintiese ignorado fue pedirle que fuese su asistente personal y mandarlo a traerle un chocolate.
Joon Hee se ríe tontamente. -—Joon Hee ayudar a Jimin... Joon Hee ser buen asistente.
-—Seguro. -—Jimin toma el vaso y el gigante lo mira con una especie de emoción y orgullo por creer que hizo las cosas bien, pero resultó que éste ni siquiera pesaba o estaba caliente.
Jimin al observar el recipiente se da cuenta que éste está vacío.-— Emmm.... Joon Hee ¿Qué pasó con el chocolate?
Joon Hee empieza a ponerse nervioso y comienza a tartamudear. Se mira sus grandes manos, las cuales están mojadas. —-Yo... Joon Hee hacer... Chocolate.... Caliente...
El pelinegro alza una ceja. -—¿Te lo has tomado?
Esta vez Joon Hee lo mira, hace un puchero y comienza a llorar como un niño.
-—Yo robar chocolate de Jimin... Yo sentirse mal.
El pelinegro se asusta. -—No Joon Hee, solo te estoy preguntando.
Pero es nulo, el ricitos llora más.
—-Joon Hee ser mal asistente... Joon Hee ser torpe... —-Tapa su rostro en sus manos, mientras suelta miles de lágrimas. El menor pone una mano en su espalda mientras trata de calmarlo.
—-Shh.. Shh.. —-dice suave-—. Joon Hee, eres el mejor asistente que he tenido.
El cambio repentino de su humor asusta a Jimin. -—¿Tú crees? -—le pregunta emocionado.
-—Por supuesto -—sonríe.—- Ahora, ¿Qué dices si me traes un jugo de manzana? -—él asiente-—. Pero esta vez trata de no tomártelo en el camino.
Joon Hee hace esas señas como todo un soldado.
Posando su mano en su frente con un "Si, señor" Para luego salir corriendo hacia la cafetería con grandes saltos.
Jimin sonrió.
Siguió apuntando algunas cosas en su libreta, como quiénes estaban aportando en la decoración del escenario y quiénes ensayaban sus papeles para la obra.
¿La profesora?
Seguro en el salón de maestros haciendo nada.
Pero eso no importaba, Jimin era de confiar.
Una mano sobre su hombro lo sorprende, haciéndolo girar.
Topándose con una mirada de ojos marrones y una gran sonrisa directa hacia él. -—Hola, Taehyung.
-—Hola, Jimin. -—El rubio mete las manos a sus bolsillos-—. ¿Preparando el escenario?
-—Nada mejor que tratar de ayudar.
Por cierto, llegas tarde.
El rubio se alza de hombros.
-—Lo siento, problemas para despertarse.
Jimin ladea su rostro con una sonrisa, su gesto y la pequeña corona de flores que decora su cabeza hacen verlo adorable para la vista de Taehyung. Aunque él está seguro que no solo a él le parece cautivador.
-—¿Cuál fue el desvelo? -—pregunta el pelinegro. Taehyung no resiste mas y se inclina hacia el menor para dar un toque a su pequeña nariz.
-—Pensaba en un chico lindo, tú sabes... Es un hermoso niño.
Jimin no logra entender la insinuación de sus palabras, a lo que solo arruga su naricita y asiente.
Acomoda la coronita de flores que adornan sus cabello, pues ya saben, siempre hay que verse lindo cuando quieres que una persona especial te halague. Más si esa persona tiene una inicial de "Y" en su nombre.
Taehyung no se aparta de su lado y alpelinegrol no le incomoda aquello, el día de ayer se llevaron muy bien cuando éste llegó a su casa.
Había extrañado a YoonGi, eso no lo dudaba, pero resultó que éste chico Taehyung no le insinuó, ni nada.
Claro, a la perspectiva de Jimin.
Taehyung se sentía nervioso, eso era por seguro. Su mirada se topó con la de Hyungsik, quién ayudaba a hacer colgar unas cuantas nubes.
Su amigo le sonrió.
-—Emm.. Jimin. -—empezó. De pronto su cabeza empezó a picarle por el nerviosismo. La mirada oscura del pelinegro estaba puesta en él.-—Pues... Ya sabes... Tú y yo. —-rió torpe.-— Me preguntaba si... Hoy habrá entreno del equipo y bueno... Soy el mariscal.
Jimin pone una mano en su cintura, observando con alegría al más alto.
-—¿Hoy tendrán entreno de americano?
-—Sí. -—suspira él-—. ¿Quisieras ir?
Los ojos del pelinegro se iluminan. -—¡Por supuesto!
Taehyung se sorprende de ello.
-—¿De... de verdad? -—una sonrisa se asemeja a su rostro y Jimin le devuelve el gesto.
La noticia a emocionado al menor.
-— Si, de verdad. Escuché que el equipo universitario está ayudando al del colegio para la liga que se aproxima. ¡Y YoonGi es el mariscal! Así que quiero ir a verlo jugar.
Jimin está muy emocionado cuando termina de decir esto. El mayor... Pues casi se le cae la quijada ante escuchar aquello.
Se había olvidado por completo de YoonGi, y si se hubiese recordado seguramente no habría invitado a Jimin y hubiera preferido decirle que sigan haciendo el proyecto de literatura.
Por otro lado, YoonGi estaba demasiado fastidiado por el simple hecho que Xiyeon no había dejado de enviarle bolitas de papel a su cabeza diciéndole que sus padres no estarían en casa este fin de semana y que esperaba que él llegara para poder estrenar ambos su cama.
Cuando el séptimo pedazo de papel cae sobre su cabeza, ni siquiera se digna a leerlo.
Así que dejó la nota a la vista de Hoseok, quién leía su libro de biología.
Claro, si es que a leer biología se le llamaba ver revistas porno a escondidas.
Hoseok gruñó cuando el retazo de papel cubrió los senos de una rubia canadiense.
Pero esa queja fue callada cuando leyó en susurro:
"Tú y yo en mi casa, solos.
Esta fin de semana a las ocho.
Hace tiempo no estás dentro de mi."
-—Es obvio que esto no va para mi.-—niega y arruga la hoja para dejarla junto a las demás—-.
Pero es bueno que hagas el intento por engañarme.
-—¿Por qué dices esas cosas? -—añade YoonGi—-. Por cierto, XiYeon te está viendo.
Hoseok lo ve mal.
-—Tres años, YoonGi. Tres años en los que no me dirige la mirada y muere por ti. Esta carta no va para mi.
-—Pero ya me tiene cansado de ellas.
Ha pasado toda la clase diciéndome estas cosas, como que sus padres no estarán en casa y que quiere que vaya con ella para ir a explorar su habitación.
—-Esa es una oferta muy tentadora. -—ríe Hoseok-—. Quizás de igual manera te pida explorar dentro de sus piernas.
-—Yo solo quiero seguir explorando las piernas de alguien más... —-declara moviendo sus cejas descaradamente.
Hoseok sabe de quien habla, así que le sonríe con aprobación.
No es que Shin XiYeon fuera fea, al contrario, la chica estaba mas que buena.
Tiempos atrás, YoonGi se había acostado varias veces con ella, pero XiYeon quería otras cosas que el mayor no podía y ni deseaba darle, como amor o aprecio.
Porque, ¿Cómo valorar a una persona que vive de cuántos tipos se lleva a la cama?
YoonGi no quería entrometerse de más con ella, al menos que fuese con momentos de una sola noche en lo que era más acción que comunicación, así como lo hacía con el resto.
El mayor ni siquiera quería tener una especie de compromiso con alguien, la idea de sentirse atado a una misma persona no le gustaba.
Claro, esos habían sido sus pensamientos antes de conocer al chico que lo haría sentar cabeza.
Pero quién creería que sería un bello niño totalmente opuesto a la personalidad de él y malditamente diferente a el tipo de persona que le gustaba.
Por ende el dicho; los opuestos se atraen.
Así que sin duda ese niño lindo era el indicado, pero si hablamos de XiYeon para YoonGi, ésta no le llegaba ni a los talones.
YoonGi no quería soportar a XiYeon detrás de él todo el día, así que como forma de escape necesitaba a Hoseok para que se acostase con ella.
-—¿Qué quieres, seguir viendo revistas porno o acostarte con Shin XiYeon? —- ofrece YoonGi.
Hoseok dudó unos segundos, apartando su mirada nuevamente de la revista y viendo hacia atrás. Ahí estaba con su cabello de colores, arreglando el escote de su blusa, acomodándose los pechos a una posición en la que todos pudieran verlos.
-—Que gran polvo el que tendría...
Esta vez es YoonGi quien voltea hacia atrás, topándose con la mirada parda de ella, recibiendo un beso al aire, acompañado de una descarada muestra de sus pechos.
YoonGi suelta un gruñido.
-—Toda tuya, amigo.
Hoseok ya estaba convencido. Bien, entonces si YoonGi no iba a aceptar la invitación, lo cual era obvio, Hoseok si lo aceptaría. Tomó el papel donde estaba apuntado la dirección de su casa y lo guardó en el bolsillo de su pantalón.
YoonGi dio palmaditas en su hombro. -—Eres grande, regordete.
-—Mientras tú desaproveches todo ese tipo de invitaciones, yo seré el fiel amigo para recibirlas por ti.
YoonGi casi estalla en carcajadas cuando escucha el susurro que pega Hoseok más tarde, algo como "pero ya no recogeré tu mierda que tiras por el piso para librarte."
Observa de reojo a su amigo, quien tiene una actitud relajada mientras cambia la página de su depravada revista.
YoonGi se siente agradecido de tener un amigo como Hoseok, si éste no se le hubiera enfrentado, de seguro YoonGi no tendría en quién confiar por definitiva.
Cabe mas decir que Hoseok y YoonGi se habían conocido hace unos años atrás, en la preparatoria. Aunque no fue de una grata manera.
El mayor nunca le había dirigido mas de tres palabras hasta que se dio cuenta de que Hoseok era de los muchísimos chicos que andaban atrás de Jimin.
Así que, un día, cuando observó con detalle como Hoseok le dedicaba una sonrisa pícara al menor. Esperó hasta que éste fuera al estacionamiento, para empujarlo hacia su auto y estampar su rostro contra el vidrio.
Ni siquiera el mismo Hoseok se había salvado de Min YoonGi en su vida escolar, así que, harto de ser humillado por él; se zafó del agarre del mayor y le devolvió un golpe en el estómago.
Quién imaginaría que esa sería la primera vez en la que alguien se enfrentara al mayor.
Por lo cual, YoonGi quedó maravillado y al siguiente día ya estaba caminado junto a Hoseok como si siempre hubiesen sido amigos.
Lo gracioso fue que cuando Hoseok le aclaró el porqué era amable con Jimin, le contó que solo era por los emparedados de jamón que el menor le regalaba cuando no tenía mucha hambre.
YoonGi regresó a la realidad cuando vio como Hoseok registraba su mochila, robándole uno de sus brownies que Jimin siempre compraba para él.
El mayor golpeó la palma de su amigo, haciendo caer un pedazo del pequeño pastelillo. -—¡Pero ya deja de comer, hombre!
Cuando dieron las 10:35 am, los del equipo de americano de la universidad ya iban camino al campo del Colegio C. Judtzy.
Incluyendo a YoonGi, que durante el camino venía empujando a todos hasta hacerlos caer solamente por diversión.
El mariscal del colegio ya estaba escogido, él mismo lo había hecho.
Había decidido que fuese Taehyung, no solo porque dentro de su interior sabía que el rubio jugaba bien, también porque tenía unos cuantos merecidos que darle.
Si YoonGi lo había escogido, sus
motivos tendrá.
De lejos observó al equipo del colegio calentando junto a su entrenador.
Quién éste, apenas viendo a YoonGi, casi se desmaya.
YoonGi por su parte solo se dedica a tratar de sonreírle, pero le es imposible cuando sus ojos se topan con los de Taehyung.
Maldita sea, que ganas de matarlo.
YoonGi manda a su equipo a los vestidores y él también va, los del colegio ya no tienen necesidad, pues estos ya están cambiados.
Uno de los chicos corre hacia él, Joon Hee.
-—¡YoonGi! ¡YoonGi! -— grita el rizado, mientras casi cae sobre el pasto pero logra incorporarse.
-—¡Hey, campeón! —- sonríe, mientras le da unos cuantos golpecitos al casco de éste-—.¿Listo para el entreno?
Joon Hee hace un gruñido, haciendo una muestra ridícula de Hulk. —-¡Por supuesto! Joon Hee querer jugar... Joon Hee querer universitarios nos enseñen.
-—Muy bien chico, esos cinco. —- El mayor alza su palma, topándola bruscamente contra la gigante de Joon Hee.
El mayor da media vuelta y se dirige a los vestidores. Entra de un portazo y le grita a sus compañeros.
-—Apúrense, señoritas
Que esto es un juego, y no una cita.
Sus chicos empezaron a salir cada uno del vestidor, mientras éste les daba a cada uno un golpe amistoso en su casco.
El último en salir fue Hoseok, quién se para junto a YoonGi escuchando sus indicaciones.
-—Ordenales quince vueltas por todo el campo. Yo mientras voy a cambiarme.
Hoseok asiente, pero ladea una sonrisa a su amigo. —-¿Jimin se molesta, bombón?
YoonGi golpea a Hoseok y éste suelta una carcajada antes de irse trotando hacia el campo.
YoonGi ingresa a los vestidores para cambiarse él mismo.
Aunque hay que admitirlo, Hoseok tiene razón.
A Jimin no le gustaba que YoonGi tuviera que cambiarse frente a sus compañeros, pues decía que nadie tenía que verlo a excepción de él.
Lo siento, pero así es.
YoonGi suele cumplir las órdenes de su amado.
YoonGi está apunto de ponerse la remera del equipo cuando pega un brinco al sentir unas cálidas manos abrazarlo por detrás.
Pero no se preocupa por ello, sabe quién es la única persona que puede tocarlo.
Gira su cuerpo topándose con la mirada de su pequeño novio, quién lo observa desde abajo con una sonrisa.
-—Hola, Yoonie. -—dice y el mayor sonríe.
YoonGi acuna su rostro para depositar un beso en sus labios.
—-¿Cómo está mi lindo bebé? -—aprieta sus mejillas, haciendo que Jimin al hablar no se le entienda nada. Ambos se ríen.
Jimin se aleja un poco, pero lo suficiente para que YoonGi termine de ponerse la remera y luego sentarse en la banca para acomodarse los tenis.
-—He estado bien. Escuché que tenías entreno con los del equipo del colegio y quise venir.
—-Eso es muy tierno, cariño.
-—Sí. —-sonríe—-. Como en los viejos tiempos...
YoonGi termina de acomodarse los tenis y toma la mano de Jimin para que éste pueda acercarse más a él. Esta vez el pelinegro acuna el rostro del mayor mientras observa hacia abajo, y por ende que YoonGi se encuentra sentado toma las caderas de Jimin.
-—¿Quién te lo ha dicho? -— pregunta.
—-Taehyung. -—contesta y el rostro del mayor se torna serio. El menor da un leve apretón a su mejilla—-. No hagas esa cara, yo vine aquí para verte.
-—¿Para verme? —-pregunta YoonGi, en un tono sensual y coqueto que logra alterar el corazón del menor.
-—Solo para verte. -— asegura. El menor se inclina y besa a YoonGi, quién sin dudar le recibe gustoso.
Éste juega con su cabello, desordenándolo y suelta un ronroneo cuando las manos de YoonGi bajan a su trasero para presionarlo.
Jimin da un saltito y susurra sensualmente sobre los labios de YoonGi.
—-Ay, aún me duele, Yoonie.
YoonGi suelta una risita tonta y nuevamente captura los delicados labios del menor, quién se derrite por cada beso que el mayor puede darle.
El toque de la puerta los hace separarse, a tal punto que Jimin topa su espalda contra los casilleros y empuja a YoonGi hasta que casi cae de la banca por el susto de su novio.
Es Taehyung quién está parado bajo el marco de la puerta cruzado de brazos.
—-El entrenador te llama. -—dice a YoonGi de forma brusca.
Claramente había visto lo que había pasado ahí dentro y la verdad es que no le gustó para nada-— Hola Jimin... -—sonrió. Aunque su sonrisa no llegó por completo a sus ojos.
—-Hola... —- susurró el menor, con todo el rubor impregnado en sus mejillas de la pena.
YoonGi mantenía la mandíbula apretada y se pone en pie, extendiendo su mano hacia el menor para que éste la tome. Y lo hace.
Cuando están por salir de los vestidores, el menor pasa rozandose hombro a hombro contra el de Taehyung.
Jimin se va dando saltitos hacia las bancas para poder ver el entreno.
YoonGi parece reunirse con su equipo y estos dicen algo como
"el primero que haga llorar a un estudiante se gana un almuerzo a Fridays"
Taehyung por su parte se reúne con su equipo, aletandoles a soportar el entreno de los universitarios sin importar qué tan duro sea.
El silbato suena por el campo y la primera orden de YoonGi es que todos den patadas al arco. El equipo está urgido de un pateador.
Pasados treinta y cinco minutos de entrenamiento; todos están llenos de sudor.
Incluso YoonGi, que se ha metido a ayudar a algunos estudiantes para que mejoren su resistencia y agilidad.
En ningún momento el rubio y el mayor se han encarado, lo cual es raro ya.
Incluso YoonGi, que se ha metido a ayudar a algunos estudiantes para que mejoren su resistencia y agilidad.
Pero el motivo fue de que Jimin estaba presente, y si él se daba cuenta de la rivalidad de estos preguntaría porqué.
Y ninguno quería decir el porqué.
YoonGi pasa su brazo sobre su frente para quitar el sudor, observa hacia las bancas, observando al menor, quién le envía un beso.
Esos besos si quiere atrapar YoonGi en el aire.
El mayor no resiste mas, observa a sus costados para ver si todos están lo suficientemente entretenidos y sí, lo están.
Llega trotando hacia las bancas y se apoya en el barandal, el menor le sonríe.
—-Perdone jovencito. -—inicia YoonGi.—- No sé si nos conocemos o no, pero no he podido entrenar muy bien que digamos gracias a su hermosa presencia en este campo. -—Jimin se ruboriza.—- Máxime con esas hermosas mejillas sonrojadas y esa linda corona de flores adornando su precioso cabello.
YoonGi sonríe.
Jimin tapa su rostro con sus manos para que el mayor no pueda ver lo sonrojado que está. Dos años de conocerse, un año de noviazgo, y Jimin aún no puede acostumbrarse a los halagos y coqueteos constantes de su novio.
-—¡Yoonie, basta! —-chilla-—. ¡Ya deja de hacer eso!
YoonGi sonríe. -—Quítate las manos de ese bello rostro.-— Jimin tímidamente obedece, dándole una mirada sonrojada al mayor que ama apreciar—-. Pequeño, estaba pensando que... ¿Vendrás en la noche a esa obra fea que estás preparando?
—-¡YoonGi! —-regaña el menor—-. No es fea. La obra es muy hermosa, y no, no vendré, vendremos a ver esa obra.
-—Qué? No amor, no puedes...
-—No es que quiera venir pero siento que debo.
YoonGi se inclina hacia adelante, diciéndole a su pequeño novio en un susurro.
—-¿Qué dices si envés de venir acá, vamos al cine nosotros dos?
-—¿De verdad? —-sonríe el menor, YoonGi asiente.—- ¿Y qué veremos Yoonie?
YoonGi parece pensarlo unos segundos.
-—¿Qué dices si vemos aquella película de miedo en la que los niños huérfanos hacen un pacto con Satán y luego...
Jimin se asusta. —-¡No, Yoonie! Yo no quiero ver eso. -—Se cruza de brazos. Las películas que el mayor siempre escoge son de peleas sangrientas o de terror que siempre alteran los sentidos del menor.—- Esas películas me causan mucho miedo.
YoonGi hace una seña que le indica al menor que se levante y se acerque a él. Jimin lo hace y YoonGi deposita un beso en su cabello.
—-Aquí está tú Yoonie, para protegerte. -— dice con cariñitos mientras besa juguetonamente el cuello del menor y le causa cosquillas.-— Mmm... Que linda marca esa que tienes en tu piel, bebé.
Oh no.
Ahí vienen las mejillas sonrojadas de nuevo.
Pero esta vez Jimin entra en su juego seductor.
-—Alguien me la hizo ayer por la noche... YoonGi es un descarado.
-—¿Qué más cosas te hizo?
Jimin no lo soporta mas, sus pómulos duelen.
Entierra su rostro entre el hombro ancho del mayor. -—Muchas cosas... Cosas muy hermosas.
YoonGi sonríe como un tonto.
Levanta el mentón de Jimin para poder besarlo, pero éste niega y aprieta los labios.
-—¿Qué?
-—No quiero ir a ver esa película sangrienta, hay una de romance que fue estrenada hace poco y quiero ir a verla. —-hace un puchero, que YoonGi trata de besar pero el menor se lo impide-—. Y no te daré un beso hasta que me digas que veremos mi película y no la fea que tú quieres.
-—Estoy en protesta de ello. La respuesta es no.
-—No besos....
-—Jimin... -—amenaza y el menor solo levanta sus hombros. ¿Cómo resistirse? Si su pequeño quiere una película de amor, una de amor tendrá.—- ¡Bien, perfecto!
Jimin da pequeños saltitos de emoción, llenando de besos el rostro de YoonGi aunque éste este sudado. Eso no le importa, verían la película que él deseaba.
-—¡Yoonie, Eres. El. Mejor. Novio. Del. Mundo.-— recitó. Dando cortos besos en los labios del mayor por cada palabra.
Por estos premios el mayor cumple con más ganas los pedidos de Jimin.
YoonGi siente aquella mirada de celos a una corta distancia de ellos, mira a su costado; y efectivamente ahí está Taehyung mirándolos.
Yoon sonríe y luego vuelve a ver hacia Jimin.
—-¿Repetirías lo último que has dicho, cariño? Me gustaría que todos lo escucharan.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top