Capítulo:12

Taehyung está frente a la puerta de la casa de Jimin, tiene una mano envuelta en un puño pensando si tocar o no, si tocar fuerte o suave.

Oh esperen, hay un timbre...

Taehyung se siente estúpido por ello.

Por fin se anima a tocar el botón y este suena su chirrido por la casa, justo al momento la puerta se abre; mostrando frente a él a un lindo chico de cabello negro y ojos almendrados, que adornaba ese lindo rostro con una encantadora sonrisa.

Taehyung empieza a sentir sus palmas sudar.

—Ho... Hola.

El rostro de Jimin cambia, Taehyung lo nota. Parece como si él no fuese la persona que él esperaba. El pelinegro se hace a un lado y sonríe.

—Entra.

Al dar el primer paso, Taehyung queda encantado con el exquisito olor a chocolate caliente que provenía desde la cocina.

La casa era pequeña, pero lo suficientemente acogedora y ordenada.

Jimin parece no saber que decir, no esperó que el chico llegara tan pronto.

—Creí que vendrías a las seis como acordamos.

Taehyung contesta. —Lo siento, es que... Creí que si venía temprano nos daría mas tiempo de estudiar. —Miente, porque esa no era la verdadera razón por la que lo había hecho.

Él solamente quería pasar más tiempo con el pelinegro— Que buen aroma. —cambia de tema y los ojos de Jimin se iluminan.

—¿De verdad? Estoy preparando chocolate. YoonGi fue a la repostería a comprar unos brownies, así que vendrá pronto. —sonríe el pequeño y la sonrisa del Taehyung se borra. ¿YoonGi? ¿Qué hace él aquí?

—¿Creíste que era YoonGi?—Jimin asiente— ¿Tu madre no está en casa?

—Oh no, ella trabaja hasta tarde, así que YoonGi suele acompañarme en las tardes. Ella no tiene problema en eso, ama a YoonGi.

La noticia cae como bomba para el orgullo de Taehyung. Al parecer la relación entre YoonGi y Jimin va mas allá que un simple amorío.

Era indudable decir, que escuchar aquello no le había parecido en nada.

Creyó que tendría privacidad con Jimin pero al parecer sería todo lo contrario, o al menos por el día de hoy.

Ojalá hubiera venido mas tarde...

El pelinegro pareció meditar en algo y parpadeó varias veces mirando al rubio, como si hubiese recordado algo que no le hubiera gustado.

—Oh, hablando de YoonGi.. Yo.. Lo siento por lo de aquella vez.

Taehyung no comprendió hasta dentro de un rato a lo que se refería, aquel día que había conocido a YoonGi por primera vez y le dio un chapuzón en el inodoro.

Basta, no quería recordar aquello.

—No te preocupes. —sonrió, pero no del todo convencido—. Ya lo había olvidado.

Justo en ese momento la puerta principal se abre y aparece YoonGi con una bolsa de repostería en mano.

—He traído los brownies, amor. —grita y le envía un guiño a Jimin y las mejillas del menor se sonrojan.

Taehyung traga en seco cuando sus ojos se topan con los de YoonGi. Quien lo mira sorprendido preguntandose del porqué él está aquí.

Su rostro cambia el semblante y ahora parece quererlo partir en pedazos.

Ambas miradas se mezclan entre el asombro y el odio. Los músculos de YoonGi se ponen tensos y su mandíbula se aprieta junto con sus puños.

Jimin ni siquiera siente la tensión.

Se acerca despacio hacia YoonGi y lentamente le quita la bolsa de su mano.

YoonGi lo mira y el menor le dedica una mirada cálida y de tranquilidad, ajeno al momento incómodo que había acompañado al hogar.
 
Es obvio que, Jimin no sabe el odio que ambos chicos se tienen. Tampoco sabe que Taehyung gusta de él, pero YoonGi si lo sabía y con eso bastaba para que conociera todas las intenciones de Taehyung para su novio.

Y máxime que le había oído decir que quería a Jimin para él, significaba que ese Taehyung no era de buena espina. YoonGi no iba a permitir que le quitasen a su novio.

—Pasen a la sala, yo llevaré chocolate. — Sonríe Jimin y Taehyung solamente asiente.

YoonGi no se mueve de su lugar, solo observa al chico irse a sentar a un sofá y luego mira a Jimin, quién lo está mirando con un interrogante en su cabeza.

—¿Pasa algo, Yoonie?

—¿Qué hace este idiota en tu casa?.— gruñe.

Por más que quería evitar enojarse le había sido imposible. El hecho de tener a ese niñato en casa del menor le estaba provocando jaqueca y apenas llevaba dos minutos ahí.

—Te explicaré luego.

Tan pronto como YoonGi quiso protestar, Jimin ya se había ido directo a la cocina.

Entonces, sin una opción más, acompaña a Taehyung en la sala de estar, sentándose al otro extremo de la sala, en un sofá para uno.

Taehyung está observando cualquier lugar excepto a YoonGi, que sabe que lo está mirando con esos ojos
aterradores.

No lo está presintiendo, sabe que es así.

Se arma de valor y cruza miradas con la de YoonGi. —¿Qué? ¿Te molesta algo? — se atreve a decir. YoonGi ni siquiera parece sorprenderse, por lo cual queda como un punto en vano para el castaño.
 
— Tu cabello me produce anorexia.

Taehyung no puede evitar ofenderse y toca su cabello, no es que fuese egocéntrico pero todos decían que amaban su pelo.

Jimin se asoma por el lugar con una bandeja en mano, tres tazas de chocolate, un platillo de brownies y otro de rosquillas.

Cuando deposita ésta en la mesa, toma una taza café y se la da a Taehyung.

—Ahí hay rosquillas por si quieres comer.

Tienes que probarlas, son deliciosas.

Una sonrisa se muestra en el rostro del Taehyung cuando ve esa alegría del pelinegro.

Una alegría que al parecer YoonGi no podía transmitirle a él.

—Una taza de chocolate para mi.—sigue Jimin. Luego toma una taza decorosa con malvaviscos en él y el platillo de brownies.— Y... un chocolate especial, con un platillo especial, para una persona especial.— Para todo esto, Jimin está detrás del sofá de YoonGi, mostrándole a su vista ese delicioso postre que el pelinegro tenía sólo para él.

Esto hace que el rostro serio del mayor se borre, y se asemeje en sus labios una sonrisa boba, una que Taehyung jamás había visto.

Taehyung no ha apartado sus ojos de ellos, al contrario, los está viendo con toda suma atención. Como el hecho de que Jimin llamó "especial" a todo lo que tenía para YoonGi, o el hecho que YoonGi había sentado en su regazo a Jimin, o el hecho que Jimin le daba cariñitos a su novio y le daba brownies a su boca.

Esto le estaba poniendo celoso.

No solo por el hecho que fuera Jimin, sino porque él no tenía a nadie.

Taehyung acompañado solamente por sus rosquillas y la taza de chocolate.

YoonGi ya casi se había olvidado de la presencia de Taehyung, por más de que estuviese molesto de su venida, se sentía vulnerable ante la cercanía y mimados de Jimin.

En el caso de Jimin, recordó por un segundo la primera vez que YoonGi llegó a su casa cuando estaba solo, porque la primera vez en general fue cuando su madre lo invitó a cenar.

Pues Jimin le hizo en el horno unos pastelillos de chocolate blanco con crema batida, YoonGi quedó encantado y éste lo hizo sin saber que el mayor era todo un fan del chocolate.

Jimin observa a YoonGi, recordando el hecho que está frente a ellos, justo cuando está por hablarle, YoonGi lo atrae hacia sí y lo besa deleitosamente para el gusto del pelinegro.

Jimin suspira al instante y toma el cabello del mayor para envolverlo entre sus dedos, YoonGi sigue sosteniendo la pequeña cintura del menor, evitando que en cualquier momento éste se cayese.

Taehyung aparta sus ojos inmediatamente y se da cuenta de dos cosas.

1. YoonGi le es un dolor de cabeza.
2. Jimin ama a YoonGi.

Y lo peor es, que Taehyung sigue sin entender el porqué. Escucha el chasquido de sus labios separarse y rueda los ojos, por fin su beso
había terminado. Él nuevamente los mira y ésta vez se sorprende de quién le habla primero.

—¿Qué haces aquí? —su voz es pesada y brusca. Es obvio ya que proviene de YoonGi.

Jimin lo mira mal. —Yoonie, eso es muy grosero.

—No importa.— interrumpe Taehyung— Tengo trabajo con Jimin, así que vine a hacerlo.

—¿A hacerlo?

Taehyung sonríe. —Sí, a hacerlo.

Sus palabras suenan cínicas y comprometedoras. La sonrisa descarada que se asoma en el rostro de Taehyung hace que la sangre de YoonGi ya esté hirviendo.

Jimin solo los está mirando, no entiende nada.

—¿Les gustó el chocolate?

Ambos chicos alagan al pelinegro, puede sentirse la rivalidad que ambos se tienen.

Jimin sonríe tímido, satisfecho de los halagos. Pone una mano en el pecho de YoonGi y le dice:
—El profesor de literatura nos puso hacer el ensayo mas largo del mundo. Por eso nos puso en parejas, él fue que escogió. Le dije a Taehyung que viniese para que empezáramos a trabajar.

Taehyung sonríe grandemente mientras ve a Jimin.

"Taehyung"

¡Por fin recuerda su nombre!
Y no solo eso, suena muy bonito en labios del pelinegro. YoonGi no parece feliz por ello.

—¿Así que, el profesor Brunner los puso de pareja? — la mente de YoonGi ya no está procesando para bien.

—Así es.

—¿y éste niñato Taehyung por eso está aquí? — Jimin asiente, creyendo que por fin su novio se ha tomado tranquilamente el hecho que un chico esté con él. Pero es todo lo contrario.

YoonGi suspira pesado— Que bonito.

Jimin salta de su regazo y da un beso en la mejilla de YoonGi. —Iré por mis cuadernos y unos cuantos libros. — dice a Taehyung, quien le asiente emocionado.

Cuando el pelinegro empieza a subir las gradas del segundo piso, YoonGi no deja pasar por alto la mirada fusiva que Taehyung da a Jimin hacia su trasero. Tan pronto como se dio cuenta de ello, se puso de pie y estampó el cuerpo de Taehyung bruscamente en el sofá.

Taehyung aspira con fuerza, tomando por instinto las manos de YoonGi que están apretando su cuello. —¿Te gusta lo que ves, idiota?

—Agh... ¿Ah?

YoonGi solo tiene unos minutos antes que el pelinegro baje, por lo tanto quiere dejarle algo muy en claro a Taehyung.

Se acerca hacia su oído, susurrando lentamente en este.

—Una mirada más, y serás hombre muerto.

Taehyung necesita aire. —Mátame entonces.

Taehyung levanta sus brazos y con un golpe en el estómago de YoonGi, hace que éste lo suelte.

YoonGi retrocede unos pasos y Taehyung cae al suelo. El aire que de pronto llega a sus pulmones hace que le de una tos rasposa y necesitada.

—Levántate, señorita. —escupe YoonGi — Sé valiente.

Taehyung se re incorpora del suelo, aún mientras sigue luchando por controlar su ritmo respiratorio, cuando éste logra ponerse en pie, su cabeza duele y no sabe si es por el miedo, la rabia o incluso por ambas.

Esta vez no aparta su mirada de los ojos de YoonGi, enfrentándolo.
Él logra decir.

—Se cansará de ti, Min. De ti y de tus malditos celos.

—conozco a los chicos como tú. Tratando de robar chicos con dueño porque ni siquiera pueden con los que están solos.

Taehyung entrecierra sus ojos.
—Tú no sabes nada.

—¿Oh, no? —ríe YoonGi—. ¿Crees que no sé cómo quieres meterte con mi novio? Hay muchos disponibles, te estoy dando la oportunidad para que te retractes y lo dejes en paz.
¿Qué es lo que quieres y le buscas? ¿Sexo?

Taehyung lo ve incrédulo. —Creo que eso es lo que buscas tú. Aprovecharte de una persona tan pura y hermosa como para utilizar su inocencia en tu estúpido juego.

YoonGi cierra los puños, sus nudillos tan expertos en golpes proclaman golpear el rostro del idiota que tiene enfrente.
 
—¿Qué me estás queriendo decir?

Taehyung lo empuja. —No te hagas el idiota y hablemos de hombre a hombre. Es obvio que tú no quieres a Jimin, él no es de tu tipo, ¿Cómo alguien como tú podría fijarse en una persona tan inocente? —Las cosas que dice Taehyung solo enfurecen mas a YoonGi—. Tú enamorado de él, por favor, esto es ridículo. Solo lo estas necesitando para calmar tus necesidades, estoy mas que seguro que solo para eso lo quieres.

—¿Qué idiotez está pasando por tu mente? —Esta vez, es YoonGi quien lo empuja, quién con una sola mano lo hace y Taehyung casi cae al suelo de nuevo— ¿Tan necesitado estás de amor para querer meterte en mi relación con Jimin? Espero pueda quedarte algo muy en claro, no conoces lo que ha pasado entre él y yo, entonces tampoco saques tus conclusiones.

El silencio que queda en ambos hace que el mayor crea haber ganado.

Pero no es así, Taehyung le dice la propia confusión que él mismo había tenido hace unos días en casa de sus padres.

—¿Y tú? ¿Qué tan necesitado estás de amor? No eres mas que un puto enfermo dominado por los celos, haciéndote creer que todo va bien cuando seguro es todo lo contrario.— Taehyung avanza unos pasos, quedando más cerca del mayor.— Te he visto, YoonGi. Todo este tiempo. No eres el único que ha controlado todo. No dejas que nadie se acerque a Jimin ¿Cuál es tu problema?

Su único problema es Taehyung, y si sigue diciendo idioteces como esas, quedará estampado en el suelo.

—Personas como tú, son las mismas que tengo que alejar de Jimin. Alejarlo de personas idiotas que pueden hacerle daño.

—¿Y te crees su protector? ¿O solo tienes miedo?

—¿Miedo de ti? —se burla—. Hay mejores cosas por hacer.

—¿Entonces que problema tienes, YoonGi? ¿Tienes temor que Jimin se dé cuenta de que hay chicos mejores que tú?

Touché.

—Callado eres mejor. —bufó. Y sin siquiera pensarlo, su puño estampó el rostro de Taehyung, haciéndolo caer al suelo de nuevo.

Maldito.

YoonGi ni siquiera sintió el ardor en sus nudillos, al contrario, sintió satisfacción de verlo en el piso con la nariz sangrando.

Y para ajuste de penas: —¡YoonGi!—gritó Jimin a sus espaldas, mientras corriendo va bajando las escaleras tirando sus libros hacia el sofá.

Jimin observa a Taehyung, quien está tirado en el suelo quejándose de la sangre que sale por su nariz.

YoonGi está tan molesto que sus ojos lo único que hacen es ver con odio a Taehyung, Jimin trata de protestarle, porque es obvio que YoonGi le ha golpeado, pero justo en el momento en que el mayor ve a su novio, su rostro se suaviza.

YoonGi está más pálido.

Jimin se acerca hacia él y toma sus manos, en ese momento ya no importa Taehyung.

—¿Yoonie, que pasa? ¿qué tienes? —el mayor toma su rostro con sus delicadas manos, YoonGi cierra sus ojos ante el suave tacto.

No, pero si él nunca se aprovechaba de Jimin.

Pero se apartó, no.

YoonGi miró hacia Taehyung y luego hacia Jimin.

¿Cómo dijo... Aprovecharse?

—Me tengo que ir.

—¿Qué? ¿Te... Te vas? —Jimin parpadea rápido, aun no creyendo lo que está escuchando.

YoonGi no puede irse... él.. no.. Se supone que un chico está aquí, tendría que quedarse a sobreprotegerlo. Jimin hace un puchero —. Yoonie, ¿estás molesto conmigo?

YoonGi lo contempla, se ve tan lindo...
 
Sin decir más y siquiera sin despedirse, sale de la casa azotando la puerta.

Maldito Taehyung, si Jimin no hubiese estado ahí juraría que lo mataría.

Aunque sus instintos deseaban regresar a la casa y cuidar del pelinegro, no iba a hacerlo.

No desde lo último que escuchó.

Pero no se quedaría con eso, marcó el número de celular de Joy y esperó a que contestara.

Si no iba a quedarse él, entonces que Joy lo cuidara, pero Jimin quedarse solo con Taehyung, ni en un millón de años.

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