Capítulo:11

[ Flashback ]


Ese era el primer año en el nuevo colegio de Jimin. Cuando ingresó y comenzaron a molestarlo creyó que sería como sus colegios pasados, humillado y burlado por todos.

Había sido transferido de más de cuatro colegios por la misma situación y no era porque fuera malo o se lo buscara, al contrario, él era un excelente alumno.

Se reflejaba en su boleta de calificaciones.

Pero el desánimo que le causaba, la depresión que sentía por las burlas y los golpes, le hacían daño a su vida emocional.

SunHee, la madre de Jimin. Siempre preferiría la salud emocional de su hijo. Sabía que no podía cambiar el carácter de Jimin, por más que le rogase que no se dejara humillar, sabía que su hijo no seguiría el consejo. Jimin no era como ellos, él siempre había sido distinto al resto.

Los gustos de Jimin no eran como los de otros chicos, desde niño, siempre prefirió jugar con niñas a la fiesta de té o a las muñecas.

Nunca le gustó jugar futbol o pelear a la guerra como los otros niños. Nunca le gustaba ensuciar la ropita que su madre siempre limpiaba con aquel jabón de vainilla que tanto le gustaba.

Jimin se dio cuenta a los 13 años que tenía un interés por los chicos cuando le empezó a gustar su mejor amigo.

No es que hasta ese tiempo se haya dado cuenta de ello... Es solo que hasta ese momento lo admitió. Y cuando se lo confesó, nunca imaginó que sería un gran problema, y si antes ya lo humillaban, desde ahí fue peor.

Ya llevaba casi un mes de haber ingresado al Colegio C. Judtzy.

Y como había dicho, al principio pareció ser como sus colegios pasados, pero desde que había llegado de su viaje un chico de ojos felinos llamado Min YoonGi, habían dejado de molestarlo.

Porque ese chico lindo lo había defendido.

Y era popular.

Y era un chico malo.

Y tenía linda sonrisa.

Y eso causaba que el corazón de Jimin se acelerará.

Jimin se dio cuenta que YoonGi era muy distinto a él en muchos aspectos. Como en la forma de caminar, hablar o actuar.

Jimin se sentía aún más pequeño cuando recordaba que él estaba en segundo de secundaria y YoonGi ya estaba en la preparatoria.

YoonGi era demasiado masculino en su totalidad. Cada vez que caminaba por el pasillo se podía sentir esa colonia varonil que a Jimin le había empezado a gustar.

Cuando el menor olía su ropa, sentía el olor a vainilla y dulce de leche. Siempre le gustó usar fragancias dulces, y por secreto de él y de su madre, le gustaban las fragancias femeninas.

El menor quería calmar sus sentimientos hacia el mayor porque no quería volver a ilusionarse otra vez y que se burlaran de nuevo de él.
Pero YoonGi lo confundía, hacía acelerar su corazón cuando lo trataba de una manera distinta al resto.

Siempre le daba su puesto en clase de biología (la cual compartían juntos porque Jimin era un cerebrito), si es que no quitaba a alguien de su lado para que Jimin se sentase junto a él.

O el hecho de que YoonGi siempre le daba un guiño cuando descubría que el menor lo miraba, eso causaba en él un tremendo rubor en sus mejillas. Incluso el mayor llegaba en el momento exacto cuando querían golpearlo, siempre saltaba a defenderlo y le decía que le gustaba protegerlo.

"-Solo quiero que te sientas protegido. Siento que tengo que protegerte, me gusta eso"

Fueron las palabras del antes pelinegro, cuando luego de ello depositó un corto beso en su frente.
Protegido.
Eso sonaba muy bonito e incluso se sentía bonito.

Que lindo es sentirse protegido.

Tampoco olvidaría aquella vez en que estaba llorando en el baño porque habían arruinado su coronita de flores, YoonGi justamente entró al baño y su sonrisa se quitó cuando notó que él estaba llorando. El menor era un poco sensible en cualquier cosa que le hiciesen, así que cuando YoonGi lo abrazó, no solo sintió maripositas en su estómago, también lloró mas fuerte por la tristeza de su corona.

YoonGi le compró un jugo de manzana y lo llevó  a su próxima clase.

Lo siguiente que supo fue que YoonGi estaba en detención y que los mismos chicos que habían roto su corona de flores, ahora estaban en enfermería.

Jimin acomodó el gorrito de su cabello y sorbió de su chocolate caliente.
 
Su corazón comenzó a latir fuertemente cuando sintió unos fuertes brazos rodear su pequeña cintura.

El aliento cálido en su cuello del pelinegro a sus espaldas, le hizo cosquillas.

—¿Tienes frío, cariño?

Cariño.
Últimamente YoonGi lo había estado llamando así y él no protestaba nada porque le gustaba ese apodo. YoonGi  siempre recostaba su mentón en su cabellera de Jimin. También le gustaban esos "aww" que soltaban algunas chicas del colegio cuando miraban ese momento.

Jimin había estado escuchando rumores de que YoonGi gustaba de él.

No es que él quiera ilusionarse, pero esa idea le gustaría demasiado. YoonGi no le había comentado nada de ello al respecto, pero él creía que serían obvias sus actitudes, demostrándole a Jimin con hechos de que estaba interesado en él.

YoonGi ya se había encargado de dejar muy en claro a algunas chicas y chicos que Jimin ya estaba apartado.

Con las chicas fue un poco complicado...
 
Pero con los chicos, unas simples amenazas habían bastado para que dejaran de fijarse en él.

YoonGi a veces se sorprendía de la inocencia que el menor poseía. Era época de invierno y todos se cubrían de grandes abrigos para protegerse del aire, Jimin era uno de ellos.
Utilizaba un suéter corinto con muñequitos en él, a YoonGi le parecía adorable, pero le gustó más cuando le regaló una de sus sudaderas y Jimin empezó a usarla todos los días.

Le quedaba enorme, las mangas de ésta siempre le quedaban volando.
A Jimin le había encantado porque olía a YoonGi. A un fuerte YoonGi.

Jimin estaba sonrojado enormemente cuando YoonGi se sentó en el césped, recostándose en el tronco de un árbol, logrando que Jimin se sentase en su regazo.

El menor escondió su rostro en el cuello del mayor, quería controlar su rubor y el pulso de su corazón, pero el olor esquicito que desprendía la piel del mayor era embriagante y eso lo único que causaba era descontrolarlo aun más.

~~

Jimin había estado rechazando las invitaciones de YoonGi para una cita.

Cada vez que YoonGi intentaba proponerle una salida éste siempre decía "no, no y no."

Eso volvía loca la mente de YoonGi y siempre golpeaba su cabeza contra el casillero cuando escuchaba la respuesta negativa de Jimin.

Él no lo entendía, él siempre era atento con él, trataba de cuidarlo y mimarlo, y sabía que a Jimin le gustaba eso. Pero no lograba comprender la razón de sus rechazos.
Jimin tenía una teoría:

"Si en verdad siente algo por mí, esperará."

Y eso estaba pasando en efecto, porque los rechazos no iban a cambiar la mente de YoonGi, siempre buscaba al menor y en alguno que otro momento le robaba un beso.

Jimin siempre se ponía histérico de ello, ya que siempre le decía que había que esperar.

Pero YoonGi no podía esperar mas, los labios del menor eran tan delicados y suaves, no podría resistirse a ellos. Y su sabor... A YoonGi lo volvía loco. Aunque Jimin no se quedaría atrás, por más que dijera "no besos", cuando el pelinegro lo besaba él siempre lo atraía mas a él.

Porque YoonGi si que besaba bien.

Demasiado.

~~

La madre de Jimin había estado notando en su hijo una felicidad enorme en la cual nunca le había visto. Nunca le había visto sonreír tanto, ni escuchado soltar suspiros esperanzados.

Algo estaba pasando.

La comunicación entre SunHee y su hijo era maravillosa, así que ella no decidió alarmarse porque su hijo no le contase algún momento conmovedor de su vida. Sabía que Jimin esperaría el momento adecuado.

Aunque Joy ya le había contado sobre un chico llamado YoonGi que estaba interesado en su hijo, ella lo sabía ya que estaba en la misma clase con el chico.

En efecto, Jimin le contó a su madre sobre el chico. Pero a Sunhee no le había agradado mucho la idea de que el tal YoonGi fuese muy mayor, él ya iba por los 17 y su pequeño estaba en los 14.

No quería que nadie se aprovechara de él.

Pero Jimin confiaba en YoonGi.

Oh, es necesario decir que el menor le dice Yoonie como un apodo cariñoso.

Esto surgió cuando un día el pelinegro lo aprisionó contra la pared del pasillo y le empezó a dar cortos besos.

Jimin no podía contener la risa y lo único que lograba decir eran las primeras letras de su nombre.
YoonGi se apartó con una sonrisa. —¿Yoonie? ¿Ahora me llamo Yoonie?

Jimin se maravilló de los brillantes ojos que tenía cerca de él. —Sí. Ahora eres Yoonie.

Jimin no se dio cuenta de ello, pero mordió sensualmente su labio inferior mientras ambas miradas se unían. Oh, YoonGi no se perdió ese momento, su boca se secó ante ese acto tan provocativo y el deseo de querer besarlo lo invadió de nuevo.

No se quedó con el deseo, lo besó.
Por otro lado, YoonGi también estaba jodido.

Jodido por estar enamorado de un niño.

Porque eso en verdad, Jimin seguía siendo un niño. Un niño muy tierno y lindo que proclamaba como suyo.

Oh YoonGi jamás había estado tan encantado con alguien, de hecho, era la primera vez que se sentía de esa manera. Tan débil y manejable por una persona tan adorable como el pequeño.

YoonGi había dejado de vivir con sus padres hacía años, debido a problemas que se dieron en el pasado, así que vivía con sus tíos.

Ellos habían notado un cambio de YoonGi, un cambio muy bueno. Aunque siempre seguía causando problemas, últimamente no había dejado de sonreír.

Cuando YoonGi visitaba a sus padres éstos notaron también el cambio.

Principalmente su padre.

YoonGi, cada inicio de semana, siempre mandaba un ramo de rosas a casa de Jimin.

Incluso habían días que el mismo se las daba.

Tampoco dejaba por alto lo mucho que su pequeño amaba los chocolates, así que siempre le compraba. Muchos. Demasiados.
 
Y su parte favorita eran los besos de
agradecimiento

que él siempre le daba.

~~

Han pasado dos años ya.

YoonGi tuvo que esperar un año para que Jimin le aceptase una cita. Pero no importaba, había valido la pena.

Hasta ese entonces nada había cambiado.

Todo seguía en su ritmo habitual e incluso mejoraba y aunque a veces hubiesen bajones en su relación, ninguno de los dos dejaba que ésta se derrumbara.

YoonGi seguía consintiendo a su pequeño niño de ahora 16 años, y Jimin siempre seguía brindando exceso de cariño a su grandote universitario.

YoonGi había logrado en Jimin un carácter más seguro y dinámico.
Jimin había logrado en YoonGi una especie de amabilidad. Claro, esto solo funcionaba cuando él estaba cerca, ya que era el único que lograba calmarlo.

YoonGi a veces se sentía asustado de lo que Jimin podía hacer en él.
Ya que, podía ser fuerte, pero Jimin lo volvía débil. Y la idea de perderle, sería lo peor que pudiera pasarle.

Taehyung quizás nunca comprendería la fortaleza de un amor que se fortalece.

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