1.9

Jimin estaba acostado sin poder dormir, la ansiedad por hablar con Jungkook no lo dejaba, sabía que el pelinegro entendería su situación pero aún así no podía evitar pensar en todo lo que podía salir mal. Cerró los ojos y suspiró, se iba a levantar a tomar un vaso con agua cuando un pequeño ruido lo puso en alerta.

Detuvo todos sus movimientos y prestó atención a su entorno, esperó por varios segundos, pero no volvió a escuchar nada, en definitiva necesitaba controlar sus nervios.

Se puso de pie y abrió la puerta de su cuarto, el pasillo estaba oscuro, camino sin encender las luces, estaba por llegar a las escaleras cuando se detuvo, sonrió levemente antes de girar el rostro hacia el pilar que estaba al inicio del pasillo.

—¿Qué carajos haces en mi casa? —dijo hablando hacía la nada.

Una enorme sombra se formo mientras una figura vestida de negro, salía detrás del pilar.

—Eres el único que detecta mi presencia mi amor, te entrene bien —la voz ronca y baja de Shownu se escuchó detrás de su oído.

Jimin dió un paso hacia el frente y Shownu lo tomó por el cuello antes de girarlo y azotarlo con fuerza contra la pared, un jadeo ahogado escapó de los labios del rubio, la muerte pego su cuerpo al del Jimin, sin soltarlo del cuello lo obligó a levantar la cabeza hacia atrás, dejando un espacio entre su cuello y sus hombros que el aprovecho para enterrar su rostro.

—Hace tanto que no sentía tu olor y tu cuerpo unido al mío, te he extrañado tanto mi amor —le dijo antes de pasar su lengua por su suave piel.

—Yo no y suéltame —le ordenó Jimin con voz calmada.

—¿Por qué voy a hacerlo cuando a eso vine? Te estás olvidando de quién es tu dueño —lo último lo dijo entre besos sobre su hombro.

Jimin cerró los ojos y dio un suspiro, causando que el agarre en su cuello se soltará, elevó sus caderas hacia atrás sintiendo la dureza entre sus nalgas y como la muerte comenzaba a frotarse contra él.

—No eres mi dueño, y tampoco soy tuyo Shownu —le confirmó antes de abrir los ojos de golpe y lanzar su cabeza hacia atrás con más fuerza.

Un gruñido ahogado se escuchó junto al golpe seco de la cabeza del rubio contra la nariz de Shownu, que retrocedió un par de pasos. Mismos que Jimin aprovechó para ponerse de frente a él y adoptar una posición de batalla, mientras se regañaba por haber salido sin su confiable Ka-bar* del cuarto.

La muerte se recuperó rápido y se abalanzó contra él, Jimin tiró un golpe que fue esquivado, recibiendo uno en las costillas, el aire escapó al instante de sus pulmones y se doblo un poco, pero logró escuchar el siguiente ataque, con agilidad, logró extender la pierna golpeando el costado de Shownu, antes de engancharlo con ambas piernas y tirarlo al suelo, se subió a horcajadas sobre su abdomen y comenzó a golpearlo sin piedad.

Shownu solo se cubría del ataque, mientras sonreía como un desquiciado, dejo que el rubio siguiera repartiendo golpes antes de tomarlo por la cintura e invertir los papeles, pero él no lo golpeó, jamás podría.

Tomó sus pequeñas manos con una de las suyas y lo obligó a ponerlas sobre su cabeza antes de lanzarse sobre su cuello y comenzar a besarlo y morderlos con rudeza. Jimin se retorcía y logró zafarse, volvió a golpear su rostro está vez  directo en su pómulo izquierdo abriéndole un corte que comenzó a sangrar de inmediato.

Escapó de debajo de su cuerpo y se puso de pie antes de patearlo con fuerza, Shownu soltó un pequeño quejido antes de caer de espaldas por la escalera, Jimin no se sintió mal al verlo rodar, al contrario, esperaba con todo su corazón que no volviera a levantarse, pero no fue así. 

Con algo de dificultad por los golpes sufridos, Shownu se puso de pie y miró a Jimin al final de la escalera, sus miradas chocaron en medio de la oscuridad, la muerte se limpió la sangre que escurría por su boca y sonrió.

—Me encara que seas así de salvaje mi amor, por ahora terminamos aquí, pero sabes que nos volveremos a ver ¿cierto? Que no se te olvide que tú eres mío y ese imbécil con el que follaste está noche pronto dará su último respiro.

Jimin se puso rígido ante la mención de Jungkook, pero no hizo ningún movimiento, ni dijo nada, si Shownu se daba cuenta de que lo afectaba más de la cuenta, la vida del pelinegro estaría aún más en peligro.

—Nos vemos pronto mi amor —dijo la muerte y se dió la vuelta, perdiéndose entre la oscuridad del piso inferior.

Jimin supo que se había ido, y se dejó caer al piso agotado mentalmente, más que por el esfuerzo físico que acababa de realizar.

Ajeno a lo que había pasado, Jungkook llegó a la casa de su padre en Busan, odiaba tener que verlo, pero más aún tener que escuchar sus estupideces. Nada más bajarse de la moto, caminó hacia la puerta y entró a su casa de la infancia, se dirigió directo hasta el despacho de su padre.

Jeon Hae Soon lo esperaba ya, en cuanto entró supo que iba nueva discusión se avecinaba, su expresión molesta lo delataba.

—¿Me puedes explicar quién fue el imbécil que hirió a Taemin? —le gritó nada más verlo.

Jungkook soltó una risa desdeñosa y se dejó caer en el asiento frente a su padre.

—Veo que tú perro rastrero te vino con el chisme. Lo hirió mi novio, pero él se lo busco, ese imbécil no sabe cuándo callarse, abrió la boca de más y mi chico solo se defendió.

—¿Y quién es? ¿De dónde lo conoces? ¿Es alguien importante o es otro bueno para nada como Yugyeom? —preguntó Hae Soon y Jungkook explotó.

Escuchar a su padre mencionar el nombre de su fallecido novio lo rebasó, se puso de pie casi de un salto y se inclinó sobre el escritorio con las manos extendidas a sus costados sobre la madera y lo vio con todo el odio que sentía por él.

—No te atrevas a volver a mencionar a Yugyeom, su nombre no debería de estar en tu maldita boca, y tampoco te atrevas a querer meterte con mi novio, ya no soy un niño y no voy a permitir que le vuelvas a hacer daño a la persona que quiero.

—Vaya, hasta que te veo reaccionar como hombre, pero dime hijo, ¿realmente serías capaz de hacer por tu nuevo noviecito, lo que no pudiste hacer por Yugyeom? —volvió a preguntar con burla, recordándole como no fue capaz de disparar en su contra para salvar la vida de la persona que juraba amar.

—Como te dije ya no soy un niño, ni tampoco te temo como antes, no me retes padre, puede que no te guste el resultado.

La estridente risa de Hae Soon resonó en el despacho y se dejó caer sobre el respaldo de su asiento, antes de encender el puro que traía en la mano.

—Ya veremos, ya veremos —murmuró con burla. 

Se tomó su tiempo para cortar el cigarro y encenderlo, soltó la primera bocanada de humo y volvió a fijar su mirada en el pelinegro que seguía de pie.

—Siéntate. No te llamé para preguntarte por quién te estás cogiendo, hay algo mucho más importante que eso. Estuve investigando a Park Jimin y se que en estos días firmará la nueva asociación con nosotros, y solo espero que no lo arruines, su empresa será la llave para entrar al mercado Americano.

—¿Qué pretendes? No creo que tú interés en un nuevo socio de la empresa sea solo por mera estrategia de negocios, o por lo menos no de la menta legal.

—No te equivocas, tú solo encargaré de cerrar la asociación y yo me encargaré de adueñarme de la empresa de Park. Pronto y si no cometes ningún error, podré expandir mis negocios a los americanos, a ellos les encanta el polvo blanco y las armas de buena calidad, y yo sé las daré. 

—¿Y cómo pretendes hacerlo? —pregunto con burla, pero consciente de que lo que dijera serviría a Jimin y sus propósitos.

—De la misma manera en que hace años me quedé con la empresa de otro Park precisamente —Hae Soon volvió a reír —qué curioso hace cinco años me deshice de un Park y ahora lo haré de otro.

—Cuidado padre, tu sed de poder te puede explotar en la cara.

—¿Es una amenaza?

—No, solo una advertencia.

Hae Soon se rió nuevamente y cambio el tema, estuvieron hablando del traslado de mercancía hacia Japón y otros temas de los que Jungkook se haría cargo. Cuando terminaron eran pasadas las dos de la mañana, tenía sueño, pero se prometió no volver a pasar en esa casa más tiempo del necesario y lo había cumplido.

Estaba por salir cuando la suave voz de su madre se escuchó a su espalda, se giró y caminó hasta ella. La vio más delgada, más pálida, la vida se le estaba yendo con el pasar de los días y eso le dolía, ya no quedaba nada de lo que alguna vez fue, su padre se había encargado de eso, Hyejin era una muerta en vida.

—¿Qué haces despierta tan tarde mamá? —le pregunto mientras la abrazaba y le dejaba un suave beso en su mejilla.

—No podía dormir, baje por un vaso de agua —mintió y Jungkook lo sabía.

Un vaso de whiskey era lo que buscaba en realidad, las botellas de su cuarto debían de haberse acabado.

—Vamos te acompaño —la instó, pero como era de esperarse ella negó.

—No, mejor ven a mi habitación, hace tanto que no te veo que me gustaría platicar contigo, además es tarde, ¿porque no te quedas? —los ojos suplicantes de su madre brillaban frente a él.

—Platiquemos si quieres, pero no puedo quedarme, lo sabes —dijo con firmeza.

—Sí, lo sé y lo entiendo, si yo pudiera también me iría y no volvería jamás, pero soy prisionera de mi peor error —dijo en una perfecta lucidez antes de volver a su habitual actitud desconectada.

Jungkook sabía que su lapso de claridad había pasado y ya no volvería, la beso en la frente y la acompaño hasta su habitación, le dolía el pecho ver el estado en que su madre se encontraba y más le dolía no haber hecho nada antes para sacarla de ese abismo.

La recostó en la cama, la arropó y volvió a dejar un beso en su frente.

—Pronto mamá, pronto te sacaré de aquí y te buscaremos ayuda para que vuelvas a brillar como antes, lo juro.

Hyejin lo miró y sonrió antes de cerrar los ojos y perderse en ese mundo al que recurrío cuando el infierno al lado de Jeon Hae Soon fue demasiado para soportarlo.

Jungkook la dio una última mirada y salió del cuarto y después de la casa, se subió a su moto y condujo hasta las afueras de la ciudad, hasta llegar a aquel lugar donde en una lápida sin nombre brillaba en medio de la oscuridad.

Se bajó y caminó hasta estar frente a los restos del que una vez fue su primer amor.

—Hola pequeño, perdón por no haber venido antes, pero sabes lo mucho que me duele la culpa de no haberte podido salvar, jamás me voy a dejar de culpar porque tus sueños fueron contados por un monstruo, pero pronto va a pagar. ¿Sabes? Jimin es esa fuerza que necesitaba para por fin ponerle fin a la maldad de mi padre…

No supo cuánto tiempo estuvo ahí sentado, hablando sobre Jimin, pero cuando el cielo comenzó a clarear supo que era hora de marcharse. 

Busco un hotel donde descansar un rato antes de volver a Seúl y a los brazos de su precioso rubio.








Por fin volví!!!

Jejeje sorry pero he estado full con mi vida personal y no había tenido chance de actualizar además de que me concentre en Protecting. Pero aquí está el nuevo capítulo espero que les haya gustado.

Los próximos capítulos seguirán siendo pura narración, así que espero poder actualizar un poco más.

Gracias por su paciencia.

También las invito a mi canal de WhatsApp para que se enteren de todas las novedades que se vayan dando y lean la nueva historia exclusiva del canal. Les dejo el Código QR por si quieren ingresar.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘

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