0.8
Jungkook odiaba esa casa, había salido de ahí a los dieciocho años y evitaba ir tanto como podía, si lo hacía solo era para ver a su madre y procuraba hacerlo cuando su padre no estuviera. Le dolía verlo, recordar la forma en que descubrió que el hombre que admiraba y quería, no era nada de lo que él pensaba.
A pesar de los años transcurridos, aún recordaba perfectamente todos esos eventos que lo llevaron a odiarlo como jamás pensó que podía odiar. Todo hubiera sido tan distinto si no hubiera llevado a Yugyeom a su casa aquella vez. Pero estaba tan emocionado porque su madre lo conociera y estúpidamente pensó que su padre lo apoyaría, pero tristemente no fue así.
En cuanto volvió esa noche después de llevar a su novio a su casa, el infierno se desató. Recordaba perfectamente esa noche en que su padre le gritó que debía de dejar de pensar en estupideces y concentrarse en lo importante, y que si quería tener una relación fuera con alguien que lo ayudara a mejorar, no un pobre niño sin dinero, sin apellido, sin poder. Las peleas, los gritos, los castigos que lo dejaban molido a golpes. Todo lo que lo llevo hasta esa maldita noche en que todo su mundo se vino a bajo, cuando no pudo hacer nada para evitar que él...
Cerró los ojos y aceleró la moto, no quería seguir pensando, frenó de golpe cuando alcanzó a ver la curva que se acercaba y el velocímetro marcaba que iba a más de ciento ochenta kilómetros, atravesar a esa velocidad sería su muerte. Y todavía no quería morir, por lo menos no aún. El trayecto se le antojo demasiado corto cuando estacionó la moto y se dirigió hacia la entrada.
Nada más poner un pie dentro los gritos de su padre se escuchaban, dió un pesado suspiro y entró al salón, Namjoon estaba parado frente a Hae Soon, apretó los puños con furia al notar la sangre en la comisura de la boca de su primo.
—Ya estoy aquí, qué quieres —dijo llamando la atención de su padre.
—!¡Vaya! Hasta que el señor se digna a venir, que no se te olvide quien te da todo lo que tienes Jungkook, deja de ser tan maldito insolente —gritó Hae Soon dirigiendo su furia ahora hacia él.
—No seas ridículo, ni melodramático padre, lo que tengo es por mi esfuerzo, nada tienes tú que ver y si lo dices por la empresa ya te lo dije muchas veces, quítame del puesto, deja de delegar la responsabilidad en mi y hazte cargo de ella, pero no lo harás ¿Cierto? Prefieres seguir jugando al mafioso malvado.
Jungkook podía ver la furia asesina en los ojos de su padre, la vena en su cien se veía claramente de lo alterado que estaba, pero poco le importaba, si por el fuera Jeon Hae Soon podía caer fulminado al piso y en lugar de ayudarlo, se seguirá que estuviera muerto.
—Jeon's Transfer no sería nada sin mi juego de mafioso malvado, y es por eso que ya debes de dejar de ser tan maldito cobarde y hacerte cargo por completo de tus responsabilidades con la familia.
—¿Cuántas veces debo decirte que no me interesan tus mierdas?
El le había dicho a sus amigos que lo haría, pero sería bajo sus términos y condiciones, no por las presiones de su padre, ya estaba harto de la situación.
—Hasta que entiendas que eres un Jeon y debes comportarte como tal, deja de correr a esconderte a las faldas de tu madre o la tumba de tu adorado Yugyeom.
Jungkook vio rojo, odiaba que el nombre de su novio saliera de la boca de su padre, y el lo sabía.
—No lo menciones a él —dijo en un tono oscuro y amenazante.
—¿O que? ¿Me vas a matar? No me hagas reír —la risa sardónica de su padre lo enfureció más—. Si no me pudiste matar antes con ese niñito suplicante, menos ahora.
No supo cómo logró contenerse, y no sacar el arma que llevaba en su espalda y descargarla sobre el cuerpo de ese hombre que decía ser su padre, pero lo hizo.
—Bien, si así lo quieres, lo haré, entraré a tu negocio de mierda, pero no esperes mucho de mi parte —anunció y se dió la vuelta para salir de ahí.
Hae Soon lo miró alejarse y sonrió, pensando que había ganado, y subestimando a Jungkook y su capacidad, pensaba que al igual que como lo había hecho antes, lograría manipularlo, en realidad él no quería a su hijo para heredar su negocio y convertirse en su sucesor. Lo quería cerca porque lo haría ver cómo el nuevo jefe, y así los vigilantes cambiarían su objetivo, irían tras su hijo y él saldría bien librado de todo. Para eso es para lo que le servía Jungkook, para nada más.
Namjoon salió detrás de Jungkook alcanzándolo cuando estaba por subirse a la moto.
—Kook espera.
—¿Qué Nam? ¿Quieres que me quede a jugar a la familia feliz? —preguntó con ironía.
—Hey, tranquilo, yo no tengo la culpa de esto, sabes perfectamente que si yo pudiera tampoco estaría aquí, ni el saludo le daría —respondió Namjoon con molestia.
El pelinegro respiró hondo tratando de tranquilizarse.
—Perdón, sabes cuándo me afecta que mencioné a Yugyeom.
—Lo sé, y por eso te recuerdo que siempre que lo menciona lo hace para sacarte de tus casillas.
—Si no me iba no me iba a contener y le iba a poner un tiro de una buena vez, ya no solo es por mi mamá o por Gyeom, está noche mando golpear a Tae y me encontré fotos que me envió de mi cita con Jimin, quería presionarme y lo consiguió, pero ahora será bajo mis términos. Piensa que soy idiota y que no se que si me quiere en el negocio es para su beneficio.
—¿Lo crees?
—Nam, conozco la clase de serpiente que tengo por padre, pero antes de que me pueda morder le voy a cortar la cabeza.
El moreno se quedó meditando en sus palabras y asintió, Jeon Hae Soon había cometido un error al forzar a Jungkook hasta ese punto, ahora él mismo acababa de cavar su propia tumba.
—¿Vas a volver ahora a Seúl?
—No, voy a ir a ver a mi madre y después te veo en tu casa, quiero que me pongas al corriente sobre toda la mierda que rodea al gran apellido Jeon.
Jimin entró a su casa y se para en seco al ver a todos esos hombre rodeándolo, su padres sentados en el sofá cubiertos de sangre lo veían con una expresión lastimera en sus ojos, Jeon Hae Soon lo veía sonriendo de forma siniestra. Un estruendo se escuchó a su espalda, se giró y vio a sus padres tirados en el suelo, charcos carmín rodeandolos, sabía que estaba llorando, y gritando pero ningún sonido salía de su boca. Una risa conocida se escuchó y giró la vista, hacia donde ese maldito monstruo se encontraba y grande fue su sorpresa al ver que Hae Soon ya no estaba, ahora quien lo veía con odio mientras lo apuntaba con un arma era Jungkook.
—Lo siento Jimin, pero la familia es primero —dijo el pelinegro y apretó el gatillo.
Cuando la ardiente bala perforó su piel, despertó de golpe, su rostro estaba empapado, no sabía si era de sudor o por el llanto, pero sí sabía que ese sueño podía ser premonitorio si Jungkook resultaba ser un títere.
Consciente de que no iba a poder dormir más, miro el reloj de su buró, eran las cinco de la mañana se puso de pie y fue hasta el balcón, y se quedó ahí mirando hasta que el sol comenzó a hacerse presente, y con él un nuevo día, que podría ser el último si las cosas no salían bien.
Se ducho y bajo a desayunar, Jin siempre madrugada y ya estaba preparando el desayuno, saludo a su primo y casi al instante Tae apareció casi con el mismo aspecto de muerto viviente que sabía que él tenía.
—¿Mala noche? —le pregunto a su amigo. El castaño volteo y lo escaneo antes de responder.
—Dormí tan bien como lo hiciste tú.
Jimin rodó los ojos y le sirvió una taza de café, el último en llegar fue Yoongi que a diferencia de ellos llevaba una sonrisa de oreja a oreja parecía el gato Chesire.
—A ti no te preguntamos cómo te fue, por tu cara se sabe —le dijo Taehyung en cuanto lo vio.
—Yo no tengo la culpa de que tú seas un maldito amargado y que Jack sea tan malditamente bueno en la cama.
—Demasiada información tan temprano, ya dejen de pelear y siéntense a desayunar, hoy tenemos cosas que hacer —los silencio Jimin y ambos se le quedaron viendo fijamente.
—¿De qué se trata? —Jin que estaba terminando de servir el desayuno, le preguntó sentándose a su lado.
—Taehyung necesito que comiences a idear la manera de entrar al edificio de Jeon's Transfer, necesitamos que le des ojos a Jin para que comience con la siembra de la información falsa. Y tú Yoongi pronto tendrás que viajar, irás a China, habla con quién tengas que hablar, para que consigas una reunión con el jefe Wang, él será nuestro mejor aliado. Yo pronto hará mi presentación en el mundo mercantil y ponerme a la vista de Hae Soon.
—Mimi, ¿no será mejor esperar a que hables con Jungkook? —preguntó Jin sorprendido por su repentino apuro por comenzar todo, sobre todo después de lo que hablaron la noche anterior.
—No puedo confiar mi plan en algo que podría no darse Jin, voy a hablar con él en cuanto vuelva de Busan, pero aún así tengo que poner en marcha todo.
Jimin había tomado una decisión y ya sabían ellos que no habría vuelta atrás, así que lo mejor sería que ellos se pusieran a hacer su trabajo.
Eran cerca de las diez de la mañana cuando su teléfono sonó.
Hasta aquí porque el trabajo y la gripe me tienen loca.
Les recuerdo que en mi canal de WhatsApp hay historia exclusiva por si quieren unirse y leerla
Nos leemos bellezas...
Besitos.😘😘😘
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