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"... y contigo podré ver las noches que compartimos."
― Starry Night (Mamamoo)
Cada cierto tiempo, los dioses eligen a ciertas personas de una misma ciudad o país a disfrutar de las maravillosas noches llenas de estrellas en compañía de su Astro, y éstos se encargan de llenar ese vacío en sus corazones que la vida se ocupó de revolver.
Yo me encargaré de enseñarte quién es esa persona que encontró su Astro.
El trabajo seguía siendo muy pesado para el chico de mechas moradas y rubias; le dolían las manos, los dedos, el trasero y los ojos. Cada vez que algo no le salía bien, tiraba sus cabellos para atrás por el estrés que cargaba. No se sentía bien.
Las oficinas a su alrededor empezaban a vaciarse porque sus colegas del trabajo lograron acabar con ese estrés que aparecía desde las 8 de la mañana.
―Descanse SeokJin. ―HeeSeung posó su mano en uno de los hombros anchos del chico.
―Igualmente ―no despegó la vista del computador―. Ah, Seung-ssi. ―se levantó de su asiento y lo persiguió hasta la salida.
―Dígame. ―volteó.
SeokJin se quedó estático, quizás preguntarle cómo rellenó rápidamente los informes sería algo completamente estúpido; lo dejaría pasar.
―No, nada, olvídalo. Sólo... descansa bien.
―Gracias Hyung. Igual usted. ―hizo una reverencia y salió por el pasillo para dirigirse al elevador.
SeokJin regresó a su asiento y siguió tecleando en el computador; realizar esos reportes e informes de todo el dinero recaudado de las ventas es demasiado pesado, debió pensar mejor las cosas hace un par de años.
Estos últimos años fueron muy duros para él, pues su vida en cuestión de amor y relación fue de mal en peor: su exnovio lo engañó con el primo de su mejor amiga y después, se fugó con ella.
Quiso hacerse el loco para no arruinarse a sí mismo, pero no funcionó. Un día, se encontró cara a cara con los tres y no les dirigió la palabra, hasta que la chica le dijo que era mejor apartarse de la relación de los tres, porque le iría mal; él hizo oídos sordos y se fue a la playa, donde lloró al pie del mar junto con la lluvia y con pocas estrellas iluminando la noche.
A partir de esa fecha, borró sus contactos, los mensajes, fotos, etc., para iniciar una nueva vida desde cero; se buscó un trabajo en el que logró destacar, se alquiló un departamento, consiguió llamadas de varias empresas donde lo buscaban para que él sea su modelo... en pocas palabras, lo tenía todo, menos el amor.
Cada vez que caminaba por las calles, siempre observaba a las parejas tomarse de la mano, mirarse, abrazarse, darse otros besos, pasear, comer juntos; su pecho presionaba fuertemente cuando los miraba, quería volver a experimentar eso, pero siempre recordaba cómo era realmente la gente y perdía desinterés en volver a sentir esa sensación.
Pasaron las horas y los pocos asientos que quedaban se iban vaciando lentamente; al final del día, él era el único que se quedó en el establecimiento. Cuando el reloj marcó las 12:47 a.m., cerró todas las pestañas que abrió en el navegador, apagó la máquina y las luces de la oficina, y salió de la construcción para dirigirse a su departamento y dormir unas cuantas horas.
Las calles se sentían frías, quizás era por el clima; uno que otro auto paseaba por las pistas y los postes de luz amenazaban con apagarse y mantener todo el lugar a oscuras. Era muy tarde y SeokJin no parecía tener intenciones de seguir viviendo esa vida. Hace unos minutos observó a una pareja salir de un callejón, el chico caminaba de lo más normal con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón, mientras que la chica podía caminar a las justas y su mano estaba encima de su zona íntima. Hablando con honestidad, también extrañaba cuando el desgraciado lo dejaba así.
¡No podía creerlo! Con sólo ver a esas dos personas, recordó al maldito que lo engañó. Quiso despejar su mente aún más, por lo que decidió observar qué había de nuevo en su teléfono. Mala decisión.
PROMOCIÓN 2017
Zico:
@SeokJin , estás ahí?
Sunmi:
Él ya no aparece mucho por aquí, de repente
está muy ocupado.
Baekyun:
@Sunmi no es cierto. Él ya no aparece
porque ya no se le da la gana.
Yeonjun:
Deja de decir estupideces. Él es un buen
amigo, xq haría algo así?
Baekyun:
Sigue sufriendo por un chico que se fugó con
otras dos personas.
Sana:
No es por estar de lado de Baek, pero tiene
razón. Debe dejar ir el pasado.
Zico:
Me preocupa xq ya no aparece en las
reuniones de la promoción. Por eso he
preguntado por él.
Baekyun:
Y ya sabes la respuesta: sufre por una
estupidez.
Dahyun:
Sólo espero que esté bien.
Saliste del grupo
Si bien ellos eran sus únicos amigos de la universidad, siempre sentía que era un estorbo y por eso lo excluían de varias cosas, y ver esa conversación entre unos cuantos de sus amigos, lo hizo sentir peor. Recorrió unas calles más, se sentó en la acera y empezó a llorar en silencio; se sentía muy mal física, emocional y mentalmente, ya no sabía qué hacer, hasta estaba pensando en acabar con su vida.
Y sintió la necesidad de ir a la playa, el único lugar donde puede llorar a gusto.
Reunió las pocas fuerzas que le quedaban y se levantó de la acera, para ir a la playa que quedaba a unos kilómetros de la calle principal. Cuando pisó la relajante arena, cayó de rodillas y volvió a soltar lágrimas de dolor y desesperación; sólo deseaba que alguien no lo estuviese mirando.
Pero él era el predestinado. Él conocería a su Astro muy pronto. Y apreciará las noches estrelladas donde sólo inundó lágrimas.
Una sombra avanzó hasta ponerse a su costado, se arrodilló silenciosamente y puso una mano sobre la espalda de SeokJin, provocando que el chico se sobresalte del susto y lo observara a los ojos.
―¿Q... quién eres?
―¿Por qué sufres?
―Te hice una pregunta. ―aún con su voz quebrantada, le dirigía la palabra firmemente.
―Soy tu Astro. ―habló con una gran honestidad.
―¿Qué dices? ―se limpió los ojos.
―¿Por qué alguien como tú sufre? Nadie merece tus lágrimas. Nadie te merece.
―No volveré a caer en eso ―se puso de pie―. Es algo estúpido si intentas conquistarme.
―Yo no intento hacerlo ―imitó su acción―. Sólo quiero que el vacío de tu corazón esté lleno. Buenas noches, o debería decir, buenos días. ―hizo una reverencia y se retiró.
―¿Y ese quién era?
-------- ≪ °✾° ≫ --------
―¿Y no vio a dónde se iba?
―Ya te dije que no, HeeSeung. Sólo... me dijo eso y se fue.
―Su Astro, ¿eh? Eso es algo...
―Estúpido.
―No, eso es algo... lindo.
―Oye, ¿de qué lado estás?
―Sólo digo que, no cualquier persona le diría eso ―agarró su vaso de café y lo elevó―. A su salud. ―y lo bebió.
―Salud.―realizó lo mismo e ingirió el líquido.
La mañana transcurrió como siempre: el despertador, una ducha, un plato de arroz, salir al trabajo... hasta ese punto había llegado, pues HeeSeung se lo llevó corriendo para visitar la nueva cafetería que abrió a unas cuadras del trabajo.
―Woah, me encantó este café. ¿A usted no?
―Pues, para no ser tolerante al café, me agrada.
―¿Le... hace mal el café?
―No, no. Es broma Hee. No te asustes.
―Pero qué bien que me asusta, ¿eh?
―Lo siento. ―sonrió― Yo pago la cuenta.
El menor no discutió con su mayor y lo dejó hacerlo. Cuando se retiraron de la cafetería, HeeSeung le dijo que sería buena idea ir a la playa a despegar la mente.
―Pero, nos bajarán el sueldo. ¿Piensas, al menos?
―¿No sabía? El jefe no asistió a trabajar, por lo que nos dio este día libre.
―¿Es cierto o me estás mintiendo?
―Ya basta ―sonrió con su dulce sonrisa―. Le estoy diciendo la verdad.
―Bueno. Te "creeré".
―Las comillas de sus dedos no me gustan.
Bajaron del auto de SeokJin y HeeSeung corrió como loco por toda la playa, quitándose la camisa de un solo tirón y lanzándose al agua para nadar como pez. SeokJin fue más cuidadoso y sólo se desabotonó los 3 primeros botones de su camisa, se puso delante del auto y observó cómo HeeSeung se divertía a lo grande.
Y recordó cuando el maldito lo llevaba a divertirse lejos de la ciudad. El gran atardecer era la única luz que iluminaba su beso en el puente cada momento en el que se encontraba con él y paseaban tomados de la mano. Tal vez Baekyun sea un patán e idiota, pero tiene razón, lo está recordando demasiado y le está afectando.
―¡Ey! ¡HeeSeung! ―alzó la voz para tener su atención―. ¿Quieres pasar la noche en la playa?
―¿Eh? ―se acercó corriendo porque no lo oía, hasta que entendió la pregunta final y se detuvo―. ¡Claro que sí! ―y saltó con mucha energía, girando su camisa mojada sobre él mismo; SeokJin rio ante la locura que estaba haciendo, pasar tiempo con ese muchacho era muy reconfortante.
-------- ≪ °✾° ≫ --------
―Hyung.
―¿Mmh? ―le respondió sin dejar de ver el cielo lleno de estrellas.
―¿Ya lo olvidó? ―tampoco despegaba su vista del firmamento.
―Hago lo posible. Quiero tener mi mente clara y lejos de él.
―Claro que lo hará ―dio un ligero bostezo―. Ese Astro lo ayudará. ―y cerró los ojos.
―Ja. Sí, claro. Te creo. ―le echó un ojo y observó que su amigo se quedó dormido.
Se levantó de la arena y cargó a HeeSeung en sus brazos, llevándolo dentro del vehículo y colocándolo en los asientos traseros.
―Vamos a casa, Seung-ssi. ―sonrió.
Agarró los sacos de cada uno y con ellos cubrió al chico, cerró la puerta y se sentó por un momento sobre el capot del auto, mientras observaba la playa iluminada por las estrellas; suspiró feliz.
―¿Te gusta?
No quiso hacer escándalo porque Hee estaba durmiendo, sólo giró lentamente su cabeza mientras se tragaba todo el susto que el chico le había dado.
―No puede ser. ¡¿Cómo me encontraste?! ―susurró.
―Yo siempre te voy a encontrar, porque soy tu Astro.
―No vuelvas a decir eso. Parece de una persona loca, y tú eres una persona loca. ―no volvió a dirigirle la palabra, se quedó en silencio y abrazó sus piernas, mientras reposaba su rostro sobre ellas.
Su Astro no habló más, sólo posó su mano sobre la espalda de SeokJin y empezó a masajearla; el otro empezó a sentir cómo la tensión empezaba a bajar y sus lágrimas empezaban a fluir silenciosamente.
―Y... ―habló entrecortado por el llanto―. ¿Astro tiene nombre?
―No, sólo la Enana Negra puede ponernos nombre.
― ¡Oye! No soy enano. ―se cruzó de brazos.
―Una Enana Negra es un astro hipotético resultante del consumo completo de la energía térmica de una Enana Blanca.
―Ah, bueno. Y, ¿por qué nos ponen esos términos?
―Una Enana Blanca es una persona feliz, y tú no eres plenamente feliz ―colocó su dedo sobre el pecho de SeokJin, a la altura del corazón―. Por eso eres una Enana Negra.
―Pero yo sí soy feliz. ―se alejó.
―Los Astros nos encargamos de llenar ese vacío en los corazones que la vida se ocupó de revolver. SeokJin, yo estoy aquí porque me debo encargar de que tu corazón ya no siga vacío por la ausencia de una persona que, alguna vez, amaste.
―Ya no sigas ―le dio la espalda y volvió a abrazar sus piernas―, por favor. Quiero que te vayas.
Y esperó en silencio, no escuchó ruido alguno por lo que supuso que seguía ahí. Lentamente miró a su atrás y no lo observó, y suspiró feliz.
Hasta que sintió que era elevado por los aires y, de un momento a otro, ya se encontraba dentro del auto en el asiento de copiloto.
―Ponte el cinturón, por favor. ―lo observó a los ojos y le dio una tierna sonrisa, a lo que el otro empezó a sonrojarse lentamente e hizo caso a lo que dijo
Su Astro encendió el auto y empezó a conducir por la carretera, ahora, vacía. El reloj marcaba 1:34 a.m., por lo que SeokJin se llegó a asustar ligeramente; él no era de llegar tarde a su apartamento, y HeeSeung tampoco.
Quería decirle que acelere porque tenía miedo de que algo malo le pase a él o a HeeSeung, pero por alguna razón no quería apresurarlo, por lo que se dispuso a apoyar su brazo sobre la ventana y empezó a observar el cielo.
Cada vez que se sentía mal, solo o triste, hacía lo posible por escaparse de casa e ir a la playa; por alguna razón, ese lugar siempre le traía paz y se sentía relajado, su mente se despejaba más y se sentía acompañado. Y ahora que estaba acompañado de una persona más, se sentía nervioso.
―¿Estás bien?
―Sí. ―trató de responder neutralmente.
―¿Seguro?
―Oye... ¿Te... puedo decir algo? ―lo observó y el otro asintió sin despegar la vista de la carretera―. ¿Por qué me elegiste?
―Yo no lo hago, los dioses lo hacen.
―¿Hasta cuándo te quedarás?
―Hasta que seas una Enana Blanca.
―¿Y eso cuándo será?
―Dale tiempo al tiempo. ―lo observó suavemente y sonrió de lado, provocando otro sonrojo en el chico.
Y para romper ese sonrojo, volvió a observar a través de la ventana.
Mientras seguía el recorrido, SeokJin sonreía cada vez que chocaba miradas con la Luna y las estrellas, y guardaba su sonrisa cuando los árboles se interponían en su vista. Y eso hizo por mucho tiempo, sonreía como un bobo y hacía un puchero cuando no veía la Luna. Su Astro lo miró de reojo y sonrió ante lo que ocurría.
―¿Ya decidiste cómo llamarme?
―¿Eh? Ah, no. No, todavía.
―Deberías, no sería algo cómodo que me andes diciendo Astro por la calle.
― ¿Y yo cuándo dije que te diría Astro?
―Entonces, ¿ya tengo nombre?
―Umm, por ahora no... Pero tranquilo, ya buscaré un nombre.
―Eso espero, porque no estaré todo el tiempo contigo.
―¿Cómo qué no?
―Ya llegamos. ―evadió la pregunta, se retiró el cinturón y bajó del auto.
―Oye, pero respóndeme, por favor ―se bajó y lo observó alejarse de ellos―. ¡Oye! ¡Chico...! ¡Astro...! Aish, no. Piensa, piensa. Ah, ¡NamJoon...! ―y se tapó la boca con sus manos; el otro se detuvo y lo observó.
―Muy bien ―susurró y sonrió―. ¿Así me llamaré?
―N... no. Jeje, perdón. Yo... lo dije sin pensar. Es que... había un vecino que... así se llamaba. Pero eso fue hace mucho, ¿sabes? No... no tienes que tomártelo a pecho...
―NamJoon ―sonrió―. Me gusta. ―alzó la mano en forma de despedida y caminó por la pista para después desparecer entre pequeños destellos e irse al cielo.
―¿Desapareció...en frente mío? ―se dio la vuelta para dirigirse hacia el auto y sacar a HeeSeung de allí―. No estoy loco ―tiró sus cabellos hacia atrás―. ¡No estás loco! ―saltó de felicidad y se calló instantáneamente―. No estoy loco, no estoy loco. ―empezó a susurrar mientras se dirigía al vehículo para sacar a HeeSeung de ahí.
-------- ≪ °✾° ≫ --------
―¿En serio no vio a dónde se fue?
―Ya te dije que no. ―le dio un bocado al helado.
―Aish, debió ver...
―Ya te dije más antes que... se desvaneció. Así de simple fue, y así será.
―Bueno ―le dio un mordisco a su sándwich―. Pero, aun así, debió preguntar su destino.
―HeeSeung.
―¿Sí? ―lo miró a los ojos.
―¿Cuántas veces te dije que no comas con la boca llena? Eso es una falta de respeto, y no sólo para la persona que está al frente o alrededor tuyo, también es una falta de respeto hacia ti.
tragó su pedazo que había mordido― Lo siento Hyung. No volveré a hacerlo.
―Eso espero.
Y siguieron disfrutando de su desayuno tardío antes de que sean las 11 de la mañana.
SeokJin le explicó a HeeSeung que su Astro volvió a aparecer y ahora ya tiene nombre, por lo que el menor se emocionó mucho y quiso conocerlo, pero el mayor lo detuvo diciéndole que se había desaparecido... o mejor dicho, se había ido, por lo que estuvieron hablando de ese tema toda la mañana; hasta que la alarma de HeeSeung sonó, dejándolos paralizados.
―Hee. ―trató de hablar con la cuchara en la boca por el bocado de helado que había ingerido.
―Hyung. ―volvió a hablar con la boca llena.
Agarró su teléfono y la alarma les indicó que eran las 11 de la mañana. Ambos se miraron mutuamente y empezaron a apresurarse para guardar todo y subir hacia el quinto piso del edificio a trabajar en su horario diurno.
Cuando finalizaron, corrieron con sus alimentos en mano y trataron de llegar a los elevadores, pero todos empezaron a cerrarse y partir.
―¡Hyung! ―llamó su atención y señaló las escaleras con su sándwich en manos.
―No... no tengo opción. ―y corrió hacia las gradas con el vaso de su helado y ambos empezaron a subir como locos.
Cuando llegaron al piso que tanto deseaban ingresar, un señor se interpuso en su camino, provocando que ambos se detengan al instante para evitar chocar con el hombre.
―Ay, disculpe. ¿Señor? ―el mayor lo miró con una sonrisa, mientras su jefe los observaba con sus manos en la espalda y con una ceja arqueada.
―No había transporte. ―HeeSeung también sonrió.
―Espero que sea la última vez que ambos llegan tarde a este lugar, ¿les quedo claro?
―¡Sí, señor! ―contestaron rápidamente.
Su superior se hizo a un lado y ambos chicos pasaron rápidamente hacia las oficinas y se sentaron en sus respectivos lugares, donde terminaron su desayuno silenciosamente sin que nadie los vea.
-------- ≪ °✾° ≫ --------
―No debí hacerte caso, ¿eh?
―Jaja, no se moleste Hyung. Admítalo, fue muy divertido. Viéndolo comer a las justas y yo, dando bocanadas grandes del sándwich. Usted se vio más divertido.
―Jeje. Sí, lo admito. Fue divertido.
―Sí... Ah, Hyung. Ya voy a tomar el bus, debo colgar.
―Bien. Suerte HeeSeung, cuídate.
―Gracias. Adiós. ―y colgó la llamada.
Aunque esa mañana llegaron y salieron tarde, HeeSeung pidió permiso de urgencia para ir a Gyeonggi, donde su familia se encontraba delicada de salud; obvio, SeokJin lo apoyó en todo.
Hee dijo que, quizás, regrese al día siguiente o dentro de dos días, por suerte no hubo problema con eso; su jefe logró acceder.
El mayor se regresó en su auto, manejando con las ventanas abiertas y con la música a alto volumen; hoy tenía ganas de pasear y tomar, hasta quedar inconsciente.
―It's like a Polaroid Love. Sarang chonseureon geu gamjeong. Geunde nae gaseumi ttwieo wae na irae na.
SeokJin no podía mentir cuando se sentía bien, tarareaba las letras de sus canciones favoritas a su gusto y las empezaba a disfrutar.
―Lindos gustos.
SeokJin miró de reojo y lentamente giró su cabeza a la derecha, para observar a "NamJoon" echado en el asiento de copiloto.
―¡¿Y tú cómo apareciste acá?!
―¿Olvidas que soy tu Astro?
―Lo quiero hacer.
―Pues, como tú Astro, tengo... dones, sí, eso. Tengo dones, así que no puedes hacer nada para prohibirme que esté a tu lado.
―Sí puedo ―y frenó bruscamente―. Fuera.
―¿Así tratas a tu Astro?
―Sólo a los que intentan ligar conmigo, fuera.
―Bien ―bajó del auto, cerró la puerta y se apoyó en la ventana―, pero no me pierdas de vista. ―y le guiñó, ruborizando al otro.
SeokJin sacudió su cabeza y avanzó lentamente mientras no dejaba de observar por el espejo retrovisor a NamJoon, quien lo seguía con la mirada e, incluso, alzó una mano para despedirse. Luego tronó sus dedos y volvió a aparecer al lado de SeokJin, frenando rápidamente por el miedo.
―¿Qué te dije?
―Te... te puedes quedar... Si... si quieres.
―Eso pensé. ―se recostó en el asiento. SeokJin observó los dedos de NamJoon, éste colocó el dedo medio sobre el dedo índice y luego los regresó a la normalidad; alzaron la vista hacia la carretera y se miraron mutuamente.
―¡¿Qué?! ¿Qué hago aquí?
―Tú ocuparás el asiento de copiloto y yo conduciré esta belleza... Oh. Lo siento, auto bello, pero tú sólo reinas. ―lo observó muy de cerca y le guiñó.
―Sólo... ―volvió a ruborizarse―. Sólo quiero irme a casa. ―cruzó una pierna, sus brazos, giró hacia la ventana e hizo un puchero de manera inconsciente.
―Como diga el dueño. ―y puso el auto en marcha.
SeokJin observó a través de la ventana y, como la otra vez, empezó a alegrarse cuando se encontraba con la Luna y se amargaba cuando los árboles tapaban el satélite.
Su vista dejó de fijarse en la Luna cuando NamJoon empezó a tararear Polaroid Love, y no lo hacía mal. A veces, escuchaba su intento de canto, pero después lo cambiaba por unos tarareos y sonreía ante tal acción, era lindo de su parte; lo que SeokJin no sabía era que su Astro sabía de su odio hacia las personas que cantaban mal, por eso no lo hacía y el tarareo era lo mejor para ambos.
No quería admitirlo, pero se sentía bien con la presencia del chico estrella.
-------- ≪ °✾° ≫ --------
El bus seguía su camino, llevando varios pasajeros hacia el destino de Gyeonggi. Los asientos estaban ocupados por personas solteras, recién comprometidas, casadas, con familia, incluso por personas llevando los restos de algún conocido. HeeSeung estaba apoyando su brazo en la ventana mientras pensaba en su familia; estaba realmente muy preocupado por ellos y las llamadas que realizó, no sirvieron de nada.
Supuestamente debió llegar a las 7:45 de la noche, pero hubo unos contratiempos en el terminal terrestre, por lo que la hora de su llegada estaba estipulada a las 8:19.
―Hola Hyung, ¿qué tal?
―Todo bien Hee. ¿Y tú? ¿Qué tal? ¿Ya llegaste?
―No, aún no. Llegaré dentro de unos 20 minutos.
―Oh, entiendo. Suerte.
―Gracias.
―Ah, por cierto. Adivina quién está aquí... ―y la llamada se colgó.
―Hyung. ¿Hyung? ¿Está allí?
Eso lo dejó pensando. ¿Por qué su Hyung le había colgado? Quería volver a llamarlo para preguntarle por qué hizo eso, pero descartó esa idea; no quería ser chismoso como sus colegas del trabajo.
Cuando guardó su teléfono, se dispuso a observar a través de la ventana y un camión fuera de control impactó frente a él, volcando bruscamente el bus en el que varias personas se encontraban viajando.
―Yo sólo quería ver a mi familia, abrazarla y cuidarla, no quería morir en el intento.
-------- ≪ °✾° ≫ --------
―Oye, ¿por qué hiciste eso?
―Nadie más debe saber mi presencia. Ya le contaste a tu amigo sobre mí, y no pude hacer nada para evitarlo.
―Pero es mi amigo. No es tuyo.
―Si le hubieras contado de mí en la noche, te hubiera detenido.
―¿Qué? ¿Ahora eres una especie de vampiro que sólo sale en las noches para cuidarme?
―Ese es mi destino. Y no puedo cambiarlo por más que quiera.
―Eso no me parece justo. Si tú dices ser quien llene el vacío en mi corazón, debo presumirte como mi cura.
―¿Eso hacen los humanos?
―Sí, así nos sentimos seguros.
―Eso es... raro.
―Pero así nos sentimos protegidos, te debes acostumbrar ―volvió a observar fuera y recibió una llamada, contestándola al instante para que NamJoon no le quite el teléfono―. Hola HeeSeung, lamento que... Sí, soy yo.
NamJoon lo observó de reojo y puso atención a su conversación, pasó su cabello tras su oreja y escuchó la voz de otra persona al otro lado de la línea; no era ese tal HeeSeung. Algo había pasado, y en el rostro de SeokJin se notaba esa preocupación.
―Está bien, llego en 5... minutos. ―y colgó.
NamJoon no quiso meterle conversación ni "interrogarle" sobre qué ha pasado. Volvió a observarlo y el otro había apoyado su mentón sobre su puño y empezó a llorar, tragándose todos sus sollozos y apretando fuertemente sus labios.
Por lo que pudo escuchar, el bus donde HeeSeung estaba viajando sufrió un accidente con un camión que iba descontroladamente y, el personal del hospital, estaban contactando a los familiares o amigos de los pasajeros para darles más información.
―Ponte el cinturón, llegaremos en menos de 5 minutos.
―Pero...el viaje en carretera es de 2 horas. Nunca llegaremos a tiempo.
―Confía en mí ―se acercó a su rostro con 5 centímetros de distancia y colocó un pequeño colgante en sus manos―. Yo te ayudaré. ―sonrió ligeramente y volvió a su asiento.
SeokJin agachó la mirada hacia el colgante y se colocó el cinturón.
NamJoon dio una vuelta brusca al auto y se detuvo en la autopista, jugó con el acelerador y mentalizó el hospital de donde lo habían llamado. Cuando SeokJin ya estuvo seguro, pisó fuertemente el pedal y el auto corrió a 140 km/h.
Y en cuestión de segundos, en un destello de luz azul, el auto desapareció de la carretera.
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