ONCE

Jimin no pudo resistirse mientras Jungkook lo llevaba casi arrastras hasta el salón.

—Duele, Jungkook, suéltame, déjame ir —le gritó a la figura alta de inmediato.

—No hay necesidad de lloriquear por esto Jimin. Si te hubiera alcanzado una fracción de segundo después te hubiera dolido más, ¿lo sabes? —dijo Jungkook con voz profunda reflejando el enojo que sentía.

Los subordinados que los seguían se callaron, Jimin se giró un poco y vio a Namjoon parado con la cabeza gacha. Su cara se veía preocupada.

—Señor yo… —quiso hablar el moreno pero él gritó furioso de su jefe lo interrumpió.

—¡¿Quién sacó a Jimin de la casa?! —preguntó en voz alta.

—Fui yo señor —respondió Namjoon con seriedad.

Un fuerte puño lo golpeó al instante en que terminó de hablar, haciéndolo trastabillar. Jungkook se abalanzó sobre el moreno golpeándolo con mucha fuerza.

—¿En qué carajos pensabas cuando lo llevaste a dar un paseo a la jaula? ¿Lo ordene? ¡Saben que no deben dejar que nadie que no esté autorizado se acerque a los tigres! —grito cuando el guardia cayó al suelo.

Namjoon tenía sangre escurriendo por la boca, se puso de pie inclinándose frente a su jefe.

—Lo siento señor, no tuve cuidado, puede castigarme —respondió el guardia haciéndose responsable.

Jungkook levantó el puño nuevamente con la intención de volverlo a golpear.

—Jungkook detente.

La voz clara de Jimin sonó agarrando el brazo del furioso hombre. Jungkook se detuvo y volteo a ver al castaño con una expresión sería en su rostro, pero Jimin no se amedrentó y se puso entre el mafioso y Namjoon.

—No le pegues más.

—¿Por qué? —preguntó Jungkook más molesto aún.

—Él no tuvo la culpa. Namjoon me dijo que estaba prohibido, pero yo huí para verlos, fui yo solo, si tienes que castigar a alguien, castígame a mí, pero no culpes a alguien que no tuvo ninguna responsabilidad en lo que hice —dijo Jimin en tono serio causando que los subordinados del pelinegro lo mirarán con asombro.

Cuando su jefe se enojaba nadie podía detenerlo, y por supuesto nadie se atrevía a intervenir.

—Pero estuvo mal dejarte sin supervisión —respondió en un tono más bajó.

—Deja de hacer tanto escándalo. Estoy bien.

En apariencia Jimin se veía serio y valiente, pero en su corazón estaba muerto de miedo, no sabía de dónde le estaba saliendo tanto valor para atreverse a enfrentarse a un jefe de la mafia.

—¿Entonces debería esperar a que te lastimes primero? Tengo motivos para enojarme Jimin —dijo volviéndose hacia Namjoon.

—¿Por qué mejor no ignoras esto? —dijo Jimin mirándolo a los ojos.

Jungkook respiró hondo para reprimir su ira.

—Fuera de mi vista todos —dijo finalmente el mafioso a sus hombres —. Hoseok va a ver a Clemo y Nata Montada y dales algo de comer.

Hoseok asintió sin decir nada, había estado en silencio durante todo ese momento, solo observando todo de cerca y comprendiendo hasta qué punto su jefe quería a ese joven, sabía que más que enojado Jungkook había estado preocupado por él.

El pelinegro tomó a Jimin del brazo nuevamente y lo llevó a las escaleras.

—Jungkook más despacio, ¿a dónde me llevas con tanta prisa? —se quejó Jimin, todo el camino de subida hasta que entraron a la habitación.


Minutos antes, cuando Jungkook se despertó y no sintió el delgado cuerpo a su lado, se levantó rápidamente de la cama y preguntó a uno de sus subordinados que estaba parado en el pasillo de las habitaciones por él. Le dijo que Jimin había bajado a explorar la casa, al llegar al primer piso su nana le dijo que había salido a caminar al jardín trasero lo que le provocó un mal presentimiento.

Cuando lo vio parado cerca de la jaula, corrió hacia él, pocos sabían dónde se escondían sus mascotas y el peligro que significaban para quienes eran ajenos a ellos. Había logrado apartarlo a tiempo de que Clemo el tigre macho lo alcanzará con sus enormes garras.

Jamás se hubiera perdonado si algo malo le hubiera pasado. Por unos instantes mientras corría lo había imaginado siendo destrozado por el enorme animal y eso incrementó su furia. Aún con Jimin a salvo en su habitación seguía sintiendo enojo y frustración al mismo tiempo.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó Jimin frunciendo el ceño cuando Jungkook cerró la puerta con la misma expresión de enojo que tenía en el salón.

—¿Por qué fuiste a la jaula de los tigres si te dijeron que no? —preguntó con voz severa.

Jimin se acercó y se sentó en el sofá del dormitorio, y el pelinegro se sentó a su lado.

—Solo quería verlos, ¿quién sabría que tú tigre… —se estremeció un poco al recordar la imagen del enorme animal.

—Tuviste miedo —dijo Jungkook al ver como su hermoso rostro se puso pálido y se acercó un poco más hacia él.

—No me dió miedo, solo me sorprendió un poco.

—Por un momento pensé que no tendríamos tiempo de crear una buena historia aquí —dijo más tranquilo el pelinegro.

—Mejor llévame a mi casa, así no crearé más problemas —respondió Jimin intentando negociar el regreso a su casa.

—De ninguna manera —dijo Jungkook  en tono serio antes de caminar y desabotonarse la camisa y caminar hacia el armario.

Jimin miró la ancha espalda sorprendiendose al ver el tatuaje en ella. Antes no había notado que estuviera tatuado y como si de un hechizo se tratara se levantó y se acercó al pelinegro sin apartar la vista del tatuaje con una extraña fascinación. Jungkook sonrió un poco al ver el interés del joven en la imagen de su espalda.

—¿Por qué te hiciste el tatuaje? ¿Fue por qué eres de la mafia? —preguntó Jimin con curiosidad.

—¿Alguien decretó que todos los mafiosos debían tatuarse? Los tatuajes son una preferencia personal, no tienen ningún significado oculto, solo el que uno quiera darles, yo me lo hice cuando tenía dieciocho años —dijo con indiferencia —¿A ti te gustan o te desagrada que alguien tenga?

—Me gustan pero ni ca me animé a hacerme uno.

—Me gusta que no tengas ninguno, prefiero tu cuerpo limpio, pero si quieres marcas, con gusto yo puedo hacerlas —dijo mientras se giraba y lo veía con ojos afilados y una media sonrisa en su boca.

Jimin dió un paso hacia atrás para alejarse sabiendo lo que esas palabras significaban.

—Pervertido —habló sin mirarlo a los ojos.

—¿Quieres que tomemos una ducha juntos? —fingió preguntar, jugando ahora que su estado de ánimo había comenzado a mejorar.

—No, no quiero.

Jungkook rió con ganas al ver la expresión de Jimin ante su juego.

—Muy bien. Entonces espera aquí mientras me baño, no te escapes, no quiero que salgas de aquí —ordenó antes de entrar al cuarto de baño.

—No tengo ni un día aquí y ya me está ordenando —se quejó mientras se dejaba caer sobre el sofá.

Mientras esperaba, pensó que si iba a quedarse en esa casa debía de acostumbrarse a los hábitos de Jungkook.

—Puedes darte una ducha, mientras me cambio, y después bajaremos para que conozcas a todos —la voz del pelinegro interrumpió sus pensamientos varios minutos después.

Había salido del baño solo con una toalla envolviendo su cintura te llevaré. Jimin asintió, tomó sus cosas y se metió al baño.


Más de media después ambos salían del cuarto.

—¿Para que me tienes que presentar a todos? —preguntó mientras bajaban.

—Tengo que presentarles a todos a su nuevo jefe y que no olviden que te traje aquí como mi esposa.

Jimin miró con incredulidad. Se preguntaba por qué el mafioso le cedía tan fácilmente el puesto de esposa.

Cuando llegaron a la primera planta, Jungkook pasó su mano alrededor de la cintura de Jimin guiandolo al salón donde los guardias, las empleadas y el ama de llaves ya los esperaban.

—¿Ya están todos? —preguntó Jungkook dirigiéndose a su amigo más cercano que esperaba en la entrada del salón.

—Solo falta la gente de la oficina —respondió Hoseok.

—Está bien, ya después llevaré a Jimin a presentarlo con ellos —dijo antes de voltear a ver al chico —. Sonríe un poco estos a punto de presentarte —le dijo al ver su rostro serio.

—No quiero hacerlo —respondió en tono molesto el castaño.

Jungkook sonrió suavemente antes de asentir. Nada más entrar todas las personas ahí reunidas se inclinaron mostrando respeto, mientras algunas de las empleadas veían a Jimin con curiosidad y un poco de envidia por su belleza.

Algunos de los guardias ya lo conocían y sabían la historia de él y su jefe, otros aún no sabían quién era, mientras que el joven los veía nervioso y afligido. Hasta que entre todos vio al jovencito de antes.

—Oh, el niño —dijo en voz baja pero fue escuchado por Jungkook.

—Este es Taehyung, el nieto de nana ¿se conocen? —preguntó con interés mientras que el joven se ocultó un poco detrás de su abuela.

—No, solo lo vi cuando estaba paseando por el jardín, pero no pude hablarle —respondió Jimin dándole al niño una sonrisa amistosa, antes de ser jalado de su cintura y sentado en un gran sofá en medio de la habitación.

—Jungkook no tienes que abrazarme así, quédate quieto —dijo con voz suave, pero el pelinegro lo ignoro y en lugar de soltarlo lo abrazó con más fuerza.

—Estoy abrazando a mi esposa, ¿dónde está el problema? —preguntó en voz baja, esto hizo que Jimin soltara un gruñido en la garganta —. Ya que estamos todos reunidos, tengo algo que decirles.

La voz firme y dura de Jungkook hizo que el corazón de Jimin diera un brinco, había algo formidable en su forma de dirigirse a las personas. Mientras que los empleados frente a ellos guardaron silencio y prestaron atención a lo que su jefe iba a decir.

—Algunos ya saben quién es la persona que está a mi lado, otros no lo saben —comenzó diciendo Jungkook viendo levemente a Jimin —. Su nombre es Park Jimin, vivirá aquí con nosotros y a partir de este momento se convertirá en su jefe como mi esposa que es.

Jimin se sonrojó por las palabras del mafioso, aunque no estaba satisfecho con el cargo que le impuso, no pudo evitar sentir su corazón acelerarse.

—¿Alguien tiene algún problema con esto? —pregunto el pelinegro con voz dura.

—¡No! —respondieron todos al unísono.

—Bien. Espero que de la manera en que me cuidan y obedecen a mi, cuiden y lo obedezcan también ¿Entendido?

—¡Sí señor! —dijeron todos al tiempo que inclinaban la cabeza.

—¿Por qué tienen que cuidarme? Puedo hacerme cargo de mí mismo, no actúes como si fuera un niño, Jungkook —replicó Jimin con voz molesta haciendo que todos en la habitación se queden en completo silencio.

—No puedes dejar de ser terco, ¿verdad?

—No soy terco, tú eres el que no sabe nada sobre mi y como soy —argumentó el castaño, muchos de los subordinados de Jungkook volvieron a mirarse consternados, nunca nadie antes se había atrevido a hablarle a su jefe de esa manera.

—Está bien, lo acepto, pero siendo una persona demasiado traviesa y desobediente como lo eres, de todos modos te cuidarán.

Jimin frunció el ceño e hizo un puchero con su boca.

—¿Ya conociste a Nana y a sus ayudantes? —le preguntó Jungkook y Jimin asintió.

—Si, conocí a Nana y a Jihyo cuando bajé a la cocina más temprano —respondió tranquilo.

—Nana es la ama de llaves principal, Ji Hyo y Eun Chae son las asistentes de Nana, si quieres comer algo en especial o necesitas que hagan algo puedes pedírselo a ellas.

—Sí —respondió sin mucho ánimo, pero a la mujer mayor le dió una sonrisa mientras ella lo veía con ternura.

—Este es Taehyung, el nieto de Nana —por último presento al niño.

—Mucho gusto señor Jimin —saludo el jovencito haciendo una reverencia de manera respetuosa.

—No necesitas ser tan formal Taehyung, puedes llamarme Jimin simplemente, sin honoríficos —dijo Jimin, que de inmediato sintió una ternura por el niño.

—Pero… —Taehyung estaba preocupado porque Jimin era la esposa de Jungkook, y el hombre era el benefactor de él y su abuela y no quería ser grosero.

—Puedes hacerlo, no temas que alguien se enoje —la última frase de Jimin fue dirigida con su mirada al pelinegro.

—Está bien, puedes llamarlo como Jimin te lo pide —aceptó Jungkook.

Todos vieron al castaño con asombro, por la forma en que su jefe era tan permisivo con él.

—Mmm… Ok Jimin —respondió Taehyung haciendo sonreír al castaño.

Después Jungkook permitió que todos se retiraran a hacer sus actividades, al igual que él que tenía pendientes que atender.

—Si quieres puedes ir a hablar un rato con Taehyung, Jimin. Necesito hablar de trabajo un momento con Hoseok —le dijo con voz suave.

—Por supuesto, no me iba a quedar a escuchar —dijo Jimin poniéndose de pie para caminar hacia la cocina con un par de guardias detrás de él.

Nada más ver a Jimin entrar a la cocina Jungkook ajustó su estado de ánimo al dirigirse a sus empleados.

—¿Qué pasa con los productos que se entregaron en el lado fronterizo? —preguntó sobre la entrega de mercancía que estaba pendiente.

—El cliente ya concretó una cita con fecha y hora, pero sentí que el lado de Shownu está bastante insatisfecho con nuestros clientes —informó Min Yoongi, uno de sus subordinados, en tono serio.

—Ya me estaba preguntando cuando tendría noticias de él —dijo Jungkook burlonamente al mencionar a su rival en los negocios.

—Jungkook creo que cuando recojamos la mercancía necesitamos revisar más de cerca, la gente de Shownu estarán buscando problemas, hace mucho que quieren tomar el área como suya —mencionó Hoseok preocupado por un enfrentamiento.

—Estaba pensando en lo mismo, de todos modos mantengamos nuestros ojos en cualquier movimiento extraño, si algo va mal reportenme de inmediato —ordenó, antes de continuar con otros asuntos.


—¿Puedo sentarme contigo? —le preguntó Jimin al niño sentado en una banca detrás de la casa.

—Si está bien —respondió Taehyung moviéndose a un lado para hacerle espacio.

Jimin se sentó antes de mirar a los guardias, que lo habían seguido hasta ahí.

—Señores ¿Por qué me siguen? No tienen que seguirme porque estoy en la casa de su amo —dijo con gravedad.

—Pero el señor lo ordenó —dijo uno de los subordinados de Jungkook por qué no se atrevían a desobedecer una orden, pero por otro lado tampoco quería  ofender a su nuevo jefe.

—Eso es una tontería, ¿También me acompañarán hasta el baño? Si tienen otra cosa que hacer vayan y háganlo —ordenó.

Jimin no quería darles ordenes en absoluto, ni a ellos ni a nadie, y no quería que nadie se volviera a meter en problemas por él. Pero había cosas que no pensaba tolerar.

—¿En serio? Bueno, déjeme preguntarle primero al señor —respondió el guardia antes de volver a entrar a la casa. Jimin suspiró aliviado.

—Hmmm… Jimin hyung ¿realmente eres la esposa del señor Jeon? —preguntó Taehyung con curiosidad.

Jimin se sorprendió un poco porque no sabía cómo responder a esa pregunta.

—Uh... bueno, ¿cómo lo puedo explicar? —no pudo pensar en las palabras correctas mientras era observado por el jovencito esperando una respuesta.

—¿Un hombre puede ser la esposa de otro hombre? —preguntó Taehyung de nuevo, dejando otra vez sin palabras.

—Preguntas si es correcto pues si, está bien —respondió en voz baja.

Si sus amigos hicieran esas preguntas sería fácil de responder, pero Jimin no quería que su respuesta influenciara a este chico inocente.

—Bueno, en realidad esos son gustos personales —agregó haciendo sonreír a Taehyung con su respuesta —. Quiero decir que no depende del género. Si sus corazones están unidos y se aman entonces pueden vivir juntos como marido y mujer.

Trató de explicar sin dar tantos rodeos, para no confundir al chico y porque no puede pensar en algo más en ese momento.

—Oh, ya lo entendí bien —respondió el joven, esto hizo que Jimin arqueara una ceja al dudar si realmente el chico había entendido.

—¿Qué entendiste? —le pregunto con curiosidad.

—Entiendo que tú y el señor Jeon se aman, por eso vienen a vivir juntos como marido y mujer, como cuando mis padres vivían juntos, ¿es así? —dijo el joven lo que entendió causando que Jimin se congele afligido.

¿Amor? Estoy aquí porque fui obligado no por amor, pensó Jimin.

—Jimin, hyung —lo llamó Taehyung cuando lo vio quedarse perdido en sus pensamientos.

—¿Qué pasa?

—¿Dije algo malo? —preguntó el joven apresuradamente y nervioso pensando que había dicho algo que lo ofendió.

—No, nada. Solo pensaba en algo —respondió haciendo que el pequeño suspirara aliviado.

—¡Jimin!

De pronto una voz gritó su nombre interrumpiendo la conversación. Jimin se volteó a ver a quien le hablaba antes de fruncir el ceño.

—¿Qué te dije? Alguien te tiene que estar cuidando —dijo Jungkook después de que sus subordinados informaron los deseos del castaño.

Taehyung se levantó apresuradamente y salió a buscar a Hoseok, dejando a la pareja hablar.

—Es una ridiculez Jungkook, estoy en tu casa, entonces ¿por qué deben de seguirme aquí? —argumento de inmediato.

—Por si necesitas algo. O si hay un evento inesperado como lo que pasó antes en la jaula de los tigres, así tendrás a alguien que te ayude inmediatamente —rebatió Jungkook nuevamente, haciendo suspirar al castaño.

—Si quieres que me quede aquí, debes de entender que no necesito que me estén siguiendo aquí, me siento incomodo.

—Pero estoy preocupado por ti.

Ni Jungkook mismo se reconocía, nunca antes había sentido la necesidad de cuidar de alguien, ni mucho menos se preocupaba por alguien que no fuera el mismo.

—Si realmente estuvieras preocupado por mi o interesado en lo que quiero jamás me hubieras traído aquí como lo hiciste —dijo Jimin antes de ponerse de pie y volver a entrar en la casa.

Jungkook lo vio sin entender porque tenía que estar tan enojado con él solo por eso antes de seguirlo apresuradamente.

—Jimin, espérate, te estoy hablando —lo llamo, pero Jimin lo ignoraba.

Con grandes zancadas a medio correr subió las escaleras hasta llegar al segundo piso. Mientras la escena era vista con asombro por los empleados de la casa, al ver a su jefe seguir al castaño.

El sonido de la puerta cerrándose estrepitosamente sacudió toda la casa, indicando el estado de ánimo de la persona que se encerró, Jungkook respiro hondo antes de abrir la puerta y descubrir que Jimin había encendido la televisión y se había acostado en la cama haciendo que Jungkook se confundiera al no entender qué pasaba.

—Jimin, por favor ¿podemos hablar tranquilamente?

Jimin lo miró pero no respondió.

—Vamos, eres mi pareja, ¿no puedo estar preocupado por ti?

En ese momento el mafioso pensó en que si alguna otra persona hubiera hecho menos de la mitad de todo lo que ha hecho el castaño, ya lo hubiera echado de la casa. Pero con Jimin se tenía que rendir y buscar reconciliarse.

—Bien, aquí estoy tratando de evitar que te preocupes por mí —hablo por fin con firmeza.

—¿Qué quieres decir? preguntó inocentemente.

—Dijiste que tienes miedo de que esté rondando por todos lados, así que me quedaré en esta habitación, no saldré para que nadie tenga que seguirme ni cuidarme, solo me quedaré encerrado en esta habitación. Pero entonces será mejor que instales cámaras para que veas que no me muevo de aquí. Y será mejor que vayas y les digas a tus empleados que estoy aquí en calidad de prisionero y no como tú esposa, ya que ni en tu casa puedo ir a ningún lado solo.

Cada palabra fue dicha cargada de sarcasmo y los ojos brillantes y humedecidos.


En la vida yo soy igual de dramática como Jimin jajaja... amo que Jungkook bien malote con sus empleados y con Jimin es toda una masita jajaja.

Puntos a aclarar.

Apartir de este punto habrá más menciones de Taehyung y me gustaría aclarar que él es demasiado inocente, es un niño de quince años, que no sabe nada de la vida, una alma pura sin malicia.

Si ustedes a los quince ya de puras no tenían ni el nombre el si así que no quiero comentarios desagradables.

Nos leemos bellezas...
         Besitos 😘😘😘

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top