TERAPIA

Los días para Jungkook eran tristes y sin vida desde la partida de Jimin, su estado de ánimo era el peor, y estaba tomando más de lo debido, la culpa por todo el daño causado al rubio no lo dejaba en paz, se maldecía incontables veces, se odiaba así mismo por haberlo lastimado.

Namjoon lo iba a ver casi a diario y con cada visita lo veía peor. Su aspecto físico era lamentable, habían pasado dos semanas desde que Jimin se había marchado y Jungkook parecía muerto en vida, estaba más delgado y con unas ojeras enormes que se marcaban cada día más en su piel extremadamente pálida. Había dejado de ir a trabajar y podía jurar que no comía, le preocupaba su salud, él era su mejor amigo y no podía seguir sin hacer nada, las cosas no podían continuar de esa manera, tenía que hacer algo por ayudarlo o terminaría muerto.

Pasaba los días encerrado en el cuarto que había compartido con Jimin, rodeado de infinidad de botellas vacías, no paraba de llorar, y en el estado etílico en que se encontraba comenzó a sufrir de alucinaciones, en las que veía al rubio mirándolo con odio y asco.

—Mi amor, perdóname, por favor —le habló a la nada —te juro que no volveré a hacerte daño, por favor no me dejes —suplicaba mientras lloraba.

"Jamás te perdonaré te odio, eres un monstruo, te mereces morir y arder en el infierno"

Le respondió el fantasma de Jimin, y sus lágrimas se hicieron más intensas.

—Tienes razón, no merezco vivir, soy un ser despreciable, el mundo y sobre todo tú estarán mejor sin mí sobre la tierra —dijo entrecortadamente sin dejar de llorar.

Tomó la botella que sostenía débilmente entre sus manos y vacio su contenido en su garganta, sintiendo el alcohol arder a su paso. Cuando vio su reflejo en el espejo sintió asco de sí mismo, y una furia asesina lo invadió, arrojó la botella contra el espejo reventandolo en miles de partes que se esparcieron por el suelo a su alrededor, volvió a ver su reflejo pero ahora distorsionado entre los pedazos, tomó uno de los vidrios y lo sostuvo frente a su rostro, mientras tomaba una drástica decisión.

Ya no soportaba más ese dolor, y la culpa por sus acciones no lo dejaba vivir. Cerró sus dedos sobre el trozo de espejo causando que la piel de su mano se abriera y comenzará a teñirse de rojo, contempló la escena sin expresión alguna, levantó su otro brazo y sin dudar deslizó la punta afilada sobre la delgada capa de piel, apretó con fuerza consiguiendo que el corte se hiciera más profundo, y al instante chorros de sangre comenzaron a brotar de la vena reventada.

Repitió el mismo procedimiento en el otro brazo antes de soltar el vidrio y quedarse viendo su obra, sentía como con cada gota de sangre que salía de su cuerpo su dolor se desvanecía un poco, pronto comenzó a sentirse ligero, y sus párpados le pesaban tanto que los cerró dejándose envolver por la oscuridad que ya había comenzado a envolverlo.

Entre esa oscuridad escuchó una voz a lo lejos que lo llamaba, pero no lograba distinguir de quién era, de pronto la imagen de su bello rubio apareció frente a él y sonrió.

—Jimin, mi amor, volviste —murmuro de forma ininteligible.

—¡Jungkook estupido, ¿qué hiciste?!

—Tengo sueño, mi amor pero no quiero que te vayas aún, no me dejes todavía —siguio diciendo cada vez más débil.

—¡Jungkook, Jungkook! ¡Reacciona, no te duermas, abre los ojos!

La oscuridad terminó por tragarlo y se dejó ir, quería dejar de sentir ese dolor y seguir viendo a Jimin junto a él.
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El molesto sonido de una máquina pitando lo hizo abrir los ojos lentamente, sentía una debilidad inmensa, no podía moverse, con la vista recorrió el lugar en dónde estaba, y se dió cuenta de que era un hospital. ¿Qué había pasado? ¿Por qué estaba ahí?

Escuchó una puerta abrirse y la figura alta de su amigo apareció frente a él.

—Por fin despiertas, no sabes cómo me preocupe por tí imbécil.

—¿Qué pasó?

—Estabas demasiado borracho, y te cortaste las muñecas con un trozo de espejo. ¿En qué carajos estabas pensando Jungkook?

Vagos recuerdos de la noche anterior llegaron a su mente, y una nueva oleada de lágrimas comenzaron a bajar por su demacrado rostro.

—Ya me cansé Nam, ya no puedo más, no soporto seguir viviendo así, simplemente me rendí, Jimin era lo único bueno que tenía en mi vida y lo lastimé de las peores maneras, tanto física como mentalmente, soy una escoria y no merezco vivir.

—Lo que eres es un imbécil, ¿Cómo crees que se sentiría Jimin si supiera que te mataste por qué él te dejó? ¿No crees que eso sería mucho peor? ¿Logras dimensionar el tamaño de la culpa que lo harías sentir?

—Pero...

—Pero nada, ya me cansé de todo esto. ¡Dices que quieres a Jimin, pero no haces más que dañarlo! —le gritó.

Namjoon sabía que tal vez lastimara más a Jungkook, pero ya era hora de que reaccionara y se diera cuenta de que solo no iba a poder solucionar nada. El pelinegro bajó la cabeza, sin poder decir nada, solo dejó que su amigo hablara.

—¿Quieres recuperar a Jimin? Entonces busca ayuda, ve con un psicólogo, arregla toda tu mierda y después ve y búscalo. Lucha por recuperarlo, deja de auto compadecerte. ¿Te sientes culpable? Bien, estarías mal si no lo hicieras, fuiste un completo imbécil con él, lo lastimaste y mucho, pero a pesar de eso sé que Jimin te ama, aunque tal vez no te lo merezcas. Tú error fue pensar que con alejarte solucionarías todo, que el pasado era solo eso, ignoraste todo lo que viviste y fingiste seguir adelante cuando lo cierto es que debías de enfrentarlo.

Jungkook no decía nada, solo escuchaba a Namjoon mientras seguía llorando. Su amigo tenía razón, no podía seguir así, seguir siendo un cobarde ya no era una opción.

—Kook, eres mi mejor amigo y no quiero tener que enterrarte, no te imaginas el miedo que sentí cuando llegué y te vi desangrándote, pensar que si hubiera llegado unos minutos tarde te hubieras muerto me llenó horror.

—Perdón, me dejé llevar por mi dolor.

—Lo sé, y te entiendo, pero no puedes seguir así, debes de...

Las palabras del moreno se vieron interrumpidas cuando la puerta de la habitación fue abierta, y una bella mujer con bata blanca entró sonriendo.

—Buenos días, me alegra que estés despierto —habló dirigiéndose a Jungkook — Soy Choi Ji Sun, la psicóloga del hospital y me asignaron tu evaluación mental, por la manera en que fuiste ingresado.


Namjoon sonrió, esperaba que esa doctora pudiera ayudar a su amigo, después de presentarse, se despidió de Jungkook y prometió volver a verlo al día siguiente, salió de la habitación y se reunió con su novio que lo esperaba afuera.

—¿Cómo está?

—Físicamente ya está fuera de peligro, anímicamente está hecho polvo, pero espero que la psicóloga que acaba de entrar lo pueda ayudar.

—Jungkook no me agrada por todo lo que le ha hecho a Jimin, pero no le deseo mal, espero que realmente se pueda recuperar.

—Ya verás que si Jinnie, él es un hombre fuerte pero ha pasado por muchas cosas desde que era un niño y todo eso lo afectó más de lo que él creía, y tristemente Jimin quedó en medio de él y sus traumas, y terminó pagando los platos rotos.

—Eso no lo justifica Nam.

—Lo sé cariño, pero Jungkook lo ama de verdad y está sufriendo porque sabe que si se fue, fue por todo el daño que le hizo.

—¿Será buena idea que le diga a Jimin?

—No, él también tiene heridas que sanar, estar lejos les va a ayudar, tal vez cuando Jimin vuelva y Jungkook ya esté mejor y recibiendo ayuda puedan arreglar las cosas, nosotros fuimos testigos de como eran al inicio y si aún se siguen amando como aquel entonces tal vez puedan recuperarlo. Y si ya el mayor se terminó y no pueden solucionar las cosas, por lo menos podrán darle un final adecuado a su historia juntos —señalo el moreno.

—Tienes razón. Vamos a casa, tienes que descansar, no has dormido nada desde anoche que lo trajiste acá, no eres superman mi amor, debes descansar, mañana podrás venir a verlo.

Mientras la pareja salía del hospital, dentro de la habitación, Jungkook comenzaba a abrir su corazón a Ji Sun, quien realmente sentía lástima por ese hombre y esperaba poder ayudarlo a sanar todas esas profundas heridas que comenzaba a dejarle ver.
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Un mes después desde su intento de suicidio, Jungkook se encontraba un poco mejor, su aspecto físico había mejorado, había dejado de tomar y había vuelto al trabajo, dos veces por semana tenía terapia con Ji Sun quien se había convertido no solo en su psicóloga sino también en su amiga.

La joven doctora era un gran apoyo para él, lo había ayudado a enfrentar al horrible hombre que era su padre. El tipo era un verdadero monstruo, y no mostró ni la más mínima pizca de arrepentimiento cuando en compañía de ella, Jungkook fua a verlo a prisión, por él contrario su padre se burló de que estuviera actuando como un "maldito marica" llorando bajo las faldas de una mujer.

La psiquiatra se pudo dar cuenta, lo que debió de haber sido para un niño crecer con un hombre como ese, dónde lo único que le inculcó a base de gritos, golpes e insultos fue su estúpida y machista manera de pensar, para ese tipo los verdaderos hombre eran los que le demostraban a su pareja que los que mandaban eran ellos y para hacerlo no importaba como lo hicieran; para él las mujeres y los donceles no eran más que un objeto que solo servían para desfogar sus deseos sexuales y nada más.

En sus sesiones por el momento el tema de Jimin estaba prohibido, le había dicho a Jungkook que para que pudieran abordar el tema de su ex novio, primero debía de cerrar el ciclo de su pasado, para así poder luchar por su presente y su futuro.

Jungkook lo aceptó, y realmente se estaba esforzando, por él, por Jimin y por el amor que le tenía. Quería intentar recuperarlo y esperaba que no fuera demasiado tarde.








✨✨✨✨✨

Notas de la autora:

Namjoon desconoce que Jungkook abuso de Jimin, por eso es que cree que pueden volver a estar juntos, y Jin tampoco lo sabe, recuerden que Jimin prefirió no decirle.

Ahora con respecto al tema de la doctora, recuerden que es un fic y los problemas de salud mental no se curan mágicamente ni en tan poco tiempo, la terapia es un proceso largo, así que no tomen lo narrado como realidad.

Nos leemos bellezas...
           Besitos 😘😘😘

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