REGRESO
Jimin se encontraba sentado en la terraza del departamento en dónde vivía, esperaba que Joon Sik llegará por él, aún seguía teniendo dudas sobre haber aceptado ser algo más que amigos, pero en ese momento rodeado por la prensa creyó que era lo mejor, ya había pasado un mes desde eso y aunque el acoso era menor, aún había periodista pendientes de cada cosa que hacía.
Por ese mismo motivo su ahora novio no quería que estuviera solo cuando saliera de casa, y había insistido en acompañarlo a su revisión médica, acababa de cumplir cuatro meses de embarazo, esperaba que como el médico que lo atendía había dicho antes, ese día pudiera saber que sexo tendría su bebé. Obviamente no es que hiciera alguna diferencia, si era niño o niña lo querría igual, aunque tenía la corazonada que sería un niño, y que se parecería a Jungkook.
Ante ese pensamiento recurrente suspiró con pesar y es que a pesar de todo lo que había pasado, sus sentimientos hacia él seguían siendo los mismos. Constantemente se preguntaba cómo es que podía seguir amándolo, eso era algo que no entendía, su corazón simplemente se negaba a soltarlo.
Aunque eso no significaba que fuera a perdonarlo y correr de nuevo a sus brazos. Y no por él, sino por su hijo, jamás permitiría que un hombre como Jungkook lo criara, esa criatura en su vientre era su mayor tensoro y lo protegería de todo y de todos. Y por eso mismo pensaba que había aceptado a Joon Sik, sabía que al lado de él su vida sería tranquila y sin problemas, el rubio lo quería se lo había dicho en muchas ocasiones y se lo demostraba constantemente.
Y también sabía que amaba a su bebé aunque no fuera suyo, Jimin tenía la esperanza de que en algún momento el cariño que sentía por el rubio se convirtiera en amor, y aunque por ahora no era así, agradecía su compañía y su cariño, y todos los días rogaba a dios porque pudiera enamorarse de él.
Cuando el timbre de laa puerta sonó se puso de pie, y fue a abrir, sabía quien era el que tocaba y no se equivoco. Joon Sik estaba de pie frente a él con una caja de chocolates que se habían convertido en sus favoritos y una bella sonrisa en su rostro.
—Estos —dijo levantando la mano con la caja de chocolates — son para ese pequeño que está aquí y que ama el chocolate aún sin importarle que su papi sea un modelo. Y esto... — volvió a decir mientras se acercaba y dejaba un dulce beso en su frente —es para ti lindo.
Jimin sonrió y agradeció ambos gestos, mientras dejaba la caja de chocolates en la mesa aún lado del sofá y tomaba su bolso y abrigo de inmediato.
—Vamos, no quiero llegar tarde con el médico —lo apuro, no quería llegar tarde a su cita.
Joon Sik lo siguió y lo tomo de la mano mientras salían al frente del edificio y subían al auto del ex cantante.
—¿Ya te llamo Tae? ¿Cuando volverá? —le preguntó el rubio en cuanto el carro estuvo en marcha.
—Llamo antes de que llegarás, aún no me dice cuando vuelve, pero ya lo extraño, me siento solo en el departamento sin él.
—Ya te dije que puedes ir a vivir conmigo a mi casa, es lo suficientemente grande para los dos.
Jimin lo sabía, desde el día en que su amigo y manager le aviso que debía de volver a Corea para arreglar unos asuntos relacionados con la agencia, su novio le ofreció vivir con él, pero se negó, tenía miedo de que Joon Sik esperara que durmieran juntos y aún no estaba listo para compartir la cama y su intimidad con alguien más.
—Lo sé y eres muy amable, pero no creo que sea tiempo aún para que vivamos juntos —se disculpó.
—Tranquilo lindo, no te estoy presionando, se que tú aún no estás listo, y cuando lo estés y aceptes vivir conmigo va a ser el día más feliz de mi vida, pero por ahora me conformo con que hayas aceptado mi amor y me dejes llegar a tu corazón.
Jimin le sonrió agradecido, de pronto su charla se vio interrumpida por el sonido de su teléfono anunciando una llamada, lo saco del bolso y le sorprendió ver qué era Taehyung pues en Corea ya era entrada la noche y le preocupo que algo malo hubiera pasado.
—Tae ¿que pasa, porque me llamas a estas horas? allá debe de ser casi de madrugada — pregunto en cuanto respondió.
—Si lo sé, pero es que seguía en la agencia, hay varios problemas aca Mimi y entre ellos está tu contrato con nosotros, estuve todo el día tratando de solucionarlo pero fue imposible, Jimin en verdad lo siento, pero vas a tener que volver a Seúl.
Jimin guardo silencio ante las palabras de su manager, no se sentía listo para volver.
—¿Es realmente necesario? — preguntó por fin, con la angustia creciendo en su interior.
—Sí, si no vuelves para solucionar esto, se te podría acusar de abandono de trabajo, y la multa te costaría millones. Perdóname por favor, mi trabajo era asegurarme de que tu partida a París estuviera en orden, pero un maldito papel se extravió y la solicitud de contratación exclusiva por parte de Dior jamás llegó.
Jimin suspiro y cerró los ojos tratando de calmar el ataque de ansiedad que ya sentía formarse en su pecho. Joon Sik había estacionado el carro para poder estar pendiente de lo que pasaba, le preocupaba ver a Jimin con esa expresión de miedo y angustia reflejada en su bello rostro.
—Tú no tienes la culpa Tae, son cosas que a veces pasan y pues si no tengo de otra volveré, ahora voy al médico a mi consulta mensual y después prepararé todo para salir en el primer vuelo disponible. Te llamo cuando vaya a salir para allá.
Una disculpa mas por parte de su amigo y colgó la llamada, se giro a ver a su novio y al instante su aparente tranquilidad se esfumó y comenzó a llorar.
—¿Que paso? —pregunto el rubio mientras lo abrazaba consolandolo.
—Tengo que volver a Corea, hay un problema con mi contrato de resesion de funciones con la agencia, si no vuelvo me pueden multar y cuesta millones. No quiero volver, no estoy listo para hacerlo —respondió entre sollozos.
—Tranquilo bebé, no estás solo, yo estoy contigo y si quieres, puedo ir contigo y tratar de solucionar todo lo mas pronto posible.
Jimin levantó su rostro del pecho del rubio y lo miró entre el llanto.
—¿De verdad? ¿En serio puedes acompañarme?
—No podría dejarte solo aunque quisiera, además soy tu agente responsable por parte de Dior, y tengo que estar pendiente de mis modelos —sonrió mientras le dejaba un rápido beso en la frente y le secaba las lágrimas con sus manos.
—Gracias, gracias por estar para mí, gracias por quererme.
—No me agradezcas, yo te quiero por qué así lo siente mi corazón, no porque espere algo de regreso. Ahora concentremonos en ese bebé y después vamos a reservar los boletos, ¿Okay?
—Ok. Vamos.
El auto se puso en marcha nuevamente y llegaron al consultorio donde el doctor ya los esperaba, después de comprobar que estuviera siguiendo sus recomendaciones, Jimin se recostó en la camilla donde le realizarían el ultrasonido, y como la vez anterior Joon Sik estaba a su lado sosteniendo su mano.
El médico levantó su camisa y colocó un poco de gel en su abdomen ahora levemente abultado, cosa que Jimin agradecía, pues aunque ya tenía casi cuatro meses de embarazo, para el mundo entero apenas estaba por cumplir dos, así lo había acordado con el rubio para que nadie sospechara sobre su paternidad.
El doctor comenzó a pasar el aparato por su vientre y en la pantalla podían verse las imágenes que la pareja no entendía, el doctor comenzó a explicarles cada cosa que revisaba y cuando señalo el punto que era su bebé Jimin no pudo retener las lágrimas.
Joon Sik también estaba genuinamente emocionado, aún sin ser suyo ya quería a ese bebé, y su misión en la vida era hacer feliz a Jimin, amarlo a él y a su hijo y no dejar que nadie más volviera a hacerle daño. Apenas una semana después de que el modelo aceptará salir con él, Jimin le había contado todo lo que había pasado con Jungkook, y lo odiaba, si lo hubiera tenido enfrente lo habría matado, y no iba a permitir que se volviera a acercar a él ni a su hijo.
Al final de la consulta no habían podido ver cuál era el sexo del bebé, pero eso a Jimin no lo inquietaba, despues fueron a comer y por último hicieron la reservación para el vuelo de vuelta a Corea.
Cuando por fin el rubio lo dejo en su departamento, todas las emociones que había mantenido a raya durante el día salieron a flote. Sentía miedo por lo que le esperaba al volver, y rogaba por qué en el tiempo en que estuviera en Seúl su camino no se cruzará con el de Jungkook, le aterraba no estar seguro de cual sería su reacción si se llegaban a encontrar.
No sabía que sentiría el pelinegro tampoco al verlo, aunque realmente dudaba de que siquiera le importara, y eso también le dolería, encontrarse y ver la indiferencia reflejada en sus ojos, darse cuenta de que nunca fue tan importante en su vida como lo fue en la de él.
La noche paso rápidamente y pronto la luz de un nuevo día lo despertó, el día anterior había hecho sus maletas, por lo que solo se duchó y desayuno mientras esperaba a Joon Sik. La ansiedad que sentía era cada vez más grande conforme el momento de volver a pisar suelo coreano se acercaba.
Dos horas después ya estaban en el avión esperando por qué despegara. Su novio lo sostenía de la mano y trataba de tranquilizarlo, Jimin sentía su cuerpo temblar y temía estar sufriendo un ataque de pánico.
—Mimi tranquilo bebé, todo estará bien, solo iremos, arreglaremos lo más rápido posible lo del contrato y volveremos, cuando menos lo esperes ya estaremos de vuelta en París.
—Prometeme que no me vas a dejar solo en ningún momento —le pidió Jimin casi en un susurró.
—Te lo prometo.
El avión despegó y ya no había marcha atrás regresaba a Corea…
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Jungkook arreglaba sus cosas de forma apresurada, tenía que viajar a Japón por asuntos urgentes de la disquera, no tenía mucho ánimo pero se obligaba a sí mismo a no caer. Su corazón aun dolía, pero sabía que ya no había nada más que hacer, solo le quedaba esperar que algún día tuviera la oportunidad de volver a ver a Jimin y pedirle y suplicarle por su perdón.
Miro la hora en su reloj cuando terminó de hacer la maleta, tenía buen tiempo aún pero prefirió salir de una vez, no quería estar con prisas, llamó a un taxi y partió al aeropuerto, cuando llegó no se le hizo extraño ver reporteros esperando a la entrada, eso era algo común cada vez que algún Idol salía o regresaba al país.
Lo que no se esperaba fue haber sido arrastrado por ellos cuando se apresuraron hasta la puerta de llegadas, y su corazón se detuvo cuando vio por quien esperaban. Ahí estaba Jimin, con su cabello ahora pintado de castaño, con su precioso rostro sonriendo y sus mejillas levemente sonrojadas por la vergüenza ante el recibimiento.
Por un momento el impulso de correr hacia él y abrazarlo para nunca más soltarlo se apoderó de él, pero solo le bastó con ver al hombre parado a su lado y ver cómo sostenía su mano mientras avanzaban para detenerse, ese otro hombre era quien tenía el derecho de estar a su lado y no él. Se conformó con poder verlo y saber que estaba bien, dió un par de pasos tratando de alejarse, pero el impulso por seguir viéndolo hasta el último momento lo detuvo y se dió la vuelta.
Jimin jamás espero ser recibido como si de una súper estrella de la música se tratará, y mucho menos espero ver una cantidad tan grande de reporteros esperándolo, con nervios se aferró a la mano de Joon Sik y comenzó el camino hasta la salida, sonreía a los periodistas mientras trataba de contestar lo necesario a sus preguntas, estaban a mitad de camino a la salida cuando levanto la vista más allá del mar de gente que lo rodeaba y detuvo sus pasos en seco.
Sus preciosos ojos café quedaron presos de aquellos ojos negros que lo miraban fijamente, del otro lado de la barrera humana, su corazón salto en su pecho, y de pronto el miedo lo invadió de golpe, ahí frente a él estaba Jungkook, la vida era una desgraciada y había hecho lo contrario a lo que suplicó durante todo el viaje, sus nervios no lo soportaron y se desvaneció.
Joon Sik apenas y tuvo tiempo de reaccionar, lo cargo y corrió hasta el auto que ya los esperaba, se detuvo solo lo suficiente para ver a los periodistas y pedirles privacidad por el incidente de su pareja, alegando el cansancio del vuelo y su embarazo.
Jungkook sentía su corazón salirse del pecho, había corrido hasta Jimin cuando lo vio caer, y escuchó las palabras de ese hombre pero sabía que su desmayo no había sido por lo que él dijo.
Jimin lo había visto y por eso se desmayó.
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