—¿Qué pasó? —preguntó Jimin en un suave susurró, en cuanto había recuperado la consciencia.

—Te desmayaste cariño, creo que todo el estrés del viaje y el abrumador recibimiento te cobraron factura.

Jimin cerró los ojos y volvió a ver en su mente ese preciso momento en que sus ojos se clavaron en una figura familiar, en cómo su corazón se aceleró al reconocerlo, como saltó en su pecho cuando se giró y lo miró a los ojos, esos ojos negros que tanto amaba y que tanto lo lastimaron con su indiferencia, y después nada más.

—¿Cuánto tiempo me desmayé? —volvió a preguntar para distraer su mente de Jungkook.

—Solo un par de minutos, vamos de camino al hospital para que te revisen a ti y al bebé.

El modelo se llevó sus manos a su vientre ya no tan plano y asintió, cerró los ojos y apoyó su cabeza en el hombro de Joon Sik, en todo el camino de su mente no se borró la imagen de Jungkook en el aeropuerto. No se podía mentir a él mismo, seguía amando al pelinegro, y apesar de todo lo que pasó al final, sus sentimientos no habían cambiado, eso lo pudo comprobar por la forma en que se aceleró su corazón al verlo y aunque solo lo vio durante un instante, volvió a sentir lo mismo que siempre sentía al verlo.

Giro su rostro un poco y miro a su novio que iba con la vista al frente, y no se percató de que lo miraba. El rubio era un buen hombre y lo había ayudado tanto, y él estaba agradecido por todo eso, pero sabía que su cariño no iba a ir más allá jamas, realmente esperaba algún día al verlo, sintiera lo mismo o más de lo que sentía por Jungkook.

Después de que llegarán al hospital y comprobarán que todo se encontraba bien con él y el bebé, llegaron al hotel donde se hospedarían durante su estancia en Seúl, ambos en la misma quite, pero en habitaciones separadas.

Apenas se encontró solo, se recostó sobre la cama y cerró los ojos, quedándose dormido casi al instante. Soñó con Jungkook, con todos los recuerdos que tenía sobre él, desde el primer instante en que lo vio, su mente estaba llena de todos esos recuerdos. Recuerdos que eran una muestra del amor que en algún momento el pelinegro y él se profesaron.

Aún dormido sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, por la añoranza de aquellos tiempos y deseando que nunca hubieran terminado. Cuando despertó estaba agitado y bañado en llanto.

—¿Por qué no puedo dejar de amarte? ¿Por qué no puedo amar a Joon Sin y olvidarme de que existes? ¿Por qué tenía que verte y que removieras todo lo que quiero enterrar? ¿Por qué a pesar de todo el daño que me has hecho no puedo odiarte? —gritó entre lágrimas, sintiéndose frustrado y enojado consigo mismo.

Él solo buscaba paz y tranquilidad en su vida, un lugar seguro donde se sintiera protegido, y ese lugar era al lado de Joon Sin, pero entonces ¿por qué no podía amarlo? ¿Por que su corazón se negaba a entregarse a él? Lloró durante un buen rato, hasta que sintió su alma más tranquila, miro el reloj y salió de la cama, se tenía que arreglar para salir a cenar.

Una hora después él y su novio salían del hotel, buscaron un restaurante cerca, se reunirían con Taehyung para saber cómo procederían al día siguiente. Al poco rato de haber llegado, su amigo llegó, la cena fue tranquila, hablaron sobre su viaje y como se encontraba la situación en la agencia.

Taehyung iba a preguntarle sobre el desmayo que sufrió, pero el teléfono de Joon Sik lo interrumpio, este se disculpó y se retiro de la mesa, una vez solos ambos continuaron la plática.

—¿Ya te encuentras bien? ¿Te dijo el doctor porque te desmayaste? ¿El bebé está bien?

—Si, ya estoy bien, el bebé está perfecto y el doctor dijo que fue por el estrés del viaje me mandó reposo, pero no me desmaye por eso.

—¿Entonces? —le preguntó.

Jimin suspiró y levantó la vista para comprobar que su novio seguía lejos hablando por teléfono, quería desahogar lo que sentía, pero no quería que Joon Sik se enterará.

—Vi a Jungkook — soltó sin más, su amigo abrió los ojos con sorpresa.

—¿Estás seguro? Digo es mucha casualidad que el  mismo día que tú llegas él se encuentre en el aeropuerto.

—Sí, lo reconocí al instante, nuestras miradas se encontraron y perdí la conciencia.

—Eso sí que es tener mala suerte, digo lo primero que ves cuando llegas es el motivo por el que te fuiste en primer lugar —dijo Taehyung sorprendido —Mimi, ¿qué sentiste al verlo? ¿Lo sigues amando? —continuó preguntando.

—No se ni que sentí, fue una mezcla de emociones, pero no te voy a mentir mi corazón volvió a latir de la misma manera en que latio la primera vez que lo ví, y mentiría si te dijera que ya no siento nada por él, lo sigo amando Tae, pero eso no significa que vaya a correr a sus brazos de nuevo.

—¿Y supongo que tampoco le dirás que el hijo que esperas es suyo?

—No, él no quería hijos, siempre me lo dijo, además ¿que ganaría con decirle? él no me ama solo sería humillarme yo mismo, además esta Joon Sik, él no se merece que juegue con él, y con sus sentimientos, para él mi hijo es suyo.

—En eso sí tienes razón, Joon te quiere y él sabrá ser un buen padre para tu hijo.

—Sí, ahora lo único que quiero es terminar con este asunto y volver a París lo más rápido posible.

Justo cuando terminó de hablar el rubio volvió a la mesa y sonrió al escuchar a Jimin decir que quería volver, en el fondo tenía miedo de que al volver a Corea, Jimin corriera a buscar a su ex pareja. Si bien Jimin le había contado lo que pasó la última vez que estuvieron juntos, y él le dejó claro que no podía denunciarlo, cuando lo sugirió, dijo que no quería revivir ese día, que lo unico que quería era olvidarlo.

Ese día Joon Sik se prometió que haría todo lo que estuviera en sus manos para hacer que se olvidará de ese hombre y hacerlo feliz. Después de un rato, se despidieron de Taehyung y volvieron al hotel, cuando llegaron a la habitación se despidieron con un tierno beso en los labios.

Al día siguiente por la mañana se presentaron en la agencia, los abogados de la empresa estaban renuentes en dejar ir a Jimin, más ahora que su popularidad había aumentado gracias a su campaña con la compañía francesa.

Al final accedieron a rescindir su contrato con una condición. Jimin debía de cumplir con un par de trabajos más antes de que su embarazo se lo impidiera, una de las campañas era para una marca de productos de belleza bastante popular en el país, pero el segundo contrato era la realización de una serie de tres videos musicales donde fungiría como el modelo principal de los videos.

Dichos videos eran bajo el sello discográfico donde trabajaba Jeon Jungkook, Jimin no podía negarse aunque quisiera, tendría que volver a verlo y no solo eso sino que también tendría que estar bajo su mando. Ese mismo día agendaron cita para reunirse con los productores, y el cantante con quién trabajaría. Ahora las horas estaban contadas, en menos de dos días se vería cara a cara con Jungkook.
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Dicen que cuando no quieres que suceda algo el tiempo pasa más rápido, y eso era lo que sentía Jimin en esos momentos, los dos días para la cita con los productores de JKM Productions habían pasado y ahora era un manojo de nervios mientras junto a su manager y su novio se bajaban del auto en el estacionamiento de dicha empresa.

Mientras tanto, en su oficina Jungkook ignoraba su presencia en el lugar, había estado varios días fuera por trabajo y acababa de volver. Sabía que tenía una cita con un modelo de la agencia donde había trabajado Jimin, pero nada más, su secretaria había agendado bajo el nombre de la agencia, más no del modelo.

Estaba en su oficina actualizando su trabajo cuando su asistente le avisó de la llegada del modelo y su representante, Jungkook le indicó que los hiciera pasar, se puso de pie para recibirlos. Se estaba acomodando el saco cuando la puerta comenzó a abrirse, y sus ojos se abrieron con enorme sorpresa al ver a Taehyung y detrás de él, como tratando de ocultarse estaba él.

Taehyung avanzó sin despegar la vista de Jungkook, que había dejado de mirarlo en cuanto se percató de la presencia de su amigo y lo miraba embelesado, como quien mira una obra de arte que jamás había esperado contemplar en persona. Por su parte Jimin evitaba cualquier contacto visual, enfocando su vista en cualquier otra cosa menos en el hombre frente a él.

Con su mano busco por inercia la de su novio, pero no lo encontró ya que él no podía entrar, solo iba en calidad de acompañante.

—Jimin.

El pelinegro lo llamó por su nombre y todo su cuerpo se estremeció al escuchar su voz despues de tantos meses, el tono en que lo dijo lo hizo levantar la vista hacia él, sus ojos negros brillaban como su estuviera conteniendo las lágrimas, y el rastro de una sonrisa se dibujaba en su boca.

—Jungkook.

Fue lo único que pudo decir, el nudo en su garganta le impedía hablar más, sus puños estaban apretados al costado de su pantalón, en un intento de mantener el control.

—Jimin yo quisiera…

—Tu quisieras muchas cosas Jeon, pero a Jimin no le interesa, si hemos venido ha sido solo por qué la empresa lo está obligando, no por gusto, así que te voy a pedir que mantengas todo lo más profesional que puedas y te centres solo en el trabajo.

Taehyung lo había interrumpido, y asintió aceptando lo que este le pedía. No podía exigir nada más, no tenía derecho, sabía que sino fuera por su trabajo no habría forma en que Jimin estuviera en el mismo lugar que él.

—Sí, claro. Tomen asiento —dijo al mismo tiempo que se sentaba él también, Jimin había dejado de mirarlo nuevamente y podía ver su cuerpo en completa tensión, y su corazón dolió, debía de estar aterrado de estar frente a su abusador.

Los nervios lo invadieron, y como síntoma de la ansiedad que comenzaba a sentir, las heridas cicatrizadas en sus muñecas comenzaron a hormiguear y a dolerle, como si apesar de estar completamente cerradas quisieran abrirse nuevamente. Cerró los ojos y se concentró en lo que debía de hacer y decir, en definitiva esa era la reunión de trabajo más horrible que hubiera tenido y el reencuentro con Jimin que jamás deseo.   

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ՏႮՏ ᏟᎪᎷᏆΝϴՏ ᏙϴᏞᏙᏆᎬᎡϴΝ Ꭺ ᏟᎡႮᏃᎪᎡՏᎬ, ᎬᏞ ᎷϴᎷᎬΝͲϴ ᎠᎬ ᎬΝҒᎡᎬΝͲᎪᎡՏᎬ ᏞᏞᎬᏀϴ́.

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ΝϴՏ ᏞᎬᎬᎷϴՏ ᏴᎬᏞᏞᎬᏃᎪՏ...
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