DESPEDIDA

Jimin estaba enorme según él, ya tenía siete meses de embarazo, había pasado un mes y medio desde su accidente y desde que su relación con Jungkook había dado un paso hacia el futuro.

Joon Sik no estaba nada contento con la situación, pero tampoco le había impedido hacer lo que el creía correcto. aunque eso no quitaba el hecho que le molestaba ver a Jungkook casi todos los días en el departamento de Jimin.

Mientras estaba en París, hablaban por teléfono diario, y cada que colgaban se queda con la sensación de que había algo que no le decía, quería volver, pero la demanda que Rose interpuso llevo más tiempo de lo esperado en solucionarse. Y cuando volvió y encontró al pelinegro a su lado, por un segundo pensó en que Jimin había vuelto con él, se enojo y estuvo a nada de echarse sobre Jungkook y golpearlo,

Jimin lo detuvo y le explicó todo lo que había sucedido desde el accidente, que el lo había llevado al hospital y que ya sabía la verdad sobre el bebé. No tuvo más remedio que aceptar la situación, no estaba dispuesto a perder a Jimin.

Así que ahí estaban ahora los tres, esperando a que el doctor que revisaba a Jimin los pasará a su consulta. Cuando la enfermera y asistente del doctor los llamó para que entrarán, se dió cuenta que ya las cosas no serían como antes. Sin saberlo la mujer que los había visto llegar a los tres, lo dejo fuera cuando dijo que solo el padre del bebé podía pasar.

Espero que Jimin le pidiera que el entrara, pero cuando lo miro con una disculpa silenciosa brillando en sus ojos y no dijo nada, confirmo que  todo había cambiado.

Con resignación espero a que ambos salieran y tuviera noticias del bebé, ese bebé que ya había sentido suyo y que ahora había sido robado por Jungkook. Aunque en el fondo sabía que en realidad el no le había robado nada, era dolorosamente consciente de que Jimin nunca había suyo.

Media hora después los dos salieron, su novio sonreía y sostenía su barriga con ese brillo tan hermoso en sus ojos que tanto amaba ver.

—¿Qué te dijo el doctor? —le pregunto mientras se ponía de pie y se acercaba a él.

—El peligro ha pasado, el desprendimiento de placenta está controlado, y el bebé está perfectamente sano —respondio Jimin sin dejar de sonreír y acariciar su barriga.

—Me alegra tanto, nuestro bebé crecerá sano y fuerte —dijo acostumbrado a llamar suyo al bebé

—Mio —aclaro Jungkook de inmediato.

—¿Qué dijiste? —le preguntó con desdén, provocándolo.

—El bebé es de Jimin y mío, no tuyo —repitio Jungkook—. Creo que deberías de acostumbrarte a eso, de una vez. Yo voy a estar presente en la vida de MI hijo siempre, así Jimin vuelva contigo a París —aclaro haciendo énfasis en que era su hijo.

—Que bueno que tienes claro que él volverá conmigo —contraataco Joon Sik en un claro tono de burla hacia él.

Los dos se miraban con odio, y Jimin rodó los ojos con fastidio, los enfrentamientos entre ambos eran frecuentes y ya estaba harto de la situación.

—Basta los dos. Por favor dejen de actuar como niños haciendo berrinche, porque quieren el mismo juguete. Jungkook es el padre de mi hijo —dijo mirando a su novio, antes de enfocar su mirada en el pelinegro—. Y Jook Sik es mi pareja, yo sé que todo esto no es para nada convencional, pero los dos forman parte de mi vida y la de mi hijo, y no le gusta verlos pelear todo el tiempo —les dijo a ambos con molestia en su voz.

—Lo siento Jimin, de mi parte no volvera a pasar, lo que menos quiero es que tú y nuestro hijo se sientan mal por mi culpa —respondió Jungkook de inmediato colocando su mano sobre la suya que seguía apoyada en su vientre.

Joon Sik suspiro con pesar y molestia pero asintió, tomó la otra mano de Jimin y le sonrió con todo el cariño y amor que sentía por él. Después los tres salieron de la clínica, el pelinegro se despidió porque debía ir a trabajar, dejándolos solos para alegría del rubio que lo invito a comer para hablar con él, sobre sus planes.

✨✨✨✨✨

—Cariño ahora que ya estás fuera de peligro y que por fin se terminaron tus obligaciones con la agencia aquí, creo que ya es hora de volver a casa —solto sin más mientras comían.

Jimin que hasta ese momento tenía la vista fija en su plato de comida, levantó el rostro hacia él, con la sorpresa reflejada en sus ojos.

—¿Irnos?

—Si, ya no tienes nada que hacer aquí mi amor, ya lo habíamos hablado antes y si no te había pedido irnos aún era por lo delicado de tu condición, pero ahora que ya el doctor dijo que ya no hay peligro, no hay nada que nos impida, regresar, nuestra vida esta en París no aquí —dijo tranquilamente.

Jimin asintió en reconocimiento, mientras sentía un nudo en su garganta. Para ser honesto, durante los últimos dos meses no había pensando en la plática que habían tenido cuando Joon Sik había regresado de París sobre el volver una vez que el peligro pasara. Las cosas habían cambiado mucho desde entonces y no pudo evitar preguntarse, si realmente deseaba volver a Paris.

—El médico dijo que el peligro de aborto había pasado, pero igual debemos preguntarle primero si es seguro que viaje, si dice que si, también deberé hablar con Jungkook y saber que opina —respondió por fin alejando de su cabeza la duda.

—Estoy de acuerdo en consultar con el doctor, pero Jeon no tiene ni voz ni voto en esto Jimin — dijo Joon Sik con notoria molestia.

—Claro que lo tiene, él es el padre de mi hijo y faltando tan poco para que nazca él querrá estar cerca — señaló Jimin.

El rubio sabía que lo que dijo era cierto y lo más lógico, pero los celos que sentía en contra de Jungkook, eran demasiado fuertes y cegado por ellos hablo sin pensar.

—¡Por dios Jimin reacciona! —elevo la voz sorprendiendo a su pareja —. ¿Como puedes ser tan ingenuo? ese tipo solo quiere volver a envolverte, ¿realmente crees que cambio? No seas iluso por favor, y aunque hubiera cambiado, él no se merece ninguna consideración de tu parte en lo que concierne a tu embarazo, no es como si ese niño hubiera sido concebido con mucho amor que digamos, ¿O se te olvida que es producto de una violación?

Jimin llevó sus manos a su boca para acallar el intenso sollozo que las palabras de Joon Sik le gritó, mientras que el rubio nada más terminar de hablar supo que había cometido un terrible error, se dejó llevar por los celos y dijo cosas que no debía de haber dicho.

—Jimin, lo siento cariño, por favor perdóname, hablé sin pensar, no era mi intención por favor —suplico y trato de tomar sus manos pero Jimin las apartó con fuerza.

—Llévame a casa de Jin —dijo poniéndose de pie y sin voltear a verlo caminó hacia la salida del restaurante.

—Jimin, espera por favor, hablemos —suplico arrojando unos billetes sobre la mesa rápidamente y lo seguía a la salida.

Gracias al cielo, el lugar estaba vacío y no había tenido que salir ignorando las miradas indiscretas y con lastima de ninguna extraño, pensó Jimin, que no le dirigió el habla a Jook Sik hasta que estuvieron en el estacionamiento del lugar.

—No hay nada de qué hablar Joon, ya dejaste claro lo que piensas y no te preocupes no te voy a reprochar nada, aunque piensen lo contrario siempre he tenido muy claro como fue concebido mi hijo, no necesito que me lo recuerdes. Ahora llévame a casa de Jin o tomó un taxi, tu decides.

Sin decir nada más los dos subieron al coche y partieron a casa del mejor amigo del modelo, en cuanto llegaron, Jimin se bajó del auto y le pidió que se fuera, esa noche dormiría en casa de su amigo. Con pesar Joon Sik asintió resignado, se había equivocado lo sabía, no le quedaba otra opción que dejar que Jimin se tranquilizara.

Jin lo recibió con alegría aunque claramente sorprendido, con su inesperada presencia, de inmediato supo que algo pasaba, lo llevó hasta el salón y no fue necesario preguntarle nada, porque una vez que se sentó a su lado, Jimin le contó todo lo que había sucedido, omitiendo la parte de la violación.

—Cariño entiendo tu molestia, no fue correcto lo que dijo, pero también lo entiendo a él, no debe de ser fácil ver a la persona que amas cerca de su ex con quién para colmo va a tener un hijo y que lo pone como prioridad en sus decisiones de pareja.

—Pero yo no estoy poniendo como prioridad a Jungkook, simplemente que es justo que el me diga que piensa, sobre todo cuando tendría que viajar para estar en el nacimiento del bebé, creo que es lo justo, yo jamás dije que si Jungkook decía que no yo no me iría.

—Entonces eso dile a Joon Sik, para él toda esta situación no debe de ser fácil, sobre todo cuando sabe lo que sientes por él y lo que aún sientes por Jungkook, debe de estar muerto de celos y esos son los peores consejeros.

Jimin asintió más tranquilo.

—Lo haré, pero está noche no, hoy ya no quiero pensar más.

Durante el resto del día se entretuvo en cosas triviales junto a Jin que lo mantenía ocupado para distraerlo, hasta que llegó la hora de la cena. Y Namjoon y Jungkook llegaron juntos, una vez que Jimin se sentía más tranquilo lo había llamado y le pidió verlo y le dijo que estaría en casa de la pareja.

—Buenas noches Jin, ¿dónde está Jimin? —saludo Jungkook, sintiendo una leve incomodidad, como siempre que se encontraba con él.

—En mi cuarto, ve te está esperando, y Jungkook — lo llamó cuando estaba por caminar hacia la habitación —por favor no le hagas las cosas más difíciles, recuerda que primero está él y la salud del bebé —añadió.

Jungkook asintió, sintiendo un nudo en su garganta, y un presentimiento se instalo en su corazón, al pensar en lo que seguramente le diría Jimin. Abrió la puerta sin tocar, y no le sorprendió ver a Jimin sentado sobre la cama, con los ojos fijos en la puerta, lo estaba esperando, dió dos pasos al frente y cerró la puerta antes de ponerse en cuclillas frente a él.

—¿Qué pasa precioso? ¿De qué querías hablar conmigo? ¿Y por qué te vas a quedar con Jin? —le pregunto queriendo terminar de una vez con su agonía.

—No pasa nada Kook, solo quería pasar una noche con Jin como antes —respondio evitando decirle sobre su pelea con Joon Sik —y… quería decirte que mañana voy a  ir nuevamente a ver al Doctor Lee.

—¿Por qué? ¿Te sientes mal? ¿Te duele algo? —lo interrumpio con la preocupación refleando en su rostro.

Jimin negó de inmediato tranquilizandolo.

—No, tranquilo, estoy bien, es solo que... —suspiro y lo miró fijamente antes de continuar —.Yo voy a preguntarle si puedo viajar.

Jungkook se puso de pie con aparente calma y se dió la vuelta para evitar que Jimin viera el dolor que sus palabras le causaron. No necesitaba decirle porque quería viajar, la respuesta era obvia; volvería a París para continuar con su vida al lado del rubio.

—Volverás a París, ¿Cierto?—aun así le preguntó solo para confirmar lo que ya sabía.

—Sí, Joon cree que ya deberíamos volver, después de todo mi trabajo y está allá y el también debe de volver,  a su trabajo de forma normal.

Jungkook asintió nuevamente, mientras apretaba los puños dentro del bolsillo de su pantalón para mantener el control.

—Pensé que volverías después de que el bebé naciera, que me dejarías estar contigo en ese momento —dijo no queriendo sonar dolido, ni como si le estuviera reclamando, pero negándose a darse la vuelta para verlo.

—Aún faltan dos meses para que nazca y tú podrías volar a París para estar ahí cuando llegue el momento.

—Mhm… si, tienes razón, iría a la luna si fuera necesario para verlos  —asintió mientras se limpiaba discretamente las lágrimas traicioneras que habían resbalado por su rostro, antes de finalmente girarse para verlo—. Si el médico lo autoriza, ¿cuando te irías?

—No lo sé, eso dependería de la disponibilidad de vuelos, supongo.

—Muy bien. Entonces tomemos esto como la despedida —añadió acercándose a él.

Lo tomó con suavidad por los brazos, ayudándole a ponerse de pie y lo abrazó con fuerza, pero procurando no lastimarlo.

Durante los últimos meses se había preparado para ese momento, en ningún momento se había permitido pensar en la posibilidad de que Jimin decidiera quedarse, sabía que eso solo lo haría tener falsas esperanzas y aún así estaba siendo demasiado dificil y doloroso.

Sería difícil tener que conformarse con verlo solo como el papá de su hijo, porque se negaba a no formar parte de su vida, también debería aprender a verlo ser feliz junto a Joon Sik y no morir de celos cada vez, mientras averiguaba como vivir con el corazón roto y sangrando de por vida, porque sabía que jamás dejaría de amarlo.

Jimin hundió su rostro en el cuello de Jungkook inhalando su aroma mientras sus silenciosas lágrimas mojaban su camisa, esa despedida era más dolorosa. La primera vez que se fue, lo hizo herido, dañado física y emocionalmente, y con la esperanza de olvidarlo.

Está vez se iba sabiendo que siempre amaría a Jungkook a pesar de todo, pero creyendo firmemente que Joon Sik no se merecía vivir con el fantasma de los celos sobre ellos. Le había prometido aprender a amarlo y lo cumpliría de alguna forma u otra.

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