🌜CINCO🌛
Después del incidente de la cafetería Jungkook decidió muy a pesar de Taehyung que ellos se sentarán en la misma mesa, Jimin estaba sentado al lado del alfa, y aunque se sentía a gusto a su lado también se sentía inquieto por el anuncio que dió, ¿Y si lo dijo en serio? ¿Pero si no?
Sólo de pensar en que Jungkook se retractara le producía un malestar en el pecho, no entendía que le pasaba, nunca antes había deseado tanto que un alfa lo reclamará como suyo, ¿será acaso que lo que no dejaba de gritar su lobo era cierto? ¿Sería Jungkook su alfa destinado?
Al pensar en eso, su corazón dió un vuelco, por qué si en verdad lo era eso significaba que... No, era una locura, Jungkook no podía ser su destinado y si lo era se tenía que alejar, no podía permitir que la parte de la leyenda que más le aterraba se cumpliera.
Jungkook podía sentir la ansiedad creciendo en todo el pequeño cuerpo del omega, lo veía nervioso, inquieto, sus manos no dejaban de estrujarse bajo la mesa, sus labios estaban siendo brutalmente maltratados por sus dientes y una leve capa de sudor se estaba instalando en su rostro.
Estaba sufriendo un ataque de pánico.
-Jimin, ¿te encuentras bien? -le preguntó mientras lo tomaba de los hombros, pero su toque causó una reacción de terror puro en Jimin. Se levantó de un salto.
-A... Alejate de mi, no te me acerques.
Y dicho eso salió corriendo del lugar, todos se veían extrañados, nadie entendía que había pasado, Taehyung que estaba a lado de Jimin no entendía que había hecho el alfa para que su amigo reaccionara así, él lo había estado observando y sabía que Jeon no había hecho nada.
-¿Que haces aqui sentado idiota? ve a buscarlo -le dijo Namjoon.
-Sí, tienes razón.
Se levantó y salió tras de Jimin, después de un rato buscándolo por la escuela, se sentía inquieto, no estaba en ningún lado, en momentos como ese desearía poder sentir su aroma, ese aroma que tanto lo había cautivado y que Jimin se empeñaba en ocultar.
Desesperado y como último recurso, subió a la azotea del edificio, cuando llegó lo primero que vió fue a Jimin parado sobre la orilla del edificio, no se veía que quisiera saltar, pero aún así no dudo en correr a él y alejarlo de ahí.
-¿Que haces? Suéltame -le dijo Jimin removiendose entre sus brazos.
-No, no te voy a soltar hasta que me digas por qué reaccionaste así antes.
Jimin se rindió y bajo su cabeza, unas gotas cayeron sobre su brazo y Jungkook se dió cuenta de que Jimin lloraba, lo giró para quedar frente a él y con sus dedos levantó suavemente su cara, sus ojitos estaban rojos y comenzaban a hincharse, su nariz estaba roja y el lindo puchero que marcaba su boca, lo hacían verse terriblemente lindo.
-No llores por favor. ¿Qué pasó Jimin? Dime que te sucede, yo estoy aquí para ti.
Las palabras de Jungkook se sintieron como el bálsamo que necesitaba, y sin pensar más, simplemente se abrazo a él y hundió su cara en su pecho. Jungkook lo rodeó con sus fuertes brazos, mientras liberaba un poco de su aroma para calmarlo y que se tranquilizara.
-Jungkook, tengo miedo.
-No tienes por que temer, Eun Woo no te va a hacer nada, yo voy a estar para protegerte.
-No, no tengo miedo de eso, bueno si, pero eso es el menor de mis problemas ahora.
-Entonces, ¿de que tienes miedo? Dímelo.
-Tengo miedo de ti...
Jungkook frunció el ceño y separó a Jimin de su cuerpo para poder mirarlo a los ojos. Sus miradas se encontraron y el alfa pudo ver qué Jimin no mentía, el omega tenía miedo de él, ¿Pero por qué?
-Jimin, yo jamás te haría daño, no tienes por qué tenerme miedo.
-De forma consciente no lo harías, pero si lo que mi lobo está sintiendo es verdad, tarde o temprano lo terminarás haciéndolo y no quiero, yo sé que ese es mi destino, pero no quiero que tú termines lastimado por algo que no se puede evitar.
Jungkook estaba confundido por las palabras de Jimin, no entendía de que hablaba.
-¿De que me hablas? ¿de que destino? ¿Y por qué habría yo de sufrir por eso?
-Yo no soy como los demás omegas Jungkook, yo vengo cargando con un terrible destino y no quiero que nada malo te pase por mi culpa.
-¿Por qué habría de hacerlo? tú mismo lo dijiste, tú lobo siente algo por mi, ¿no es así? mi lobo también siente lo mismo Jimin, no voy a mentir, y decirte que esto no es algo que estuviera en mis planes, pero desde que te ví por primera vez, mi lobo me gritó que tú eres mi omega, y ya que te conozco un poco más, se que es cierto. Tú eres mi omega destinado y yo tu alfa.
Las palabras de Jungkook estremecieron a Jimin, estaba aterrado, pero también sentía una calidez que invadía cada célula de su cuerpo.
-Jungkook yo no...
Pero sus palabras fueron interrumpidas por los suaves labios del alfa. En un primer momento la sorpresa lo invadió, pero poco a poco mientras sentía el tibio aliento de su boca y el suave roce de sus labios se relajó, cerró los ojos y dejó que el mundo desapareciera a su alrededor mientras disfrutaba del beso de Jungkook.
Jungkook sentía que podía flotar en ese momento, las pequeñas manos de Jimin lo tenían rodeado del cuello, probar sus labios, se sintió tan correcto, tan bien y a la vez tan prohibido, como si él fuera un ladrón robando el brillo de la inocencia de Jimin, su cuerpo se estremecía de felicidad, su lobo no dejaba de brincar y aullar eufórico, nunca antes había reaccionado así ante nadie.
Cerró más sus brazos entorno a la pequeña cintura del omega, juntando más sus cuerpos, no quería dejar de probar esos dulces belfos, pero la falta del vital oxígeno los impulso a separarse. Él junto su frente con la de Jimin, mientras que una de sus manos se levantó para acariciar tiernamente su mejilla, que estaba completamente roja, no sabía si era por las lágrimas previas o por el beso, pero lo que si sabía era que le encantaba.
-Jimin déjame cuidarte y protegerte, no tengas miedo por favor, este beso solo me comprobó que nuestros lobos están conectados, te prometo que no tienes nada de qué temer.
-Jungkook pero es que yo no soy normal, hay cosas de mi que no conoces y que podrían terminar por dañarte.
-No me importa, para todo siempre hay una solución, déjame demostrarte que puedes confiar en mí, en lo que sienten nuestros lobos, déjame cuidarte por favor.
Y dicho eso volvió a juntar sus labios, en un beso llenó de ternura, sin dobles intenciones, sólo para que Jimin pudiera sentir que todo lo que le decía el alfa era cierto, y decidió dejarse llevar. Por un momento pensó en su madre y si ella había puesto a Jungkook en su camino, era porque tal vez él sí era su destinado y él que podía romper su maldición. Solo rezaba por qué no terminará, por destruirlos a ambos.
El ambiente cuando Jimin y Jungkook volvieron había cambiado, el aura que los dos desprendían era increíble, todos los que estaban en la mesa pudieron notarlo, y el pequeño detalle de sus manos entrelazadas no pasó desapercibido por nadie. Taehyung rodó los ojos con desagrado, pero muy a su pesar reconoció que se veían bien juntos, como si ambos se pertenecieran y recordó las palabras de su madre, pues ella le dijo que así se veían él y Hobi cuando estaban juntos.
Sonrió al pensar en el alfa que era dueño de su corazón y también por ellos, si eran destinados no había nada que él pudiera hacer, solo esperaba que el alfa no lastimara a Jimin, pues en verdad lo apreciaba.
Los cinco tomaron sus cosas y se dirigieron a sus clases, ninguno dijo nada de la pareja, pues no había nada que decir, sus miradas lo decían todo.
Sólo había dos personas que veían esa escena con odio y coraje, y cada uno se prometía que no permitirían que eses dos estuvieran juntos. Lisa y Eun Woo tenían muy claro que Jimin y Jungkook no estarían juntos mientras ellos pudieran evitarlo.
Al término de las clases, Jimin se despidió de su amigo y caminó a lado de Jungkook que no se había despegado de él ni un instante, cuando llegaron hasta su moto, el alfa le tendió un casco para que se lo pusiera.
-Vamos te llevaré a tu casa.
-Pero yo nunca me he subido a una moto, ¿Y si me caigo?
-Eso no va a pasar, te prometo que llegarás sano y salvo a casa.
Con algo de miedo, se puso el casco y trepó a la enorme máquina de metal, Jungkook se acomodo y tomó sus manos para ponerlas al rededor de su cuerpo, encendió la moto y comenzó el viaje. Jimin se aferró más al cuerpo del alfa, tenía miedo pero sabía que Jungkook no lo dejaría caer.
Cuando llegaron a su casa, se bajó de la moto y le entrego el casco, Jungkook hizo lo mismo y lo tomó de la mano.
-Ya vez, te dije que te traería a salvo y aquí estás, en una sola pieza.
-Sí, ya veo. Gracias por todo.
Los nervios de ambos se podía sentir a su alrededor, Jungkook quería besarlo de nuevo, pero no sabía cómo lo tomaría Jimin, pero para su sorpresa el omega se paró de puntitas y le dió un suave y rápido beso en sus labios, apenas y tuvo tiempo de reaccionar cuando Jimin ya corría hacia su casa. Sonrió y se llevó uno de sus dedos a su boca, de verdad que podía acostumbrarse a eso, se dijo mientras le gritaba a Jimin.
-Descansa y más tarde vengo por ti, te voy a llevar a conocer un lugar.
-Ok, le contestó Jimin desde la puerta y entró.
Jungkook volvió a subir a su moto, sin borrar la sonrisa de su rostro, se sentía más feliz de lo que recordaba haberse sentido antes, llegó a su casa como en una nube, en definitiva si hace apenas unos días le hubieran dicho que estaría feliz con la idea de tener un omega se reiría.
Entró a su casa y su madre al verlo no pudo evitar contagiarse de su alegría.
-Vaya cariño, ve nada más la cara de felicidad que traes, ¿que te paso para que estés así?
-Lo encontré mamá, lo encontré.
-¿A quien?
-A mi omega mamá, encontré a mi destinado.
El rostro de su madre se iluminó con una bella sonrisa, mientras que lo abrazaba.
-Me alegra tanto mi niño, y se puede saber quién es él o la afortunada omega que la luna te mando.
-No lo conoces creo. Es Jimin el hijo del nuevo empleado de mi papá.
La sonrisa murió en el rostro de la mujer, pero trató de disimular ante su hijo. Jungkook notó el cambio de actitud en su madre pero su felicidad era tanta que simplemente lo atribuyó a la sorpresa.
-Voy a bañarme y bajo a comer, más tarde voy a salir con mi omega.
-Sí... sí hijo anda ve a bañarte y mientras llega tu padre y comemos todos juntos.
Subió sin siguiera percatarse de la cara de preocupación que tenía su mamá.
Media hora después bajaba por las escaleras cuando la voz de su madre se escuchó por todo el pasillo, estaba gritando y eso lo sorprendió su madre era la mujer más buena y tranquila que haya conocido y jamás levantaba la voz, camino hacia la sala para ver que ocurría cuando escuchó algo que lo sorprendió y enfureció al mismo tiempo.
-Escúchame bien, no pienso permitir que mi hijo se involucre con ese omega ¿me oíste?
Su madre le gritaba a su padre, no entendía por qué ella actuaba así, siempre le decía que debía de buscar un buen Omega y si era posible a su destinado, ¿Por qué ahora que lo había encontrado se oponía? Iba a entrar para enfrentarla cuando la voz de su padre lo detuvo.
-Vamos mujer cálmate, si en verdad ese omega es su destinado no hay nada que tú, yo o nadie pueda hacer.
-Pero es que no vez el daño que le podría causar a nuestro hijo, si algo le llega pasar a ese muchacho, o peor aún si él mismo se lo provoca eso lo mataría. Y yo moriría junto con él, no soportaría ver a mi hijo sufrir.
Jungkook entendía cada vez menos, pues recordó que algo similar le había dicho Jimin en la azotea de la escuela, y ahora su madre lo repetía, ¿Que era eso que tanto los aterrraba que podía pasarle a Jimin? Sin esperar más entró en la salón, sus padres le tenían que explicar que pasaba.
-¿Me pueden explicar de que carajos hablan? ¿Por qué mamá dice que no puedo estar con Jimin y que algo malo va a pasar?
Él nunca les había hablado de forma grosera a sus padres, pero se sentía tan frustrado por lo que había escuchado que no pudo evitarlo.
-No pasa nada Kook -dijo su padre al verlo tan alterado, pero Jungkook negó con la cabeza.
-No digas que no pasa nada papá, los escuché y exijo una explicación.
Su padre exhaló un fuerte suspiro y lo tomó por el brazo.
-Esta bien, te voy a explicar, ven vamos a mi despacho ahí hablaremos.
Los dos alfas se dirigieron al despacho del mayor. En cuanto la puerta se cerró Jungkook se dirigió a su padre.
-Te escucho, ¿que está pasando?
-Bien, hablemos -dijo su padre mientras tomaba asiento y le indicaba a él que se sentará -. Hijo antes que nada te voy a preguntar algo, ¿Estás seguro de que Jimin es tu destinado?
-Sí, y de una vez te digo que no me pienso alejar de él, ni por ti ni por nadie.
Su padre sonrió, ya se esperaba esa respuesta.
-Tranquilo, no te voy a pedir que lo hagas, sólo necesitaba estar seguro. Pues bien, ahora quiero que me escuches atentamente y sin interrumpirme. Supongo que recordarás la historia que te contaba tu abuelo sobre la leyenda de los hijos de la luna -Jungkook asintió -pues esa leyenda es cierta hijo y Jimin es uno de esos omegas.
De todo lo que le podía haber dicho su padre, eso era lo último que esperaba, negó con la cabeza, eso era imposible, las leyendas no son reales, son solo cuentos.
-No, eso no es cierto.
-Te dije que no interrumpas. La leyenda es verdad hijo, tú mismo has escuchado durante años que uno de nuestros antepasados la vivió en carne propia, y Jimin es uno de esos hijos de la luna, y sobre sus venas corre el poder de la luna, todo lo que has escuchado es completamente cierto, pero hay algo que muy pocos saben, yo mismo lo ignoraba pero el padre de Jimin me lo dijo. Hay una parte de la leyenda que dice que cuando el omega encuentre a su alfa, este al marcarlo romperá la maldición que el dios Sol puso sobre ellos, pero cuando lo haga, caerá en una especie de frenesí que lo instará a querer matar a su omega, pues el sabor de su sangre será como una droga que lo empujará a querer matarlo, y sólo si logra detenerse, y dejar sólo la marca resistiendo el poder de la sangre, la maldición se romperá. Si no logra detenerse, el alfa caerá en depresión y su lobo morirá de tristeza al haber matado a su destinado, y tú sabes lo que pasa si nuestro lobo muere, ¿Verdad?
Claro que lo sabía, si un lobo muere, el humano también lo hará, si ya de por sí, era muy difícil que un lobo sobreviva a la muerte de su destinado, era aún peor si este era el que lo mataba.
-¿Pero...? No, eso no puede ser cierto.
-Tristemente lo es hijo, ahora en ti está la decisión de cuidar a Jimin hasta de ti mismo, o arriesgarte a terminar con su vida.
-Pero no tengo que alejarme de él, simplemente puedo evitar marcarlo, mientras no haya marca, no hay peligro.
-Hijo y que va a pasar cuando alguno de los dos entre en celo y sus lobos les pidan estar juntos, antes de encontrarse, sus celos los podían pasar solos, pero ahora será diferente, pues sus lobos querrán cumplir con su destino, que es unirse por completo, no solo físicamente, si no creando el lazo que los mantendrá juntos de por vida.
Jungkook se sentía ahora más frustrado que antes, él no quería hacerle daño a Jimin, él quería protegerlo, ¿Pero sería capaz de controlarse, cuando llegara el momento?
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