"ᴄɪɴᴅᴇʀ" (ᴏᴄ/ᴡɪᴋɪᴀ)

Cinder es un nuevo personaje creado por mi, no pretende pertenecer a ningún fandom, solo es un OC ahí suelto.

Les presento... ¡a la diosa de la mala suerte!

"Cinder"

"Oh, déjame adivinar... Otro pequeño desafortunado que decide acudir a mi, ¿verdad?"

Otros nombres:

Malorie Chapelle (personas conocidas en vida)

Cin-cin (apodo por Clover)

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Aspecto físico:

Es una chica alta y delgada, de cabello negro y ondulado, con unos bucles en este que parecen asemejar tres números 6. Su piel es pálida y no tiene pupilas, por lo que sus ojos se ven completamente blancos.

Respecto a su ropa, viste un vestido de tonos grisáceos, junto con unas botas cortas y negras. Generalmente lleva también una máscara y guantes oscuros.

Como accesorio, siempre lleva encima una sombrilla oscura que también le sirve como paraguas.

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Historia:

Francia, principios del siglo XX. Nos encontramos en la vivienda de la familia Chapelle.

La hija mayor de los duques de Chapelle, Malorie, había estado siempre acostumbrada a una vida acomodada y elegante.

Recibía educación de primera clase, cosa poco frecuente para las mujeres, pero el dinero estaba por encima de cualquier distinción de género. Vestía ropa a medida, aunque no sin un par de críticas de su madre por la elección de colores. Tenia unos modales perfectos, desde la mesa hasta frente otros altos cargos.

Y así había sido siempre su vida adinerada, alimentada por el dinero que recibían sus padres por el ducado, pues, a pesar de que la monarquía se había abolido hace siglos, esos títulos aún se conservaban.

Y pensar que ella era la heredera de todo aquello, de vez en cuando lo pensaba, la llenaba de orgullo. Puesto que la familia Chapelle no tenía hijos varones, y Malorie era la mayor de las dos hijas, sería la próxima duquesa.

Básicamente, tenía la vida arreglada desde su nacimiento hasta su muerte.

Al menos, así podía parecerlo a simple vista.

Fuera de la buena clase a la que pertenecía su familia —"cosa que ni siquiera es gracias a mi", se repetía Malorie— su suerte era tirando a desafortunada.

Si salía a la calle, no era raro que le cagase encima un pájaro, le cayese una maceta de un balcón, ¡incluso fue atropellada por un caballo en más de una ocasión! 

Si llovía era peor, pues siempre comenzaba en el peor momento, y tampoco era raro que terminase regada de arriba a abajo por una carroza que le pasó por al lado. Eso sí, recibiendo decenas de disculpas por aquellos que viajasen en ella.

"Tus palabras no secarán mi vestido, solo el tiempo lo hará"

Decía, con la cara más digna que podía, mientras se retiraba.

A pesar de lo frecuentes que eran esos eventos, Malorie siempre ignoró lo que su madre llamaba "actos de mala suerte", es decir, no evitaba hacer ciertas acciones comúnmente asociadas a la mala suerte.

No tiraba la sal por encima del hombro al derramarla. No se preocupaba si un espejo se rompía. Si afuera llovía, siempre abría el paraguas en interiores, antes de salir.

Básicamente, la chica se reía de lo creyente que era su madre, y no lo hacía. Nunca fue muy supersticiosa, y no veía tan grave que una carroza la mojase de vez en cuando.

Si tan solo eso hubiese sido lo más grave que le hubiera pasado...

Con el tiempo, esas cosas se volvieron más frecuentes, absurdamente habituales. Siempre que salía afuera, llovía inmediatamente, le cagaban pájaros, era atropellada hasta en un breve paseo. De nuevo, Malorie no vio la relación con nada, y solo seguía saliendo afuera con normalidad.

"¿Es esto lo mejor que tienes?"

Gritaba al cielo, riéndose de lo tonto que era el mundo, burlándose de quien fuese que le provocaba esa mala suerte. No tenía miedo de cosas que ni siquiera eran tan graves. No tenía miedo de reírse en la cara del universo.

Y sucedió.

Uno de los días en los que Malorie salía del instituto — privado y exclusivo, por supuesto —, llovió especialmente afuera, tanto que su carruaje no pasó a recogerla en un largo rato, y decidió volver caminando ella misma.

Caminaba empapada, sujetándose el vestido como mejor podía, luchando contra las fuertes ráfagas de viento y el agua, mientras la tormenta seguía.

En su camino, encontró un paraguas tirando en la acera. Medio destrozado, la estructura metálica era muy visible, pero era mejor que nada. La chica lo usó para protegerse de una parte de la lluvia.

Escuchaba los truenos, y pocos segundos después, veía los relámpagos deslumbrando el cielo grisáceo. Cada vez pasaba menos tiempo entre el trueno y el relámpago, lo que indicaba que estaban más cerca de ella. Debía darse prisa.

Intentó correr, tropezando con su propio vestido y cayendo al suelo mojado. Gruñó, antes de mirar a su lado y alcanzar el paraguas destrozado. 

Tan pronto como lo hizo, sintió como el trueno y el relámpago sucedían a la vez.

¡BROOM! 

En el momento en el que el trueno sonó, todo su alrededor se vio blanco, sintió un quemazón intenso en la mano que sujetaba el paraguas metálico. Gritó de dolor, un chillido atronador que dejaba salir su último aliento.

Y después, nada.

El blanco intenso a su alrededor se convirtió en negro, y después, poco a poco, en azul, sintiendo como la humedad y el frío se desvanecían y se trasladaba a un nuevo lugar.

Miró su ropa. Los colores no habían cambiado en exceso, pero su vestido era más abultado y largo. Sus manos, cubiertas ahora por guantes, sostenían una elegante sombrilla, quizás a raíz del paraguas metálico.

Si hubiera podido ver su cara, Malorie hubiera notado que llevaba puesto un antifaz, además del cambio en su cabello — ahora tenía únicamente 3 bucles — y sus pupilas, completamente blancas.

No tuvo suficiente tiempo de asimilar lo sucedido, pues le fue arrojado un libro negro por una figura brillante frente a ella, dejándola algo confusa.

"La hija mayor de los Chapelle, ¿no? Bueno, no te puedo culpar por ser tan quejica, te viene de familia. Aunque te va a tocar trabajar por una vez en tu vida, chica de la mala suerte"

El tono de desprecio con el que se dirigieron a ella fue notable. Jamás había sido tratada así. No le ofendió, estaba demasiado en shock, pero le sorprendió.

Echo un vistazo al libro negro, se leía "Cinder" en la portada de este. Lo abrió, todas sus hojas estaban en blanco. Tendría que escribir su propia historia, sus propias normas y condiciones, decidir su vida por primera vez. 

La que todos veían como la chica más afortunada del mundo, se convirtió en la diosa de la mala suerte.

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Poderes e invocación:

Los poderes de Cinder consisten en suministrar mala suerte a voluntad hacia las personas vivas que ella quiera.

No es como el karma, pues esas personas no necesariamente han hecho algo malo, o la mala suerte que les da no tiene por qué ser equivalente a su mala acción. Simplemente, da la mala suerte a quien quiere y en la cantidad que quiere.

Si alguien le invoca, ella está obligada a prestarle sus servicios, por lo que procuró hacer el ritual tan complicado como se le ocurrió.

La persona que realice la invocación, debe seguir los siguientes pasos, en ese orden, e ir narrandolos en voz alta:

1- Vestir de amarillo antes de realizar los otros pasos 

2- Derramar sal

3- Abrir un paraguas en un interior 

4- Romper un espejo

5- Dejar unas tijeras abiertas 

6- Dejar flores muertas 

7- Pasar por debajo de una escalera plegable 

Tras hacerlo, deben pronunciarse las siguientes palabras.

"¡Con un número afortunado de sucesos desafortunados, yo te invoco, deidad de las desgracias ajenas y propias! ¡Creadora de fenómenos inexplicables y antojadizos! ¡Ven a mi, Cinder, diosa de la mala suerte!"

Hecho esto, Cinder se encontrará al servicio de la persona que la haya invocado, y podrá suministrar mala suerte a voluntad de quien esa persona quiera.

Puede ser como venganza, como parte de un plan, o simplemente por joder. Ella no cuestiona.

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Curiosidades:

🖤El nombre de Cinder se traduce como "ceniza", pues cenizo/a es como suele llamarse a una persona gafe o con mala suerte.

☘️Falleció a los 18 a principios del siglo XX, en Francia, una época y lugar donde eran religiosamente evitados los actos de mala suerte. A pesar de ello, debido a las invocaciones habituales, sabe un poco de la vida moderna. Un poco.

🖤Recuerda su vida anterior, pero no es algo de lo que hable, como tampoco habla de la manera en que falleció. Define ambos eventos, su vida y su muerte, como "pequeños actos de mala suerte"

☘️ Siente más lástima por lo animales que por los humanos.

🖤Hablando de animales, tiene un gato mascota llamado Ash — lo cual es, por cierto, otra traducción de la palabra "ceniza" —, cuyo aspecto es el de una sombra negra, sin cara, y con cola y orejas gatunas.

Este es el alma de un gato negro, el cual fue sacrificado por alguien en Halloween, y adoptado por Cinder cuando ambos ya estaban muertos.

(Not Fun Fact: La venta y adopción de gatos negros está prohibida en muchos países durante el mes de octubre, ya que entre varias sectas y grupos, es común sacrificarlos por esas fechas)

☘️Su animal favorito son las serpientes, y en vida, su sueño era aprender a domar una tocando la flauta, como veía hacer a uno de los criados en su vieja casa.

🖤 Su nombre en vida, Malorie (pronunciado Malory), tiene una pronunciación igual a la de "mal aurie" en francés, lo que se traduce como "mala suerte".

☘️Tiene una contraparte llamada Clover, quien es un ángel guardián de la buena suerte.

🖤Ciertos aspectos de su aspecto en forma de diosa, como su piel pálida, su delgadez o sus pupilas blancas, intentan darle una apariencia similar a un cadáver.

☘️Respecto a su personalidad, generalmente es calmada, seria y emplea un lenguaje complejo, aunque deja salir su aspecto más desquiciado cuando tiene que usar sus poderes.

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