ᴅɪᴀ 8: "ꜰᴜᴇɢᴏ"
Aquí en donde vivo, existe una festividad llamada "Las Fallas", celebrada en marzo. En esta, se construían grandes estructuras de madera y corcho, que adornaban las calles durante una semana, y al último día, se les prendían fuego.
Las figuras construidas podían ser inspiradas en sucesos, lugares, personajes de ficción, personas reales... ¡Esas últimas siempre enfadaban a la gente!
Y en la mayoría de los colegios, también en el mío, se hacía una versión en miniatura de ello. Se daba una temática, y cada alumno llevaría una figura de cartón y papel maché, hecha por ellos y sus padres, que luego harían arder en el patio.
Creo que actualmente ya no se hace por temas de seguridad...
Pero bueno, hubo este año en el que la falla escolar no se celebraría, no nos dijeron la razón, simplemente que había mucho ajetreo con otras cosas ese año.
Los alumnos que nos enteramos estábamos tan tristes. ¡Esperábamos con ansias esa semana de diseños, actividades y quemar figuras como los pequeños pirómanos que éramos!
No vi solución posible, pero un amigo mío, tan creativo como era, lo vio muy sencillo.
—¡Haremos nuestra propia falla! —me dijo un día, durante las clases— Podemos hacer figuras como las que traemos al cole, pero las quemaremos en mi casa
Yo estaba muy segura de que eso no era una buena idea, y de que sus padres no le dejarían. Pero tras repetírmelo un rato, que era nuestro ultimo año, que no era peligroso, que él sabía apagar fuegos y quería ser bombero, bla bla bla, finalmente acepté.
Y ese fin de semana ahi fuimos, otra amiga, mi amigo, su hermano y yo misma.
No pudimos construir figuras bien hechas —no teníamos ayuda de nuestros padres, ya que sabían que el colegio no lo haría ese año—, asi que solo recortamos varios muñecos y personajes de papel.
Salimos al patio trasero, solo había arena, así que nada podía quemarse allí. El hermano de mi amigo era mayor que nosotros, así que él le prendió fuego a las figuras.
Y allí nos sentamos, zumitos y galletas en mano, a ver el fuego arder.
—¡Échale un poco de agua, que así prende mejor! ¡Pero solo un poco! —le gritó mi amigo a su hermano, que no le hizo caso— ¡Venga, va!
No parecía estar muy por la labor el hermano, que una vez encendido el fuego, solo se fue, debía tener cosas más importantes que hacer.
—Pues nada, ya lo hago yo
Dijo mi amigo, levantándose por un vaso de agua, listo para tirarlo allá. Mi amiga y yo solo nos quedamos sentadas, mirando desde lejos.
Pero incuso desde esa distancia, pudimos ver como un trozo de papel prendido saltaba, al echarle el agua, directo a la pierna de mi amigo.
Cayó al suelo, y lloró. Yo me acerqué a él para ayudarlo, y creo que mi amiga fue a por ayuda, porque su madre no tardó en aparecer.
No recuerdo mucho a partir de ahí, solo que la madre de mi amiga vino a recogernos a ella y a mi.
Y, al día siguiente, en clases, mi amigo trajo la pierna vendada y noticias: Habían castigado a su hermano por dejarnos sin supervisión, y a él le habían prohibido llevar a más gente a casa.
Increíble como castigaron más a su hermano que a él, pero aun así, no quise discutir, se le veía asustado cada vez que se lo mencionaban.
Creo que actualmente ya no quiere ser bombero de mayor.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top