ᴅɪᴀ 20: "ᴇꜱᴛʀᴇʟʟᴀꜱ"


Recientemente aprendí que la expresión "hacer ver las estrellas a alguien" no es una amable invitación a admirar el cielo nocturno, sino que es un mensaje de connotación subida de tono.

Pero eso no lo sabía cuando aquel chico de clase, con el que seguramente no había hablado más de dos veces en mi vida, me invitó a salir por San Valentín.

"Le he gustado a gente antes, pero nunca he aceptado sus confesiones ni lo he correspondido" se me pasó por la cabeza "Por otro lado, nunca nadie me había invitado a una cita" 

Le dije que sí, aunque fuera por pasar un rato divertido, y aunque a mí ya me gustaba otra persona en ese momento. Decidí dejar mis sentimientos a un lado y centrarme en los nuevos.

Salimos por la noche, me compró flores. Cenamos en una hamburguesería, dimos un paseo, nos sentamos en un banco a charlar. Me dio un beso.

"Vivo cerca" me dijo, y me sonrió "si quieres ver las estrellas"

Luego se rio, no sé si fue un coqueteo, estaba nervioso o que fue eso, pero no lo entendí. Le dije que no, que me esperaban en casa.

Y esa fue mi cita.

Creí que sería algo de un día, por no quedarse solo en San Valentín, pero no. La primera cita de muchas, el primer beso de muchos.

Continuó invitándome a salir, a comer, a ir a una fiesta, al cine, toda la ciudad pude recorrerme tomada de la mano del que hace pocas semanas era un desconocido.

Y no eran solo las salidas, claro, que en una relación hay más. Ir de la mano, abrazarse, besarse... la insistencia en las famosas estrellas que yo no entendía.

Me refugiaba en que estaba nerviosa. "Si, debe ser eso, recién comenzamos, por eso aún me da cosa besarlo y estar cerca de él y eso. Debo acostumbrarme a esto"

Disfrutaba las salidas, me lo pasaba bien, pero lo otro me costaba. Me incomodaba, me atrevería a decir. Y definitivamente nunca era yo quien le pedia un gesto romántico.

Mi cabeza se inundaba de esos pensamientos, de por qué no era capaz de tenerle amor a ese chico que me llamaba su novia.

"Seguro que me iré acostumbrando conforme la relación avance"

"Nunca he sido muy romántica, de todos modos"

"Creo que solo me da vergüenza en público, si, será eso"

Hasta que llegó el día de su cumple, donde me llevó a su casa, según yo, para presentarme a sus padres.

Cuán equivocada estaba, ahí no había nadie más que él, que preparó la cena para ambos, y después fuimos a su dormitorio a ver una peli.

Supuestamente.

Porque recuerdo ver su mano acercarse a mi cara, en la habitación solo iluminada por la pantalla del portátil, por lo demás, a oscuras. Y oírlo decir con su tono más romántico "esta noche voy a ponerte a ver las estrellas"

Ya no se veía como una sugerencia, se veía como una orden.

Al fin entendía el dichoso doble significado, pero me distrajo más lo que sentía por esa idea. Se supone que eso debió ser un momento sensual y romántico, pero yo solo sentía asco. Sentía más incomodidad que nunca. Sentía que quería irme.

Y, teniendo en cuenta que lo hizo sonar como una orden, también sentía un poco de miedo.

Suficientes sentimientos negativos para salir corriendo — en cuanto pude — de vuelta a mi casa, dejando a mi novio con las ideas por los suelos, cosa que me seguiría recriminando por semanas después.

Se volvió un poco distinto conmigo después de eso, sus insistencias seguían, pero su comportamiento cambiaba con el tiempo.

Se enfadaba cuando cierta persona me hablaba, o yo la mencionaba. Se quejaba cuando decía no poder salir con él por tener exámenes. Me obligaba a besarlo en público, sabiendo que eso me incomodaba.

Hubo también un viaje escolar de por medio, a Italia, donde una amiga me advirtió de que lo veía en una habitación con otras chicas, pero a mí no me importó, sinceramente.

Se lo recriminé a él, no porque realmente me sintiese celosa, sino porque sentía que era mi deber como novia o algo así que "él solo estuviera conmigo". Se enfadó conmigo por eso, y no me habló en el resto del viaje.

Terminó conmigo poco después.


Siendo sincera, no puedo culparlo por cómo fue conmigo, si realmente tenía una novia que no se sentía atraída en absoluto por él.

No diré que lo acepté por pena, solo que yo no sabía bien cómo funcionaban las relaciones, y creía que todo eso era lo normal y correcto.

Pero no, resulta que esa repulsión hacia el afecto físico, vergüenza al decir que salía con él y total falta de atracción sexual, no eran lo habitual en una relación.

Incluso sentía algo más hacia esas chicas que me habían gustado antes, y con las que no había salido románticamente, que sinsentido.

Porque si, solo me habían gustado mujeres antes de salir con él.

Visto lo visto, era una tontería considerarme bisexual, pansexual o cualquier cosa, si era obvio que un hombre no me provocaba nada.


Hace no mucho, me escribió diciendo que se anulaban todas esas invitaciones que me había hecho por meses después de que rompiéramos, a ir a su casa, ver una peli o comer algo juntos.

"He conseguido novia", terminó su retahíla de mensajes.

Sonreí al otro lado de la pantalla, por él, y porque hubiera conseguido alguien mejor, y por mí, que había logrado deshacerme de ese romance imposible.

No puedo estar enfadada o resentida con él, después de todo, él me ayudó sin saberlo a darme cuenta de qué me gusta realmente.

Y contesté.

"Yo también"


¡Feliz día de la visibilidad lésbica! ❤️🩷🤍🧡

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