Con solo desviar la vista del suelo, y mirar alrededor, podían verse a varias parejas por la misma calle por la que caminaba.

En las mesas de las cafeterías, sentados en un banco, paseando tomados de la mano. Se notaba que San Valentín estaba al caer, y el amor flotaba en el aire.

—¿No es maravilloso ver a la gente tan enamorada? —le pregunté a mi acompañante en tono soñador

—Eh... —él se fijó en un carrito de los helados— Bueno, esta época es cuando venden los mejores dulces

Se detuvo un momento para comprar un helado, pagó y siguió caminando a mi lado.

—¿Un helado, en invierno? ¿En serio? —le dije

—¡El sabor de fresas con crema solo está en estas fechas! —respondió orgullosamente

—Como siempre, solo piensas en comer —puse los ojos en blanco

—Y tu también, en comerle la boca a alguien. Si no te diese tanta vergüenza pedirle otra cita... —rió, mordiendo el helado

Enrojecí por su comentario, y seguí andando, cruzada de brazos y del mismo color rosa del helado.

—¿Y no hay comidas típicas en estas fechas o algo? —siguió hablando

—No en todas las festividades importa la comida, por dios —suspiré de nuevo, esta vez mirando mi teléfono

—¿Cómo que no? En Navidad, pavo asado, en Halloween, los dulces, en Pascua, huevos de chocolate, en Fallas, valencianas con chocolate...

—Si tan solo pusieses esa memoria en tus estudios

Dije sin dejar de mirar mi teléfono, todavía andando.

—Si tan solo pusieses ese mal humor en otras personas —rió, comiendo lo poco de su helado que quedaba— Solo no quieres probar que tengo razón

—Aunque no la tengas, tienes suerte de que justamente estamos yendo a comer con los de clase —le dije, viendo como goteaba un poco de este— Así te estarás calladito un rato

—Si hay comida de por medio, ¡tan callado como quieras!

...

...

...

Después de tanta cháchara, al fin llegamos al restaurante donde nos esperaban. Miramos a un lado, miramos al otro... solo para no ver a nadie allí.

—Parece que hemos llegado pronto —comentó mi amigo, mirando las mesas con gente que no conocíamos

—Que raro... ¿quizás se les ha pasado la hora a todos? —dije, extrañada— Era la que me dijiste, día 13 a las 15:00, ¿no?

—Si, lo puso Eva por el grupo, mira

Sacó su móvil y entró al chat, buscando el mensaje. Después se quedó mirando la pantalla unos segundos, hasta que sus ojos se abrieron como platos.

—A-Anda, jaja...

Me miró con una mezcla de nervios y gracia.

—¿Que pasa?

—Te vas a reir... Lo leí mal, no era el día 13 a las 15, era el día 15 a las 13 —se rascó la nuca y soltó otra risa nerviosa— O sea a la una de la tarde, en dos días... Que cosas, ¿eh?

—...

No me reí precisamente.

—¿Qué es el día QUÉ? —lo agarré de la camisa y lo bajé a mi altura amenazadoramente, aún sabiendo que no le daba ningún miedo

—¡Mira el lado bueno! Si que llegamos pronto —rió un poco, comiendo aun de su helado

—Pues me muero de hambre, y ahora ya no hay nada abierto para conseguir algo de comida

Él me ofreció el helado, sonriendo un poco.

—¿Quieres un poco?

—Soy alérgica a eso

—Ay, bueno

Siguió comiendo un poco más, hasta que se le ocurrió algo.

—Debe haber algún supermercado abierto por aquí, ¿que tal si vamos y compramos aperitivos y esas cosas? —me preguntó

—¿Siquiera aún tienes hambre luego del helado? —pregunté, incrédula

—Eso siempre —rió un poco, y me dio una palmada a la espalda— Venga, vamos