ᴅɪᴀ 10: "ꜰʟᴏʀᴇꜱ"
La floristería es una tienda que habitúo, aunque normalmente para recoger encargos hechos por mi padre, no para elegir yo las flores que iba a comprar.
Y después de saber que la mujer de la floristería era la abuela de alguien conocido, entrar allí iba a ser un poco más complicado.
Y más teniendo en cuenta para quien eran las flores...
¡Ding-ding!
La campanilla de la puerta sonó, entré dentro con aire tímido.
La mujer del mostrador, una señora anciana y muy amable, desvió la vista de sus papeles. Se colocó las gafas con cadena, y me sonrió.
—¡Mónica! —me dijo alegremente, pero luego se vio confusa— ¿Que te trae por aquí? Juraría que no tienes encargos hasta...
Hizo una pausa, pensativa.
—¡Hasta el 5 de mayo, el Día de la Madre! —después rió, y dijo en broma— Tu pedido no está listo aún, estamos en febrero
—Si, lo sé, lo sé, solo vengo a comprar algo de lo que tienes por aquí —reí nerviosamente
—¡Oh! Tu padre no me avisó de esto, hubiera preparado las que siempre os-
—No, no, vengo a comprar algo... por mi cuenta
Reí con nervios otra vez. La mujer no dijo nada.
—Oh, ¿son para ti? Bueno, las flores son geniales para decorar también —dijo dulcemente— Echa un vistazo, querida
Me di un par de vueltas por la tienda, mirando un poco por encima. Agarré un ramo con flores variadas, amarillas, rosas y moradas, que me llamó la atención. Pero no sabía si al destinatario de ese regalo le gustarían.
—¿Esas te gustan? —me preguntó la mujer
—Eh... No lo sé... —dudé un poco
Ella parecía un poco confusa.
—En realidad no son para mi, ¿sabe? —añadí, sintiendo que mi voz temblaba muy ligeramente— Son para... regalárselas a alguien
Incluso sabiendo que la mujer no me juzgaría, costaba un poco.
—Oh, si, he estado viendo esa moda por redes sociales últimamente —sonrió de nuevo, haciendo gala de lo actualizada que estaba— Chicas que regalan flores a sus novios, y así les tiran una indirecta de que son ellas las que quieren un ramo, ¿eh?
Rió de nuevo.
—N-No, no exactamente —reí yo también, algo más forzadamente— Yo... es un regalo genuino, no quiero nada a cambio...
—¿Ni un beso le vas a pedir? —dijo ella, bromeando
Enrojecí solo de pensarlo.
—¿O no es tu pareja? ¿Cual es la ocasión? —siguió preguntando la mujer, chismosa como siempre
—Eh... Tiene una competición de skate, y creí que sería un detalle lindo —dije nerviosamente— Ya sabe... normalmente se tiran flores tras una actuación, o un partido, o...
—Si, si lo entiendo, querida, he visto cosas de esas —sonrió ella— Mi nieta también hace skate, ¿sabes?
Sentí el sudor resbalar por mi frente.
—¿A-Ah, si? Que coincidencia...
"Calla, cambia de tema"
—¿Podría ponerles un lazo? —pregunté, solo para distraer a mi cabeza, dándole las flores que había elegido
—Por supuesto —contestó la mujer amablemente
Las llevó hacia el mostrador, y comenzó a envolverlas en papel de periódico, mientras yo seguía pensando en una nueva pregunta para cambiar de tema. Pero preguntó algo más.
—¿De qué color quieres el lazo? ¿Que color le gusta? ¿Azul, verde, morado, o... rojo?
—E-Eh, el... rojo
"¿¡Por qué ha hecho esa pausa!? No es posible que sepa su color favorito. ¡Mi abuela no sabe el mío! ¿Por qué iba a saberlo la suya? O quizás es que-"
—Está bien
Hizo el lazo en silencio, y luego habló otra vez.
—Admito que es un regalo curioso, comúnmente es el hombre el que compra flores a la mujer, no al revés —dijo ella, mirándome ahora
—Bueno, si...
Agarró un bolígrafo y una pequeña tarjeta.
—¿Quieres que ponga el nombre en el ramo?
—Eh...
"Mierda, el nombre, no le digas el nombre, el nombre es de mujer, va a saber que es una mujer, va a saber quien es"
—No, llevo el dinero justo, lo siento —me excusé con una risa nerviosa
—¡No voy a cobrártelo, mujer! Eres una de mis mejores clientas —rió ella por mis nervios— Vamos, dime como se llama
"Invéntate un nombre y tira la tarjeta"
—P-Pues....
"Te va a pillar. Idiota"
—Venga, dime el nombre. Quiero saber si mi nieta le conoce —la mujer rió un poco más, dijo eso en tono de broma
—¡Seguro que le conoce! —reí yo también, de nuevo, nerviosa— Es una skater muy buena de ese sitio, jaja...
—¿Una skater?
"¡IDIOTA!"
—¿S-Si...? -sonreí un poco, a ver si con suerte no se había dado cuenta. A ver si con suerte mi cabeza me animaba
"Estás muerta"
Bueno, eso no me animó mucho, gracias cabeza.
La mujer me miró, alzó una ceja, y rió un poco más, pero esta vez no fue tan fuerte.
—Ay, bueno, no sabía que iban más chicas a las clases con mi nieta —dijo ella, escribiendo algo en la tarjeta
Después la colocó en el ramo, y me lo ofreció.
—De hecho, sé que no las hay —sonrió un poco, amablemente
Eché un vistazo al ramo, leí la tarjeta, e intenté esconderme tras este, por vergüenza.
—Ya sé el nombre, ya lo puse, no te preocupes —dijo en tono comprensivo, aún sonriente— Estoy segura de que le encantarán. Sé buena con ella, ¿sí?
—C-Claro...
Asentí, pagué rápidamente y salí andando tan rápido como pude hacia la salida. La mujer se quedó mirando, y la escuché reír una ultima vez antes de salir por la puerta.
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