"ᴅɪᴀ 1: ʜᴜᴇʟʟᴀ"

Cuando era más pequeña, vivía en un lugar próximo a un pequeño bosque, y uno de mis entretenimientos era ir allí y ponerme a seguir las huellas que encontrase.

Las huellas de un animal pequeño, un gato o un zorro, las de un ave, generalmente jilgueros que vería volar más arriba, ¡e incluso de humanos algunas veces! ... solo para darme cuenta de que estaba dando vueltas en círculos y eran mis propias huellas.

Me sentía como una verdadera detective haciendo eso, incluso recogía lo que llamaba "pistas". 

Ponía tierra en frascos, metía pequeñas piedras en mi bolsillo, y arrancaba alguna que otra flor, que luego llevaría a casa y diría que podía cultivarlas en el jardín.

Aunque me creyese Sherlock Holmes, solo hubo un verdadero misterio al que me enfrenté en aquel lugar.

Yo estaba en el bosque, como ya os comentaba, haciendo mis cosas y dando vueltas por ahí. Había llovido, así que el suelo estaba embarrado y se me dificultaba andar.

¡Pero eso no terminaría con mi misión detectivesca!

Seguí recorriendo el lugar, me lo sabía de memoria, pero hoy no podía encontrar ni una sola huella más que las que yo iba dejando tras de mí.

"Debieron borrarse con la lluvia de antes" , pensé.

Continué andando con dificultad, pensando en volver a mi casa, hasta que me pareció escuchar unos pasos cerca de mi.

Me quedé quieta, intentando oír mejor. Sonaban como pasos humanos.

¡Estupendo, casi nunca encontraba a otras personas allí! Corrí como pude hacia detrás de los árboles donde escuché los pasos, y eché un vistazo.

¿No había nadie?

Miré al suelo. Tampoco habían huellas que delataran a alguien que estuvo allí recientemente.

Entonces, ¿cómo pude escuchar esos pasos?

¡Crack!

Ahora había oido una rama crujir detrás de mi. Me sobresalté, y rápidamente me di la vuelta, para, de nuevo, no ver a nadie.

Eso realmente estaba comenzando a asustarme.

"Debió ser un ave", pensé de nuevo. Pero eso fue solo la rama, porque definitivamente escuché pasos. Pasos... sin huellas que señalaran de donde vino o a donde iba.

Casi comencé a temblar. ¿Sería un monstruo del bosque que venía a comerme, como los cuentos que me leía mi padre? ¿Eran esos monstruos reales? Pero, ¡hasta un monstruo habría dejado huellas! 

Mis pensamientos fueron interrumpidos por una mano que vi que tocó mi hombro por detrás. La vi, pero no la sentí. Me hizo dar un salto.

Me giré hacia allá, mis ojos muy abiertos, mis piernas temblando. 

Era un hombre algo anciano. Tenía una sonrisa amable, y me hizo un saludo con la mano. Después me dio un par de palmaditas en la cabeza, que tampoco sentí por alguna razón.

—¿Q-Q-Qué..? —mi voz sonaba temblorosa— ¿Q-Quién es usted?

El hombre no dijo nada, solo sonrió en riguroso silencio. 

Su piel y su cabello eran muy blancos, no hablaba ni hacía ningún ruido, no sentí nada cuando me tocó. Se veía tan irreal, como si fuese un dibujo, un producto de mi imaginación, un... ¿fantasma?

—...

Tras quedarse en silencio unos segundos más, me hizo un gesto de despedida, y después me dio la espalda y siguió andando hacia otra zona con más árboles.

Yo seguía sin dar crédito acerca de lo que acababa de suceder, pero mis ojos no podían dejar de mirar aquí y allá.

Cuando el hombre dejó de mirarme, me fijé en cómo caminaba, los pies bajo sus zapatillas iban pisando el suelo, avanzando a un ritmo lento.

Me fijé, y noté algo.

No dejaba huellas al andar..

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top