🎄ᴇᴘÍʟᴏɢᴏ🎄
Félix miraba como el sol resplandecía a través de la ventana. Sonrió enternecido al recordar la primera vez que llegó a esa casa.
Transcurrieron varios años desde que un lindo y mandón pelinegro entró a su vida, cada día agradecía porque este formase parte de su vida.
En este momento vivía junto a Hyunjin, los padres de este se ocuparon de cuidarlo y cuando ambos ya cumplieron la mayoría de edad decidieron ir a un nuevo hogar, que fuera solamente suyo.
La relación que mantenía con el pelinegro, era hermosa, no había un día que no mostrara una sonrisa por cada acto que presenciaba de su novio.
Las fechas de las festividades se acercaban, por esa razón fueron a quedarse unos días a la casa de sus padres, porque amaban pasar Navidad en familia.
Felix no se olvidaba de su pasado, cada vez que podía iba a visitar los orfanatos de la ciudad y a pasar tiempo con los niños.
Hyunjin en ocasiones lo acompañaba, aunque también tenía que deberes que cumplir y no podía hacerlo todas las veces.
El pelinegro decidió trabajar con su padre para ganar experiencia, a pesar de que recién entraría a la Universidad, él quería aprender a ganarse su propio dinero.
A Felix le encantaba lo humilde que llegaba a ser. No importaba si siempre tuvo todo a la mano, aprendió a valerse por sí mismo.
Los labios del castaño se curvaron en una sonrisa al notar que alguien entraba por la puerta.
— Aquí estas — Sonrió el pelinegro —. Te estaba buscando.
— ¿Y para qué me necesitabas? —. Preguntó mientras se iba acercando.
— Siempre te necesito, Félix — Afirmó —. Me gusta estar junto a ti todo el tiempo
Félix sonrió por lo que acababa de decir, eso era bastante cierto. Hyunjin siempre quería verlo a su lado, por eso su relación era cada día más fuerte, porque no podían vivir el uno sin el otro.
— Te amo, Hyunjin —. Musitó con ese toque de timidez.
— Yo te amo aún más, Félix.
Seguido de esto rompieron la distancia que los separaba y unieron sus labios en un mágico beso.
Un beso que demostraba todo el amor que sentían, porque ambos sabían que fueron hechos para estar juntos.
— Me hace tan feliz haberte encontrado — Comentó de la nada el pelinegro mientras juntaba sus frentes.
— Yo lo soy aún más por haberte conocido — Complementó el castaño.
Tomándose de las manos, se dirigieron a la parte de abajo, la comida estaba lista y ellos debían estar presentes.
Compartieron una mirada y sonrieron, sabiendo que no importaba lo que pasara, ellos nunca se separarían.
Porque su amor solamente crecería con el pasar de los días, haciendo que sus corazones se inundaran de felicidad y juntos compartirían el resto de sus vidas.
𝓕𝓲𝓷
mini fanfic soft lleno de amor uwu.
¡Espero les haya gustado tanto como a mí me gustó!
por fin pude terminar la historia aaaaaa.
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