Parte única.

(...)

—¿Le diste una patada y luego le tiraste agua a la cara?

—¡Era un imbécil! —Baekhyun se defiende.

Obligado a trabajar con el CEO de la marca de moda rival LOEY, Park Chanyeol, para un proyecto de caridad, Baekhyun está seguro de que es odio a primera vista. El alfa es molesto, engreído y parece que no puede dejar en paz a Baekhyun. Baekhyun está listo para que el proyecto termine lo antes posible, pero en algún momento, la línea entre el odio y el amor comienza a difuminarse.

(...)

—Necesitas un novio.

Baekhyun grita, saltando en su asiento. Tiene una suerte increíble de que el lápiz de dibujo que tiene en la mano salga volando hacia arriba en lugar de hacia un lado, o el trabajo en el que había estado trabajando durante casi una hora se habría arruinado.

—¡Kim Jongdae! —grita Baekhyun, completamente indignado cuando Jongdae tiene el valor de entrar.

—Hyung me dijo que te agarrara. Soy la primera línea para que vengas en silencio. Si no lo haces, te echará por encima del hombro. —El tono de Jongdae es petulante. Baekhyun lo fulmina con la mirada mientras se apresura a ceder su asiento al omega, muy embarazado.

Jongdae le besa la mejilla antes de ocupar el lugar, acariciando su barriga que no tiene por qué ser tan grande a los seis meses.

Baekhyun gime, en parte por la exasperación y en parte porque al ponerse de pie se le nota el dolor de espalda que ha tenido al encorvarse sobre su mesa de trabajo durante la mayor parte del día.

—Ya casi...

—Terminas, sí, sí —Jongdae agita la mano en el aire, revisando con curiosidad el montón de bocetos que Baekhyun ha puesto en la pila de «tal vez»—. Estos son buenos, Baek.

Baekhyun se encoge de hombros, suspirando mientras quita los papeles de las manos de Jongdae y los mete en su carpeta—. Son una mierda, y lo sé. Siento que estoy recreando lo mismo una y otra vez.

Los ojos de Jongdae se suavizan—. Eres demasiado duro contigo mismo, Baek.

—Ser blando no me va a mantener en la cima —replica Baekhyun, aunque le falta calor. Ahora que su flujo de concentración se ha roto, se da cuenta de lo cansado que está.

—Nadie duda de que eres increíble, Baekhyun-ah —consuela Jongdae, agarrando la mano de Baekhyun y apretando con fuerza—. Tu nombre está en boca de todos, tu marca en el cuerpo de todos los que tienen entre 21 y 29 años. Tu empresa se ha colado en la élite, y estás en el top de los más ricos del mundo con menos de 30 años. Te mereces un descanso, idiota.

Baekhyun sonríe con cansancio, se pone de rodillas y rodea con sus brazos la cintura de Jongdae, con la oreja pegada al vientre de éste. Los gemelos se revuelven minuciosamente y eso hace que una sonrisa se dibuje en la cara de Baekhyun. Es estúpidamente relajante estar en los brazos tranquilizadores de Jongdae.

El caso es que Baekhyun sabe que tiene éxito, pero nunca parece que sea suficiente.

—Si me detengo, alguien me alcanzará. No puedo permitirme eso —murmura Baekhyun—. Buscan cualquier debilidad, especialmente porque soy un om—

—Porque eres tú. Un genio brillante, una mente maestra creativa y un idiota apasionado. Pero te estás quemando —replica Jongdae, cardando sus dedos en el pelo de Baekhyun—. También hace tiempo que no trabajas en un proyecto de pasión, ¿sabes?

—Bueno, mi musa tuvo que ir a embarazarse..., ¡ay! —Baekhyun llora, frotándose la frente donde Jongdae le dio un golpe.

—Odias mi sentido del estilo. —Se ríe Jongdae, refiriéndose a su cárdigan de abuelo de gran tamaño y su falda holgada. Hace que Baekhyun apriete los dientes ante la monstruosidad, porque está seguro de que Jongdae se decantó por las cosas más feas que pudo encontrar en lugar de la línea de maternidad que Baekhyun prácticamente le cosió a mano.

—¡Exactamente! —señala Baekhyun, poniéndose de pie de un salto y estirándose mucho. Es increíble lo que puede hacer un buen abrazo de Jongdae—. Tu horrible sentido de la moda me impulsa a ser mejor.

Jongdae intenta darle un manotazo en el trasero, pero Baekhyun lo esquiva.

—Quizá por eso todas mis cosas son iguales últimamente —reflexiona Baekhyun, mirando por la ventana la línea del cielo nocturno.

Jongdae suspira y trata de levantarse con cuidado. Baekhyun le ayuda, y luego empieza a recoger a regañadientes. No puede decir que no a Jongdae.

—Creo que necesitas un nuevo ángulo para trabajar —dice Jongdae—, has estado mucho tiempo en el asiento del director general este último año. Tómate un descanso, tu equipo puede encargarse de dirigir la empresa si quieres diseñar, Baek. Dedícate a un proyecto como antes.

—Haces que parezca tan fácil. —Se queja Baekhyun, tirando de Jongdae mientras salen del edificio—. Como si Junmyeon hyung y Kyungsoo-ya no fueran a enloquecer y a intentar apoderarse de Appeungjong.

Jongdae levanta una ceja—. ¿Y eso es algo malo porque?

Baekhyun hace un mohín—. ¡Es mi empresa!

Jongdae pellizca a Baekhyun, ignorando su grito de dolor—. Entiendo que tienes tu orgullo Baekhyun, pero ¿qué va a quedar de él si empiezas a perder la visión? Delegado. Confías en Junmyeonnie hyung y Kyungsoo con tu vida, y ellos confían en ti.

Baekhyun mira a Jongdae con cautela, un repentino sentimiento de inquietud surgiendo en el fondo de su mente—. ¿Por qué esto se siente como una intervención?

Jongdae sonríe cuando se abren las puertas del ascensor y aparece Minseok. Se lanza a los brazos de su marido, lo besa con una sonrisa ñoña y se da la vuelta para sonreír con suficiencia a Baekhyun.

—Porque lo es.

(...)

—¡Esto es un golpe de estado! —Baekhyun ríe, señalando con un dedo acusador a Jongin, que ni siquiera tiene la gracia de parecer escarmentado. En lugar de eso, se ríe, con ese estúpido tono molesto cuando sabe que ha conseguido ganar una a Baekhyun.

—Esto es un proyecto —responde Kyungsoo, inexpresivo. Ni siquiera levanta la vista de las notas de su escritorio—. Tú necesitas uno, la empresa necesita uno, y ya está.

—¡Yo no acepté esto! —Baekhyun se queja. Se desploma hoscamente en su asiento, mirando a su equipo.

—Baekhyun —suspira Junmyeon, hablando en ese tono beta estúpidamente apaciguador que hace que Baekhyun se sienta como un niño cuando se usa con él—, no estamos tratando de usurpar tu poder. Has estado ocupado, nos contactó UNICEF y no había ninguna razón para dejar pasar un proyecto como este.

—¿Pero por qué tiene que ser un proyecto conjunto? —grita Baekhyun, resistiendo a duras penas el impulso de patear sus pies-. ¿Y por qué Jongin tiene que elegir con quién vamos a trabajar?

—Porque —dice Junmyeon, siempre tan paciente—. Jongin es nuestro director de relaciones públicas por una razón. Sólo ha elegido lo mejor para que trabajemos, y lo ha hecho pensando en ti. Un soplo de aire fresco que puede ayudar a elevar nuestra marca.

De repente, algo hace clic y Baekhyun se pone en pie de un salto, golpeando la mesa con las manos—. ¡Estás ocultando algo! Estás tratando de alejarme de con quién estamos trabajando.

—Te dije que se daría cuenta —dice Kyungsoo, su tono es divertido mientras coloca su cabeza sobre su mano mirando a Junmyeon con una ceja levantada.

—¡Yah!

—Hyung. —Se desliza Jongin—. Dijiste que confiabas en nosotros, así que por favor confía en nosotros. Es un proyecto de caridad para recaudar dinero para la ropa de los niños. No había ninguna razón para decir que no, incluso es mejor tener una marca de moda de nuestro lado.

Baekhyun odia cuando Jongin habla de forma inteligente. Él es lo que Baekhyun envidia, un bello omega que desarma a todos en la sala con su aspecto y su sonrisa, pero su mente de tiburón devora a cualquiera que se someta a él. Y actualmente lo está usando con Baekhyun.

—Vale, bien, hemos cogido el proyecto, no me importa esa parte ya que es por una buena causa. Pero, ¿por qué me has puesto como Director Creativo y Diseñador Jefe? No puedo cargar con eso además de mi trabajo habitual...

—No lo harás —interrumpe Kyungsoo—. Junmyeon hyung y yo vamos a asumir una parte de tu trabajo. Sólo tendrás que actuar como director general durante la duración de este proyecto, sobre todo para firmar nuestros papeles. Nosotros nos encargaremos de ello. Así que ve a buscar tu chispa, idiota.

Baekhyun está casi conmovido. Excepto.

—Sabía que esto acabaría así, nunca debí contratarte, Soo. —Se lamenta Baekhyun, tirándose de nuevo en la silla—. Así que ahora vas a apoderarte de mi empresa y abandonarme a los caprichos de la sociedad conjunta que calumniará mi nombre y te permitirá la transición para robarme el puesto—

—Si vas a despotricar así, ¿puedo comer? —Kyungsoo interrumpe.

—¡Soo!

—Baekhyun. —La voz de Junmyeon es aguda. Probablemente no debería haberse convertido en un mocoso, piensa Baekhyun con hosquedad—. Esto no es negociable. Te reunirás con tu compañero el viernes por la noche para cenar y no arruinarás esta asociación.

—Relájate, hyung —dice Jongin, su sonrisa es encantadora—. Te gustarán, te lo prometo. Parece que te respetan mucho por lo que me ha dicho mi contacto. Intentó seducirme para que dijera que sí, aunque no me hubiera importado llegar a eso. Quizá debería haberme hecho el duro durante más tiempo.

Baekhyun lanza sus brazos a Jongin como si dijera «mira», pero ni Junmyeon ni Kyungsoo pestañean.

—Todo esto fue idea de Jongdae, ¿no? —Baekhyun sisea.

Junmyeon sonríe débilmente—. Es difícil decirle que no.

Baekhyun no puede estar en desacuerdo—. Bien. Lo que sea. Es tu dolor de cabeza.

Y así se rompe la tensión que Baekhyun ni siquiera se había dado cuenta de que existía. Parpadea mientras los otros se levantan y salen de la habitación, Jongin palmea el hombro de Baekhyun con un simpático «fighting» en los labios. Y entonces se van.

Demasiado tarde, Baekhyun se da cuenta de que no tiene nombre de compañero. Oh, bueno, ¿qué tan malo puede ser?

(...)

Esta semana no podría ser peor si lo intentara.

Ha sido nada menos que un infierno delegar las tareas a Junmyeon y Kyungsoo respectivamente y atar todos los cabos sueltos que necesitan su firma para su ejecución. El contacto con los departamentos, tanto internos como externos, sobre el cambio temporal ha suscitado cierta atención de los medios de comunicación, pero por suerte Jongin ha sido capaz de convertirlo en un zumbido de entusiasmo al revelar que Baekhyun trabajará personalmente en un proyecto.

La enormidad de lo que se le ha encomendado también está empezando a afectar a Baekhyun. Hace años que Baekhyun no se siente orgulloso de sus creaciones y ahora le preocupa que añadir una segunda parte a la mezcla vaya a joderlo aún más.

Y para rematar, Baekhyun se ha despertado esta mañana con una sensación familiar. Piel sensible, temperatura corporal ligeramente más alta y una mayor sensación de conciencia. Todas las advertencias de precalentamiento. Jongdae debe haber apagado su alarma para recordarle que debe tomar supresores. Su mejor amigo había estado en su caso por suprimir demasiados calores, pero esta vez, Baekhyun realmente no quiere lidiar con eso.

Así que sí, ha sido una semana de mierda en conjunto y Baekhyun se siente como un tonto por esperar tener un descanso al final de la misma.

Lo que nos lleva a ahora.

Baekhyun, golpeando con sus dedos la inmaculada madera de la fina mesa en la que está sentado, se desplaza irritantemente por el documento de su teléfono mientras espera a su más estimado compañero.

La camarera se cierne nerviosa en la puerta del reservado de Baekhyun, tartamudeando cuando le pregunta si quiere pedir algún aperitivo. Como lo había hecho, hace más de veinte minutos.

—No, gracias —intenta decir Baekhyun lo más educadamente posible, pero el camarero hace un pequeño «eep» y cierra apresuradamente la puerta corredera.

Supone que su enfado se debe notar en su cara entonces.

Lleva casi media hora esperando a que llegue el contacto de su empresa asociada. Incluso se había asegurado de llegar temprano, como cortesía a pesar de su agitada agenda. En cualquier otra situación, Baekhyun se habría levantado y se habría marchado a los cinco minutos, al margen de los negocios. Un socio que ni siquiera podía avisar de que llegaría tarde, el hecho de que se atreviera a llegar tarde a un proyecto de gran envergadura, no presagiaba nada bueno.

Pero la cara de Jongin aparece en su mente, con sus labios fruncidos pidiéndole a Baekhyun que «por favor, tomen esta reunión en serio». Y por el amor de Dios, este proyecto era para la caridad. Baekhyun tiene que intentarlo al menos.

Tratando de calmarse, Baekhyun vuelve a mirar el informe que había estado leyendo. Si había una pequeña, minúscula, gracia salvadora de que su compañero llegara tarde, es que Baekhyun al menos hiciera la investigación que debía hacer mucho antes de esto sobre quién es dicho compañero.

LOEY.

Baekhyun se muerde el labio inferior, repasando la información por tercera vez. Es un pequeño informe, elaborado apresuradamente entre la dinámica cambiante del lugar de trabajo. No ofrece el nombre del contacto, pero eso no es tan importante como darse cuenta de cómo será esta asociación con una marca poderosa como LOEY al lado de Privé.

LOEY es, si los medios de comunicación se lo creen, el único rival de Privé. Una empresa de cohetes de la moda que inició su actividad pocas semanas después del lanzamiento de Privé, y que era la marca indiscutible de la ropa de calle. La diferencia de clientela, de imagen, de patrocinio, era lo único que separaba a Privé de LOEY. La mayoría de los éxitos estaban a la par, y Baekhyun siempre ha odiado que nunca tuvieran más información sobre LOEY que ellos. Sus proyectos eran fuera de lo común, salvajes y libres. Una visión que Baekhyun envidiaba ligeramente aunque la respetara.

Bueno, ahora lo respetaba menos.

Baekhyun suspira. A pesar de la popularidad y el amplio alcance de la marca de moda, desde el punto de vista comercial estaba en la sombra con poco crecimiento anual. Supone que ve el cuadro que Jongin está tratando de pintar. Privé sin ideas frescas y LOEY estancada en cuanto a negocio. Juntos, si pudieran crear algo—

Bueno, eso dependería de que se presentaran realmente.

Pasan algunos minutos más, cada segundo que pasa hace que los hombros de Baekhyun se encorven más y más. Está casi al final de la bandeja de entrada de su correo electrónico, y eso será todo. Lo va a llamar, carajo.

Cuando la paciencia de Baekhyun está a punto de romperse, la puerta corredera se abre de golpe.

—¡Siento mucho llegar tarde! —retumba una voz profunda, deslizándose en la habitación antes de que Baekhyun pueda siquiera levantarse de su asiento.

Un hombre entra en la sala, se agacha bajo la puerta corredera y hace una rápida reverencia a Baekhyun antes de girar sobre sus talones para hacer una reverencia más pequeña al personal de servicio que vuelve a cerrar la puerta corredera. La voz del hombre resuena en los oídos de Baekhyun, que ve cómo baja su bolsa de negocios al suelo, se cubre con su costosa chaqueta y se acerca a Baekhyun.

Baekhyun se queda mirando, atónito, a la atractiva figura que tiene delante. El pelo negro recogido en forma de coma muestra que debe haber estado fuera durante un tiempo, ya que algunos mechones se deshacen aquí y allá. Piel suave y ligeramente bronceada con un rostro por el que Baekhyun sabe que algunas de sus modelos matarían. Ojos anchos enmarcados por cejas severas que ayudan a equilibrar la inocencia casi infantil del rostro del hombre, especialmente con esas anchas orejas que enmarcan su cabeza. Pero no hay ninguna torpeza adolescente en el hombre, ni siquiera en su cuerpo, exhibido por un torso fuerte, cintura afilada, brazos musculosos y piernas largas.

Baekhyun casi se olvida de sí mismo, mirando fijamente al atractivo hombre durante un caluroso segundo.

A pesar de las palabras apresuradas del hombre, es nada menos que elegante, ya que parece ocupar sin esfuerzo el espacio de la habitación, y no sólo porque sea enorme.

Alfa, dice el cerebro de Baekhyun. Al darse cuenta, su mente aturdida vuelve a la acción, frunciendo el ceño.

—Me has hecho esperar más de treinta minutos —dice Baekhyun, con voz suave pero tono frío. Se levanta, odiando lo pequeño que se siente bajo los ojos del alfa, que parece estar congelado en su sitio, con las pupilas cerradas y mirando fijamente a Baekhyun—. ¿Dime por qué no debería irme ahora mismo?

Hay un breve momento en el que el hombre no se mueve. Baekhyun no es ajeno al gran peso de los ojos del hombre. No es sólo una evaluación de un extraño. Hay un hambre allí que hace que el cerebro de Baekhyun se agudice.

Baekhyun aprieta los dientes, a punto de estallar cuando el hombre no habla, pero es literalmente impedido de hablar.

Las flores son arrojadas a la cara de Baekhyun.

Parpadeando, Baekhyun sólo puede mirar con la boca abierta mientras el atractivo alfa le dedica una amplia sonrisa, todo dientes y una pizca de férrea confianza. Que sabe que su aplacamiento será aceptado—. Lo siento mucho, Baekhyun-shii. Mi reunión se retrasó y en el camino vi un puesto de flores y quise respaldar mi disculpa con un regalo de buena voluntad.

¿Un regalo de buena voluntad?

El ramo es ciertamente hermoso. Baekhyun ni siquiera sabe el nombre de todas las flores reunidas de forma tan bonita.

—¿Pensaste —dice Baekhyun lentamente—, que las flores iban a hacer que te perdonara por perder mi tiempo?

La sonrisa del alfa vacila. Nervioso no es la palabra adecuada, pero se muestra vacilante, receloso, como si no estuviera seguro de por qué está enfadado exactamente Baekhyun.

—Tienes una cena con un socio de negocios que figura en la lista Forbes Fortune 500, una empresa que es la única no-STEM que ha ganado en AustCham Korea, y pensaste que en lugar de informarme a mí o al personal del restaurante llegarías tarde, pensaste en traerme flores..., y pensar que creía que tu empresa era mejor que...

El hombre se mueve de repente y Baekhyun se sobresalta cuando el alfa se inclina. Su largo cuerpo se dobla, casi más profundamente de lo que debería. Su tono es un poco ilegible, pero Baekhyun puede oler la sangre en el agua. El hombre no creía que esto fuera a ser así—. Te he molestado, Baekhyun-shii. De verdad, no era mi intención.

—¿Tu intención? —dice Baekhyun con poca amabilidad, el delicado envoltorio del ramo crujiendo bajo su agarre mientras lo balancea hacia abajo—. ¿Tu intención de qué? ¿Cortejarme? Está claro que sabes quién soy, alfa. Dime, ¿es esto lo que habrías hecho si tu compañero fuera un alfa?

Ahora el alfa se ve desorientado. De hecho, es casi aterrador cómo la cara del hombre se queda en blanco mientras se endereza, mirando a Baekhyun tan intensamente, como si pudiera encontrar una respuesta en la cara de Baekhyun.

Baekhyun prácticamente puede sentir la tensión en la habitación, sabe que él la está creando, pero esto no es algo en lo que vaya a retroceder.

—No —dice el alfa lentamente, con un ceño fruncido—. Tienes razón. Por favor, disculpa mi desconsideración, sólo estaba emocionado.

Baekhyun respira pesadamente, tan cerca de arrojar el ramo en la cara del estúpido alfa. Pero los ojos son serios y bueno, Baekhyun no perdió su tiempo aquí para simplemente irse, por muy merecido que sea.

—Bien —dice Baekhyun, mirando el ramo y suspirando. Lo coloca junto a su chaqueta. Puede que esté enfadado, pero no merecía la pena destruir las flores para que se entendiera—. Sentémonos y hablemos.

El alfa toma asiento y no se puede negar el aire incómodo que los rodea ahora.

Antes de que pueda decir algo, son interrumpidos por el camarero—. Disculpen mi intromisión, ¿quieren hacer sus pedidos ahora, señores?

El alfa cambia de marcha, con una amplia sonrisa en su rostro mientras toma el menú del camarero. Baekhyun ya había mirado y recita su pedido, aprovechando la distracción del hombre para pensar.

No es la mejor primera impresión en general, pero Baekhyun está aquí ahora y se debe al tiempo perdido para ver al menos hacia dónde va esto. Observa al hombre pedir, agradeciendo cortésmente al personal de servicio. Es casi misterioso cómo Baekhyun puede sentir prácticamente el peso del enfoque del alfa de vuelta a él. Baekhyun se da cuenta de que es un gran negociador. Baekhyun tiene la sensación de que este alfa no permite que cualquiera le hable como lo hizo Baekhyun.

Es bueno que no haya intentado replicar. Baekhyun no tiene problema en levantarse y alejarse. Pero ese no es el punto de todo esto.

—¿Cuál es tu nombre? —pregunta Baekhyun cuando el camarero cierra la puerta tras ella.

La sorpresa aparece en la cara del alfa—. ¿No me conoces?

Vuelve a aparecer ese pinchazo de irritación—. El informe sólo decía que me iba a reunir con un representante de la marca. Se suponía que el resto de los detalles debían estar en marcha antes de que empezara la cena —Baekhyun se queja. El «si hubieras llegado a tiempo» no se dice, pero Chanyeol hace una ligera mueca de comprensión.

Sinceramente, el propio Baekhyun probablemente debería haber presionado a Jongin para obtener más información, pero realmente este proyecto era la menor de las preocupaciones de Baekhyun esta semana. Apenas sabía hacia dónde se dirigía su coche cuando se subió a él al final del día, gimiendo cuando recordó que tenía la cena con su compañero de proyecto de caridad. Había aprovechado el tiempo en el coche y la mayor parte del tiempo de espera del representante para estudiar el briefing.

—Bien —dice el alfa, y a Baekhyun no le gusta que ya no haya ese mismo tono vacilante en la voz del alfa. Es un hombre seguro de sí mismo, puede decir Baekhyun. Acostumbrado a salirse con la suya—. Por favor, disculpa mi tardía presentación, soy Park Chanyeol, CEO de LOEY.

El alfa, Chanyeol, se inclina sobre la mesa y le tiende la mano para estrecharla.

Tonto, Baekhyun la toma, tratando de no mostrar la sorpresa en su rostro. ¿Director general?

Baekhyun no sabe qué decir, retira la mano y mira abyectamente a Chanyeol, viéndolo bajo una nueva luz.

—¿El director general? —repite Baekhyun, tratando de ocultar su confusión. Al darse cuenta de su vacilación, le dedica una sonrisa falsa—. Debo ser especial para que me honre con su presencia, Sr. Director General. ¿Cómo es que te llaman? ¿Un príncipe alusivo?

Puede que Baekhyun no sepa demasiado sobre LOEY, pero todo el mundo es consciente del misterio que supone el establecimiento de la marca LOEY. Nadie sabe muy bien qué aspecto tiene el fundador y director general de una marca tan moderna. Al principio se rumoreaba que se trataba de un heredero rico que se separaba para crear su propio negocio, lo que hacía pensar que el director general debía ser un «príncipe». Baekhyun siempre pensó que se trataba de un giro para las relaciones públicas, especialmente porque el nombre de Baekhyun había crecido en popularidad justo cuando se estableció LOEY.

Esa es la mayor diferencia entre LOEY y Privé. Baekhyun nunca ha ocultado quién es, convirtiéndose en la cara de su empresa que era inseparable de la marca. En cambio, por lo que entiende Baekhyun, LOEY permaneció en gran medida sin líder. Chanyeol debe tener sus razones para su secretismo y más para ser quien se presente en persona hoy. Baekhyun no lo había visto venir.

Cuando se dio cuenta de con quién iba a trabajar, Baekhyun había esperado a un director creativo, posiblemente incluso a Wu Yifan, el vicepresidente de la empresa y representante de la mayoría de los asuntos mediáticos. Pero Baekhyun sabe qué aspecto tiene Yifan y, a pesar de la gran altura de Chanyeol, no hay que confundirlos.

Ahora está mirando al hombre que miles de personas en todo el país quieren conocer. Porque lo único más extravagante que el hecho de que el director general fuera «tímido con los medios» era el rumor de que el director general era diabólicamente guapo. El público al que se dirigía LOEY era el público perfecto para que esta información importara, para que la marca fuera más grande de lo que tenía derecho a ser, rodeada de misterio.

Es que no hay misterio. Un alfa como director general. Qué típico. Lo único inusual era lo guapo y joven que parecía Chanyeol, probablemente de la misma edad que Baekhyun.

—Ese soy yo —dice Chanyeol, frotando una mano por su pelo.

—Oh —dice Baekhyun, intrigado. Apoya el codo en la mesa, ahuecando la mejilla con la mano—. ¿A qué debo el honor, Park-shii? —Su voz es burlona, pero o bien Chanyeol no lo entiende o simplemente decide ignorarlo.

—Sin formalidades, por favor. —Le dice Chanyeol sonriendo—. Por favor, llámame Chanyeol.

Baekhyun no responde, arqueando una ceja.

Y. Contra todo pronóstico. Chanyeol no vacila. En lugar de tropezar con las ondas poco impresionantes que irradia Baekhyun, Chanyeol tiene la audacia de sonreír.

—Baekhyun-shii, vamos a trabajar juntos. Realmente admiro tu trabajo. Me gustaría que nos lleváramos bien

Las palabras son inocentes a primera vista. Pero Baekhyun lleva suficiente tiempo en el negocio como para escuchar el trasfondo, las palabras que no se dicen. Hace que se le levanten los pelos, los hombros se tensan y la cara se cierra mientras mira fijamente a Chanyeol.

—Bueno, llevarse bien va a ser bastante difícil —dice Baekhyun con severidad.

No es sólo la irritación la que le araña la piel. Sus tripas se revuelven y puede sentir un calambre. Se niega a que se le note en la cara.

—Por favor, permíteme la oportunidad de hacerte cambiar de opinión, Baekhyun-shii —dice Chanyeol, imitando la postura de Baekhyun y dejando caer la cabeza de su mano, mirando fijamente a Baekhyun—. Te prometo que te compensaré por haber empezado con la nota equivocada.

Baekhyun mira con desprecio la descarada declaración de Chanyeol.

—Chanyeol-shii —dice Baekhyun con frialdad—, quizás estés subestimando el propósito de la reunión de hoy. No puedo decir que mi impresión sobre ti esté mejorando. Quizá deberíamos ir al grano para acabar con esto.

Chanyeol se ríe y se atreve a acercarse—. Baekhyun-shii esta cena era para que nos conociéramos. Estoy feliz de compartir... —Chanyeol hace una pausa, con la nariz encendida—. Oh, vaya, ¿qué es ese delicioso olor? ¿Nuestra comida, ya?

Baekhyun se queda helado, y la comprensión de lo que está sucediendo le hace sentirse mortificado. Acababan de pedir la comida hace unos minutos. No importa lo alto que sea este restaurante, no hay manera de que tengan la comida lista tan rápido.

Chanyeol parece haber llegado a la misma conclusión, y sus ojos se agudizan al volverse hacia Baekhyun.

Y cualquier impresión que Baekhyun tuviera de Chanyeol antes, se esfuma ante esa intensa mirada. La forma en que Chanyeol había mirado a Baekhyun cuando entró en la habitación, palidece en comparación con la forma en que el alfa mira a Baekhyun ahora. Hay un resplandor de interés en esos ojos oscuros cuando el alfa se inclina un poco hacia delante, con las fosas nasales encendidas.

—Baekhyun, ¿eres tú? —pregunta con voz profunda y sensual.

La vergüenza caliente inunda la cara de Baekhyun. No puede creer la audacia del alfa, preguntándole abiertamente eso.

Y eso es la gota que colma el vaso.

—¡Eres el hombre más torpe, bruto y grosero con el que he tenido la desgracia de trabajar! —Baekhyun se levanta de golpe y se pone en pie.

Alarmado, Chanyeol también se pone en pie.

—Le diré a Jongin que se ponga en contacto con su secretaria para conocer los detalles de este proyecto. Envía a tus diseñadores a mi edificio el lunes. No es necesario que nos reunamos de nuevo. Buenas noches.

—¡Baekhyun, por favor, espera! —Chanyeol dice, dando un paso alrededor de la mesa.

Y comete el error de agarrar el brazo de Baekhyun.

Baekhyun se mueve, toda su ira canalizada en su patada. Es un cinturón negro dan cuatro en hapkido, no es ningún trabajo tener a Chanyeol en su trasero, gimiendo.

Él está absolutamente cansado de esta mierda.

—Eres una lamentable excusa para un alfa —sisea Baekhyun, agarrando su vaso de agua y tirándolo sobre la cabeza de Chanyeol—. No te molestes en contactarme, imbécil.

Con eso, Baekhyun sale de la habitación, cerrando de un golpe la puerta y haciendo caso omiso de los balbuceos de Chanyeol detrás de él y de la mirada de los camareros, que lo miran furiosos.

(...)

—¿Le diste una patada y luego le tiraste agua a la cara? —Minseok repite, con un tono ilegible.

Baekhyun se encoge en su asiento. A su lado, Jongdae resopla mientras se ríe, el agua que está bebiendo casi se le sube a la nariz por la fuerza de su carcajada.

—¡Era un imbécil! —Se defiende Baekhyun, mirando fijamente a su mejor amigo, prácticamente un hermano mayor, como si le retara a negar lo que le dijo Baekhyun.

Después de esa desastrosa cena con Chanyeol, Baekhyun había conducido directamente hasta aquí, necesitando algo de consuelo. En parte, su estúpido precalentamiento también le está jodiendo, anhelando el contacto cercano de sus mejores amigos. Además, está hambriento y Minseok hyung siempre le da de comer.

—Seguro que sí —responde Minseok, suspirando, con un dedo frotando su sien—. Pero también es tu socio en esta empresa.

Baekhyun mira, desafiante, retando a Minseok a que le diga que se equivocó, a que cargue con la culpa, a que le diga que «exageró».

Pero Minseok no hace nada de eso, sino que sonríe suavemente a Baekhyun—. Pero si es así como sentiste que necesitabas expresarte, no puedo decir lo contrario. ¿Cuál es tu plan ahora?

Por supuesto, Minseok nunca reprendería a Baekhyun. Su mejor amigo es demasiado maduro para eso. Los hombros de Baekhyun se desploman, balanceando los pies con culpa. Le quita el aliento que Minseok vaya al meollo de la cuestión. Le hace sentir como un niño.

—No lo sé. —Hace un mohín Baekhyun, haciendo rodar la comida en su plato con un palillo—. No puedo dejarlo exactamente, aunque quiero hacerlo. Es un proyecto de caridad, después de todo.

—Bueno, parece que fuiste bastante claro —dice Jongdae, limpiando algunas lágrimas imaginarias de sus ojos mientras sonríe a Baekhyun—. Querías que sus diseñadores se presentaran en tu edificio el lunes, ¿verdad? Parece que al menos puedes empezar el proyecto de inmediato.

Baekhyun asiente—. No sé cómo un cabeza de chorlito como ese llegó a ser director general. Está claro que no tiene visión. Tomaré el control de eso. Si sus diseñadores saben lo que es bueno para ellos, seguirán mi ejemplo.

—¿O también les tirarás agua a la cara? O espera, ¿tal vez sus preciosos cuadernos de bocetos? —Jongdae se ríe, esquivando la ristra de brotes de judías que le lanza Baekhyun.

Minseok gime—. No hagas un desastre en mi mesa.

Baekhyun se congela, encogiéndose bajo la mirada desaprobadora de Minseok—. Lo siento, hyung.

Jongdae, el traidor, pone ojos de cachorro y se frota la barriga para que Minseok vea a su mujer embarazada y se relaje.

—¿Qué vas a hacer para tu calor? —Jongdae pregunta cuando Minseok limpia la mesa, dirigiéndose a la cocina—. Huele cerca.

Baekhyun gime, cogiendo la mano de Jongdae y dejándose llevar hasta el pecaminoso y cómodo sofá de Minseok. Jongdae se sienta y Baekhyun se tumba inmediatamente, con la cabeza en el regazo de Jongdae, acariciando la creciente barriga.

Suspirando, Jongdae pasa los dedos por el pelo de Baekhyun.

—He reservado con Luhan-ge para esta noche. Seguramente será breve, los síntomas previos no son tan graves. Estaré bien para trabajar el lunes.

Jongdae hace un sonido suave que hace que los ojos de Baekhyun se abran de golpe—. ¿Qué?

Encogiéndose de hombros, Jongdae no dice nada. Baekhyun le pellizca a Jongdae un pecho que apenas tiene, y se ríe cuando Jongdae sisea—. Dime, está claro que quieres hacerlo.

Jongdae pone los ojos en blanco—. Sólo te vas a enfadar.

—¡Prometo que no lo haré, así que dime! —Baekhyun gime, frotando su mejilla contra el vientre de Jongdae. Los mellizos patalean y Jongdae mira con ojos de odio, agarrando con fuerza el pelo de Baekhyun y apartándolo de un tirón.

—¡Ay, ay! Ahora tienes que decírmelo —Baekhyun hace un mohín.

—Mira —dice Jongdae, cambiando el tono—. Me gustaría que te plantearas volver a salir con alguien. Te las has arreglado con supresores de calor y servicios alfa, pero te mereces más que eso, Baekhyun.

A pesar del delicado tono de Jongdae, Baekhyun sigue erizándose—. Sabes que no puedo salir con nadie. No me ven a mí, ven a un omega del que pueden aprovecharse

Jongdae suspira, con un tono derrotado que hace que a Baekhyun se le erice la piel—. Me gustaría que volvieras a sonreír —susurra Jongdae.

Baekhyun, cansado, mira a Jongdae con los ojos muy abiertos. Antes de que pueda decir nada, Minseok entra en la habitación con dos tés y leche caliente en una bandeja.

—¿Te vas a quedar esta noche, Baekhyun? —pregunta Minseok, dándole la leche a Jongdae.

—Um, no —dice Baekhyun, sentándose—. Tengo algunas cosas de las que ocuparme, hyung.

—Bueno, siempre eres bienvenido aquí para tomar un respiro de tu estrés, Baek-ah. Y si Park Chanyeol te da algún problema, enséñale mi camino, ¿está bien?

Poniendo los ojos en blanco, Baekhyun gime mientras Minseok y Jongdae se ríen—. Eres tan sobreprotector.

Minseok le revuelve el pelo a Baekhyun, sonriendo con una sonrisa—. Mi trabajo es cuidar de ti, Baek. Así que haz lo que quieras, yo estaré aquí si necesitas ayuda.

—¡Hyung! —Baekhyun sonríe, sintiéndose cálido y confuso, la irritación de su calor cediendo mientras se acurruca en el abrazo del mayor. La sonrisa que se extiende por su cara vacila por un segundo cuando las palabras de Jongdae resuenan en sus oídos.

¿Sonreír de nuevo? ¿Qué se supone que significa eso?

(...)

Baekhyun arrastra los pies al salir del ascensor.

Ha sido otro día terrible. Está dolorido y adolorido por un fin de semana de follar intensamente. Por suerte, Baekhyun tenía razón y el calor no había durado demasiado. Pero un calor es un calor y si Baekhyun fuera más inteligente habría reservado el día de hoy para recuperarse.

Pero el trabajo no espera a nadie. Todavía hay mucho que hacer y ha pasado la mayor parte del día ahogándose en archivos mientras entregaba las últimas tareas a Kyungsoo y Junmyeon.

Así que no está de muy buen humor.

Baekhyun también ha pasado la última hora informándose de los detalles del proyecto, desde la petición de la caridad hasta lo que tiene que trabajar. Cuanto más piensa en ello, más se da cuenta de que el tema del proyecto benéfico favorece más la estética de LOEY que la de Prive. Eso significa que va a tener que enfrentarse a uno de sus estilos más odiados.

La ropa de calle.

Baekhyun quiere estrangular a Jongin. Consigue una vez una collab con Gucci y el gilipollas se cree que puede dictar la marca de la compañía.

No malinterpreten a Baekhyun. Él disfruta de la ropa de calle, le encanta como su ropa casual de elección, incluso. Pero Baekhyun no puede diseñar una mierda. La ropa de calle cambia de dirección cada día y Baekhyun no puede seguir ese ritmo, no cuando dirige una empresa. Está muy lejos de su zona de confort.

Probablemente por eso Jongin decidió encontrar un socio para Baekhyun. No es una mala idea, reflexiona Baekhyun a regañadientes. Le ayudará a aliviar la carga y le dará una nueva perspectiva.

¿Pero por qué tuvo que elegir a LOEY?

Taeyong había reunido más información para Baekhyun, una especie de portafolio. Es irritante, pero los diseños son buenos, incluso geniales. Hay un elemento, una fina aura de la estética de LOEY, que armoniza con la de Privé. Baekhyun puede ver que lo consiguen, si lo ejecutan bien.

Esa es la principal razón por la que debe mantener la mente abierta, piensa Baekhyun mientras se acerca al espacio de reunión de la oficina. Con suerte, los diseñadores de Park son más educados y civilizados que su jefe.

Suspira y prepara su cuerpo cansado y su mente agotada, para llegar al nuevo proyecto que le espera.

Sólo para ponerse rígido, mirando el cómico espectáculo de algunos de sus empleados apiñados alrededor del cristal esmerilado de la sala de la oficina reservada de Baekhyun.

—¡No puedo creer que sea él!

—¡Es tan guapo que se ve aún mejor en persona!

Baekhyun tose, divirtiéndose al ver que todos sus empleados se congelan, volviéndose cómicamente a mirarle. Cuando reconocen su cara, Baekhyun ni siquiera tiene la oportunidad de abrir la boca antes de que todos se inclinen en un ángulo de noventa grados y se aparten del camino.

Pues bien. Eso definitivamente despertó la curiosidad de Baekhyun. ¿Tal vez el diseñador estaba caliente? Supongo que sólo hay una manera de averiguar con quién está tratando.

Baekhyun abre la puerta y entra.

Y entonces sus ojos se fijan en él—. ¡Tú!

Park Chanyeol se sienta frente a él, con una sonrisa gigante en su rostro estúpidamente guapo. Lleva ropa informal, de su propia marca, y a Baekhyun le enfurece cómo le hace notar lo anchos que son los hombros de Chanyeol, lo grandes que parecen sus bíceps.

—Hola, Baekhyun-shii —Chanyeol saluda.

Y entonces sucede algo terrible. La nariz de Baekhyun es asaltada por un aroma injustamente tentador. El sólido almizcle que cubre la habitación hace que Baekhyun se quede congelado en el lugar mientras el fuerte olor a alfa se apodera de la habitación.

Qué carajo.

Su nariz siempre ha sido sensible después del calor, lo suficiente como para captar los olores persistentes en la ropa. Pero esto es ridículo. No es un olor apenas perceptible, es potente, como si Chanyeol acabara de correr durante tres horas o estuviera a un día de su celo.

Baekhyun enciende sutilmente los ventiladores, mirando al alfa que mira alegremente.

—¿Qué estás haciendo aquí? —exige Baekhyun—. Te dije que trajeras a tus diseñadores.

La sonrisa de Chanyeol pasa de ser inofensiva a ser de tiburón—. Y aquí estoy, como se me ordenó.

Baekhyun golpea las manos sobre la mesa—. ¿Me estás tomando el pelo? ¿Me estás diciendo que eres el diseñador de tu marca? Apenas supiste presentarte a una reunión de negocios, ¿cómo podrías ser capaz de manejar la creación de una colección?

Está siendo más malo de lo que normalmente es, Baekhyun lo sabe. Pero no puede evitarlo. Hay algo en Chanyeol que le molesta. Baekhyun siempre está más nervioso después de un celo y ver la cara de Chanyeol no le ayuda a calmarse.

Pero en lugar de devolverle el golpe o enfadarse, Chanyeol sorprende a Baekhyun poniéndose de pie de repente y haciendo una reverencia en un ángulo de 90 grados.

Tan sorprendido, Baekhyun da un paso atrás, sin palabras.

—Siento esa terrible primera impresión —dice Chanyeol, con un tono sincero. Se endereza, mirando fijamente a Baekhyun, pero nada que ver con la coquetería de hace días—. Tenías toda la razón en lo que dijiste. Me tomé nuestro encuentro demasiado a la ligera, pero que sepas que nunca fue por tu dinámica. Estaba impresionado y actué de forma inmadura. Por favor, dame esta oportunidad de mostrarte un lado diferente de mí.

Baekhyun no sabe qué decir. La disculpa lo tiene desconcertado, mirando a Chanyeol con inseguridad.

—Acepto tus disculpas —dice Baekhyun entrecortadamente, empezando por ahí porque es lo más fácil—, pero no veo cómo trabajar contigo va a mejorar mi opinión. Este es un proyecto a corto plazo, necesito manos capaces. No quiero que mi marca sufra sólo porque tú quieras agradarme.

Chanyeol asiente, busca en su bolso y saca unos cuadernos de dibujo. Se los pasa a Baekhyun por el escritorio—. Lo sé, y te prometo que no estoy siendo arrogante cuando digo que puedo ser esas manos. Al igual que tú quieres que Privé tenga éxito, yo quiero que LOEY sea reconocido. No voy a poner en riesgo mi empresa porque me parezcas guapa, Baekhyun-shii.

Baekhyun se queda mirando, sin saber si debe sentirse ofendido o halagado. En lugar de responder, hojea los libros, rápido al principio pero luego más despacio cuando empieza a comprender lo que está viendo.

Joder. El alfa es bueno.

Después de unos momentos, Baekhyun suspira y cierra el libro—. Bien —dice a regañadientes—, pero voy a tomar la delantera. Vamos, tenemos mucho que discutir. Cosas que deberían haberse discutido el viernes.

En lugar de parecer arrepentido, Chanyeol sonríe—. Entonces, ¿eso significa que tengo una segunda oportunidad?

Poniendo los ojos en blanco, Baekhyun toma asiento—. Sí, lo que sea. Siéntate, vamos a empezar.

Y si Baekhyun pensaba que la repentina disculpa marcaba el tono del nivel de madurez de Chanyeol, queda demostrado que está completamente equivocado cuando Chanyeol ronronea—: Un placer trabajar contigo, Baekhyun-shii.

(...)

Trabajar con Chanyeol es nada menos que exasperante.

Por ejemplo:

—Así que, esto puede ser inapropiado de decir, pero ya que me odias, sólo voy a decirlo. Pienso en que me das muchas patadas —Chanyeol sonríe, muy ampliamente, con la clara intención de meterse en la piel de Baekhyun.

—Voy a traer a H.R. aquí —dice Baekhyun.

Los ojos de Chanyeol se abren de par en par y son inocentes—. ¿Para que les enseñe el moratón que les has dejado?

Baekhyun mira fijamente.

O:

—¿No deberíamos pedir las muestras? —pregunta Chanyeol, con los brazos cruzados y un surco en la frente.

—Ni siquiera sabemos qué tema vamos a elegir, ¿qué, quieres comprar toda una tienda de telas? —Baekhyun replica, sin impresionarse.

—Vamos a tener que contactar con nuestro patronista lo antes posible, mejor tener una idea ahora que después —dice Chanyeol razonablemente.

Baekhyun odia que tenga razón.

O:

—No es que no disfrute de la vista, pero te va a doler la espalda si sigues agachado sobre la mesa.

Baekhyun coge el objeto más cercano, una grapadora, y se la lanza a la cabeza de un sonriente Chanyeol.

O:

—¡Eso es tan 2017! —Baekhyun sisea, resistiendo el impulso de hacer trizas la carpeta que Chanyeol armó.

—Al contrario de lo que crees —replica Chanyeol—, la ropa de calle no es moda rápida. Aquí hay básicos que podemos usar.

—¡No vamos a llegar a ninguna parte siendo básicos!

O:

—Oye, te he traído este café. No te preocupes, tiene una tapa de rosca para que no lo derrames accidentalmente sobre mí —dice Chanyeol inocentemente, entregándole a Baekhyun un café que, a primera vista, es exactamente como le gusta.

Y cuando Chanyeol hace un comentario despreocupado—: Eres muy lindo cuando te concentras —Baekhyun desenrosca la tapa. Es satisfactorio lo rápido que Chanyeol se calla.

Pero.

Chanyeol es competente. Asombrosamente competente. Absorbe los conocimientos como una esponja y, aunque no hay manera de que pueda coser ninguno de los artículos que están dibujando, Baekhyun tiene que admitir a regañadientes que tiene un buen ojo para los detalles.

Sólo se reúnen un puñado de veces, pero cuando termina la semana ya tienen claro el tema y el estilo. Una colección de nueve piezas, realizable en las semanas que les quedan.

Lo peor es admitir que Baekhyun sabe que no es un look por el que normalmente habría optado, demasiado atrevido, pero la verdad es que le gusta la visión que han reunido. Si lo consiguen, podría dar lugar a algo mucho más grande que un simple proyecto benéfico a corto plazo.

Chanyeol, por suerte, no se lo restriega en la cara a Baekhyun cuando éste acepta los esquemas de color de Chanyeol de la paleta inspirada en los años 90. Los colores brillantes en la cara funcionan realmente con los bordes más limpios que Baekhyun ha incorporado a algunas de las piezas, una mezcla de ropa semi-casual y de calle.

—Eres muy bueno en esto —menciona Chanyeol cuando están recogiendo el viernes por la noche.

Baekhyun bosteza, con la mandíbula desencajada mientras dice—: He estado haciendo esto casi toda mi vida.

Chanyeol asiente, sonriendo—. Lo sé, eres realmente genial.

Baekhyun levanta una ceja suspicaz—: ¿Por qué actúas tan bien?

Chanyeol se tambalea con una mano sobre su corazón—. ¡No estoy actuando! Soy amable.

—Cierto —dice Baekhyun con duda.

La verdad es que Chanyeol está bien. Tiene una buena ética de trabajo y sólo se burla cuando hay espacio para hacerlo, nunca agitando a propósito a Baekhyun. Su competencia y concentración se equilibran con su naturaleza traviesa y su actitud juguetona. «Agradable» no es la palabra que hay que usar, pero al menos Chanyeol no es un completo imbécil.

—¡Ah, vamos! —Chanyeol insiste, acercándose a Baekhyun, que está recogiendo sus cosas del escritorio. Mueve las caderas apoyándose en la mesa, con una amplia sonrisa en la cara—. Puedo mostrarte lo bueno que soy.

Y ahí está. Chanyeol, afortunadamente, tiene un botón de apagado, pero sólo cuando está metido de lleno en la planificación de la logística. Cuando no está distraído por el trabajo, se convierte en esto- un cachorro con una inclinación a coquetear.

—En tus sueños —sisea Baekhyun, mirando al hombre más alto.

Rápidamente Chanyeol retrocede, con las manos en alto como si esperara que Baekhyun le diera una patada—. ¡Así no! Sólo quiero decir que puedo invitarte a cenar..., ha sido una larga semana y no he tenido la oportunidad de compensar mi terrible primera impresión.

Baekhyun se burla—. No creo que haya mucho que puedas hacer para que cambie de opinión, Chanyeol-shii —dice Baekhyun con frialdad.

De repente, la cara de Chanyeol cambia. Baekhyun se queda boquiabierto al ver que su semblante frío y duro se transforma en unos ojos muy abiertos y una boca de puchero—. Sólo quiero que dejes de lado la barrera del nombre entre nosotros, al menos —insiste Chanyeol, con una voz estúpidamente entrañable.

Baekhyun se niega a admitir que se está poniendo nervioso—. ¿Por qué es tan importante para ti?

Chanyeol sonríe, como si percibiera que ha conseguido que Baekhyun nade alrededor del anzuelo—. Te admiro, Baekhyun-shii. Te he hecho mal y soy un hombre que se niega a dejar una deuda sin pagar. Por favor, Baekhyun-shii..., no estoy por encima de jugar a tu compasión. ¿No me darás una segunda oportunidad?

Baekhyun se tambalea, no sólo por las palabras de Chanyeol, sino por cómo las dice. Chanyeol es un hombre enorme y Baekhyun es muy consciente de ello ahora que Chanyeol se acerca cada vez más, hasta casi presionar a Baekhyun contra la mesa.

Tiene en la punta de la lengua una ocurrencia sobre el espacio personal, pero Baekhyun se la traga. Chanyeol parece bastante sincero y un tiempo fuera de la oficina estaría bien. No es que Baekhyun tenga mucho más que hacer que molestar a Jongdae.

—¡Bien, pero sólo un trago! —Baekhyun cede, haciéndose a un lado para no tener que chocar con Chanyeol.

Chanyeol grita—. ¡Genial, es una cita!

Baekhyun tropieza y se da la vuelta para prácticamente gritar—: ¡No es una cita!

Chanyeol guiña un ojo, cogiendo el abrigo de Baekhyun y saliendo por la puerta—. Podemos coger mi coche.

—¡Chanyeol, joder! —Baekhyun grita, sale corriendo por la puerta y apenas se acuerda de cerrar. Llega hasta Chanyeol justo cuando se abren las puertas del ascensor.

—Devuélveme mi chaqueta —exige Baekhyun, tratando de agarrar el abrigo.

Chanyeol sonríe, sacudiéndose la chaqueta y sosteniéndola como un caballero.

—Eres terrible —sisea Baekhyun, pero la comisura de su labio se tuerce.

Chanyeol la atrapa, con una sonrisa prácticamente radiante—. Te lo prometo, Baekhyun —dice Chanyeol, mirando a Baekhyun. Cuando Baekhyun no protesta por el abandono de las formalidades, su sonrisa se convierte en una mueca y ronronea—: Lo terrible no es tan malo, no conmigo.

Baekhyun traga, con el estómago revuelto. El carro del ascensor parece de repente acalorado.

—Vuelve a intentarlo —responde Baekhyun, con voz airosa—. Tu coqueteo es bastante horrible. Y por última vez, esto no es una cita.

El ascensor llega a su destino y Baekhyun sale primero.

Chanyeol apenas necesita caminar más rápido para alcanzarlo, ese imbécil de piernas largas—. Si no es una cita, ¿entonces me estás invitando? Después de todo, tu compañía es la que lleva la delantera y te saltaste la cena.

—¡Como si! —Baekhyun se cruza de brazos, mirando a Chanyeol—. Me estás tratando porque has sido un dolor en mi... —Baekhyun cierra ese pensamiento.

Chanyeol se ríe, fuerte y feliz. Baekhyun se sobresalta ante su volumen, que resuena en el aparcamiento, pero no puede negar que su carácter alegre es contagioso. Baekhyun tiene que luchar contra una sonrisa mientras llegan al coche de Chanyeol.

Chanyeol abre la puerta del pasajero de un jeep que parece más bien un carruaje. Baekhyun tiene que usar un escalón para subir—. Es justo. Lo que quieras, lo pago yo.

(...)

No es una cita. No lo es. Pero Chanyeol se las arregla para llevarlos a un hermoso bar de lujo, los arropa en un rincón y mantiene a Baekhyun hablando la mayor parte de la noche. La conversación pasa de la práctica de los negocios a los días de universidad y la voz baja y los ojos intensos de Chanyeol son casi demasiado fáciles de hundir.

—¿Qué empezó, para ti? —pregunta Chanyeol, levantando la cáscara de cristal de su bebida. Es una distracción que Baekhyun se fije en lo grandes que son las manos de Chanyeol, en lo gruesos que parecen sus dedos.

Bueno, dos pueden jugar a ese juego. Baekhyun rodea el borde de su daiquiri de fresa con la lengua, recogiendo el azúcar. Los ojos de Chanyeol se fijan en él y Baekhyun sonríe para sí mismo. Puede que a Baekhyun no le guste la idea de mezclar negocios y placer, pero al menos puede torturar a Chanyeol a su manera.

—Mis padres dijeron que era la única manera de mantenerme callado —admite Baekhyun, sin ver nada malo en ello—. Mi madre era costurera y solía llevar telas sobrantes a casa y crear ropa para mi hermano y para mí. Siempre estaban desajustadas pero quedaban muy bien, así que quise aprender a hacerlo. Eso fue todo. ¿Y tú? No pareces un tipo de moda.

—Hay más que eso —discrepa Chanyeol, pero lo deja caer—. Tienes razón, no me gustaba mucho la moda. Realmente me gustaba la música. Yo —Chanyeol hace una pausa en la que se le ve un rostro rígido y cerrado—, vengo de una familia acomodada. Y...

—Eres un heredero de chaebol, ¿no? —interrumpe Baekhyun, con una sonrisa cada vez más amplia—. Oh, esto es bueno. ¿El perfecto principito alfa no quería hacerse cargo de la industria familiar?

Chanyeol hace una mueca y a Baekhyun se le cae la sonrisa, sintiéndose mal—. Lo siento.

—No te disculpes. Tienes razón. Me prepararon para hacerme cargo del negocio, pero la cosa es que no hay mucho de lo que hacerse cargo. En algún momento nos hemos alejado tanto que sólo somos un nombre en el Consejo de Administración. No tenemos nada que decir. Y siempre he tenido hambre de más. Quería una oportunidad para dirigir, crear y compartir mi visión.

Baekhyun observa a Chanyeol hablar, apasionadamente. Se encuentra escuchando atentamente, las palabras resuenan claramente en sus oídos.

—Fue un reto estúpido en la universidad, ¿puedes creerlo? Mis mejores amigos se burlaban de mí, diciendo que no podía ser bueno en todo. Me incitaron a tomar una clase de moda. Sólo acepté porque había una omega que me gustaba —ríe Chanyeol, con una sonrisa nostálgica en la cara—, pero ella me rechazó, dijo que estaba claro que no sabía trabajar duro.

—Entonces, ¿no ha cambiado nada? —Baekhyun costilla, sintiéndose lo suficientemente suelto como para burlarse.

Chanyeol mira, sacando la lengua infantilmente—. Ha cambiado mucho. Soy una perra competitiva, así que cuando dijo eso, me empeñé en superarla en clase. He invertido mucho tiempo y dinero en aprender el curso. Incluso contraté a algunos alumnos mayores para que me dieran clases particulares de cosas tan básicas como el punto de cruz. Y en algún momento, me di cuenta de que había encontrado un mundo completamente nuevo. Un espacio libre y creativo en el que podía ser yo misma y conquistar. Yah, Baekhyun, ¡deja de mirarme así! —grita Chanyeol.

Baekhyun resopla, agitando la mano—. Lo siento, lo siento, eso es tan típicamente alfa que no sé ni por dónde empezar.

Chanyeol suspira, levantando su vaso y tomando un trago—. Tengo suerte —admite, sin apenas inmutarse por el ardor del whisky—. Lo sé. A mis padres no les entusiasmó que decidiera abrir mi propia marca, pero no me lo impidieron. Tenía dinero, contactos y más recursos de los que sabía qué hacer. Me ayudaron a montarlo todo.

Baekhyun observa a Chanyeol mientras éste suspira, pasándose una mano por el pelo, distraídamente atractivo a la sensual luz de la habitación—. Elegí mantenerme alejado de los focos, no quería que mi nombre influyera en nada. Aun así, me pusieron ese estúpido apodo, y no está muy lejos de la verdad. —Le dedica a Baekhyun una sonrisa medio burlona—. Y así es como empecé. Y también por eso te admiro tanto.

Baekhyun parpadea, sorprendido—. ¿A mí?

—Tenías el mundo en contra. —Sonríe Chanyeol con pesar—. Y aun así saliste adelante. Te respeto mucho, Byun Baekhyun. Todavía me parece un sueño poder trabajar contigo.

El caso es que Baekhyun no es ajeno a estas palabras. Es una historia de desventaja de la que todos quieren formar parte, una narrativa de la que la gente se empapa. Él lo odia, odia que no se le respete más allá de sus circunstancias. Se ha pasado años callando a la gente que intentaba hacerla sobre su educación o su dinámica. Y podría escupir el mismo ácido a Chanyeol ahora mismo.

Pero no hay que confundir la dolorosa seriedad en los ojos de Chanyeol. Chanyeol no es un hombre de duplicidad, Baekhyun se está dando cuenta rápidamente. Y es, en cierto modo, agradable darse cuenta de que este alfa que lo tiene todo tiene envidia de Baekhyun.

—No te menosprecies —murmura Baekhyun, llevándose el vaso a los labios—. No estarías sentado frente a mí si no creyera que vales la pena.

Chanyeol sonríe.

Las copas se convierten en cena, y antes de que Baekhyun se dé cuenta han pasado horas.

—Déjame llamar a un taxi —dice Chanyeol, cuando la conversación se apaga. Paga la cuenta y ayuda a Baekhyun a ponerse la chaqueta. El taxi está esperando fuera y Chanyeol le abre la puerta a Baekhyun. Se aleja para hablar con el conductor, probablemente para darle la dirección que Baekhyun le había dicho a gritos, y luego vuelve—. ¿Necesitas que te acompañe?

Baekhyun parpadea. La cara de Chanyeol está muy cerca—. Deberías ser modelo —murmura Baekhyun. Al instante, se arrepiente, la cara se calienta al darse cuenta de lo que ha dicho—. Quiero decir...

La cara de Chanyeol se convierte en una sonrisa tan amplia que podría partirle la cara—. No, ¡no puedes retractarte!

—Yo no..., yo sólo..., ¡me has emborrachado! —acusa Baekhyun, haciendo un mohín.

Chanyeol se ríe, inclinándose más cerca. Baekhyun respira entrecortadamente y abre los ojos. Chanyeol va a...

—Mándame un mensaje cuando llegues a casa, ¿está bien? Ya he pagado y dado propina al conductor, sólo métete en la cama y hazme saber que has llegado bien a casa.

Baekhyun balbucea, sin saber qué decir, y sus protestas se interrumpen cuando Chanyeol cierra la puerta de golpe y palmea el capó del taxi. El coche se pone en marcha y las mejillas de Baekhyun permanecen calientes por un rubor distinto al del alcohol durante todo el trayecto.

Cuando llega al interior y se tumba en la cama, saca su teléfono. Se le ocurre un pensamiento repentino, y Baekhyun abre apresuradamente su teléfono y vuela hasta sus contactos.

Allí, con corazones enmarcados a ambos lados está el nombre «LOEY». ¿Cuándo había conseguido Chanyeol su teléfono?

Malhumorado, Baekhyun abre la caja del chat y escribe:

Enviado a las 12:04 a.m.
¡Tú eres terrible! > : (

La respuesta es inmediata.

12:05 a.m.
Qué bonito. Bebe mucha agua. Intenta no derramar nada esta vez.

En lugar de responder, Baekhyun esconde su cara en la almohada y gime.

(...)

—Te estás presionando demasiado.

Baekhyun se pone rígido. No había oído abrir la puerta.

—¿Qué estás haciendo aquí? —Baekhyun pregunta, confundido. Han pasado cerca de tres semanas desde su cita no tan lejana y Baekhyun admite a regañadientes, Chanyeol es algo parecido a un amigo ahora.

—Me gusta verte —responde Chanyeol, poniendo los ojos en blanco con un poco de resoplido—. Me imagino que has estado encerrado aquí. Pensé que habías aceptado hacer sólo paquetes de tecnología.

Baekhyun se revuelve culpable. Han sido unas semanas muy ajetreadas en las que Chanyeol y Baekhyun han estado trabajando en su visión y diseño final de la colección. Han hablado con sus patronistas y han contratado a sus costureras.

En los últimos años, Baekhyun no ha tenido tiempo de coser sus propias piezas y suele dejar el trabajo a los técnicos. Es agradable volver a la sala de costura, nostálgico.

Chanyeol debe leerlo en su cara porque suspira, entrando de lleno y dejando caer dos bolsas llenas de comida para llevar. La barriga de Baekhyun gruñe, recordándole que hace horas que no come.

—Eres un salvavidas —elogia Baekhyun, haciendo sitio para coger un recipiente aún caliente.

Emite un pequeño gemido al oler por primera vez el sabor de su pollo frito favorito, y se le hace la boca agua.

—No puedo creer que todo lo que hace falta es una comida barata para llevar para que gimas por mí —refunfuña Chanyeol.

Baekhyun le da una ligera patada en la espinilla a Chanyeol pero no replica, con la boca llena. Además, el coqueteo de Chanyeol ha pasado de ser irritante a inofensivo, incluso divertido, durante el tiempo que llevan trabajando juntos.

—En serio —Baekhyun vuelve a intentarlo después de engullir tres alitas y un refresco—, ¿qué haces aquí?

Chanyeol se encoge de hombros, y sería indiferente si no hubiera un pequeño rubor en la cara de Chanyeol—. Tenía una reunión cerca y pensé en pasarme para ver si estabas aquí.

Baekhyun mira con atención a Chanyeol, observando el pantalón de chándal y la sudadera con capucha de Nike, clara ropa de salón.

Chanyeol pone los ojos en blanco—. Está bien, me sentía solo y quería ver qué hacías. Iba a enviarte un mensaje de texto, pero Jongin se me adelantó y me dijo que te dijera que te fueras a casa. Parece que cree que me escuchas.

Jongin debe pensar que Jongdae está demasiado embarazada para hacer el viaje y debe estar tan desesperado como para llamar a otra persona. Espera, piensa Baekhyun, ¿por qué Jongin tiene siquiera el número de teléfono de Chanyeol? Pero entonces Baekhyun recuerda a Jongin hablando de Sehun, el asistente ejecutivo de Chanyeol y actual boytoy.

Baekhyun pone los ojos en blanco y se ríe, y coge el paquete de toallitas húmedas que Chanyeol ha traído tan cuidadosamente—. No escucho a nadie —dice Baekhyun, con una ceja enarcada—, pero es bonito que hayas venido corriendo como un cachorro.

Chanyeol hace un mohín, con la cabeza en la mano—. No te burles de mí o te enseñaré lo fuerte que puedo morder.

Esa estúpida sensación de aleteo en la boca del estómago ha vuelto. Baekhyun lucha por no mostrar cómo le afecta ese comentario de improviso.

—Cierto —dice Baekhyun a falta de otra cosa, y entonces—. ¡Ay!

Chanyeol se levanta de un salto y se acerca corriendo—. ¿Qué pasa? ¡Joder, estás sangrando!

La toallita húmeda había frotado su vendaje, la capa desinfectante hace que sus manos piquen al entrar en contacto con los pequeños cortes que tiene en la mano. Eso le hace hacer un mohín de dolor, lo suficientemente distraído como para dejar que Chanyeol le coja la mano para inspeccionarla.

—No está mal —dice Baekhyun cuando su cerebro se da cuenta de lo que está haciendo Chanyeol. No sabe por qué, pero no retira la mano—. Apenas es una gota de sangre.

Pero Chanyeol frunce los ojos escudriñando la habitación hasta encontrar la caja de vendas que Baekhyun había estado usando.

—No importa —dice Chanyeol, con demasiada intensidad. Suelta la mano de Baekhyun para coger la caja, perdiéndose la forma en que el pulso de Baekhyun empieza a palpitar ante la cuidadosa atención que le presta Chanyeol.

Cuando regresa, Chanyeol vuelve a agarrar la muñeca de Baekhyun y, una vez más, éste no se resiste—. Deja que me ocupe de ti —murmura Chanyeol, casi como si no supiera lo que acaba de decir.

El corazón de Baekhyun late al doble y se mantiene cuidadosamente quieto para no delatar su diminuto temblor mientras Chanyeol limpia suavemente la mano de Baekhyun y le aplica dos tiritas en los dedos.

Chanyeol es tan gentil que Baekhyun casi inmediatamente echa de menos su toque cuando retira las manos. Chanyeol lo mira, con un ceño fruncido y una mueca en la cara—. No trabajes tanto que te hagas daño, Baekhyun.

¿Y qué se supone que tiene que decir a eso?

—No tendría que hacerlo si tú también tuvieras alguna habilidad técnica —replica Baekhyun, un poco a la defensiva. No puede evitarlo, desquiciado por la forma en que Chanyeol le acaba de hacer sentir y odiando cómo su cuerpo se balancea prácticamente hacia Chanyeol, como si se sintiera atraído por su gravedad.

Pero en lugar de enfadarse o incluso reírse, Chanyeol se limita a asentir solemnemente con la cabeza—. Lo sé. Lo último que quería es que me cargaras. Lo siento.

—No te disculpes. —Le suelta Baekhyun, disgustado por cómo se le caen los hombros a Chanyeol—. No quise decir eso. Joder. Sólo estoy cansado, siento haberme precipitado.

Chanyeol sacude la cabeza—. Estás cansado porque estás trabajando más duro para compensar mis insuficiencias. Ojalá pudiera aprender las habilidades que necesito de la noche a la mañana, Baekhyun. Pero lo mejor que puedo hacer es llevarte a casa para que descanses y dejar que mi equipo se encargue del resto. Por favor, Baek.

—No hace falta —protesta automáticamente Baekhyun—. ¡Tenemos tiempo y tú tienes tu propia empresa de la que preocuparte! Si necesitamos diseñadores puedo llamar a uno de mis—

—Es una sociedad, Baekhyun —dice Chanyeol, mirando intensamente a Baekhyun. Pero Baekhyun se queda mirando su mano, en la que Chanyeol frota pequeños círculos en el dorso, como para calmar el dolor—. Me has estado cubriendo el culo, así que déjame ayudar aquí.

Baekhyun tira suavemente de su mano hacia atrás, pero en lugar de retirarla por completo, cambia el agarre para poder sujetar el antebrazo de Chanyeol y apretarlo de forma reconfortante—. Has hecho más que suficiente, idiota. Te has encargado de toda la logística, la reserva de modelos, las relaciones públicas, el espacio en la pasarela..., sé que eres capaz de mucho, así que no seas tan duro contigo mismo.

Chanyeol sonríe, apenado—. ¿Y si yo te digo lo mismo?

Al darse cuenta de que le llamarían hipócrita si lo niega, Baekhyun se limita a suspirar, sonriendo al conceder la derrota.

—Deja que te lleve a casa —dice Chanyeol de nuevo.

Esta vez, Baekhyun asiente. Nunca va a olvidar si alguno de sus amigos se entera de que Chanyeol ha conseguido convencerle de que abandone su lugar de trabajo, pero no tienen por qué saberlo.

Baekhyun deja que Chanyeol se preocupe por él, pero se pone al límite cuando Chanyeol le ofrece su jersey a Baekhyun, que se había dejado la chaqueta en casa con las prisas de esta mañana.

El coche de Chanyeol ya es bastante duro para sentarse en él, bañado en el adictivo aroma de Chanyeol. No sabe si sería capaz de mantener sus pretensiones si llevara la ropa de Chanyeol.

El viaje de vuelta a casa es cómodo. No es la primera vez que Chanyeol lleva a Baekhyun a casa para que la conversación que mantienen se quede en temas divertidos. Baekhyun se fija en cosas de Chanyeol cuando conducen, cosas que no hace cuando están trabajando. Lo anchos que son sus antebrazos, lo perfecta que es su postura. Chanyeol puede pasar de la risa desgarradora a la risa baja. Hay una intensidad que envuelve a Chanyeol, una confianza segura que se proyecta de forma natural.

Si fuera cualquier otra persona, Baekhyun se desabrocharía el cinturón de seguridad y se colocaría en su regazo para poder besarse cuando el coche está aparcado.

Pero con Chanyeol, Baekhyun simplemente no puede. Ya no se trata de la animosidad de su primer encuentro.

El problema es que Baekhyun está empezando a confiar en Chanyeol. A gustarle. Y complicando eso con la intimidad...

Baekhyun suspira cuando su edificio aparece.

—Gracias, por cuidar de mí —dice Baekhyun, con una mano en el pomo de la puerta. No sabe por qué duda en irse.

—Cuando quieras, Baekhyun-ah —dice Chanyeol, sonriendo—. Estaré encantado de atenderte.

No hay ningún lenguaje corporal que lo delate, pero Baekhyun puede sentir la espesa tensión que hay entre él. Sabe que Chanyeol se está conteniendo.

Hace que un rubor suba a sus mejillas y finalmente le da el empujón para abrir la puerta—. No necesito que me cuides —dice Baekhyun, saliendo del jeep.

—Lo sé —dice Chanyeol antes de que Baekhyun pueda cerrar la puerta—, pero quiero hacerlo.

—Eres un coqueto terrible —replica Baekhyun, una mano volando inmediatamente a su cara para ocultar su sonrisa complacida enmarcada en su rubor—. Me voy ya.

—Mándame un mensaje cuando estés dentro —canta Chanyeol, y Baekhyun pone los ojos en blanco, cierra la puerta de golpe y entra en su edificio pasando por delante del portero.

Intenta no pensar demasiado en ello cuando envía un mensaje de texto a Chanyeol diciendo que está en casa. La respuesta de Chanyeol es inmediata, así que sabe que el idiota no se había ido hasta que recibió el mensaje.

—Terrible —murmura Baekhyun, tirándose en su cama para ocultar su sonrisa en la almohada.

(...)

—Entonces, ¿cuándo es la boda?

Baekhyun salta, se lleva la mano al corazón y se gira, el cuchillo milagrosamente no le atraviesa la mano.

—Maldito gato —sisea Baekhyun a Jongdae, que entra en el apartamento de Baekhyun como si fuera el dueño.

Jongdae se limita a sonreír, dejando un paquete en la encimera. Baekhyun suspira y rebusca en él para ver una montaña de aperitivos llenos de azúcar. Parece que Jongdae se queda esta noche.

Baekhyun termina de hacer la cena. Había estado haciendo de más para poder tener sobras mañana, pero parece que ahora va a parar al interminable estómago de Jongdae.

Jongdae se acomoda en el sofá del salón que es prácticamente una cama. Está instalado en el espacio de entretenimiento de Baekhyun y, aunque éste normalmente odia comer allí, no va a hacer que Jongdae se mueva.

Se acurruca en su mejor amigo, que le asegura a Minseok que no se va a poner de parto por haber pasado la noche.

—¿Te has escapado de la cárcel? —pregunta Baekhyun cuando Jongdae cuelga.

Jongdae resopla—. Me está volviendo loco. No salgo de cuentas hasta dentro de siete semanas y cree que los sacaré si estornudo demasiado fuerte. Me acompañó hasta aquí pero le cerré la puerta en la cara. Sigue en el aparcamiento, cree que voy a cambiar de opinión.

Baekhyun se ríe, y considera invitar a Minseok a subir para poder vengarse de Jongdae por el susto, pero decide no hacerlo. Parece que a Jongdae le vendría bien un descanso de la prepotente preocupación de Minseok.

—Pero basta de hablar de mi alfa —dice Jongdae, con una sonrisa pícara—. Hablemos del tuyo.

Baekhyun balbucea, casi atragantándose con su comida—. ¡No tengo un alfa! —dice Baekhyun, con la voz demasiado aguda.

Jongdae se da cuenta—. Eh, sí. No había olido un Alfa tan fuerte en ti desde..., ¡en años!

Baekhyun ignora el pequeño pitido—. Es sólo Chanyeol— no puedo evitarlo, trabajamos tan juntos que su olor se me pega.

—«Trabajar juntos» no hace una nube de olor como esta, Baek. A él le gustas. El olor de un alfa no es tan espeso, ¿si no?

Baekhyun traga porque es difícil refutar eso. Cuando había presentado a Minseok, un amigo de la universidad, a su amigo de la infancia Jongdae, había sido como si Jongdae llevara a Minseok como una segunda piel.

No es que Baekhyun sea ciego de nariz. Él sabe que Chanyeol está interesado.

—No importa —dice Baekhyun, en parte a Jongdae y en parte a sí mismo—. No voy a salir con él.

—¿Por qué no? —pregunta Jongdae, con los ojos oscuros mirando fijamente a Baekhyun de forma inquietante—. Debe ser especial para que lo dejes acercarse tanto.

Baekhyun se burla, girando la cabeza hacia otro lado y poniendo su plato vacío en la mesa de café. Recoge sus rodillas contra su pecho, acurrucándose en pequeño—. Sólo es un compañero de trabajo, Dae. No es tan grave. Está enamorado de un cachorro, no hay mucho que pueda hacer mientras estemos juntos.

—Pero hay algo que puedes hacer con tus sentimientos, Baek —dice Jongdae suavemente, apoyando el brazo sobre los hombros de Baekhyun y acercándolo—. Los chicos me han dicho que te has divertido mucho en el proyecto. La última vez que te vi en tu cuarto de trabajo parecía que ibas a destrozar todos tus cuadernos de dibujo.

Traidores, piensa Baekhyun, haciendo mentalmente una nota para vengarse. Junmyeon primero, decide.

Baekhyun se encoge de hombros porque no puede mentir a Jongdae—. Ha sido..., agradable, supongo. Es creativo y fresco, ha sido bueno sentirse inspirado de nuevo.

—¿Y tus pequeñas citas? —Jongdae pregunta, con tono burlón pero ojos serios.

Baekhyun se encoge bajo ellos, sintiéndose sorprendido—. No son citas. —Hace un mohín—. Sólo salimos a veces para desestresarnos.

—Cierto —dice Jongdae con duda—. Así que citas.

Joder.

—No son citas y no habrá citas —dice Baekhyun, yendo por lo firme, mirando decididamente a Jongdae de forma mulata.

Sabe que Jongdae sólo está tratando de cuidarlo, pero Baekhyun no puede explicar qué son estos pequeños momentos compartidos con Chanyeol. Es mejor dejarlos estar. Están a la mitad de su proyecto, muy pronto Chanyeol saldrá de su vida.

—Bien —suspira Jongdae, dejando caer el tema—. ¿Puedes al menos decirme qué planeas hacer para tu celo en dos semanas?

Baekhyun parpadea y se da cuenta de que su celo llegará en dos semanas. Joder, ¿habrán pasado ya dos meses desde que conoció a Chanyeol?

En cualquier caso, la respuesta es fácil. Llamará a Lu Han y solicitará sus servicios de nuevo, como ha hecho en el pasado. Podría suprimir su calor de nuevo, pero los breves síntomas de precalentamiento de la última vez le tenían un poco preocupado. Mejor tenerlo que arriesgar su cuerpo. Lu Han es un alfa bueno y atento y sin duda hará un buen celo. Ningún problema, ninguno en absoluto.

Entonces, ¿por qué las palabras están atascadas en el fondo de su garganta?

El olor de Chanyeol en él —será desplazado con el de Lu Han. No por mucho tiempo, Baekhyun es meticuloso con sus aerosoles. Chanyeol notaría la ausencia de su propio olor pero no olería el de Lu Han— espera, ¿en qué coño está pensando? ¿Por qué importaría si Chanyeol huele a Lu Han en él?

Inquietado por este repentino pensamiento, responde—: Lo mismo de siempre.

Jongdae frunce el ceño, parece que va a decir algo pero sus hombros se hunden y asiente.

Estúpidamente, Baekhyun siente que ha decepcionado a Jongdae. Peor que eso, hay un picor bajo su piel, una inquietud que le hace sentir que acaba de dar un paso en falso, que necesita corregirse.

Que podría estar haciendo algo mal.

Pero deja de lado esos pensamientos. Chanyeol es sólo, en el mejor de los casos, un amigo.

—Está bien —dice Jongdae, fácilmente, sin presionar y Baekhyun lo agradece. Se entierra en el cuello de Jongdae respirando su aroma. Está empatado con el de Minseok, que sigue siendo tan brillante y fresco como cuando se cortejaban.

Algún día, si Baekhyun decide tomar una pareja, querrá lo que tienen Jongdae y Minseok.

—Vamos a ver ese anime con el que estás obsesionado —ofrece Jongdae, pinchando la mejilla de Baekhyun—. ¿Los poderes mágicos del voleibol van a ser robados por un mago?

Baekhyun gime, afrentado, y pica el hombro de Jongdae—. Tienes suerte de ser tan lindo.

Jongdae se ríe, complacido, y Baekhyun sonríe de mala gana. Sabe que Jongdae intenta distraerlo del camino que llevan y Baekhyun lo agradece.

Baekhyun está seguro de que está dándole demasiadas vueltas cuando no hay necesidad de hacerlo. Las cosas irán bien.

(...)

—Quítate la ropa.

Chanyeol jadea, agarrando su capucha—. Tan adelantado. ¿Qué tiene que hacer un hombre para que lo inviten a cenar antes de dejarlo?

Baekhyun se ríe, poniendo los ojos en blanco—. Deja de ser tan cachondo. Necesito que modeles este ajuste. No me gusta cómo ha salido, quiero rehacerlo.

—Sólo quieres una excusa para tocarme —canta Chanyeol, bailando cuando Baekhyun le da un manotazo.

Chanyeol vuelve a la carga, mirando la pieza en cuestión. No es la prenda estrella, pero es una pieza clave de su colección. Hay algo en ella que no le gusta a Baekhyun, pero no puede decir qué.

—Hmm —dice Chanyeol, acercándose a Baekhyun. Es como una pared de calor junto a Baekhyun y éste intenta no temblar.

Su calor está aquí, hirviendo a fuego lento bajo su piel, listo para explotar en unas horas. Chanyeol lleva todo el día oliendo a ambrosía y es parte de la razón por la que están aquí tan tarde. Baekhyun no podía concentrarse y le molestaba no poder hacerlo. Ahora está aquí tratando de ponerse al día y Chanyeol está aquí porque se niega a dejar a Baekhyun solo por la noche.

—Te juro que un día entraré aquí y habrás dormido en tu oficina. —Le había explicado Chanyeol.

Baekhyun no le dijo que, durante un tiempo, esa era la norma.

En cualquier caso, ahora está aquí y Baekhyun puede ponerlo en práctica. Las medidas no son exactas, pero están más cerca de lo que sería cualquier otra persona a mano. En serio, que se joda este alfa y su injusta altura.

—¡Tú...! —Baekhyun se sonroja de repente, girando sobre sus pies para mirar a la pared cuando Chanyeol agarra la parte inferior de su sudadera con capucha y comienza a levantar.

—¿Qué? —Chanyeol pregunta pero Baekhyun puede oír la burla en su voz—. ¡Tú has preguntado!

—¡Pervertido! —Baekhyun murmura en voz baja, intentando no pensar demasiado en la franja de piel que vio por encima de la línea del pantalón de Chanyeol, la musculatura de sus abdominales y su pelvis antes de que se hubiera dado la vuelta.

—Hecho —dice Chanyeol y Baekhyun se asoma vacilante por encima del hombro. Pero no es una treta, Chanyeol ha terminado de cambiarse.

—Ah —dice Baekhyun, un poco incoherente. Espera que suene como si supiera lo que está pasando en lugar de estar sorprendido por lo bien que le queda la prenda a Chanyeol.

Los pantalones imitan el estilo de los pantalones de paracaídas de los años 90, pero con menos vuelo. Los tirantes caen alrededor de las piernas, abrochados alrededor de las pantorrillas, rojo contra azul bebé. La parte superior es una camisa blanca estampada que eligió Chanyeol, combinada con un blazer azul ancho con rayas rojas. Todo el look depende de la confianza en sí mismo y Chanyeol la tiene a raudales, mirando a Baekhyun con ojos encapuchados mientras posa.

—¿Cambiaste de opinión? —Chanyeol pregunta cuando hay un silencio demasiado largo.

Baekhyun vuelve a ponerse en marcha, maldiciéndose internamente. Tiene que ser su maldito calor. No hay razón para mirar tan fijamente el pecho de Chanyeol, que parece increíblemente amplio tras su conjunto.

—No —dice Baekhyun, apurando el paso. Cree que ha encontrado el problema—. Quédate quieto.

Se arrodilla.

Chanyeol grita, casi cómicamente, pero Baekhyun no lo tiene en cuenta. Agarra la pantorrilla de Chanyeol, deshaciendo hábilmente las hebillas para que parezcan menos una envoltura. El aspecto tampoco parece el adecuado, así que su mano se dirige a su mesa, tanteando en busca de unas tijeras de costura.

—B-Baekhyun —dice Chanyeol, con palabras extrañamente inseguras.

Baekhyun tararea, pero no le hace caso, estudiando el patrón que tiene ante sí. Una vez tomada la decisión, empieza a cortar—. Quédate quieto —murmura, desprendiendo el hilo que mantiene el velcro en su sitio.

Baekhyun se concentra mucho, como siempre que está concentrado en el trabajo. Pero hay algo que le distrae y le impide desconectar del mundo entero. Es un olor agradable, piensa Baekhyun. Espeso, amaderado, profundo y refrescante.

Es difícil ignorarlo, sobre todo cuando sube por la pierna y la mano se desliza para sujetar el muslo de Chanyeol.

Entonces, el muslo de Chanyeol se flexiona, duro y aterciopelado bajo las manos de Baekhyun. Se da cuenta como si fuera una ola que choca, y Baekhyun se congela.

Está de rodillas. Frente a la entrepierna de Chanyeol. Puede olerlo.

Baekhyun vuela hacia atrás, aterrizando sobre su trasero y alejándose. El corazón le late en el pecho mientras la palma de su mano se estremece al recordar cómo se sentía el fuerte muslo de Chanyeol bajo su carne.

—Dios mío —dice Baekhyun, mortificado. No debería ser un problema. No es un problema. Está arreglando un error, eso es todo.

Pero Chanyeol se sonroja, las manos se mueven a su lado mientras mira fijamente a Baekhyun—. ¿Lo has arreglado?

Por un segundo, Baekhyun no entiende lo que ha dicho Chanyeol, concentrado en intentar calmarse. Las palabras acaban resonando y Baekhyun sacude la cabeza.

—Las correas. Hacen que tus piernas parezcan más cortas cuando se enrollan alrededor de las pantorrillas. Quiero quitártelos y —La cara de Baekhyun se calienta—, envolverlos alrededor de tu muslo izquierdo como una liga. Equilibrará mejor los puños de la americana.

Intenta seguir siendo profesional, pero se queda con el culo al aire mirando a Chanyeol.

—Está bien —respira Chanyeol, lentamente—. Bien, ¿vas a hacer eso o lo vas a enviar a nuestra costurera?

Podría enviarlo. Son instrucciones simples. Pero también es un arreglo más sencillo.

—Lo arreglaré —dice Baekhyun, respirando profundamente y poniéndose de rodillas.

La mirada de Chanyeol es casi física mientras lo observa. Hace que el revoloteo en las tripas de Baekhyun se convierta en una vorágine mientras se acerca.

—Quédate quieto —susurra Baekhyun, la habitación casi demasiado quieta, sofocada por la tensión. La respiración de Chanyeol es apenas audible, pero hace un pequeño ruido de asentimiento.

Baekhyun recoge sus herramientas, mirando con decisión la pierna de Chanyeol como la de un maniquí. Debería pedirle a Chanyeol que se cambie, debería hacerlo en un maniquí.

Pero la ropa parece viva en Chanyeol y es mucho más fácil, más rápido, más simple de esta manera. Eso es lo que se dice Baekhyun mientras sus manos enmarcan suavemente el muslo de Chanyeol.

A su favor, Chanyeol no dice nada. No hay bromas, ni burlas, ni siquiera una risa. Baekhyun trabaja rápidamente, con la cara ardiendo al darse cuenta de que el olor de Chanyeol es más potente aquí. Su estúpido calor asoma la cabeza y Baekhyun se muerde el labio para no salirse de su pensamiento. No va a aprovecharse de Chanyeol de esta manera.

Sólo le llevará unos minutos. Tendrá que coser la pieza en su sitio más tarde, pero por ahora los alfileres sujetan bien las tiras rojas. La liga se ve infinitamente mejor, cruza la mitad del muslo de Chanyeol y lo hace parecer poderoso.

Baekhyun se aleja apresuradamente poniéndose de pie, sin encontrar los ojos de Chanyeol—. Gracias, ya puedes cambiarte.

Chanyeol tampoco encuentra los suyos cuando asiente. Baekhyun se da la vuelta, tratando de utilizar los preciosos minutos para recogerse.

—Lo siento —suelta Baekhyun, con los brazos cruzados contra el pecho—. Espero no haberte hecho sentir incómodo.

Chanyeol se queda callado durante tanto tiempo que Baekhyun empieza a preocuparse de haberle ofendido.

—Incómodo no es la palabra que yo usaría —dice finalmente Chanyeol, con voz grave. Eso hace que Baekhyun se estremezca, pero antes de que pueda comentar, Chanyeol continúa, con voz forzadamente ligera—: Sabía que sólo querías tantearme.

Y así se rompe la tensión.

Baekhyun resopla—. Por favor, no había mucho que tocar —miente.

—¿Oh? Tal vez deberías intentarlo de nuevo. —Se burla Chanyeol—. Ya puedes darte la vuelta.

Baekhyun lo hace, con una réplica en la punta de la lengua, sólo para jadear. Chanyeol no lleva camisa. Baekhyun no puede controlar en absoluto sus ojos, que recorren el cincelado torso de Chanyeol, observando sus anchos pectorales y sus polvorientos pezones marrones, hasta la V de sus caderas, donde sus pantalones cuelgan. Baekhyun puede ver una gruesa línea de pelo desde su ombligo que desaparece por debajo de la línea del pantalón.

Justo antes de que pueda mirar descaradamente la entrepierna de Chanyeol, se quita de encima, tapándose los ojos con las manos—. ¡Tremendo imbécil! —grita.

Chanyeol cacarea y se oye el sonido de la ropa arrastrándose—. Sólo necesitaba mi venganza, Baekhyun-ah. Ya está, ya estoy vestido.

Baekhyun mira primero a través de sus dedos para asegurarse y se dice a sí mismo que no lamenta la pérdida de la visual.

—¿Venganza por qué? —grita Baekhyun, acercándose para poder golpear el brazo de Chanyeol en su propia venganza.

Chanyeol grita y se agarra el brazo, cayendo exageradamente hacia atrás—. ¿No cesarán nunca estos ataques?

—¡Te lo mereces! Someter mis inocentes ojos a semejante lascivia —replica Baekhyun.

—Lo siento —dice Chanyeol, tan bajo y silencioso que Baekhyun se pregunta si está destinado a escuchar. Antes de que pueda comentar, Chanyeol se levanta de nuevo y pregunta—: ¿Hemos terminado por esta noche?

Baekhyun echa un vistazo a su cuarto de trabajo. Todavía está desordenado y hay algunas cosas que quería hacer, pero nada que no pueda esperar. Además, ya es hora de que termine.

—Sí, estamos bien. ¿Vas a salir? —Baekhyun arrastra los pies hacia su chaqueta y coge su teléfono. Hace un gesto de dolor al ver la hora, dándose cuenta de que es más tarde de lo que pensaba.

—No antes que tú —canta Chanyeol—. No confío en que no te encierres aquí una vez que me haya ido. Vamos, te acompañaré a tu coche.

Baekhyun se burla, ofendiéndose por eso aunque sea cierto—. No tienes que preocuparte, ya no me quedaré aquí.

Chanyeol sonríe—. Genial, ¿quieres ir a cenar primero? Puedo conducir...

Es extraño, esta sensación de miedo que se hunde. Baekhyun se tensa y se da cuenta de que tensarse es su error cuando Chanyeol se corta.

—¿O no? —dice Chanyeol, con voz confusa.

—Yo..., no puedo —Baekhyun no puede encontrar los ojos de Chanyeol. ¿Qué es esta sensación de roca en su estómago?—. Tengo planes.

Silencio.

—Oh —dice Chanyeol, un latido demasiado tarde para sonar normal—. ¿Tienes una cita?

Hace dos meses, Baekhyun habría puesto los ojos en blanco y habría dicho algo parecido a «Vaya, realmente no le das tregua, ¿verdad?».

Pero esta vez no tiene ganas de ser tan simplista.

—No es una cita —intenta aclarar Baekhyun, no sabe por qué pero le parece mal que Chanyeol piense eso—. Yo sólo..., tengo... —La cara de Baekhyun se sonroja al darse cuenta de que está a punto de revelar algo increíblemente personal a Chanyeol.

—Oh —dice Chanyeol, como si realmente lo entendiera.

Baekhyun lo mira bruscamente—. Oh, ¿qué?

Chanyeol se encoge de hombros, con una mirada inofensiva, pero Baekhyun puede ver más allá—. ¿Qué, Chanyeol?

Chanyeol esboza una sonrisa—. Si lo digo, me echarás agua a la cara.

Baekhyun no sabe cómo tomarse eso, está seguro de que su cara se tuerce en algo cruzado entre la ira, la incredulidad y la risa—. Que te den por culo.

—No —dice Chanyeol, alegremente. Baekhyun casi se creería el tono si no fuera porque los ojos de Chanyeol están demasiado tensos para acompañar el sonido—. Aparentemente es— oh, no debería decir eso.

Las manos de Baekhyun se crispan deseando ir hacia adelante y golpear a Chanyeol pero no puede negar que sus labios se crispan. Piensa en terminar la broma, pero se sorprende cuando Chanyeol le interrumpe, cambiando de repente su comportamiento.

Chanyeol suspira y se pasa una mano por el pelo—. Lo siento, mala costumbre..., ah, no, es una excusa. No es mi intención ser así de pesado. Te prometo que sólo disfruto tomándote el pelo aquí, te juro que no te molestaré en tu vida personal.

Baekhyun está lo suficientemente sorprendido como para no encontrar sus palabras de inmediato—. Huh. Bueno, supongo que bien —dice torpemente, sin saber qué hacer con eso.

Hay una horrible sensación de gris en la boca del estómago que casi le hace sentir decepcionado porque Chanyeol no está más molesto. Baekhyun cierra las manos en puños y se quita esos pensamientos de la cabeza.

Chanyeol se levanta, con una sonrisa de pesar en su rostro—. Espero que tu no cita vaya bien, Baekhyun. Tienen suerte de tener la oportunidad de cuidar de ti.

El hecho de que Chanyeol sea amable hace que Baekhyun se sienta nervioso. Pero también un poco desubicado. Chanyeol no se está quejando, no se está quejando, no se está reafirmando en absoluto con la confesión de lo que Baekhyun planea hacer esta noche y este fin de semana. Chanyeol está respetando la decisión de Baekhyun, y debería sentirse cálido.

Pero en cambio, Baekhyun siente un poco de frío.

—Gracias —murmura Baekhyun, recogiendo sus cosas y siguiendo a Chanyeol, que le abre la puerta.

Sería estúpido si no se diera cuenta de que el rostro de Chanyeol es solemne y su cuerpo está tenso. La relación entre ellos es incómoda como no lo era desde hace semanas y Baekhyun no sabe cómo arreglarlo.

Chanyeol le acompaña hasta su coche y para entonces su sonrisa falsa ha vuelto a aparecer—. Para que las cosas sean justas, ¿prometes darles una patada si llegan tarde?

Baekhyun le devuelve la sonrisa, débilmente—. Sí.

Chanyeol asiente, sin mirar a Baekhyun—. Bien. Diviértete. Si necesitas algo, mándame un mensaje, ¿está bien?

Antes de que Baekhyun pueda responder, Chanyeol ya se está alejando—. Que tengas una buena noche, Baekhyun.

—Tú también —responde Baekhyun, aunque se lo dice a la espalda encorvada de Chanyeol, que se retira.

(...)

—Tienes un tipo. —Había dicho Jongdae, años atrás, cuando estaban en la universidad.

—Tengo estándares. —Había resoplado Baekhyun—. No todos podemos encontrar nuestras almas gemelas en la universidad.

Jongdae había puesto los ojos en blanco y luego había hecho rodar su cuerpo sobre el de Baekhyun, inmovilizándolo contra el césped de la pista de su campus—. Dos temas diferentes, idiota. De todos modos, tú tienes un tipo. Prefieres a los hombres alfas, te gustan más altos, en forma. Te gustan seguros de sí mismos, juguetones, del tipo con el que puedes devolver el golpe.

Baekhyun había estado resoplando, sin prestar demasiada atención—. ¡Caramba!

—Alguien que se defiende. No quieres una polilla a la llama, quieres otra llama. Alguien que te agarre, te sostenga y te bese sin sentido contra la pared. Quieres un chico malo.

Cuando Baekhyun finalmente empujó a Jongdae, lo miró con odio y tosió—. Qué manera de hacerme parecer un omega preadolescente.

—Más o menos lo eres —replicó Jongdae, pellizcando el muslo de Baekhyun—. Porque no quieres a un gilipollas salvaje y sin remordimientos. Quieres al tipo que va a tomar el control de ti y cuando te sometas, te atesorará.

Esa frase había hecho que Baekhyun se pusiera de los nervios. En lugar de intentar negar, Baekhyun se había limitado a derribar a Jongdae sobre la hierba y a atacarle con cosquillas para hacerle abandonar esa línea de pensamiento.

Pero la conversación nunca salió de la mente de Baekhyun. Especialmente después de Minho.

Baekhyun no comete el error de tener citas ahora. Es un millonario hecho a sí mismo con una red más amplia que Seúl. Sólo va a escalar más y más alto y no tendrá un peso muerto que lo arrastre.

El único momento en el que deja caer sus barreras, aunque sea un poco, es durante su celo y casi siempre es involuntario. Se niega a ceder el control si no es necesario.

Por eso los servicios alfa son tan útiles. Le permiten a Baekhyun comprar la seguridad, privacidad y confianza que necesita.

Y por eso se permite aflojar un poco las riendas cuando elige a su pareja. Pero últimamente está volviendo al mismo alfa.

Lu Han es todo lo que Jongdae describió hace años, con la única excepción de una cosa.

Después de que Lu Han salga de su cuerpo exhausto y mojado, meterá a Baekhyun en la cama, se asegurará de que esté bien atendido y luego saldrá tranquilamente de su guarida.

Es entonces cuando Baekhyun recuerda realmente las palabras de Jongdae. Porque Jongdae tenía razón. Quiere un alfa que le quite el control, pero que aprecie su entrega. Quiere un alfa que lo sostenga durante las secuelas de un celo, que lo bese, que lo mantenga unido hasta que Baekhyun pueda recomponerse.

Pero Baekhyun no cree que exista un alfa así. No para él. La mayoría de los alfas cuando prueban la rendición, quieren conquistar. Y Baekhyun se niega a ser reclamado así, a que le quiten todo por lo que ha trabajado tan duro.

Así que cuando, tras la marcha de Lu Han, Baekhyun está acurrucado contra la almohada mirando la línea nocturna de Seúl y se le cruza por la cabeza el pensamiento perdido de cómo sería tener a Chanyeol acurrucado detrás de él, abrazándolo, sacude la cabeza con violencia.

No importa lo solitario que pueda ser, es infinitamente mejor que tener su confianza destrozada, otra vez. Es mejor no dar ninguna oportunidad que ser herido.

(...)

Es imposible ignorar lo apagado que está Chanyeol con Baekhyun en su próximo encuentro. El alfa había olido una vez y probablemente había olido al otro alfa y el calor en todo Baekhyun a pesar de su spray supresor de alto grado.

Baekhyun lo había estado esperando. Tenía la barbilla en alto, los ojos desafiando a Chanyeol para que esto se convirtiera en una broma.

Pero Chanyeol no lo había hecho. Y por alguna razón eso estaba molestando a Baekhyun. Esperaba algún tipo de reacción, ya fuera una broma superficial o un comentario posesivo.

En cambio, Chanyeol estaba actuando de forma tan civilizada que bien podría haber sido un interno en su primer día de trabajo con lo educado que es.

—¿Fue divertida tu no-cita? —preguntó, con un tono ilegible. Las palabras no eran burlonas, pero hay algo en la forma en que las pronuncia que hace que Baekhyun se enfade.

Enfadado, Baekhyun había sonreído, como un tiburón—. Fue fantástico.

Y eso fue lo que empezó. Chanyeol nunca ha estado tan callado como ese día, haciendo todo lo posible por mantenerse fuera del espacio de Baekhyun.

Estúpidamente, eso irritó a Baekhyun. Quiso decir que era porque Chanyeol lo estaba ofendiendo al evitarlo, pero no fue así. Irritado, Baekhyun resolvió ignorar a Chanyeol de vuelta.

Durante todo el día, trabajaron en silencio, Baekhyun en la presentación de la pasarela y Chanyeol en la táctica.

En algún momento se hizo de noche, lo que alertó a Baekhyun por el repentino olor a comida celestial que entraba en la habitación.

Chanyeol coloca un recipiente del restaurante favorito de Baekhyun, el jjajangmyeon, delante de él. Baekhyun ni siquiera había visto salir a Chanyeol, estaba tan concentrado.

—Tienes que comer. —Le dijo Chanyeol con suavidad, las primeras palabras que le decía a Baekhyun que no estuvieran relacionadas con el proyecto en todo el día—. Y tómate un descanso. Apenas te has levantado de la silla en horas.

Erizado, Baekhyun toma el recipiente negándose infantilmente a dar las gracias—. No me digas lo que tengo que hacer, Park.

Chanyeol pone los ojos en blanco—. ¿Vamos a regresar a eso? Vamos, no seas tan frío.

—¿Yo? —acusa Baekhyun, con los palillos apuntando a Chanyeol—. Yo no soy el que ha puesto un muro invisible sólo porque tuve una polla, imbécil.

Las palabras se escapan antes de que Baekhyun pueda controlarlas. Siempre le ha costado controlar su filtro, pero las burdas palabras le chocan incluso a él, haciendo que se sonroje por su pérdida de control.

Chanyeol se queda boquiabierto antes de cerrar la mandíbula, con un destello en los ojos—. ¡No lo hice! Tú eres el que me ignora.

—¿Me estás tomando el pelo? —exige Baekhyun, poniéndose de pie. Que le den la razón a Chanyeol, su espalda se resquebraja y la sensación de alivio casi lo distrae de su diatriba—. Me has olido una vez y parecía que ibas a saltar por la ventana. ¿Qué, no puedes soportar un omega después del calor?

—¡No es eso! —replica Chanyeol, poniéndose también en pie, enfadado. Baekhyun casi se estremece y, enfadado por la reacción, mira con más fuerza.

—¿Entonces qué es, Park?

Chanyeol da un paso alrededor de la mesa, acercándose al espacio personal de Baekhyun—. Deja de llamarme así. No sé qué se te ha metido en el culo—

—Oh, pero lo sabes, ¿no? —Baekhyun se acercó a Chanyeol, con una sonrisa en la cara—. Un bonito y grueso nudo— ¡Ah!

Baekhyun jadea cuando Chanyeol se acerca, demasiado, con su cuerpo alto presionando a Baekhyun contra el lateral de la mesa hasta que se gira, con el trasero clavado en la cornisa, el pecho presionado contra el de Chanyeol mientras los brazos de éste lo enjaulan.

—¿Por qué intentas de ponerme nervioso? —Chanyeol exige, con un gruñido subvocal bajo sus palabras.

—¿Intentar? —replica Baekhyun en contra de su buen juicio. Sus manos vuelan hacia arriba empujando el amplio pecho de Chanyeol. Éste no se mueve y la tripa de Baekhyun se revuelve—. No estoy haciendo nada. ¡Tú eres el que actúa como un cabeza de chorlito territorial! ¿Así es como tratas a tus amigos omega? ¿Todos enojados porque se han acostado con otro alfa?

—¡Te dije que no es así! —Chanyeol sisea, con voz uniforme pero tensa.

—¿Entonces qué? —Baekhyun casi grita, con las manos en la camisa de Chanyeol.

Chanyeol aprieta los dientes, con la mandíbula apretada como si se estuviera mordiendo las palabras.

—¡Dime! —Baekhyun insta, empujando a Chanyeol. Puede sentir lo tenso que está el alfa, aunque no esté tocando a Baekhyun.

—Hueles a tristeza —suelta Chanyeol, aparentemente sorprendido por sus propias palabras.

Baekhyun se queda mirando, con la mente luchando por comprender esas palabras—. ¿Qué? —dice Baekhyun, con la voz baja, confundido. El delgado hilo que había estado a punto de romperse se tambalea de repente y Baekhyun se siente mal parado.

Chanyeol claramente también lo hace, retrocediendo apresuradamente y alejándose.

Baekhyun se dice a sí mismo que no lamenta la pérdida del cuerpo de Chanyeol por el suyo.

—Tú..., es difícil de describir —dice Chanyeol, con las manos volando mientras mira a Baekhyun de vuelta al suelo y de nuevo hacia arriba—. En realidad no puedo olerte, pero sólo sé. No sólo estás triste, eres miserable.

—Vete a la mierda —dice Baekhyun por reflejo, pero Chanyeol sacude la cabeza salvajemente.

—No me refiero a eso, yo, joder, tu alfa, ¿no te ha asentado?

Asentarle. Una forma políticamente educada de preguntar si hizo que Baekhyun se sometiera.

Baekhyun siente una nueva oleada de ira caliente y abrasadora que se apodera de él. Pero peor que eso es una puñalada de dolor y decepción. Pensó que Chanyeol era mejor que esto, pensó que veía a Baekhyun como su propia persona, que lo respetaba.

La traición le escuece visceralmente.

Chanyeol debe darse cuenta de su error, porque en su rostro aparece un creciente arrepentimiento.

—Vete —exige Baekhyun, con la voz baja y temblando de ira.

Chanyeol mira impotente a Baekhyun—. Baekhyun, así no, te juro que...

—Me da igual, ¡fuera! —exige Baekhyun, con los puños apretados a su lado, no vaya a ser que se acerque y le dé un golpe en la cara a Chanyeol.

Chanyeol parece que va a protestar y Baekhyun prácticamente podría cantar, buscando ansiosamente una forma de sacar su energía en una pelea.

Pero entonces Chanyeol sorprende a Baekhyun. Se echa atrás.

—Por favor, come —dice Chanyeol en voz baja, recorriendo el ancho de la habitación para recoger sus cosas—. Y descansa un poco.

Baekhyun mira fijamente a Chanyeol hasta que los hombros del alfa se desploman, una última mirada de mandíbula apretada a Baekhyun antes de salir por la puerta.

Tarda unos minutos en moverse de su sitio. Y cuando lo hace, saca del escritorio todos los papeles en los que había estado trabajando tan duramente. Todo cae al suelo, y el sonido hace que Baekhyun se sobresalte.

Rápidamente coge su libro de diseño. El jjajangmyeon que compró Chanyeol se derrama por todo el suelo, pero por suerte su trabajo se salva de las salpicaduras.

Mirando el desorden, Baekhyun siente algo en sus entrañas que no ha estado allí en años. Las lágrimas llenan sus ojos—. Joder.

Baekhyun no sabe cuánto tiempo se queda allí sentado, pero cuando la puerta vuelve a abrirse, su cabeza se gira.

En lugar de Chanyeol, Jongin está allí, con una mirada suave—. Sehunnie me dijo que su jefe le pidió a uno de nosotros que te revisara. ¿Estás bien, hyung?

Baekhyun traga con fuerza, con falsas bromas en la punta de la lengua. En cambio, lo que sale es un pequeño y patético—. No.

Porque cuando la puerta se abrió, una parte de él esperaba que fuera Chanyeol.

Jongin coge a Baekhyun en sus brazos y éste se hunde en el abrazo, llorando silenciosamente en el hombro de Jongin.

(...)

No están trabajando bien juntos.

Parece que todo el mundo en la oficina se ha dado cuenta de eso, dando su sala de reuniones un amplio margen. Baekhyun está haciendo lo mismo.

Baekhyun se niega a estar cerca de Chanyeol. Si sólo hubiera un Chanyeol al que poder evitar.

Que se vaya a la mierda. Que se joda por hacer que Baekhyun se sienta así, vulnerable. Es un proyecto estúpido, se acabará en unos días y será libre. ¿Y qué si Chanyeol no ha aparecido en casi una semana? Que se vaya a la mierda.

—Oh, Baek. —Había dicho Jongdae cuando Baekhyun había corrido hacia él. Había abrazado a Baekhyun, con sus fuertes brazos impidiendo que se desmoronara mientras le preguntaba suavemente—: ¿Por qué sigues haciéndote daño?

—¿Yo? —Había sollozado Baekhyun, casi traicionado por las palabras de Jongdae—. Él fue el que...

—Se acercó demasiado y lo apartaste —dijo Jongdae en voz baja. La única respuesta de Baekhyun había sido llorar más fuerte porque Jongdae tenía razón—. ¿Por qué, Baekhyun?

Baekhyun no pudo responder entonces y no tiene respuesta ahora. Sabe que, en cierto modo, está siendo irracional. Chanyeol ha demostrado que no es como esos alfa supremacistas que piensan que los omegas pertenecen al hogar.

Pero a pesar de todo, a Baekhyun se le había recordado de nuevo lo que ocurre cuando baja la guardia. Tal vez Chanyeol no quiso herir a Baekhyun, pero lo hizo. Y eso quema aún más porque Baekhyun estaba realmente empezando a confiar en Chanyeol.

Chanyeol había tratado de disculparse. Lo llamó, le voló los mensajes de texto. Claramente le había pedido a Jongin que lo vigilara porque el otro omega siempre está en la línea de visión de Baekhyun estos últimos días. La comida y la cena han sido ordenadas a la oficina de Baekhyun, sus favoritos. Pero ha sido difícil tragarlos en su habitación vacía.

No sabe si es una bondad o no que Chanyeol se haya mantenido alejado de Baekhyun también. Pero en realidad, él sabe la respuesta. Si no fuera así, le dolería mucho que Chanyeol se mantuviera alejado.

Pero lo hecho, hecho está. Baekhyun no va a debilitarse. Sólo unos días más, se recuerda a sí mismo mientras se lanza de lleno al trabajo.

Por eso casi le da un ataque al corazón cuando llaman a su puerta, a altas horas de la noche. Baekhyun casi se apuñala con una aguja, haciendo una pausa en su tarea de enhebrar apliques en una boina para su colección, para mirar la puerta con incredulidad. Es casi medianoche, ¿quién, aparte de él, estaría tan loco como para estar aquí? Incluso el personal de limpieza se ha ido a casa.

—¿Baekhyun?

Ah. Debería haberlo sabido.

Por un segundo, Baekhyun considera no responder. Finge que no está aquí.

—Puedo ver la luz bajo la puerta, sé que estás ahí.

Bueno, joder.

—¿Qué quieres, Chanyeol? —pregunta Baekhyun, con voz cortante.

Chanyeol suspira, apenas audible desde la puerta que los separa. No está cerrada, Chanyeol podría entrar si quisiera. Pero no lo hace.

—Sé que no quieres hablar conmigo y te prometo que no tendrás que verme si no quieres. Pero, por favor, cuídate. Jongin me dijo que apenas has salido de tu oficina en toda la semana.

Las manos de Baekhyun se meten en su camisa, mirando a la puerta. Tendrá que lidiar con el comportamiento traidor de Jongin más tarde.

—¿Qué, no vas a irrumpir aquí y «resolverme»? —Baekhyun se burla, poniéndose de pie y caminando hacia la puerta—. Está claro que quieres ocuparte de mí, así que ¿por qué no lo haces?

Las palabras le saben a ácido en la boca, pero Baekhyun tiene demasiado orgullo para retractarse, incluso cuando el silencio se extiende tanto al otro lado que piensa que Chanyeol podría haberse ido.

—Me pondrías de patitas en la calle en segundos —dice finalmente Chanyeol, con voz divertida pero tensa.

—Maldita sea, sí. —La mano de Baekhyun se posa en la puerta, dándole un golpe—. Así que vete a la mierda.

Si hay una vacilación en su tono, él es el único que lo sabrá. Su palma abierta se curva en un puño y Baekhyun apoya su frente en la puerta cerrada—. Déjame en paz —susurra Baekhyun, las palabras se le escapan antes de que pueda pensar en ellas.

Su corazón se aprieta, la soledad sofocante brota en su interior. Ha dicho esas palabras pero no las siente. Quiere..., quiere que Chanyeol abra la puerta.

—Lo haré.

Baekhyun se muerde los labios inferiores, sofocando el ruido herido que quiere escapar ante la firme respuesta de Chanyeol. ¿Por qué está tan molesto? Esto es lo que quería. Las lágrimas escuecen en sus ojos, pero Baekhyun se niega a dejarlas caer.

Es mejor así, se convence Baekhyun retrocediendo lentamente hacia la puerta, con la mano cubriendo su boca. Que todo el mundo esté fuera y que él no pueda salir herido.

Se da la vuelta, las palabras le fallan. No puede encontrar en sí mismo la última palabra, sólo espera que el idiota se vaya antes de que huela la angustia que emite Baekhyun, lo suficiente como para pasar por encima de sus bloqueadores.

—Pero no antes de que me lo digas a la cara.

Baekhyun jadea y se gira cuando Chanyeol empuja la puerta y entra.

Apenas ha pasado una semana desde la última vez que vio a Chanyeol, pero le parece que ha pasado más tiempo al ver al alfa. Está tan guapo como siempre, con un aspecto casi idéntico al de su primer encuentro, con un traje y un ramo de flores en las manos.

—¿Qué...? —Baekhyun sólo puede tartamudear, el corazón le da un salto cuando Chanyeol da un paso hacia él. Retrocede.

—Dime —dice Chanyeol, con ojos intensos mientras coloca el ramo en la mesa. Su cuerpo está tenso, pero no avanza hacia Baekhyun—. Dime que no quieres volver a verme, y te juro que no volveré a ponerme delante de ti.

Los brazos de Baekhyun se levantan, sujetándose mientras da otro paso atrás. Aprieta los brazos contra su pecho, como si pudiera contener los latidos demasiado rápidos de su corazón, detener las ondas rodantes en su estómago.

—Yo... —Baekhyun comienza a decir pero las palabras mueren.

—Mírame, por favor. Baekhyun. Mírame y dime que no quieres volver a verme.

La mirada de Baekhyun baja, observa los zapatos de cuero de Chanyeol mientras se acercan a Baekhyun. No puede retroceder más, ya junto a la pared. Su espalda choca con ella justo cuando los zapatos se detienen frente a él.

—¡No quiero volver a verte! —Baekhyun sale corriendo, con los ojos cerrados y la cabeza girada hacia un lado.

Jadea, las manos vuelan hacia arriba y aterrizan en el pecho de Chanyeol mientras una mano se enrosca alrededor de su barbilla y la inclina hacia arriba.

—Mírame —murmura Chanyeol, con una voz suave, gentil, aunque sus palabras sean férreas.

El pecho de Baekhyun se agita y sus ojos siguen cerrados. Sus manos aprietan la camisa de Chanyeol. Debería empujarle. Sabe, sólo sabe que si ejerce la más mínima presión contra el pecho de Chanyeol, el alfa retrocederá.

—Baekhyun, no te creeré hasta que me mires y me lo digas. —Le insiste Chanyeol, tocando la mejilla de Baekhyun.

Chanyeol nunca ha tocado así a Baekhyun. Siempre ha respetado el espacio de Baekhyun. Su mano es tan cálida, tan tierna, cuando toma la cara de Baekhyun.

Eso hace que Baekhyun abra los ojos. Chanyeol está tan cerca, su preciosa cara está aún más cerca de lo que Baekhyun esperaba. Baekhyun se fija en los ojos de Chanyeol, oscuros e ilegibles mientras miran a Baekhyun expectantes.

—Yo no... —Baekhyun comienza a decir, pero su garganta se agarrota, atrapando las palabras en su interior. Mira impotente a Chanyeol y se estremece cuando el dedo de éste le roza la parte inferior de la oreja, una zona muy sensible para él.

—Cuando te vi por primera vez —dice Chanyeol, manteniendo los ojos de Baekhyun clavados en él—, me dije que era lo que se sentía en el amor a primera vista. Fue hace años, en un evento justo antes de la Semana de la Moda de Nueva York. Yo estaba empezando mi negocio, estaba allí usando las conexiones de mis padres, y tú ya habías ganado tracción. Observé cómo la sala se volcaba en ti y cómo acaparabas la atención con facilidad. Cualquier otro, y podrían haberse asfixiado. Pero tú tomaste su presión, su codicia, su lujuria y lo hiciste funcionar para ti. Vi cómo llegabas como un simple diseñador coreano y cómo, al final, ya tenías invitaciones para ir a Milán, a Hong Kong, y colaboraciones con marcas tan importantes como Dior.

Baekhyun no dice nada, y se estremece cuando la otra mano de Chanyeol se acerca, apoyando el antebrazo en la pared junto a la cabeza de Baekhyun. Debería sentirse enjaulado, pero no es así. Es como si todo su mundo se redujera a Chanyeol.

—Me juré a mí mismo que me convertiría en alguien digno de ti. Que algún día sería capaz de estar a tu lado y que me sonrieras tanto como aquella noche.

Baekhyun tiembla cuando Chanyeol se acerca un poco más. Son apenas unos centímetros, pero hace que sus muslos toquen los de Baekhyun.

—La noche en que debíamos tener nuestro primer encuentro, me dije que no iba a actuar como un alfa desesperado. Pero eso es exactamente lo que acabé haciendo. Me puse guapo y me dije a mí mismo que todo iría bien, que era digno de su tiempo. Me detuve a buscar flores porque quería decirte que palidecían en comparación con tu belleza.

A pesar de sí mismo, una pequeña risa estremecedora escapa de los labios de Baekhyun. Chanyeol sonríe, pequeño y suave—. Y entonces me dejas caer de una patada.

Baekhyun cierra los ojos, recordando ese momento. Debería haber sido el final. Estúpido Chanyeol y su vena obstinada.

—¿Qué estás haciendo? —Baekhyun pregunta, inclinando su cabeza para que quede fuera de la palma de Chanyeol. No mira al alfa pero tampoco lo empuja.

—Te digo algo que necesitas oír —responde Chanyeol, apartando obligatoriamente la mano, pero en lugar de que caiga a su lado, se deja caer y coge la mano de Baekhyun, que sigue con el puño en la camisa.

Baekhyun deja que la coja y vuelve a abrir los ojos para mirar inquisitivamente a Chanyeol.

—Si pensaba que estaba enamorado del Baekhyun que había visto en los medios, no es nada comparado con el hombre del que me he enamorado durante este proyecto. Eres increíble, Baekhyun. Trabajas más duro que cualquier otra persona que haya conocido o que vaya a conocer. Tratas a tus empleados como tus amigos. Respetas las decisiones de las personas aunque las odies. Eres amable, divertido y tienes una pasión que arde más que el sol. Estoy tan encantado contigo que a veces lo olvido.

Las mejillas de Baekhyun se calientan ante la confesión de Chanyeol, los ojos bajan cuando Chanyeol cambia su agarre, sujetando la mano floja de Baekhyun.

-¿Olvidar qué? -pregunta, con los ojos buscando. No sabe por qué se aferra a las palabras de Chanyeol con tanta fuerza, pero hay algo en la forma en que las dice que hace que las olas de ansiedad en la boca del estómago de Baekhyun retrocedan. Lo deja continuar porque necesita saber cómo va a terminar esto.

-Eres delicado -dice Chanyeol, con tanta sencillez, con tanta naturalidad.

Baekhyun se queda mirando, con la boca abierta por la audacia. Una furia ardiente se apodera de él al sentir su orgullo pisoteado.

Le arrebata la mano y trata de apartar a Chanyeol. Chanyeol lo deja y Baekhyun está listo para volver a levantar todas sus paredes.

Baekhyun grita, los brazos vuelan hacia el cuello de Chanyeol cuando de repente Chanyeol le agarra los muslos y lo levanta.

-¿Qué estás haciendo? -Baekhyun grita, con el pecho agitado por los jadeos mientras es inmovilizado contra la pared por los brazos de Chanyeol, las piernas envueltas instintivamente alrededor de la cintura de Chanyeol.

-Un minuto -dice Chanyeol, en lugar de responder. Esto hace que Baekhyun se congele desde donde tiene la mano enroscada, listo para golpear a Chanyeol-. Por favor, sólo un minuto. Necesito asegurarme de que no huyes, y luego puedes decírmelo y juro por mi nombre, mi empresa y mi patrimonio, que me iré.

Baekhyun tiembla tanto por la furia como por la impotencia que le recorre cuando se da cuenta de que le gusta esto. Le gusta cómo puede sentir lo fuerte que es Chanyeol, cómo Chanyeol no lo dejará ir. La implacable pasión en los ojos de Chanyeol, Baekhyun se siente arrastrado por ella.

-Di lo que quieras decir y luego vete -dice Baekhyun, con la voz tensa por la ira y la vulnerabilidad. Las lágrimas vuelven a aguijonearle los ojos, pero como si no fuera a dejarlas caer.

-Eres delicado -repite Chanyeol, inclinando la cabeza hacia abajo.

Baekhyun se pone rígido cuando la cara de Chanyeol se apoya en el hombro de Baekhyun. A esta altura, Chanyeol sólo necesita girar la cabeza para posar sus labios en las glándulas de feromonas de Baekhyun.

Pero a pesar de lo asustado que debería estar el gesto, Baekhyun no siente la inquietud.

-Eres la persona más fuerte que conozco. Y por eso he tardado tanto en darme cuenta de lo mucho que te escondes. Lo descuidado que eres contigo mismo, cuando eres tan cuidadoso con todo lo demás. Cómo te lanzas, con la mente, el cuerpo y el corazón, a algo sin pensar en cómo podría perjudicarte. Cómo, podría dejar que nuestra relación siguiera igual durante años, y probablemente nunca te vería sonreír de esa manera que soñé.

Baekhyun se queda quieto, mirando fijamente a la pared que tienen enfrente. Sin darse cuenta, las palabras de Jongdae de hace meses pasan por su mente. «Me gustaría que volvieras a sonreír».

-¿Por qué? -Baekhyun se encuentra diciendo, palabras estranguladas por la espesa emoción en el fondo de su garganta-. ¿Qué te da derecho a decirme eso?

Chanyeol exhala con fuerza contra la garganta de Baekhyun. Hace que su piel se estremezca en sensibilidad y sus brazos se tensan alrededor del cuello de Chanyeol.

-No hay derecho -admite Chanyeol.

Baekhyun reprime su jadeo cuando los brazos de Chanyeol se destensan, bajando lentamente a Baekhyun al suelo.

Se encuentra odiando la pérdida de la seguridad de Chanyeol, peor cuando el alfa desenreda suavemente los brazos de Baekhyun de su cuello y da un paso atrás.

-Pero me di cuenta -continúa Chanyeol-, de que no podía quedarme de brazos cruzados y ver cómo te hacían daño. Sé que no necesitas a nadie. No me necesitas a mí. Probablemente tienes un centenar de alfas que estarían encantados de ponerse a tu disposición. Pero, Baekhyun -dice Chanyeol, con la voz finalmente vacilando con un poco de su propia vulnerabilidad-, puedes querer. Puedes querer a alguien que te cuide. Que piense en ti como yo, aunque no sea yo. Alguien que esté feliz de conducir todos los días para verte, aunque sólo sea por unos minutos. Que se asegure de que no te ahogues en el trabajo, de que comas, de que puedas sonreír y reír y no dejes que el estrés y la ansiedad te consuman.

Baekhyun odia cómo cada palabra abre una pequeña grieta en el corazón de Baekhyun, cada una es un ataque cuidadosamente estratificado hasta que siente que su pecho es un abismo.

-No puedo -Baekhyun finalmente solloza, las piernas ceden mientras pierde la batalla contra la emoción caliente que había estado rebosando dentro de él, no sólo los últimos minutos, sino desde que le dijo a Chanyeol que se fuera-. No puedo -repite, rodeándose con los brazos mientras las lágrimas caen por el puente de su nariz.

Chanyeol está allí, inmediatamente. Se tira al suelo, sin importarle su traje. Está allí, pero no toca a Baekhyun. Parece impotente mientras sus manos se ciernen inseguras.

-Me hizo daño -suelta Baekhyun, con los ojos cerrados-. Yo le quería. Dijo que estaría a mi lado. Pero luego tuve éxito y se puso celoso. Dijo que quería aparearse conmigo, pero cuando le dije que no quería.. -Baekhyun se corta, estremeciéndose.

Chanyeol pierde su vacilación, recogiendo a Baekhyun en sus brazos y presionando la cara de Baekhyun contra su traje-. Lo mataré -gruñe Chanyeol en el pelo de Baekhyun, con los brazos como vicios alrededor del cuerpo de Baekhyun.

Baekhyun sacude la cabeza-. Estúpido -dice con hipo-. ¿Qué crees que hice? Le rompí el brazo por tres sitios y Minseok hyung lo metió en la cárcel. Pero Chanyeol -dice Baekhyun, arrugando la cara de nuevo-, no es sólo él. Todos me miran como alguien a quien conquistar. Tú también lo hiciste.

El agarre de Chanyeol no vacila-. Lo hice -admite-. Estoy acostumbrado a conseguir todo lo que quiero.

-Sólo me quieres por la emoción -insiste Baekhyun, tratando de apartarse del pecho de Chanyeol-. Te aburrirás. O te enfadarás si empiezo a hacerlo mejor. Te impacientarás cuando diga que no quiero aparearme.

Chanyeol sacude la cabeza, las manos suavemente mientras cambia su agarre para acunar la cara de Baekhyun, el toque es tan suave que las lágrimas frescas brotan de los ojos de Baekhyun.

-Quiero estar a tu lado -susurra Chanyeol, apartando las lágrimas de Baekhyun-. Quiero sostenerte cuando sientas que vas a tropezar. Apoyarte en mí cuando estés cansado. Reír conmigo cuando seas feliz. Quiero que hagas lo mismo por mí. Y esperaré, por el tiempo que sea necesario. Me diste una segunda oportunidad para este proyecto. ¿Me darías una segunda oportunidad para nuestra relación?

Baekhyun puede sentirlo dentro de él. Las paredes se están desmoronando.

-Mírame a los ojos -repite Chanyeol, inclinando la barbilla de Baekhyun-, y si me pides que me vaya. lo haré. Si me dices que quieres que seamos amigos, estaré a tu lado y te apoyaré. Y si -Los ojos de Chanyeol parecen un poco húmedos mientras sonríe suavemente-, me dejas cortejarte, te lo daré todo. Todo de mí, es tuyo para conquistar.

Y la última piedra se sale de su sitio y Baekhyun llora, inclinándose hacia el pecho de Chanyeol-. ¡Eres terrible! -solloza, abrazando a Chanyeol.

Chanyeol se ríe, profundo y tembloroso-. Lo sé, lo sé, no quería hacerte llorar. -Se burla, aceptando con gracia el golpe que Baekhyun le propina en el estómago.

-No soy fácil de amar -confiesa Baekhyun en silencio en el pecho de Chanyeol, con hipo en sus palabras-. No sé lo que ves en mí ahora, pero con el tiempo-

-Sólo te amaré más -interrumpe Chanyeol, levantando a Baekhyun para que se miren fijamente. Le quita a Baekhyun las lágrimas que se le escapan de los ojos con el pulgar-. Lucharemos, claro. Pero creceremos, juntos. Te amaré más, cada día, Baekhyun. Puedo prometerte eso. Porque no ha habido un día desde que te conocí en el que no haya pensado en ti.

Baekhyun mira fijamente a los ojos de Chanyeol, buscando cualquier engaño. Pero la sinceridad es tan grande que Baekhyun vuelve a sonrojarse.

-Tú también tienes que hacer que me enamore de ti -señala Baekhyun, tartamudeando un poco-. ¡No voy a quedarme con un trofeo alfa!

El ladrido de risa de Chanyeol es tan fuerte que Baekhyun salta.

-Lo siento, lo siento -dice Chanyeol entre risas mientras Baekhyun le pellizca-. Me encantaría ser tu trofeo alfa, pero te prometo, Baek. -Los ojos de Chanyeol pasan de la alegría a un intenso calor mientras agarra la cintura de Baekhyun-. Tendrás que esforzarte para conquistarme.

El desafío en los ojos de Chanyeol, enciende algo caliente en las entrañas de Baekhyun. Están tan cerca, a un pelo de distancia.

-Me gusta cómo suena eso -murmura Baekhyun, con los ojos bajando a la boca de Chanyeol. Sería tan fácil inclinarse y besarlo.

Su corazón late con fuerza en su pecho. El miedo está ahí, espeso en el fondo de sus entrañas. ¿Qué pasa si este es el movimiento equivocado, confiar en Chanyeol? ¿Y si le hacen daño otra vez?

Pero al mirar a los ojos de Chanyeol, Baekhyun ve un deseo ardiente que es diferente de las miradas hambrientas a las que está acostumbrado. Que Chanyeol ha hecho todo lo posible por cuidar de Baekhyun, que volvería y derribaría los muros sin importar cuántos pusiera..., Baekhyun confía en eso.

Las palabras de Jongdae vuelven a resonar en su cabeza. Hacía años que no podía sonreír y el primero en sacarlo de nuevo había sido Chanyeol. En eso, Baekhyun está dispuesto a darle una oportunidad.

-Bien -Chanyeol sonríe con complicidad-. Entonces, ¿puedo finalmente llevarte a una cita?

Baekhyun parpadea, los ojos se dirigen a los de Chanyeol y ve la forma en que se arrugan mientras él sonríe.

Esto hace que algo florezca en el pecho de Baekhyun y antes de darse cuenta, él también está sonriendo-. Sí -asiente Baekhyun, riendo mientras Chanyeol prácticamente sonríe.

-He estado esperando a que dijeras eso -susurra Chanyeol, la suave sonrisa en su rostro es tan dulce que Baekhyun no puede evitarlo.

Baekhyun se inclina hacia delante y toma la mandíbula de Chanyeol con la mano, deleitándose con su suave piel. Los ojos de Chanyeol se abren de par en par y se congela, dejando que Baekhyun se acerque y presione suavemente sus labios sobre los de Chanyeol.

Es rápido, apenas un picoteo, Baekhyun se inclina hacia atrás satisfecho por cómo Chanyeol se sonroja, el rojo se apodera de su cara.

-Estaba esperando que alguien se lo ganara -responde Baekhyun-. Así que no hagas que me arrepienta. O te daré una patada en el culo.

-Me parece justo -asiente Chanyeol, palmeando las lágrimas secas de la cara de Baekhyun-. Gracias, por darme esta oportunidad.

Baekhyun toma la mano de Chanyeol, agarrándola con fuerza-. Gracias -susurra-, por volver por mí.

Chanyeol le abraza y, por primera vez en años, Baekhyun se deja abrazar.

(...)

Epílogo.

-Tramposo -refunfuña Baekhyun mientras Chanyeol grita, sosteniendo triunfalmente a Daeul, el hijo de Jongdae y Minseok, en el aire. El imbécil había sobornado al bebé con unos caramelos para que se arrastrara hacia él.

-Inteligente -contesta Chanyeol, besando desordenadamente la mejilla de Daeul y riendo cuando el bebé chilla alegremente.

-Tiene razón -Jongdae retrocede, tomando fácilmente a Daeul cuando empieza a contonearse por Oma-. Así es como Minseok hyung lo consigue cada vez.

-Niego cualquier acusación de que el amor de mi bebé por mí no sea puramente motivado -replica Minseok, colocando la cena en la mesa. En su pecho hay una Minjoo dormida, la gemela mayor. Baekhyun está convencido de que ella puede dormir de todo.

-Claro -Jongdae pone los ojos en blanco y le da un codazo a Baekhyun con el pie desde el lugar en el que yace derrotado en el suelo-. Vamos, come. Sabes que odias la comida del avión.

Baekhyun hace un mohín con las piernas mientras Chanyeol le ayuda valientemente a levantarse-. Nadie me quiere. -Se lamenta dramáticamente.

-La verdad -bromea Jongdae, mientras Chanyeol dice-: Va y viene. -Y Daeul grita con entusiasmo-: ¡Yay!

Pues bien.

-Los odio a todos -refunfuña Baekhyun.

Chanyeol le besa la mejilla-. Vamos, cariño, tenemos que comer o perderemos el vuelo.

Suspirando, Baekhyun sigue a Chanyeol hasta la mesa. Hay una gran cantidad de comida y los ojos de Baekhyun se abren de par en par-. No tenías que hacer todo esto -dice, con el estómago revuelto.

-Claro que sí, es tu cumpleaños -Jongdae pone los ojos en blanco, acomodando a su bebé que se retuerce en una silla alta-. Ahora disfrútalo antes de que se enfríe la comida. El chófer llegará en menos de una hora, necesitarás tiempo para revisar tus maletas. ¿Tienes la información de tu vuelo preparada?

Minseok se inclina hacia delante y calla a su compañero con un beso. Jongdae parpadea con dulzura y Baekhyun se ríe, sintiendo calor al ver a sus mejores amigos así. Una vez, hace años, Baekhyun había envidiado ese tipo de relación fácil.

Pero ahora.

Chanyeol mira a Baekhyun con la boca llena de fideos.

Baekhyun suspira, con el momento arruinado. Se zambulle en su comida, haciendo una charla fácil hasta que están en la puerta, Chanyeol con las bolsas en la mano.

-Mándame un mensaje cuando aterrices -dice Jongdae, interviniendo para que Baekhyun pueda abrazarlo a él y a Daeul, que está cabeceando en los brazos de Jongdae.

-Lo haré -promete Baekhyun, besando la mejilla de Jongdae y despidiéndose de Minseok con un suave beso en la cabeza de Minjoo.

Chanyeol también los abraza a los dos y esa sensación de calidez vuelve a aparecer, haciéndole sonreír al ver cómo se despiden sus mejores amigos y su amante.

En el coche, Chanyeol sostiene la mano de Baekhyun mientras el conductor les lleva al aeropuerto. Tiene un teléfono en la oreja, discutiendo algo con uno de sus directores hasta que aparcan.

-Tengo que irme. Si hay una emergencia, llama a Sehun. Adiós -Chanyeol cierra el teléfono y le abre la puerta a Baekhyun, ayudándole a salir.

Baekhyun se estremece y gime cuando los dientes de Chanyeol rozan la glándula de feromonas de su cuello. La lenta excitación que se está cocinando a fuego lento en su estómago estalla, el fuego lame sus venas mientras la necesidad se apodera de él.

En unas horas, estará en celo.

-¡Chanyeol! -Baekhyun jadea, drogado y necesitado cuando Chanyeol le chupa un moretón en la garganta-. ¡Cama!

Nunca envejece, la forma en que Chanyeol se aleja de la pared, todavía sosteniendo a Baekhyun. Lo lleva hasta la cama, hundiéndose suavemente en el colchón. Baekhyun gime con fuerza cuando Chanyeol agarra el dobladillo de la camiseta de Baekhyun, levantándola de la cabeza y agachándose para chupar un pezón.

-¡Chanyeol! -Baekhyun grita, con las manos enredadas en el pelo de Chanyeol, y se arquea ante las potentes succiones de la boca de éste. Está muy sensible y a Chanyeol le encanta aprovecharse de ello, con la otra mano acariciando el pezón de Baekhyun, dándole golpecitos hasta que Baekhyun se retuerce en las almohadas.

-Deja de burlarte -exige Baekhyun, necesitado.

-Apenas hemos empezado los preliminares -ríe Chanyeol, un poco burlón, mientras muerde el esternón de Baekhyun hasta la línea del pantalón.

Baekhyun se levanta instintivamente y su polla, cada vez más dura, busca la fricción. Chanyeol le inmoviliza en su sitio, con sus anchas manos sujetando fácilmente a Baekhyun-. ¿No quieres mi boca?

Baekhyun niega con la cabeza-. Bésame y dedícame -exige Baekhyun, haciendo un mohín con los labios que sabe que Chanyeol no puede resistir.

Efectivamente, Chanyeol gime-. Joder, cariño.

Chanyeol se baja apresuradamente de la cama y se desnuda. Baekhyun no es mejor y se quita los pantalones a toda prisa.

Cuando está desnudo, abre las piernas, invitando a Chanyeol a ocupar su lugar.

-Ya estás mojado -gime Chanyeol, besando a Baekhyun con fuerza, acercando su cuerpo entre las piernas de Baekhyun hasta que su polla roza la de éste.

Es cierto, Baekhyun está tan excitado que ya gotea. Podría culpar al calor, pero la verdad es que lleva días deseando a Chanyeol. Preparar estas vacaciones significó atar los cabos sueltos y hacer horas extras en el trabajo. Hace casi dos semanas que no tienen sexo en condiciones y Baekhyun se siente sensible.

-No te burles -dice Baekhyun de nuevo.

Baekhyun gime, empujando su culo hacia atrás para que Chanyeol se hunda ya. Se frota la cara en el colchón, empapándose ya del potente aroma de Baekhyun y Chanyeol, de la excitación que lo recubre. Baekhyun jadea, se balancea hacia atrás desesperadamente.

Baekhyun acaba mordiendo la almohada, gritando cuando Chanyeol se la mete. No importa cuántas veces haya tomado Baekhyun la polla de Chanyeol a lo largo de los años, el ardor nunca desaparece. Chanyeol es enorme pero familiar, penetra a Baekhyun hasta que sus paredes se separan para dar la bienvenida a Chanyeol, dejando a Baekhyun jadeando impotente mientras es llenado completamente por su compañero.

Su polla roza la abertura omega de Baekhyun, haciéndole chillar, con la polla palpitando ante la repentina explosión de placer casi abrumador. Su abertura sólo se dilata cuando está en celo y ahora está increíblemente sensible, a pocas horas de hacerlo. Ahora mismo actúa como un botón de placer más abrumador que su próstata.

La polla de Baekhyun babea en la ropa de cama, incluso cuando su fluido gotea fuera de su agujero. Es obsceno el sonido que hace su culo cuando Chanyeol empuja a poca profundidad, el chirrido de la grasa al ser follada dentro y fuera.

-Eres tan bueno para mí -elogia Chanyeol, besando la espalda de Baekhyun, lamiendo la marca de reclamo en la base del cuello de Baekhyun-. Te sientes tan jodidamente increíble. ¿Estás listo, cariño?

Baekhyun gime, babeando en la almohada-. ¡Fóllame!

Chanyeol comienza a empujar lentamente, dejando que Baekhyun intente ajustarse. El arrastre de la polla de Chanyeol dentro es casi demasiado para sus paredes hipersensibles. Baekhyun se estremece y aprieta con fuerza.

-Te tengo, cariño, estoy aquí. ¿Puedes soportarlo? -retumba Chanyeol, con voz gutural y profunda. Baekhyun asiente, gimiendo. Cada bocanada de aire que toma hace que Chanyeol se sienta más grande dentro de él, sólo las manos de Chanyeol en sus caderas le sirven de apoyo. Pero lo desea tanto, quiere el nudo de Chanyeol

Chanyeol empieza a crear un ritmo y los ojos de Baekhyun se van a la nuca. Los sonidos que emite son de zorra, desesperados y necesitados. No puede contenerse, los pequeños «ahs» se le escapan.

-Te voy a anudar, cariño -gime Chanyeol. Sus empujones se intensifican, hasta que penetra con fuerza y rapidez a Baekhyun, con sus caderas golpeando el culo de Baekhyun por lo profundo que es.

-Por favor, por favor -suplica Baekhyun, con la voz ronca-. ¡Yeol, por favor!

Baekhyun puede sentir su orgasmo en la boca de sus entrañas. Su polla se balancea, dolorida y dura.

-¿Puedes correrte sólo con mi polla? -pregunta Chanyeol, jadeando en el oído de Baekhyun.

La cara de Baekhyun arde, la vergüenza le hace apretarse alrededor de Chanyeol. Entierra la cara en la almohada, tratando de ocultarse, pero Chanyeol no lo acepta.

-¡Oh! -Baekhyun gime, fuerte y alto cuando Chanyeol se escapa, lo manosea hasta que está de espaldas y vuelve a follar-. ¡Chanyeol!

-Nunca te escondas de mí -gruñe Chanyeol, casi doblando a Baekhyun por la mitad mientras recoge las piernas de Baekhyun y las empuja hacia atrás para que puedan acercarse.

Las manos de Baekhyun se esfuerzan por agarrarlo, con los ojos nublados mientras el placer lo asalta. Chanyeol folla con empujones superficiales y rápidos, rozando la entrada omega de Baekhyun con cada pasada y el pensamiento racional se le escapa de la mente.

-Chanyeol -gime Baekhyun, rodeando con los brazos el cuello de Chanyeol y apretándolo más-. ¡Por favor!

-Todo lo que quieras -jadea Chanyeol, besando a Baekhyun con fuerza. Su lengua se desliza y lame sobre la de Baekhyun, justo cuando sus caderas comienzan a girar.

Baekhyun sólo puede gemir, amortiguado y desesperado, mientras su cuerpo se retuerce. Su polla apenas roza el estómago de Chanyeol, pero no necesita la estimulación, no cuando puede sentir el nudo de Chanyeol creciendo en la base de su polla, presionando lentamente contra el agujero de Baekhyun.

-Voy a correrme -dice Chanyeol en la boca de Baekhyun-. Llega conmigo cuando te llene, Baek.

Baekhyun ni siquiera puede gritar. El creciente nudo golpea contra el borde de Baekhyun una, dos veces, antes de deslizarse finalmente dentro. Chanyeol se queda quieto, con el pesado suspiro de placer que suelta, corriéndose en lo más profundo de Baekhyun.

Con un grito, Baekhyun se corre con fuerza, apretando desesperadamente a Chanyeol. Su flujo se extiende alrededor de la polla de Chanyeol, mientras que el suyo propio lanza una patética cantidad de semen. Su cabeza se agita de un lado a otro, gritando mientras Chanyeol le muerde el hombro, inmovilizando a Baekhyun mientras le bombea a tope.

-Chanyeol -solloza Baekhyun, hipando en un gemido mientras el nudo de Chanyeol rechina contra su próstata, demasiado sensible-. ¡Chanyeol!

-Una más -jadea Chanyeol, meciéndose con fuerza, con el nudo demasiado grande para empujar.

Baekhyun se estremece, los brazos caen sin fuerza a los lados mientras Chanyeol se echa hacia atrás, agarrando las caderas de Baekhyun. Las inclina hacia arriba, hundiendo su polla un poco más, mientras sigue corriéndose.

El placer es implacable, demasiado para los nervios excesivamente sensibles de Baekhyun. El placer sacude a Baekhyun en olas estrepitosas, ineludibles. Con la lengua fuera y los ojos en blanco, Baekhyun se corre de nuevo cuando la cabeza de la polla de Chanyeol roza su abertura omega.

Sus paredes ordeñan el nudo de Chanyeol, manteniendo el placer mientras no puede escapar del grosor de su interior. Pero Chanyeol ya no está moliendo, por lo que las ondas decrecientes son lo suficientemente soportables como para que Baekhyun pueda respirar de nuevo.

El tiempo se desdibuja un poco. Chanyeol lo abraza y los hace rodar para que Baekhyun quede encima, flácido sobre el pecho de Chanyeol. Chanyeol le frota la espalda, calmando a Baekhyun mientras su nudo empieza a encogerse. Sin el celo, su nudo no se mantendrá duro más que unos minutos. Sin embargo, pronto estará en celo, piensa Baekhyun con avidez a través del agotamiento.

Cuando su nudo se encoge, una oleada de semen sale del agujero de Baekhyun. Gime, con las mejillas enrojecidas por la vergüenza.

Chanyeol le hace callar, y se mete en la mejilla de Baekhyun, inclinando su cara hasta que puede besarle, suave y tiernamente.

-Eres tan perfecto, te quiero tanto -susurra Chanyeol, con la voz más grave de lo habitual por lo jodido que está. Eso hace que Baekhyun se estremezca, hundiéndose más en el abrazo de Chanyeol.

-Te quiero -murmura Baekhyun, besando el cuello de Chanyeol.

Chanyeol le abraza hasta que Baekhyun deja de temblar, y le dice a la boca que le bese las glándulas de feromonas hasta que se acomoda, flotando en un suave espacio mental. No es del todo una sumisión, Chanyeol no había presionado lo suficiente para ello, pero es agradable. Confía plenamente en Chanyeol para que lo cuide así.

Baekhyun se muestra dócil cuando Chanyeol lo mueve con delicadeza, llevándolo hasta el final de la cama y llevándolo al baño.

Le prepara un baño con agua casi hirviendo, como le gusta a Baekhyun. Chanyeol se hunde detrás de Baekhyun, lo acuna contra su pecho y le besa la garganta, la mejilla y los labios hasta que Baekhyun casi ronronea.

-¿Te sientes bien? -Le pregunta Chanyeol, acariciando la cara de Baekhyun, después de unos momentos.

Baekhyun asiente, aún sintiéndose feliz-. Increíble -susurra, besando los labios hinchados de Chanyeol.

Chanyeol sonríe-. Increíble, ¿eh?

Baekhyun gime, pellizcando el muslo de Chanyeol como advertencia-. Terrible. Déjame disfrutar de esto antes de que empieces a incitarme.

Chanyeol sonríe, pequeño y serio, nada que ver con la sonrisa tonta que tiene la mayor parte del tiempo. Besa a Baekhyun larga y profundamente. Baekhyun le corresponde débilmente, chupando suavemente la lengua de Chanyeol.

Se separan y Chanyeol rodea con sus brazos la cintura de Baekhyun, enterrando su cara en el cuello de éste.

-Oye -dice Chanyeol, besando la mejilla de Baekhyun-. Te quiero.

Baekhyun se sonroja y pone los ojos en blanco. Pero está muy complacido y tararea con alegría-. Yo también te quiero, idiota.

Cuando Chanyeol se acurruca contra él en su cama, abrazando a Baekhyun, casi como si pudiera ocultar a Baekhyun del mundo, Baekhyun se toma un momento para pensar en su encuentro, hace tantos años.

Aunque sus comienzos no fueron perfectos, Baekhyun no cambiaría ni un solo momento de su accidentado comienzo.

-¿En qué estás pensando? -Chanyeol murmura con sueño en el cuello de Baekhyun.

-En ti -responde Baekhyun, sujetando con fuerza la mano de Chanyeol.

Chanyeol sonríe y Baekhyun lo siente contra su piel-. Bien. Yo también sólo pienso en ti.

Baekhyun suelta una pequeña carcajada, y su mano se entrelaza con la de Chanyeol.

Se queda dormido en el abrazo de Chanyeol así, sabiendo que cuando se despierte Chanyeol estará allí, listo para caminar con Baekhyun hacia el mundo.

(...)

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