TODOS EN SECUNDARIA SABÍAN QUE NO debían convertirse bajo ninguna circunstancia en el centro de atención, ya que como una serpiente ella se arrastraria tras esa persona para morderle.

No literalmente pero, dependiendo de como le cayeras te podría joder el resto del curso o serias de su squad. Nadie se atrevía a meterse con ella debido a que era hija del jefe de la mayoría de los padres en la escuela.

Ella abusaba de ese poder de intimidación y chantaje que tenía.

─── Vamos, repitelo, ¿No me darás tu bolso? ─── Ella ponía su pie en contra de la mejilla de aquella chica que se encontraba de rodillas. ─── Te daré el doble por el que hayas pagado ese bolso, pero dámelo.

Si, ella veía a todos como sus sirvientes o sus perritos, sobre todo si se trataban de chicos. Ella le tiro un fajo de billetes que sacó de su mochila al costado de la chica que maltrataba, quien ya estaba con lágrimas en sus ojos, y le entregó su bolso.

─── T-toma Natsuki-chan... Q-quedate con mi teléfono si quieres... ─── Dijo la pobre chica cuya cara ya no era presionada por el pie de la pelinegra.

Ella solo sonrió de lado y se fue sin más con un nuevo bolso para su colección.

Natsuki Katakura era la reina de la escuela y la más rica de la misma, por ende no hacía falta decir que... Practicamente los maestros le perdonaban todo por un par de billetes en sus bolsillos... Y que era muy popular aparte de una matona, una a la que nadie se atrevía ponerle un alto.

O eso creía.

─── ¿Te parece bonito, no? Abusar así de tu poder y robarle a tus compañeros... ─── La voz de una albina se hizo presente justo en el momento que nuestra pelinegra salió del baño de chica.

─── Oh vamos, deberían estar agradecidos de que alguien como yo se fije en ellos. ─── Se señaló con egocentrismo. ─── Además ¿Qué me vas a reclamar tu? Que rechazaste y dejaste en ridículo a ese imbecil que se esmero haciendo un tonto detalle romántico para ti.

Natsuki simplemente no sabía argumentar coherentemente.

─── Eso es distinto, y es patético que me lo eches en cara cuando son dos cosas diferentes. ─── Suspiró, era de las más bonitas de la escuela. ─── Mira, a mi no me puedes amenazar con lo de tu papá ya que ninguno de los míos trabaja para el tuyo, así que no tendré miedo de mostrar pruebas de tu abuso a todos.

─── Carajo. ─── Pensó la azabache, frunciendo su ceño y gruñendo. ─── Esta bien ¿que quieres a cambio? ¿Dinero, popularidad, un autógrafo mío?

Estaba tan cansada como para resistirse.

─── Devuelve todo lo que le has quitado a los demás alumnos y... Deja de molestarlos. ─── Esa fue la condición que impuso la albina.

Katakura iba a negarse pero vio como la contraria mostraba su móvil con capturas de sus bromas y maltratos que había hecho en la escuela.

─── Maldita pelo de vieja. ─── Pensó la de ojos azules para sus adentros y bajo el celular de la chica. ─── Ok pelo de abuela, devolveré las cosas de esos idiotas.

─── ¿Y?

Natsuki bufo y rodó los ojos de una manera infantil.

─── Y los dejaré de molestar... Mientras no me veas... ─── Dijo ya harta.

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─── Toma tu estúpido bolso, tiene todo adentro. ───

─── Toma tus audífonos, me compré unos mucho más modernos y bonitos. ───

─── Toma tus feos calentadores, tengo unos mejores. ───

Natsuki se paso toda una semana devolviendo lo que le había quitado a sus compañeros, y no molesto a nadie en lo que iba de curso, incluso llego a ganarse el cariño de algunos por muy extraño que suene.

─── Veo que seguiste mis órdenes. ─── La voz de la chica del baño hizo que Natsuki frunciera levemente el ceño.

─── Si ¿Qué cojones quieres ahora? No me fastidies... ─── Dijo con el tono más borde que pudo hacer.

─── Pues solo quería comprobar, no tienes por qué usar ese lenguaje conmigo. ─── Contestó la albina.

Ambas estaban en el patio trasero de la escuela, sentadas en una banca bajo un árbol que les daba suficiente sombra.

─── ¿Qué te importa, pelo de vieja? ───

Por muy extraño o cliché que suene... Ambas se hicieron amigas y siempre fueron juntas por lo que quedaba de secundaria... Sin darse cuenta, Natsuki se ablando un poco... Aunque su actitud seguía siendo arrogante, niña mimada y más... Con aquella albina hizo buenas migas sin darse cuenta, fue ... ¿Su única y real amiga? ...