ꕥRainbow in the nightꕥ
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Todo empezó por ella, un pequeño y delicado ser que lleva en sus ojos la púrpura noche y sonrisa linda, que parece la luna misma impregnada en sus labios de dulce rosa.
Y cuando recuerda que con Shinobu empieza todo, es porque ese monótono y marchito corazón suyo nunca había palpitado con tal frenesí en su vida, hasta que llegó ella con sus suaves aleteos a colmar todo de color y depositar besos inexistentes en sus labios vacíos.
Y es que para Dōma, Shinobu es una linda mariposa que quisiera tener para siempre a su lado, porque (le recuerda a la vida) le gusta mucho la belleza inaudita que posee, así que si la mete en un frasco de cristal para cuidarla eternamente, estaría bien.
-Shinobu-chan, vamos a casa juntos, estuve esperando a que tus clases acaben- habla dulce él, acercándose a ella bajo la lluvia que acaricia su piel tiernamente.
-No gracias- suelta de forma sutil, siguiendo su camino mientras tras de ella continúa él con sonrisa tierna.
-Pero estuve esperándote una hora bajo la lluvia- murmura apenado, captando el rostro sorprendido de ella, quien suspira y con dificultad toca su frente para revisar su temperatura.
-Ahh...qué es lo que siempre te digo.
-Que soy un estorbo.
-Además de eso, Dōma- aclara con dulce expresión, mientras la sutil risa del chico se presenta.
-Ahh...que no debo esperarte fuera de tu Instituto- recuerda con gracia, haciendo que Shinobu asienta y tome su mano suavemente.
-Estás helado ¿ni siquiera viste el reporte del clima? Vamos, te llevaré a casa.
-Shinobu-chan ¿puedo pedirte algo?- pregunta, mientras el tierno ruido del goteo retumba en ambos. Ella deposita sus orbes amatistas en él, quien sonríe de forma linda y parece querer llorar.
-Dime.
-Shinobu-chan siempre me rechaza, y nunca quiere besarme, entiendo eso, porque aún no somos novios- comenta con pena y rubor, sintiendo la bonita mirada de ella en sus ojos tornasol.
Su corazón palpita más fuerte. Él lleva color de arcoíris y ella espera paciente como la noche, siempre envuelta en fríos colores.
Bonita utopía celestial.
-Shinobu-chan ¿podría sostener yo el paraguas?- la fémina lo observa confusa ante su petición, pensando que sus palabras anteriores no tienen que ver mucho con lo que dice ahora.
-¿Por qué?
-Es que eres muy bajita, y no me proteges de la lluvia con tu paraguas.
Shinobu sonríe linda, bella la pequeña mariposa que tiene frente a él. Siente como suelta su mano, perdiendo el calor de ella, y las venas levemente aparecen en su rostro de muñeca bonita.
-Chinga tu madre, Dōma- pronuncia dulce, caminando con él quien contento toma el paraguas y la protege de la lluvia intensa, mientras Shinobu mantiene su expresión molesta.
«¿Qué habré dicho para ponerla así?»
༻❀༺
Son vecinos, con ese curioso y bello dato concluye su caminata.
Con Dōma despidiéndose dulce de ella, quien se limita a sonreír serena ante las cariñosas palabras del chico con ojitos multicolor.
-Te amo, Shinobu-chan, duerme bien por favor.
Ella desaparece tras la puerta, y Dōma puede caminar danzante en su gran casa de ameno calor.
Pasa por su jardín de lirios blancos, que danzan con la brisa nocturna, junto con el tierno rocío que recorre sus pétalos puros y de algodón.
El de cabellera rubia peculiar sonríe encantado, sintiendo su pecho palpitar suave y al compás de sus frágiles sentimientos. No quiere romperlos, así que mientras estén al cuidado de Shinobu, todo está bien (incluso si ella los hace trizas)
Abriga bien su pobre cuerpo antes húmedo, sintiendo su nariz fría y manos casi congeladas. Suspira cansado mientras se recuesta en la cálida cama de su habitación.
-Ahh~ Shinobu-chan es tan linda- murmura cariñoso, mientras visualiza la luz aún prendida de la habitación de ella. Dōma se levanta curioso, cubierto con sus cobijas de estampados mariposa.
Camina hasta llegar a su ventana, abre con suavidad el cristal y se queda allí, esperando ver a Shinobu, quien aún no apaga la luz de su habitación, así que supone, está despierta.
-¡Shinobu-chan!- llama dulce por la niña de fríos colores, mientras el cielo se tiñe en púrpura y las estrellas tintinean lindas en el manto de sueños.
No hay luna, así que sus bonitos ojos multicolor se llenan de dicha al ver ello (porque extrañamente no le gusta la luna con la noche, es mejor un arcoíris)
Observa pequeñas manos abrir la ventana, es ella con sus cabellos sueltos sutilmente y su ceño fruncido.
-¡Ya es muy tarde para estar despierto, Dōma!- exclama ella, para que él la pueda escuchar bien, observando como este ríe suave al verla así.
-¡Lo siento, estaba preocupado por ti!- contesta de la misma forma, solo que más dulce, asiendo que la fémina de ojos amatista suspire cansada.
-Duerme ya, Dōma, y toma algo caliente para que no te resfries- es lo único que dice, para cerrar su ventana y desaparecer de su vista.
Dōma sonríe con tristeza al no verla, y es que piensa que son muy distintos, que quizás sus corazones bailen a un compás diferente (sus colores dicen mucho de ambos)
Porque él es vívido y dulce, como los arcoiris que lleva en sus orbes, iluminando con esplendor y siempre llamando la atención de todo aquel que lo vea.
Shinobu (la linda y bella Shinobu) es noche serena y brillante por las estrellas que la adorna, y por tanta belleza suelta a ojos de cualquiera, muchos llegan a enamorarse del dulce ser traído por el cielo nocturno.
Dōma es arcoíris vívido y Shinobu noche bella. Y eso sinceramente no le interesa a él.
-¡Shinobu-chan!- la llama una vez más, viéndola salir molesta por el cristal.
-¡Qué!
-¡Te amo!- la dulce y pequeña mariposa vuelve a desaparecer.
༻❀༺
El mañana llega con nubes de celeste gris y cielo marchito, con brisa gélida y sonrisa tierna.
-Veo que nos encontramos de nuevo, Shinobu-chan- menciona cariñoso él, empujando la puerta de cristal inútilmente, mientras la carita de Shinobu es un poema trágico.
-Tu me citaste aquí...gritaste mi nombre a las 3 de la madrugada para vernos- aclara ella cansina, viendo al joven reír por ello.
-Ah claro, ya recordé.
-¿Desde que hora estás aquí?- pregunta serena Kochou, acomodando los libros de su bolso.
-Desde las 3 de la madrugada.
-Dōma ¿qué te he dicho antes?
-Que chingue a mi madre.
-No, no eso, lo otro- aclara dulcemente, tomando un pañuelo y dándoselo para secar su rostro húmedo por las leves gotas de lluvia.
-Ah~ Que cuando le proponga a alguien una cita, no debo estar 5 horas antes, basta con 5 minutos- aclara tiernamente, recibiendo el blanco pañuelo perfumado por la fragancia de ella y sintiendo la suavidad de este.
«El primer recuerdo de Shinobu-chan y yo» vitorea con emoción su mente.
-Dōma, deberías parar de empujar la puerta, no se abrirá- comenta sutilmente, haciendo que él asienta y ponga su mano en su barbilla.
-Tienes razón, creo que estamos encerrados en este salón, bueno, supongo que...- Shinobu lo interrumpe con su risa tierna, negando todo lo dicho por el chico quien la mira curioso.
-No se abre porque estás empujando una puerta que dice "jale"- explica sencilla, saliendo de aquel salón a su lado.
-Pero yo quería estar encerrado contigo- se queja él, haciendo que la más pequeña pare su andar y lo mire con firmeza.
-Dōma ¿hasta cuándo fingirás que estás enamorado de mí?
Sus palabras le duelen, así que no puede evitar llorar con tan solo ver el rostro sonrosado de Shinobu y su expresión triste.
-Yo no finjo nada, Shinobu-chan- solloza bajito, sintiendo la mirada preocupada de ella -Yo si te amo mucho, pero saber que piensas que finjo me duele mucho- continúa, y ambos se ganan las miradas curiosas de personas que pasan por aquel Instituto.
Shinobu sólo se va, y Dōma es consolado por la soledad.
༻❀༺
Sale triste de sus clases, sollozando aún porque su corazoncito está roto ya que cuando sus sentimientos son reales y no falsos, cuando la vida se alumbra y deja de ser opaca, llega Shinobu (linda y pequeña Shinobu) para dudar de cada pálpito en su ser.
La lluvia cae como ayer, así que no hay problema caminar hasta su casa empapado, en realidad la lluvia le ayuda a pensar cuando está triste.
-Ah...pensé que estaría feliz si rompía Shinobu-chan mi corazón- murmura adolorido, tratando de sonreír a las personas que se despiden de él.
Alza su carita entonces, viendo a Shinobu parada en una cálida esquina de la calle, así que se acerca a ella lentamente.
-Shinobu-chan, hola- murmura con suave sonrisa, haciendo que ella lo mire con gesto amable -¿A quién esperas?
Shinobu sonríe dulce, tomando su mano y entregando en esta su paraguas -Pensé que sería justo que hoy yo te busque para volver a casa juntos- sincera suavemente ella, quien no pierde tiempo y frunce el ceño ante los cabellos húmedos de Dōma -La próxima, si no te abrigas como se debe, me enojaré contigo.
-Shi...Shinobu-chan- solloza tierno entonces, haciendo que ella acaricie sus mejillas húmedas y sonría ante la carita de él -Pensé que no me querías más...porque tu no crees en mis sentimientos- admite aún llorando, quizás un poquito más fuerte, abrazando a la chiquilla que tiene frente a él, la niña de bonitos ojos púrpuras.
Shinobu es dulce, es linda y cálida, así que calma al pobre chico que se aferra a ella y solloza suavemente.
-No te preocupes Dōma, te creo- murmura amable, acariciando su cabellera y esperando a que él retome la distancia necesaria para seguir su camino juntos a casa.
-Shinobu-chan, te amo mu...¡Achu!
La más pequeña se aleja y mira la nariz levemente roja de Dōma con preocupación, mientras sus manitos le tiemblan del frío.
-Ah...vamos a mi casa, debo atender tu resfriado.
Dōma no puede sentirse más feliz en esos momentos.
«Es hora de presentarme a sus padres como su futuro esposo»
༻❀༺
En lo que termina es...
Que Dōma pesca un resfriado sin querer, y que Shinobu acurruca su cabecita rubia en sus piernas, por petición de él para que no vuelva a llorar.
-Shinobu-chan, si tu eres mi noche, entonces yo puedo ser...
-El arcoiris que la acompaña- susurra dulce, mientras acaricia sus cabellos y los ojitos de él brillan con esplendor.
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¡Muchas gracias por leer, los quiero mucho! 🌜🌻
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