ꕥ❁Prologo❁ꕥ

Su cabeza le daba demasiadas vueltas y para el colmo su cuerpo dolía como un infierno, eso hasta notar como todo a su alrededor era más grande, o él era... ¿Más pequeño?

— ¿Pero que?— En vez de escuchar su sorpresiva voz escucho un ¿maullido?

¿A caso se estaba volviendo loco? Como en vez de escuchar su voz escucho un maullido, ¡No había posibilidad! A menos que...

Al mirar a su lado se encontró con su reflejó. Pequeño, peludo, bigotes y maullidos...

¡¿Que había pasado?! ¡Ni en sus peores pesadillas imagino ser un gato!

Hasta que escucho unos pasos aproximándose al cuarto donde se encontraba, así que decidió esconderse debajo de la cama.

—Vele el lado positivo Izuku, por lo menos mi audición es más aguda— Trataba de buscarle el lado bueno a su situación, ¿pero que tiene de bueno ser un gato? Exacto nada.

Pero volviendo al tema del intruso, ¿Quien era? Su duda se respondió sola cuando escucho su voz.

—Juro que lo escuché por aquí — Un escalofrío bajo por su columna felina, ¿acaso era ella? Para salir de dudas decidió salir de su escondite así encontrándose con la figura de aquella muchacha castaña —Con que ahí estaba eh Deku.

Para su sorpresa la muchacha lo alzó en sus finas y suaves manos.

—¿Por qué estabas maullando tanto? Parecías qué estabas siento torturado pequeño dramático — escucho atentamente mientras la muchacha acariciaba su pequeña cabeza. Para Izuku ser un gato en este momento era una bendición, porque así Ochako no vería lo avergonzado y sonrojado que se encuentra en este momento.

Siguió recibiendo mimos y caricias de la que tendría que considerar 'dueña' en estos momentos. No se quejaba para nada. Es más cuando la castaña se alejaba de él iba en su búsqueda para así restregar su cabeza en su pierna. Recibiendo de parte de ella un "Eres un gato mimado Deku" y después procedía a su hora de acaricias.

Tal vez ser un gato no sea tan malo después de todo, eso hasta que llego la oscuridad de la noche.

Después de recibir su 'dosis' de comida.

Se fue a 'dormir' en compañía de la castaña, cuando la vio profundamente dormida decidió irse a la sala, tenía que rebobinar todo lo que había pasado en este día...¡Un día!

Al llegar a la sala principal de la casa se sentó en el sofá, tomó aire para después soltarlo.

¡¿Pero que es esto?! Haber primero lo primero, ¿Qué es este nuevo 'mundo'?, ¿Cómo llegue aquí? ¿Es acaso este un castigo de un ser celestial? Si es un castigo les salio mal la jugada, estar con Ochakito es lo mejor, ella me ama. Jaja les salio mal mi castigó — Reflexionaba y se burlaba de su situación actual, solo para ocultar su nerviosismo.

Hasta que en un momento donde cerró sus felinos párpados. Sintió como su cuerpo volvía a ser 'el de antes' no sabía como sentirse respecto a volver a su forma humana.

Pero al abrir nuevamente sus párpados se dio cuenta que era un poco más pequeño que en su 'anterior cuerpo'.

—Esto no puede ser una broma — Hablo en un tono bajo tratando de hacer el menor ruido para levantar a la castaña, al final decidió comprobar su falta de estatura volviendo al cuarto de esta mañana.

Y efectivamente era unos milimetros más bajo, y no solo eso se veía más joven, por inercia vio su muñeca las cicatrices que antes se encontraban hay ya no estaban, volvió a mirar su reflejó en el espejo y solo pudo sentir asco de si mismo.

Tenía la edad en donde sucedió la peor etapa de su vida, él mismo se permitió sufrir lo que sufrió, era un maldito débil.

Una fría corriente de aire lo hizo volver en si, se encontraba templando de lo fria que estaba la habitación, pero como no iba a hacer frío, si se encontraba totalmente desnudo.

Hasta ahorita cayó en cuenta de su desnudez. Así que con vergüenza busco en el cesto de ropa sucia de la castaña algo para abrigarse.

Bingo había encontrado un suéter perfecto para él, era abrigador y le quedaba largo, así por lo menos no tendría que tomar de la castaña unos shorts.

Estando ya con el suéter pudo sentir el perfume de la castaña, nunca lo negaría ese aroma le encantaba, tal vez era una de las cosas que amaba de ella en secreto.

—Este aroma me recuerda a la primera vez que te vi — Su nostalgia no se demoro en aparecer, sin duda extrañaba parte lo que vivió en su secundaria. A pesar de haber sido un imbecil que permitió todo lo que sufrió por creer que su 'amigo' cambiaría.

Pero no iba a pensar en eso. Ahorita debía inspeccionar este nuevo y desconocido mundo para él.

Estaba decidió buscaría en la casa de Ochako alguna pista o algo para saber que tipo de mundo o mejor dicho 'Universo' en el cual se encontraba.

Pero pensándolo bien... ¿Volvería a hacer un gato?

—Espera un minuto Izuku Midoriya... ¿Como le explicaré a Ochako sobre este problema? Y ¿si me hecha a la calle? No, no, no Ocha tiene un corazón bondadoso se apiadara de mí... No seas estúpido Izuku lo más probable es que te tome de acosador — Pensaba una y otra vez las posibilidades que habían de como decirle o mejor dicho explicarle a la chica lo que había pasado. Caminaba de un lado a otro sin fijarse en su camino, tanto pensar lo tiene agobiado.

Tanto así que si darse cuenta choco con la puerta, seguido de ese golpe cayó de espaldas al piso generando así un fuerte ruido proveniente del cuarto de invitados.

—Por favor, por favor Ochako espero sigas durmiendo — para su desgracia vio por la abertura de la puerta una proveniente luz del pasillo.

Esto tenía que ser una broma, pensaba para sus adentro el pecoso. Sin salida decidió esconderse nuevamente debajo de la cama, sus nervios de ser descubierto eran demasiado, ni en su vida anterior había sentido ese tipo de nervios.

—¿Quien esta ahí? —escucho la voz sería de la castaña, eso lo puso más nervioso. ¿Como le iba a explicar que un preadolecente estaba en su casa sin sonar un acosador?

Sentía cada vez más cerca sus pasos, sin duda alguna estaba acabado. Lo más seguro es que termine en la cárcel por 'Acoso'.

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Y aquí el nuevo prólogo, ¿Qué les parece?

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