ꕥButterfly Flowersꕥ
El hanahaki es una enfermedad nacida de un amor no correspondido, donde el paciente, por consecuencia, tose pétalos de flores. La infección puede ser eliminada a través de la cirugía, pero los sentimientos desaparecen junto con los pétalos.
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En primer lugar...cree que lleva una maldición desde que nació en aquel mundo hórrido, por esos ojos de vívido arcoíris y carita llena de pureza.
Así que sus padres le hacen el rey de un circo muy cruel, para tomarlo como divinidad.
Es un niño lindo, con el pecho abierto ante cualquier persona que llora a sus pies y admite lo marchita que está; las lágrimas le parecen tan dulces, tan bellas, que él disfruta ver ese sutil desliz que moja las mejillas.
No ha sufrido hasta el momento, todo es falso en sus orbes de inocente criatura, así que le da igual, porque su corazón parece que no fue hecho para amar, y por ende, fingirá aquello.
Es bueno fingiendo.
Hasta que la conoce a ella y todo su mundo monótono se colma en pintoresco color y mariposas adornando su mente.
Porque Douma ya no es un niño, ha crecido y extrañamente, alguien lo ha marchito sin querer. Es un ángel de colores fríos y sonrisa dulce, le recuerda un poquito a la luna que recorre el manto azulino de la noche, así que no se cansa de verla siempre brillante. Recuerda su voz suavecita, cantando las sonatas más bellas que un ser divino puede emitir.
Su corazón late, mientras observa con ternura como esa herida que lo marca desde que nació va cerrando cálidamente.
Shinobu es quien lo ha curado, como marchito. Pero si es ella está bien.
Pasa el tiempo, deja de ser el niño divino y sacro, convirtiéndose en un hombre de dulzura vil.
Douma ríe, Douma ama, Douma siente.
Douma también sabe que Shinobu lo odia, así parece, y lo acepta (porque sinceramente él se odia, solo que un poquito más)
Shinobu es una mariposa, bella bella mariposa de cristal que se posa en sus manos y esparce colores en su pútrido ser.
Los arcoíris en sus orbes la contemplan con devoción, ya que el chico de tierna sonrisa cree fervientemente que ella es ese pequeño martirio que vale la pena aguantar.
Así que vive amando a Shinobu y sólo a Shinobu.
-Shinobu chan, Shinobu chan~ llama con dulce cántico y sonrisa sutil, acercándose a ella quien parece sonreír a la fuerza. Acaricia sus cabellos, es tan linda y perfecta, tan fácil de romper que... -Shinobu chan, ámame por favor- libera su prisionero suplicio, asiendo que la fémina de orbes amatista niegue con delicadeza y sonría tristemente.
-No quiero.
Algo pasa en su pecho, parece perforarle con violencia y hace que el joven se apoye en la pulcra pared, viéndola siempre marcharse de sus manos. Suspira con cuidado, dejando que los rayos rojizos del ocaso bañen su piel blanca y sanen ese pobre corazón suyo con calidez.
Tose y siente algo frágil salir de sus labios, que desciende con delicadeza y llega a sus manos. Douma parpadea y sonríe, acariciando el blanco pétalo de la flor.
-Ah...mi amor por ti ya se ha quejado, Shinobu chan- susurra triste, aferrándose a esa vil muestra pulcra. Sus labios se tuercen, vuelve a sonreír (sonríe triste, sonríe alegre, sonríe roto siempre)
-Mariposa de mis mil amores ¿por qué me quieres matar?
El cielo parece sangrar.
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-Necesita ayuda, pero para su suerte...- habla el doctor con calma, acomodando los papeles de su escritorio y sonriendo comprensivo -Esta peculiar enfermedad tiene cura, tan solo te sometemos a una cirugía sencilla y exterminamos los pétalos ¿acepta?- pregunta, extendiendo la blanca hoja a sus manos, mientras los ojitos etéreos de Douma miran con asombro aquello, sonriendo con gracia.
-Deseo saber las consecuencias de tal cirugía- se limita a responder, siempre con esa mueca falsa en su rostro de tierna pureza.
-La consecuencia es sencilla, dejarás de amar a esa persona que te tiene tan herido.
-No gracias- responde dulce, parándose de la silla y negando con suavidad -Yo no podría permitir eso, Shinobu chan es un ser que no podría matar.
-¿Se niega aunque aquello termine matándolo? Por favor, retome su decisión, joven Douma.
-No quiero salvación si muere mi amada flor- suelta simple, siempre con tono aterciopelado y sonrisa...Ahh, la sonrisa ya no es bonita, sino marchita.
~Mariposa de cristal, apiádate de este pobre corazón mío~
~Mariposa de cristal, bella y peligrosa, no me obligues a olvidarte...porque no lo haré~
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Los días mueren uno tras otro para volver a nacer, las hojas secas del otoño danzan al compás de la brisa sutil, mientras diminutas lágrimas recorren sus mejillas de suave rosa y en sus manos de hielo alberga una flor completa.
-Es tan bonita- murmura triste, acariciándola con cuidado en demasía para no romperla -Mi flor mariposa, mi bella y dulce flor mariposa- susurra con encanto, y sus labios besan delicadamente aquel castigo blanco que lleva en manos.
El otoño llegará pronto a su fin, Douma recuerda con vagueza ese hecho, mientras canturrea triste para esa flor de fragante nieve, recordando los ojos que lo llevaron a tal martirio.
La ama, eso también recuerda y hace que su corrompido corazoncito lata en frenesí. Sus labios, su cuerpo, su cabello...sus ojos, cada parte de ella es arte inaudito y belleza eviterna.
Sonrisa de luna (amor, ilusión y desespero, en un solo gesto) oh, pobre alma sumida en éxtasis amor.
-Shinobu chan...creo que el invierno me llevará.
~Cielo de cristal...esa bella mariposa reparte piezas rotas sobre mí~
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Los meses pasaron, y él trata de ocultar su pequeña enfermedad de dulce primavera, aunque sus labios sangren y garganta arda.
Sabe que ahora, ya puede vomitar flores enteras, pero ya no hay tierno blanco, sino rojo tétrico, así que sus días están contados.
~Flor mariposa, hermosa mariposa, nada ni nadie te lastimará~
-Shinobu chan...necesito que llames a Shinobu chan por favor- susurra con sangre impregnada en sus labios y desespero en sus ojos, mientras la triste expresión de Kanae hace que sus piernas flaqueen.
-Lo siento...Shinobu ha salido y no creo que la alcances con este clima, por favor, pasa y llamaré al doctor- pide con preocupación la joven de tierno y compasivo mirar, tomándolo del brazo fragilmente.
-No- niega Douma, alejándose de ella y sintiendo la brusca punzada de las raíces creciendo en su interior y perforando sus pulmones -Yo...buscaré a Shinobu chan.
Empieza a correr, lo hace sin prestar atención a los llamados de Kanae y con su impetuoso palpitar.
«Por favor...no quiero morir sin ti»
La copos de nieve caen sobre su piel con frialdad y delicadeza, mientras de sus labios los pétalos teñidos en carmín vuelan con la ráfaga invernal.
-¡Shinobu chan!- pronuncia entre jadeos cansinos y dolor floreciendo en el pecho, viendo como la sangre se derrama y mancha la nieve pura.
Así como la blanca flor que creció en su interior (que perfora su roto corazón)
Sus ojos de idílico color parecen volverse cristal al ver una diminuta figura andar, así que sus pasos avanzan con fuerza para alcanzarla.
Las lágrimas se escurren por sus mejillas, ojalá sean igual de dulces como las pensó alguna vez. Rodea con sus brazos a la chiquilla de amatista mirar y pasiva sonrisa, quien cae ante tal fuerza y observa con total miedo al chico que la abraza y solloza en su pecho con dolor.
-Ámame, por favor, antes de que la flor se apodere de mí, ámame- barbotea en llanto, sintiendo las manos de ella tomar su rostro y sentir ese triste cielo lila sobre él, quien sumido en desesperación une con fuerza sus labios.
Algo se rompe dentro suyo, y aquella flor mariposa crece sin piedad.
-Lo siento...no puedo hacerlo- escucha el roto lamento de ella, quien llora sin compasión y acurruca mejor el frío rostro de Douma en su pecho, mientras lo trata de calmar en sus últimos momentos de vida -No puedo amarte.
Douma sonríe y cierra sus ojos con cariño.
«Al menos pude verla antes de partir» piensa con dulzura, sintiendo las cristalinas lágrimas de Shinobu recorrer su fría piel.
-Si morir por amor es arte...Shinobu chan...hice una obra maestra para ti.
El arcoiris se pierde en las penas del amor dulcemente.
~Aletea dulce mariposa, esparce color en el cadáver y sella sus labios con un beso tardío~
~¡Pero que suaves labios de miel!~
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¡Muchas gracias por leer, los quiero mucho! 🌜🌻
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