ρᥲrtᥱ ᥙᥒo
Había pasado ya un tiempo desde que Kagome comenzó a vivir en la época antigua.
Dejó atrás muchas cosas como su familia para estar con la persona que le abrió su corazón, mentiría si dijera que las cosas que paso antes de la desaparición de la perla de shikon la llevaron a hacer pensar que quizás la lucha por recuperar los fragmentos no era suya, pero siendo la principal causante de tal desgracia, Kagome tomó responsabilidad de sus acciones para vivir una épica aventura con la persona con la que ahora vivía y amigos.
Adaptarse a una época nueva fue difícil, especialmente cuando comenzó a extrañar a su madre, abuelo y hermano menor, pero sabía que no estaba sola porque Inuyasha, sus amigos y la anciana Kaede le brindaron su compañía hasta el final para que no se sintiera triste. Pero aunque su corazón extrañe a su familia, sabía que el pozo no volvería a activarse después de su último viaje que le concedió su regreso tan deseado.
Todas las mañanas solía levantarse muy temprano para comenzar con su rutina de sacerdotisa y recoger yerbas medicinales, ayudar a los enfermos y proteger la aldea donde muchos de sus preciados conocidos vivían. Ahora que la perla de shikon había desaparecido, podían vivir una vida normal y tener aquello que por un tiempo Kagome soñó: una familia.
¿Pero como abrirse y decirle sus deseos a Inuyasha cuando no tenía como expresarlo?
Sango era la única que conocía su deseo, nadie más que ella le aconsejaba lo que debía hacer, pero aunque suene fácil decirlo, para la sacerdotisa era ya difícil abrirse con Inuyasha y no sonar como una... ¿Pervertida?
¿Era siquiera razón para pensar que lo era? Solo quería una familia con el hombre que amaba ¡¿Acaso era mucho pedir?!
⠀⠀⠀─⠀Señorita Kagome...⠀─⠀La dulce voz de Rin la sacó de inmediato de su mente, dándose cuenta que estaba separando mal la hoja del tallo.⠀─⠀¿Se encuentra bien?
Sus mejillas enrojecieron de vergüenza, pero segura asintió para no preocupar de más a la azabache que se había ofrecido a ayudarla para hacer las cosas más rápido.
Había estado así de extraña por dos días desde que vio a Sango con las gemelas paseando por el lugar, su pecho albergo envidia y deseo que distrajo su mente lo suficiente como para hacer las cosas mal, que cuando se daba cuenta, ya era algo tarde para remediarlo. Las yerbas no eran importantes, sería un problema si Inuyasha se entera de su rara forma de actuar.
⠀⠀⠀─⠀¡Señorita!
De pronto la exaltada voz de un niño se escuchó fuera de su cabaña, lentamente la nombrada junto a Rin salieron para ver a un niño completamente exaltado y agitado.
⠀⠀⠀─⠀Mi hermana... ¡Mi hermana nacerá al fin!⠀─⠀Anuncio con algo de emoción, ambas mujeres se miraron entre si unos momentos y salieron corriendo hacía el hogar donde la mujer estaba dando a luz.
Siempre que la anciana Kaede se iba de la aldea con algunos aldeanos, ella tenía la obligación de hacerse cargo de ella hasta que regresará, eso incluía el reabastecer las yerbas medicinales faltantes y ayudar a mujeres en sus partos si se daba la ocasión como en ese momento.
Apenas llegaron los gritos de una mujer se escuchó, Kagome fue la primera en entrar y ver a la mujer en labor mientras su esposo la acompañaba a un lado tomándola de la mano. Rin como asistente le indicó al esposo que se fuera para ellas hacerse cargo, y ya una vez solas, Kagome trajo consigo algunos paños y agua para dar comienzo. No era la primera vez que asistía a un parto, pero si era en el primero que hacía cargo directamente.
Así que, luego de un momento algo difícil y tardío, por fin el llanto de una niña se escuchó para ser de inmediato cubierta por unas mantas y limpiarla con agua antes de ser entregada a su madre que era ayudada por Rin. El sol deslumbró a la azabache y observó como el esposo de la mujer se acercaba, le indicó que entrara y así lo hizo para ver a su esposa a un lado de una muy adormilada niña que hizo sonriera y hasta llorara por el nacimiento tan esperado de su primogénita.
Era curioso para Kagome ver lo feliz que eran las personas al tener un bebé ¿Ella se sentiría igual? Imaginar a Inuyasha cargando a un pequeño ser era más que suficiente para hacerlo, pero ahora, lo que más necesitaba era tomar un baño urgente y cambiarse de ropa. De camino a su hogar, luego de separarse de la menor, no esperó encontrarse con Inuyasha caminando junto al monje Miroku, quien al verla sonrió alzando una de sus manos.
⠀⠀⠀─⠀¿Esta todo bien? Han llegado más temprano de lo que imaginé.⠀─⠀Hablo la fémina con una sonrisa, aunque por dentro aún se moría de vergüenza por lo pensado hace apenas unos momentos.
⠀⠀⠀─⠀Nada de que preocuparse señorita, el demonio que atacaba la aldea era muy débil.⠀─⠀Respondió el monje Miroku, no tardó en despedirse para ir con su esposa e hijos que estaban esperando en su hogar.
Luego de que se despidieran, Kagome emprendió nuevamente la caminata hacía su casa con un Inuyasha bastante molesto por haberse enfrentado a un demonio muy débil. Entendía quizás un poco su molestia, después de todo la motivación del híbrido era enfrentarse a enemigos fuertes ¿Y que tenía ahora? Solo demonios y monstruos débiles atacando aldeas cercanas que con Miroku se encargaban de resolver.
Aunque la realidad era que lo hacían por mantener a su familia a salvo, no solo para revivir el recuerdo y la emoción de una batalla, lo que era evidente que Inuyasha negaba por orgullo. Razón suficiente para que Kagome comenzará a reír de la nada.
⠀⠀⠀─⠀¿Qué? ¿Qué es tan gracioso?⠀─⠀Con algo de molestia Inuyasha preguntó, fijando sus dorados ojos en su aún no amada esposa.
⠀⠀⠀─⠀Nada, nada... solo recordé algo de hace mucho tiempo.
Aquella escasa información hizo que el híbrido alzará una de sus cejas, Inuyasha sabía que la azabache estaba algo extraña desde hace unos días, preguntar no era una opción conociéndola, y ahora se reía de la nada por algo que él desconocía.
Aunque debía admitir que se sentía algo - muy - satisfecho de verla sonreír de nuevo luego de la depresión que la atacó por dejar a su familia del otro lado, solo por él, para estar con él. No crean que no ha sufrido por ella, pero muy en fondo estaba satisfecho de tenerla a su lado. Pensamiento que lo obligó a tomar su mano antes de entrar a su hogar y llamar la atención femenina.
⠀⠀⠀─⠀Deberías descansar un poco, desde que la anciana se fue has estado haciendo mucho⠀─⠀Inuyasha rascó su mejilla desviando la mirada, preocuparse mucho no iba realmente con su estilo.
⠀⠀⠀─⠀No te preocupes, Rin me ha ayudando demasiado.⠀─⠀Menciono ella, enternecida porque se preocupara. Fue al acercarse que plantó un beso sobre su mejilla y hacer sonrojar al albino.
Emprendió camino a buscar ropa limpia, dejando pasmado al de orejas de perro un momento hasta verla alejarse hacía el cuarto que compartían. Su rostro se puso serio de inmediato, como si supiera que algo la ha estado molestando desde ya hace un tiempo.
¿Pero qué?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top