Opción B

Será mejor que me quede agazapada, no quiero alertar problemas... ¿Qué pasa si entro de sopetón y Todoroki se ve amenazado por la situación? Eso sería desastroso... Debo alejarme poco a poco.

– ¡No metas a Aiko en esto! No eres quién de darme órdenes...– escuchaba balbucear a Todoroki al otro lado de la pared.
– Si soy quién... Soy tú padre y harás lo que yo te diga. – la voz del chico bicolor dejó de escucharse, se había alejado del lugar con aquel odio en su corazón. ¿Qué clase de héroe es ese Endeavor? Recordaba las palabras de Todoroki en mi corazón como siempre hacía, su dolor era tan intenso que yo también lo sufría.
No podía evitar sentirme responsable.

Entonces, ¿por qué no lo ayudaste? Supongo que esta es la mejor opción, no enfrentarme a la figura paterna de Todoroki Enji. Empeoraría las cosas.

Al estar tan inmersa en mis pensamientos no me percaté de que los pasos del hombre ígneo se acercaban más y más.
– Mierda...– susurre intentando buscar un escondite. ¡Rápido Aiko!


– ¡Ey, tú! ¿Qué haces aquí?– mierda, mierda, mierda... Piensa algo.

Me giro con rostro pesado.

– ¿Quería algo, señor?
– ¿Quién eres...? Chiquilla– parecía no haberme reconocido con mis cabellos blancos, estaba salvada.

– S-Sólo soy del Curso de Apoyo, me habían mandado revisar un asunto de las cañerías...– dije disimulando un poco renqueante.
– ¿Ah sí? De veras, me suenas bastante, ¿No te he conocido en otro lugar?
– No, señor...

– Además, ¿El Curso de Apoyo? ¿No se supone que debes estar en el Festival?–
Poco a poco mi mentira claramente improvisada se estaba levantando.
– Cierto... Es sólo que, me eliminaron en la primera prueba... Je, je como son las cosas, ¿Cierto?– chasquea la lengua molesto ante mi aclaración.

– Aléjate de mi vista, inferior...– se va con paso firme. En cuanto supo que "me habían eliminado de la prueba" no dudó en tratarme como simple carnaza. Que hombre... Suspiro por la que me había librado, mi pelo volvía a  su color natural.

– Debería volver a las gradas, dentro de poco comenzará la batalla entre Izuku y Todoroki. Querría animarlos.– hablando en voz alta, sin darme cuenta de que no estaba sola en aquellas cuatro paredes del pasillo.

– ¿Sabías que hablar en voz alta es síntoma de egocentrismo?– una voz que había conocido no hace mucho, me volteo sorprendida.

– ¿¡Monoma-kun?!– impresionada, se acercaba a mí con las manos en los bolsillos.
– El mismo, no sabía que a ti también te interesaba el rollo del espionaje... Chica mala.– todas sus palabras con exceso de pomposidad y grandeza. Me avergoncé ya que me había visto escuchar a Todoroki y su padre.

– ¿D-De que hablas? Yo sólo pasaba por aquí...
– No mientas, no tienes porque mentir... Yo no voy a delatar a nadie. Y menos a ti, Toshinori Aiko. La más grande de todas las heroínas de esta Academia. –

Esto se está volviendo un tanto extraño. Solté una mirada seria.
– Déjate esas falsas cortesías, ya te lo dije... Eres del tipo de personas que detesto.
– Pero... Aiko-san, yo no te digo cumplidos burdos... Es lo que realmente creo.– dice ahora sin ningún tipo de duda en su voz.

– No creo que seas el tipo de personas que digas cosas bonitas a los demás.
– ¿Ah, sí?– mirada fija, media sonrisa y ceja arqueada. Realmente tramaba algo. Cada vez estaba más cerca, me iba llevando contra una pared sin darme cuenta. Me sujeta la muñeca con fuerza, llevándome definitivamente contra mi voluntad.

En segundos cambió a una mirada bastante seria. Estábamos demasiado cerca, tan pasional. Dejaba a un lado ese lado perfecto por algo improvisado e inesperado.

– ¿De verdad crees eso?– dice acariciando mi mano blanca y etérea con ternura. De verdad que no me esperaba ese tipo de reacción. 

Alguien nos interrumpió de nuevo, todo eran situaciones de pura casualidad. ¿No?

– ¡Ey! !Tú! ¡Bastardo, estás muerto!– alguien que me sabía muy bien. Bakugō se acerca con gran velocidad y explosiones en sus palmas.– Siempre adelantándose a mí, Deku... Tú Bastardo Copión... E incluso el maldito Mitad Imbécil...

– Katsuki-kun...– digo susurrando, tranquilamente me voy soltando de las garras de Monoma.

– ¿Cómo que "Katsuki-kun"? Tu debes de llamarme de una manera... ¿L-Lo sabes no?– se había enrojecido hasta las orejas.
– ¿U-Una manera... Especial?– pregunto totalmente fuera de la influencia del rubio. El otro rubio ceniza asiente con ojos entrecerrados.
Monoma nos veía como cada vez estábamos más unidos, algo que él nunca tendría. Pero el chico explosión quiso acortar la distancia de una sola manera.

Ahora sí.

– Rey Asesino de las Explosiones, ¿No?...–musité una risa ahogada. – ¿Qué haces?– pregunto extrañada.

– H-Hacerle ver que sólo eres mía... ¡Mi amiga! Eso... Mi amiga.
– Pero, ¿Podré tener otros amigos?– ahora si un poco asustada.

– Sí, pero no como yo.– con ceño fruncido.

– Realmente eres un pedazo de imbécil, Bakugō– dice Neito con aires de grandeza.
– ¿¡Qué has dicho!??
– Os dejo solos, parece que sobro un poco, chao...– se aleja de nosotros con mesura. Había huido ante la situación, yo no quería decírselo de esta manera Bakugō, pero supongo que así terminaron las cosas.

– Vámonos... Idiota.
– S-Sí– accedí a sus órdenes mientras caminábamos.

– ¿Cómo es que siempre llegas en el momento oportuno, Katsuki?
– Porqué te observo, siempre estoy vigilando para que no te metas en ningún lío, Perra Voladora. ¡Mierda!– al principio sus palabras parecían dulces, pero en cuanto más se enrojecía, su personalidad incrementaba más furia de manera exponencial. Acabó pegándome un coscorrón.

– ¡Ay! Duele... Katsuki-kun– yo lastimera.
– ¡Eso te pasa por meterte en líos! Igual que en tu batallas con el Pelo Alcantarilla, ¿Qué es, tu novio?– grita en furia.
– Tú también no... Fue un malentendido, no seas burro.– me mira estupefacto.
– ¿Quién te crees para llamarme así? ¿¡Eh?
– Te llamaré burro las veces que quiera,– echando la lengua con párpados cerrados. Segundos de silencio para que mi risa explotara en toda la estancia.

– Eres rara...– me gira la cara para que no pueda ver su media sonrisa.

Unos minutos pasaron después de toda la insurgencia anterior. Justo antes de llegar a las gradas.

– Katsuki-kun...
– ¿¡Qué?– medio molesto.

– Gracias por cuidar de mí, es realmente significativo por tu parte.– y lo era, pero también para él al juzgar por la situación.

Algo explotó dentro del chico explosivo.














Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top