第二章Dainishō


Aquella noche tenia pensado recorrer la ciudad, había tenido un mes ajetreado, donde casi no había descanso, y donde llegaba el punto en no dormir en días.

Pero el ya estaba acostumbrado, trabajar para la mafia desde los 16, lo hacia una rutina, aunque nunca estará tan feliz de recibir un merecido descanso, después del trabajo sucio.

Sin embargo, dormir no esta en su lista de hoy, quiere de nuevo sentirse lo suficientemente libre esa noche, como para disfrutar de la vista que le ofrecía el recorrido junto a la adrenalina en su motocicleta.

....

termino por tomar un descanso, oculto en un callejón, donde la gente que pasaba solo ignoraba, dejo su motocicleta cerca donde no fuera visible para la gente, pero si para su dueño.

Recorrió tranquilo el camino, mientras buscaba con la mirada, por solidaridad, estar en aquel callejón como en tantos que había recorrido le recordaba su vida en la calle cuando era mas joven, donde su única compañia era un pequeño minino.

pero dadas las circunstancias en que vivía, no logro conservarlo tanto tiempo.

desde que logro recibir su primer sueldo, trataba de hacer lo que en ese tiempo no podía, desgraciadamente termina dando a los gatos a un refugio por qué su trabajo no le permitía darle la suficiente atención que requerían.

Cerca de ahí, entre cajas amontonadas y bolsas de basura, algo se escabuia, algunas ratas salían corriendo tras ser descubiertas, mientras aquella cosa seguía buscando algo de comida en la basura.

Chuya se acerco poco a poco, dándose cuenta de que no era más que un perro de pelaje castaño.

— peludo amigo me vine encontrando ¿No es así....? —intento revisar algún collar en el cuello del perro, este solo lo miraba con sus ojos curioso. — ¿Eres de la calle? — se preguntaba más a si mismo que al perro.

El nuevo peludo amigo que chuya encontró, empezó a olfatear alrededor de el, movía su cola cada que se acercaba más a chuya, y en un acto para demostrar su confianza, se recostó mostrando su estómago, alzaba una de sus patas, indicándole que quería ser rascado.

Chuya casi nunca tuvo alguna interacción con perros, y no es que estos fueran agresivos con el, pero el prefería más acariciar a un gato, al parecer este pequeño ser será la excepción de aquí en adelante.

Chuya ya había tomado una decisión.

— Bienvenido a tu nueva casa —

Le permitió el paso a su nuevo compañero, el otro olfateaba parte de la entrada, serciorandose de si era o no seguro entrar, pero al encontrarse con la mirada de su ahora dueño, se tranquilizó y accedió a entrar.

Desde su perspectiva todo el departamento era grande, demasiado grande, tomo vuelo terminando por recorrer a paso veloz todos los rincones.

Mientras tanto, el pelirrojo, dejaba su saco en el perchero junto a su sombrero.

Chuya ni siquiera tubo tiempo de detenerlo, pero estaba feliz de que al contrario le agradara su departamento.

Decidió tomar asiento en el sofá de la sala, era noche por lo que podía disfrutar de la hermosa vista que le brindaba el lugar.

Sintió un peso extra a un lado suyo, su amigo peludo ya había acabado de dar su tour y ahora descansaba su cabeza en el regazo de el.

— Bienvenido a tu nueva casa.... — no se cansaría de repetirlo las veces que fueran necesarias.

Los minutos pasaron, lentamente, mientras los dos terminaban dormidos.


Los dos primeros capítulos serán los únicos cortos, de aquí en adelante me aseguraré de que serán largos. Porque si.

Olvide por completo está historia y por eso la lenta actualización. ( ╹▽╹ )

Y me voy por qué mi celular no tiene batería.

¡Mañana, nuevo capitulo!
¡Gracias por leer!

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