第3章 Dai 3-shō

Dejando de lado las complicaciones al principio para adaptarse a su pequeño pero para nada invitado, nuevo compañero peludo, termino por acceder a realizar una de las actividades de aquella lista.

°dar un paseo matutino, no mas de 15 minutos.

dio de nuevo una leída rápida a la indicación ¿matutina? eso significa despertar mas temprano, con suerte una hora antes de la jornada de trabajo. rompiendo por completo su rutina, a esas horas estaría descansando de las resacas, no se veía sacando a pasear al enemigo.

su enemigo.

Quiere tirar la hoja, pero seria inútil pues dentro de la caja hay 50 copias mas, por si fuera poco kunikida tomo la desición de dar aquella lista al resto de sus compañeros, para en caso de querer huir o deshacerse del cachorro estar al pendiente.

Aquel ser era la misma representación de un regalo incluido en el cereal, venía la sorpresa y si tenías suerte, algún error en la empaqueteria y te daban uno de más.

Ya que la caja en la que kunikida tenía al cachorro del día de ayer incluía algunos paquetes de comida, correa y hasta un juguete, que no adivina qué forma tiene gracias a las mordidas que el can le ha dado.

Para Dazai ese perro era todo menos una sorpresa, y no le gustaba para nada, si pudiera lo devolvería y hasta demanda hacía

Ya que solo un día llevaba en su casa y ya había rastros de mordidas en los pocos muebles que conservaba, además de que el condenado perro había alcanzado la caja de vendas que dejó olvidada en la mesita de la pequeña sala.

Ahora las estaba recogiendo y se topo con la nota, y por lo que le hecho un vistazo para traernos a dónde estamos actualmente.

— ¡¿Dónde estás mugroso perro?! — grito a la nada y dándose una palmada en la cabeza por estar esperando una respuesta de un perro que lo último que haría es decirte donde está.
Para su sorpresa el señor fancy, salia del baño, caminando con la elegancia en sus cuatro patas, mientras un rastro de papel de baño estaban pegados en una de las patas traseras.

— ¿Que hiciste? ¿Desfilaste en la alfombra del baño?

¿Por qué le seguía haciendo preguntas a un perro?
No lo sabe, pero esta lo suficientemente enojado por los de las vendas que ni se preocupa por eso.

Mueve de un lado a otro su cola, en señal, de que no capta que está siendo "regañado" por su "amo", quien diría que educar a un perro no era tan fácil.

— está bien, está bien, debo recojer esto — refiriendose a la vendas — para después encargarme de esto — intento lanzarle algo, más no tenía nada a la mano, y sus vendas no eran la opción. El perro aún triunfante se marchó de nuevo a otra habitación. — Noooo es mi habitación ¿ A dónde crees que vas?

Por la euforia del momento termino dejando de lado las vendas y caja, para salir corriendo y evitar que el señor fancy, hiciera sus desastres en su habitación.

Chuya se encontraba revisando la barra de notificaciones de su celular, mientras seguía en el sofá, algo incómodo pero no le importaba, su nuevo amigo seguía en los brazos de morfeo, y temía despertarlo, se encontró con mensajes de koyou.

— "recordé la última conversación que tuvimos"... — tal vez era el sueño ya que no lograba recordar exactamente la conversación — "convencí al viejo de darte un mes de descanso"  — el pelirrojo estaba feliz, le venía como anillo al dedo el puente de vacaciones, así aprovecharía para entrenar al canino,  felicidad era tan notoria que sonreía a la pantalla sin darse cuenta.

Reviso la hora de su celular, faltaban 35 minutos para que dieran las siete de la mañana, en cinco se prepara un sandwich simple y saldría a comprar comida para perro.

Y claro, por qué no, sacarlo a pasear aprovechando que (si no lo olvidaba) la veterinaria que logra ubicar iba de paso a un parque de la ciudad.

Cuando dirige su vista al perro, sonríe con amor, y da leves palmaditas en la frente del animal, que cansado despierta lentamente, era como ver a un cachorro recién nacido viendo su nueva vida de ahora en adelante, podía apreciar a más detalle un brillo, especial, en aquellos ojos, un brillo tal vez de esperanza.

— prometo conservar ese brillo — como si el can entendiera, meneaba su cola como respuesta.

Era tarde y lo sabía, pero eso no importaba, tras querer sacar de paseo al señor fancy, subestimo su fuerza, y pensó que caminar a paso lento sería mejor, mataría el tiempo.

Pero al parecer el chihuahua no conocía la tranquilidad de caminar, pues al salir lo único que hacía con Dazai, era forzejear con la correa, sorprendente ya lo había tirado más de una vez, por qué cada que vez que ve algo llamaba la atención.

Se emocionaba y tiraba con fuerzas tomándolo por sorpresa.

— ¿Sabes? ¿Me preguntó como una mini bola de pulgas como tú tiene tanta fuerza? — y ahí iba de nuevo, por extraño que parezca Dazai desde que decidió sacar al perro, se puso a hablar con el, obviamente sabía que esté nunca le respondería o algo así.

Pero se sentía bien, podía hablar cuánto quisiera y el perro no diría nada, a menos que sea intentara jalar de la correa.

Estaban por cruzar una calle, pero el semáforo se marco en rojo.

— ahora que lo pienso, ¿Podré cambiarte el nombre? Es desagradable tener que llamarte "señor fancy" cada que necesito que me pongas atención. — como respuesta los ladridos del perro, comenzaron a intensificarse, para calmarlo jalo de la correa, más el canino seguía ladrando. — oye tranquilo...

Y la correa se rompió, el señor fancy salió corriendo de la vista de Dazai, al querer seguirlo un carro le impido el paso.

— rayos...

Gracias por leer ( ╹▽╹ ) ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top