Y revivimso este blog hablando de Membrillo.

Esta semana, por alguna razón empezé a preguntarme¿Por qué le empecé a caer mal a Membrillo?

Desde el curso pasado le quise preguntar. Le iba a preguntar el último día del curso pasado, pero lo echaron por venir a quinta hora y no tuve oportunidad.

Este curso, también me preguntaron varias veces a lo que yo contestaba "No se, le caigo mal desde siempre"

Así que me propuse preguntarle algún día q lo largo de la semana, cosa que le dije a Martina y a Victoria.

—¿Le preguntó yo? —se ofreció Martina, que va a su clase de Pmar.

—Nha, le pregunto yo. De todos modos no creo que te conteste —le contesté.

—Que va, si suele hablar conmigo.

[...]

—Te va a ignorar —fue lo que me dijo Lucía.

Cosa que, siendo realistas, seguro pasaría. Es algo que me esperaría de él, así que le resté importancia a lo de preguntarle. No lo iba a seguir, porque seguro me ignoraria y sería bastante humillante, si surgía la oportunidad, entonces le preguntaría.

Pero hoy, el recreo en vez de pasarlo con Lucía, Camila y Pingüina, cómo hago normalmente, la pasé con Martina, Victoria y Fundashi.

No me acuerdo cómo, pero al acabar el recreo, surgió el tema.

—¿Le podrías preguntar tú? —le pregunté a Martina.

—¿No le ibas a preguntar? —me devolvió la pregunta.

—Sí, pero seguro me ignorará, así que paso.

—Ya, pero en realidad es porque no tienes ovarios. —dijo Martina para chincharme.

Justo en el orgullo.

—No se dónde está —me excusé —no lo veo por el patio.

—Estará en la clase, ahora subíamos y le preguntas.

—No le voy a preguntar.

Le pregunté a Martina si quería que la acompañarnos, a lo que dijo que vale. Victoria también venía, dijo que iba para ver, pero le dejé claro que no le iba a preguntar.

Ya al subir, no quería entrar a la clase de Pmar, me acabaron arrastrando, me asomé en la puerta, y efectivamente Membrillo estaba en la clase.

Mientras Martina y Victoria se quedaban en la clase de Pmar, yo estaba en el pasillo,

—Mientras estabas dentro, me estaba mentalizando para preguntarle, pero ya que estás aquí

—Venga vamos —me cogió de las manos y me llevó arrastrando.

Ya había entrado a la clase, había muy poca gente, no tenía nada que perder, y así me quitaba algo de encima.

—Oye Membrive —lo llamé, estando detrás suya —¿Te puedo hacer una pregunta?

—¿Que qué? —me preguntó girándose y mirándome.

—Que si te puedo hacer una pregunta —le repetí.

Ya tenía su atención.

—¿Por qué te empezé a caer mal el curso pasado? —uns pregunta corta y sencilla.

Se encogió de hombros tipo como un "no lo sé".

Después se fue alejando de mí, hacercandose a sus amigos, mientras repetía como a la defensiva —¿Que tipo de pregunta es esa?

Yo me lo quedé mirando, esperando a que contestara mi pregunta.

Y cuando llegó hasta su mochila dijo —Porque eres un coñazo —y empezó a repetirlo riendose con sus amigos.

Una respuesta sencilla y estúpida. No le contesté por pura pereza.

—Insistele —me alentó Victoria.

—Paso —le contesté.

—Muy bien, Karina —me dijo Martina acercandose a mí.

—¿Te sientes avergonzada? —me preguntó Victoria agarrándome de los hombros.

—Bueno, eso ha sido decepcionante. —le dije refiriéndome a la respuesta de Membrillo.

Es que encima no tiene puto sentido.

El curso pasado, cuando empezó el curso, cuando me empezó a molestar, no me sabía ni su nombre.

Literalmente lo empezé a llamar Membrillo porque me sonaba de Membri-algo, y pensaba que su nombre, era su apellido.

Ni lo topaba.

Pero no todo es malo.

Al menos he podido preguntarle lo que llevaba queriendo hacer desde hace meses. Le agradezco a Martina por decirme que no tenía ovarios.

Y me sorprende que no me haya ignorado. Algo es algo.

Sentí como si me quitara un peso de encima.

No creo que esa sea la razón, y si esa es la razón, pues vaya puta mierda de razón.

Definitivamente jamás nos vamos a llevar bien.