第十五章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔣𝔦𝔣𝔱𝔢𝔢𝔫🥀❠
➱¡!advertencia: capítulo largo y excesivamente cursi (:
𝐬𝐭𝐚𝐲 𝐰𝐢𝐭𝐡 𝐦𝐞
; Donde los amantes se hallan envueltos en la necesidad de no abandonarse, y se vuelven egoístas...
—¡Ya llegué señorita Emily!...
El ligero tintineo de la campanilla del local, acompañado de la emocionada voz infantil del entusiasmado niño rubio que entró con cierta timidez al lugar, llamó la atención de la mujer que terminaba de servir una gran variedad de postres a sus comensales.
—Falco, que bueno que llegaste, el señor Kruger y Peter están arriba desayunando, ve y come algo cariño, enseguida mi turno acabará, no me demoraré mucho...— le dijo con dulzura y simpleza, acabando de recoger probablemente la última orden que le tocaba.
Falco asintió sonrojado y corrió por las algo incómodas y estrechas escaleras del local, bajo la maternal mirada de Emily quién sonría enternecida.
El rubio caminó por el extenso y oscuro pasillo hasta dar con la cocina de la casa. Con cierta vergüenza, tocó la puerta siendo abierta inmediatamente por el hermano menor de su mentora. Peter le sonrió alegre a Falco halándolo del brazo para invitarlo a comer con ellos.
—Que raro, ¿hoy no fuiste a tu entrenamiento Falco?...— inquirió curioso Peter masticando con la boca abierta, mientras veía a Falco portar ropa común en ves del clásico uniforme de los guerreros.
—No, hoy nos dieron el día libre— respondió, dándole una mordida a la rebanada de pan con mermelada que le había dado su amigo.
—Sería justicia, a ustedes los explotan en exceso...— comentó con cierto desagrado el rubio más joven, pensando en la tortura que seguramente sería convertirse en un guerrero que luchara por y para Marley. De tan solo pensarlo, le generaban nauseas.
—¡¿Peter en serio no piensas unirte nunca a nuestras filas?!— exclamó alarmado Falco, mirando la indiferencia en el rostro de su mejor amigo.—Marley necesita de jóvenes como tú, eres fuerte y muy ágil, perfecto para ser un candidato y obtener la voluntad de un titán cambiante...
—Mi meta no es comerme a una persona para que luego de trece años me toque ser devorado por otro y sentirme orgulloso de eso, ¡yo quiero vivir Falco! y ser libre...— las osadas palabras del pequeño, dejaron atónitos y sorprendidos de distintas formas a los dos presentes, que grabaron aquellas palabras en sus subconscientes.
El castaño, que en todo momento había guardado silencio, decidió intervenir en la pequeña charla que ambos niños tenían.
—¿De casualidad saben a dónde iremos hoy?, oí a Emily mencionar un lugar al que nos llevaría, pero no sé nada al respecto...— preguntó el Señor Kruger, viendo expectante a ambos menores de edad, que al parecer, no sabían que Emily los llevaría de paseo a los tres.
—¿¡Emily nos llevará a una aventura!?— exclamaron ambos niños al mismo tiempo reflejando en sus ojos un adorable brillo de emoción. Emily siempre solía llevarlos de excursión y de paseo por ahí.
Eren los observó sin saber qué comentar, no sabía si había hablado de más y terminó estropeando la sorpresa de la muchacha. Pero cuando justamente a su cerebro se le ocurrió una respuesta. La puerta del comedor fue tocada y tras esta Emily pidió permiso para entrar, esperando una respuesta.
—Hermana, no comprendo como en tu propia casa pides permiso para entrar a una habitación...— se quejó Peter de brazos cruzados, acompañando a su hermana hasta la mesa donde los esperaban el Señor Kruger y Falco.
—De eso se tratan los modales Peter, no solo existen para demostrárselos a los demás, sino para aplicarlos en todas partes...— le explicó sonriente, manteniendo su tranquilo andar y su típica clase elegante y refinada.
Ambos hermanos llegaron junto a los demás disponiéndose a acabar con el desayuno, uno que había sido dejado a medias y otro que ni siquiera había sido empezado.
—¿Emily, no has comido aún?— preguntó Eren viéndola con preocupación, al notar la gran cantidad de comida que la castaña estaba devorando con algo de ansiedad. Aquello le hizo recordar mucho a su amiga Sasha.
Emily se avergonzó al caer en cuenta que estaba siendo grosera, y con un pequeño rubor, negó y terminó de comer con más lentitud. Pero no era su culpa, estar levantado desde las 5 de la mañana preparando postres, no era para nada sencillo.
—¿Emily tu nos...?— Peter inició una interrogante, que rápidamente calló al ver como el señor Kruger le hacía una seña de que guardara silencio, seña que también fue vista por Falco.
Ambos niños entendieron de inmediato, que se trataba de una "sorpresa" que Emily les tenía preparada.
El resto del desayuno transcurrió tranquilo entre una charla de trivialidades y cosas irrelevantes que se le ocurrían principalmente a los dos niños presentes. Mientras que los dos adultos disfrutaban de la felicidad que ambos niños desprendían y la emoción que los envolvía.
Aquellos pequeños momentos hacían que las intenciones de Eren se retractasen por completo.
Ver en persona que aún existía esa inocencia y pureza dentro de algunas personas, lo incitaban a buscar una nueva solución o quizás una vía menos catastrófica como la que pensaba ejecutar. Pero no podía, rápidamente, caía en cuenta que si optaba por la paz recaería en la perdición y destrucción de Eldia, y eso, significaba la muerte de sus seres amados.
꒰•••꒱
El pequeño cuarteto, salió de la repostería despidiéndose de los ancianos que alegres agitaban sus manos en alegoría de un "hasta más tarde".
—Regresaremos dentro en un par de horas, abuelos, ¡no se preocupen por nosotros!...— exclamó Emily agitando su brazo y viendo a sus abuelos con amor.
—Está bien, pero tengan mucho cuidado, en las noches la calle es muy peligrosa...— habló con su típica preocupación la abuela de los hermanos, que se apenaron un poco por la insistente intranquilidad de su abuela. Siempre era así aquella señora.
—¡Sí, sí, sí, abuela, lo que digas!— respondió Peter, corriendo con Falco mientras ambos reían divertidos.
Emily se despidió una última vez de su abuela y soltó un suspiro mirando a su travieso hermano menor, mientras negaba sonriente. Le recordaba demasiado a ella cuando tenía su edad y Percy la cuidaba, regañaba pero la consentía y malcriaba mucho. Lo mismo que hacía ella con él.
—¿Nos vamos?...— preguntó Emily sonriendo dulcemente con los ojos cerrados.
—Nos vamos...— respondió Eren tomando de la mano a Emily con mucha delicadeza.
La castaña abrió sus ojos con sorpresa y dirigió su mirada acaramelada hacia su mano, que era tiernamente en vuelta por la de Eren que era muchísimo más grande que la suya. Emily sonrió nerviosa intentando bajar el delatador rubor de sus mejillas. Pero no era la única sonrojada ahí, Eren se encontraba igual o peor que ella.
Y aquello, era claramente visto por los dos niños que compartieron una sonrisas y miradas cómplices al observar la gran química y la tensión entre la médico y el soldado, que a leguas se les notaba el interés que tenían el uno por el otro.
Falco y Peter, tendrían una gran labor por delante como los cupidos de aquellos dos enamorados, quienes necesitaban un empujoncito nada más.
—Señorita Emily...— llamó Falco a la castaña que iba a un costado del hombre en silla de ruedas. Emily elevó su mirada hacia Falco curiosa por saber qué le preguntaría.—¿a dónde nos va a llevar?— inquirió viéndola con emoción e intriga. Ante aquello Peter se le pegó a su amigo esperando oír la respuesta de su hermana, incluso Eren la veía intrigado esperando su respuesta.
Emily les miró a los tres con una sonrisa pícara, soltando una risita algo escandalosa.
—Ya lo verán...— respondió acomodando la cesta de pícnic que cargaba con su brazo derecho.
Los tres miraron incrédulos a la chica que como toda una dama digna, dirigió sus ojos al camino ignorándolos completamente.
—Pero Emily, no seas tan aburrida, anda, ¿sí?, dinos a dónde vamos...— se quejó suplicante Peter, viéndola con un pequeño pucherito.
A aquel pucherito, se unieron Falco y Eren, que veían esperanzados a Emily por que revelara aquel secreto fugaz. No entendían por qué ella debía mantener bajo aquel manto de misticismo y misterio el lugar donde irían a hacer un pícnic.
La castaña detuvo su paso y dirigió su mirada a los tres con reproche, levantando su ceja en el acto. Los tres individuos con caritas de perro regañado, se asustaron un poco al notar el pequeño enfado fingido por la muchacha, que rápidamente, estalló entre risas por las expresiones de miedo que pusieron los tres.
—¡Oye!, ¿qué es tan gracioso?— habló molesto Peter, sonrojado de la pena, por las burlas de su hermana mayor.
—Hace mucho tiempo que no se reían de mi...— murmuró desconcertado Eren, reviviendo sus recuerdos más felices del pasado en su mente.
Y lo único que pudo hacer Falco, fue ocultar su avergonzado rostro con las manos, pues también se había sonrojado violentamente por la broma de Emily.
—La mayor virtud del ser humano, es la paciencia...— dijo Emily, tomando las manillas de la silla donde iba Eren. Los tres escucharon atentos las palabras suyas, y prefirieron dejar de insistirle pues jamás diría nada.
Todos debían comenzar a practicar la paciencia urgentemente, antes que nada.
—¿Quieres que te ayude a cargar con la cesta?— preguntó Eren girando su rostro para apreciar a la chica tras suyo. Sus caras quedaron bastante cerca, pero ya aquello no les incomodaba. Bueno, la cercanía entre ambos nunca fue incómoda.
—No es necesario "Señor Kruger", yo puedo sola, pero muchas gracias de todas formas...— le respondió amablemente con una gran sonrisa.
El castaño sonrió igualmente y bajó su mirada pensativo.
Ciertamente le resultaba aliviador ver que la personalidad de Emily y su actitud hacía él no había cambiado en lo absoluto y seguía siendo ella misma con él. Quizás la conmoción de ayer fue lo que la hizo actuar así, y no exactamente porque supiera algo. Como inicialmente pensó.
—¿Ocurre algo Eren?— preguntó en un suave susurró la chica, para no llamar la atención de Peter y Falco quienes eran muy cotillas y entrometidos.
—Emily, tranquila... no tienes porque preocuparte por un hombre como yo... estoy muy bien, en serio— dijo con cierta tristeza en su voz, pero disimulándolo todo con una sonrisa pequeña.
Emily sonrió algo incómoda y asintió pensando, que él seguramente estaba sintiéndose mal por lo que ocurriría en un futuro cercano, y eso a ella le afectaba.
Emily odiaba verlo sufrir así. Eren no se merecía eso, él era una víctima más de todo el conflicto entre el mundo y Eldia. Por eso debía actuar rápido para traer la paz al corazón del muchacho y a las mismas personas que pensaban atacar a su pueblo.
꒰•••꒱
Tras una larga caminata y un divertido paseo para llegar hasta a las afueras de Liberio, justamente, hasta la zona donde se entraba a territorio Marleyano. El cuarteto se detuvo ante un imprevisto que no estaba dentro de los planes de la guía del grupo.
Dos policías Marleyanos se pararon ante los cuatro, obstruyendo su ida hacia la zona playera que se hallaba no muy lejos de ahí. Eren se preocupó por lo que sucedería, mientras que Falco y Peter se asustaron quedándose atrás de Emily, quién muy indignada se paró ante los tres de manera protectora.
Los dos sujetos observaron con burla a la dama que les hacía frente y los miraba con disgusto. Ellos, no tenían ni la más remota idea de con quién estaban tratando.
—Disculpe "señorita"...— dijo con mofa el más alto de ambos policías, acercándose de manera provocativa y peligrosa a Emily.
Eren se tensó y pasó de estar preocupado a enojado, aguantando los grandes deseos, que a gritos, le suplicaban que se convirtiera en titán, para asesinar a aquel sujeto asqueroso de la manera más cruel y sádica posible, ¿cómo ese tipo osaba mirar lascivamente a su amada, ante sus narices?.
—Pero a este lado solo se le tiene permitido pasar a Marleyanos y Marleyanos Honorarios... no a escoria como ustedes— le dijo tomándola agresivamente del brazo y levantándola unos cuantos centímetros del suelo. Fijándose que aquella "mujerzuela", como pensó, no portaba el brazalete que la identificaba como una Eldiana cualquiera.
Aquello asustó a los niños que miraron al sujeto con molestia, y descontroló a Eren, quién estuvo a punto de pararse de su silla y partirle el cráneo a aquel sujeto que cruzó la línea al haber tocado con sus manos a Emily, nadie podía tocarla.
Pero fue la acción de la muchacha lo que cortó la tensión del lugar sorprendiendo a todos los presentes y dejándolos asombrados.
El sonido de la palma de Emily azotar con fuerza el rostro del hombre que la agarró de manera grosera, hizo eco en el lugar. Aquella pequeña e indefensa mujer se veía débil, pero su mano se caracterizaba por ser pesada y gracias al ejercicio constante de batir distintos tipos de cremas para sus postres, obtuvo una gran fuerza y fortaleza en sus brazos.
Emily se soltó con elegancia del agarre del hombre y le miró de brazos cruzados. Le había dedicado una mirada llena de obstinación y rencor. Estaba cansada de ser tratada como si fuese una muñeca de trapo o una inútil, su paciencia hacia el maltrato que le dedicaban a ella y a los Eldianos, estaba llegando a su fin para bien o para mal.
—Para su información, señor...— dijo mirándolo con enojo.—tanto mi hermano menor como yo, somos Marleyanos Honorarios y no requerimos del uso del brazalete por nuestra posición...— los dos hombres se tensaron y se miraron preocupados, pensando en qué problema se habían metido.
La chica elevó su ceja y se acercó a ellos ahora de forma amenazante, suspirando agotada de toda la situación. Y pensó rápidamente en una excusa creíble, para hacer pasar al otro lado a sus dos acompañantes, que por desgracia, no ocupaban ese título.
—¡¿Y entonces qué hay de ese sujeto y el otro crío que vienen con usted?!, ¿Cree que solo por ser una Marleyana Honoraria, puede llevar consigo a la gentuza que se le de la gana hacia este lado...?— pero el hombre calló, al ser tomado de la camisa por la pequeña joven, que harta de tanto escándalo, lo hizo temblar del miedo con sus palabras.
—Pertenezco a la familia Tybur, soy Emily Fritz y hago lo que se me plazca... este joven...— señaló a Falco y soltó de la ropa al policía que temblaba del miedo, sintiendo vergüenza por ese arranque irracional de rabia que tuvo.—es un candidato a portador del titán acorazado...— dijo dejando impresionado al sujeto.—y este hombre...— señaló ahora a Eren, pensando en decir algo, de lo que tal vez luego, se arrepentiría, pero realmente deseaba ir a la playa y compartir con los tres.—es mi prometido...— los presentes quedaron atónitos por aquella revelación tan, inesperada.
Pero los únicos llenos de sorpresa verdadera eran Falco, Peter y los policías. Pues Eren, en lo que había visto del futuro, pudo ver este momento, que claramente no le quitaba lo inesperado de las palabras de Emily. Pero no negaría, que había disfrutado mucho oírla decir eso.
Los dos policías retomaron sus posturas y avergonzados se disculparon con Emily y los demás, dándoles el debido permiso de pasar al otro lado, sintiéndose humillados por haber retado a una mujer como aquella, a quién habían hecho enojar.
Imaginando que tal vez mañana amanecerían muertos por su garrafal error.
꒰•••꒱
El resto de la corta caminata hacía el destino de los cuatro, transcurrió en silencio, nadie había preguntado, ni dicho nada. Ni Falco, ni Peter se atrevieron a preguntarle a Emily sobre el supuesto compromiso entre ella y el "Sr. Kruger", obviamente había algo extraño entre los dos, pero nunca se imaginaron que podía haberse tratado de algo como eso.
Mientras tanto, Emily caminaba algo apartada de los tres, reflexionando por lo sucedido minutos atrás, se sentía mal y apenada por haber actuado así. Pero estaba demasiado tensa y simplemente explotó. No pudo evitarlo, y se arrepentía profundamente de eso, quizás luego iría con aquellos sujetos, en especial con él que trató mal y se disculparía con ellos por su falta de ubicación y principios.
—No te sientas mal por eso Emily...— la tranquila voz de Eren, sacó a Emily de sus pensamientos que la tenían cautiva en el arrepentimiento.
Con aquello, Eren pudo confirmar que Emily, definitivamente no era una persona que había nacido para enfrentarse a otros como lo suponía, ella era demasiado sensible y el pesar en ella, no la dejaría en paz hasta que no enmendara su error.
—Eren...— susurró en un hilo de voz.
—Ese sujeto se lo buscó... tu solo reaccionaste con toda la razón, no hiciste algo malo ni tienes porque sentir culpa...— dijo relajado y sin arrepentimiento en su voz.
—Cada vez... me doy cuenta de lo diferentes que somos Eren...— la mirada apagada de la chica lo miró fijamente.—yo... no creo, y nunca creeré que la violencia y el terror sean una solución...— comentó entristecida.
—Lo sé...— respondió él con una sonrisa, haciendo una larga pausa.—por eso no quiero que cambies nunca Emily... no quiero que seas como yo...— Eren se acercó a Emily, tomando sus manos con necesidad y la miró con compresión.—Yo tampoco creo que esa sea la solución más amigable, pero cuando quieres proteger a quienes amas, debes tomar una decisión, o son ellos o son los demás...— finalizó, acercando a Emily para abrazarla.
Eren no sabía por qué, pero sentía la gran necesidad de abrazar a Emily y consolarla. No podía dejarla sufrir en silencio. Él quería ser la persona en que ella dejara reposar su sueños, y con quién abandonara sus miedos. Él quería ser la persona que la protegiera del mundo. Él quería ser todo para ella.
Emily se abrazó cálidamente con Eren, transmitiéndose entre los dos, todo el amor que habían generado por el otro.
Ellos se amaban, pero habían ciertas cosas que detenían su confesión y huir cual amantes prohibidos de ahí, y perderse en algún lugar de los confines del gran mundo que los rodeaba, donde serían libres de amarse por la eternidad.
—Falco... creo que ellos se aman en verdad...— dijo Peter viendo a su mejor amigo, quién miraba con ternura aquella escena entre el "Señor Kruger" y Emily.
—Yo también creo lo mismo Peter...— dijo feliz, pero rápidamente su mente recordó algo, o mejor dicho, a alguien.—pero, ¿qué hay del vice comandante Reiner?...— preguntó el niño preocupado por él rubio. Él sabía que Reiner pensaba pedirle matrimonio a Emily.
—No lo sé Falco... pero solo sé, que si Emily es feliz con ese sujeto... lo aceptaré, hace mucho no veía a Emily sonreír como lo hace ahora... es como si... una parte de ella hubiese vuelto a la vida Falco... no quiero que ella deje de ser feliz...— le dijo mirándolo decidido ante sus palabras.
—Lo que dices es verdad, ella se nota mucho más alegre, pero es como una felicidad distinta... y eso es bonito...— coincidió el rubio mirando a la pareja e imaginando, algún día corresponderle a la chica de sus sueños.—oye Peter, cuando lleguemos, deberíamos darles espacio... ya sabes— comentó guiñándole un ojo a su rubio amigo quién asintió de acuerdo.
El grupo continuó de recorrer el poco tramo que les faltaba, para llegar a la costa de la playa, donde harían su pícnic y pasarían el resto del día.
꒰•••꒱
—¡Ven aquí Peter!...¡Regresa con mi tartaleta!— exclamó Falco, corriendo en la orilla de la playa con cuidado de no mojarse con el agua, entre tanto, perseguía a Peter quién había tomado su tartaleta de fresas con chocolate.
—¡Nunca!— corrió el rubio salpicando agua en el rostro de su amigo.
Ambos niños rieron divertidos, lanzándose a jugar con el agua y corretear entre las pequeñas oleadas de fría agua salada, que traía la fresca brisa veraniega a la costa. Era un día algo nublado, pero el cielo se mantenía sereno y no daba indicios de la aproximación de alguna tormenta.
—¡Niños, tengan cuidado!— exigió Emily, observándolos preocupada por el alborto que tenían.
La castaña se hallaba sentada a un lado de Eren, sobre una gran manta de cuadros rojizos. Donde tranquilamente, pintaba con acuarelas el pintoresco cielo con toda la calma del mundo, mientras era observada por los ojos turquesa de Eren.
Quién curioso, miraba como la chica plasmaba aquel paisaje oceánico en el papel de su cuaderno de dibujos. Le parecía maravilloso y admirable, el talento que tenía la chica para la pintura y el dibujo.
—Es muy hermoso...— dijo Eren, viendo con detenimiento, el panorama marino pintado entre matices azules.
Emily sonrió feliz por el halago y en un impulso emocional, se acercó al muchacho a su costado y plasmó un corto, pero tierno beso, en su mejilla.
Eren se quedó quieto en su lugar ruborizándose. Su corazón se aceleró y sus sentimientos a flor de piel controlaron sus acciones y su cerebro que, ya no pensaba con la claridad de siempre. Ahora podía comprender mejor a Reiner.
—Sabes Eren, dibujarte sería complicado...— comento Emily dejando su pincel a un lado, para mirar con más atención al castaño.
Eren la miró confundido por sus palabras.
—¿Por qué lo sería?— inquirió curioso y algo confundido.
—Porque recrear el bonito color de tus ojos, no sería fácil...— reveló con una sonrisa dulce.—tus ojos tienen un color especial y particular, no sé si son turquesa o cían, aveces se ven verdes y otras veces parecen azules...— Emily dirigió sus ojos a los de Eren conectándolos.
Eren se acercó esta vez a Emily, incapaz de controlar sus impulsos, anhelando besarla una vez más. Pero en ves de eso, pronunció sutilmente unas palabras en el oído de la chica con ternura. Palabras, que traerían consecuencias, consigo.
—Emily...— Eren la miro con amor, su mirada no era triste, más bien, una chispa de deseo se reflejaba en ellos.—quédate conmigo...— le pidió con dulzura, en una clara declaración y confesión del inmenso amor, que había generado por ella.
Y es que como no iba a ser capaz de amarla, si ella se había convertido en la esperanza y la luz que iluminaba su oscuro sendero.
Emily se quedó muda por la declaración tan inesperada. Se sentía insegura sobre qué responder. Lo que ella dijera, marcaría el hoy y el mañana. Así que simplemente decidió ser sincera y dejar de ocultarse en mentiras por miedo.
—Eren, ¿qué soy para ti?...— contraatacó con una pregunta que tomó por sorpresa al castaño, pero que él tenía más que claro en su vida.
—Eres la chica de la que me enamoré Emily... y con quien deseo... pasar mis últimos días de vida...— respondió sincero Eren, haciendo caso omiso a la expresión de impresión en Emily.
Y entonces, nuevamente juntaron sus labios en un suave beso, que sellaría todo el destino y le daría el giro de trama a la historia ya contada. Cambio, que podía acabar estando a favor o encontrar de los amantes. Quizás las estrellas y los astros esta vez, se apiadarían de ellos variando el transcurso de todo. O quizás no.
𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑟𝑎́...
❪❥po'favo' que alguien me traiga un odontólogo, que se me están cayendo los dientes por las caries de tanta azúcar, diomio... Ok no, saliendo de broma, espero que hallan disfrutado de este cap algo extenso, pero tómenlo como un tesito para relajarnos /antes de lo que se viene/ y, un agradecimiento por las casi 1K lecturas, enserio, muchas gracias a todos y a todas por leer esta historia y apoyarla, se les aprecia mucho, muchito, xoxo˙˚ଘo(∗ ❛ั ᵕ ❛ั )੭່˙"♡. Att: Kou...❫
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