𝐝𝐨𝐧❜𝐭 𝐥𝐞𝐚𝐯𝐞 𝐦𝐞❟ 𝐥𝐨𝐯𝐢𝐧𝐠 𝐲𝐨𝐮
; Donde el demonio delira de amor...
Bajo el cielo de media noche, que ansioso esperaba que la cautelosa lluvia que caía con sigilo, se avivara más, Eren vagaba en busca de aquella joven que complicaba su existencia. Necesitaba encontrarla cuanto antes y acabar con el suplicio que lo tenía bajo sentencia.
La adrenalina recorría el cuerpo del muchacho y la filosa ventisca fría que atravesaba su cuerpo como pequeñas agujas, lo torturaba. Sus pulmones se llenaban del helado aire que despedía la atmósfera y sus ojos hinchados e irritados por la acidez de las gotas de de lluvia, lo hacían perder la vista momentáneamente.
La húmeda y densa neblina, arropaba las calles nocturnas volviendo todo más lúgubre y asfixiante. Pero la mente de Eren no se hallaba centrada en el terror que una persona normal debería de sentir en esa situación.
No. Su mente divagaba al rededor de Emily Fritz y lo mísera que ha sido, es y seguirá siendo su vida. ¿Qué clase de maldición tan desdichada condenaba su vida así?. ¿Por qué a él?. ¿Por qué él?.
—¡Maldición!...— exclamó Eren harto ya de tener que cargar con tal responsabilidad sobre sus hombros. El joven azotó su puño con ímpetu contra la negra pared del callejón por el que pasaba, en su arranque de ira que lo estaba llevando directo hacía la locura.
Sus nudillos se habían herido profundamente por el fuerte golpe, fluyendo de estos, su rojiza y saturada sangre, que emitía aquel aroma metálico que aborrecía y lo hacía recordar a todos, los que con el tiempo, ha ido perdiendo poco a poco.
Su herida seguía sangrando, mientras que su poder maldito ejercía sobre ella, aquella horrible capacidad para regenerarse.
Entonces Eren observó toda su sangre.
Aquella sangre que se había derramado una y otra y otra vez, en un sin fin de oportunidades peleando y peleando hasta ya no dar más, hasta que sus fuerzas se agotaran, hasta que su respiración se trancara y su corazón se detuviera, hasta que su alma quedara completamente destrozada en mil pedazos y hasta que la muerte lo derrotara.
Pero él ya no podía más. Ya no podía seguir, estaba cansado.
No se suponía que debía sentirse así, no ahora. Sin embargo a Eren le costaba no sufrir y más, al tener que hacerlo todo en silencio y sobre eso, herir a quienes amaba tan cruelmente. ¿Qué clase de vida infernal era esa?.
Todo ese dolor lo estaba consumiendo velozmente.
En las visiones se veía menos doloroso, incluso sencillo. Ahora no comprendía por qué se le complicaba tanto seguir fingiendo ser el héroe y el villano de la historia. ¿Sería por ella?. ¿Sería por Emily, que él estaba volviendo a ser el mismo chico débil y sentimental de antes?. Tal vez sí, o tal vez no.
Pero que más daba. Si un demonio bañado en sangre como él, jamás hubiera logrado, por poco que sea, estar junto a un ángel tan puro e inocente como lo era Emily.
Quizás sea esa, la razón por la que él acabó cayendo ante sus pies enamorado y hechizado de amor. Porque ella tenía aquello que él necesitaba y tanto anhelaba tener. Y no era esa libertad que lo tenía obsesionado. Sino, aquella inocencia escasa en el mundo y esa paz que sin esfuerzo alguno, lograba transmitirle. Y eso era más que suficiente para él y sentirse feliz.
Sin contar el conjunto de aspectos que la conformaban y la hacía ante sus ojos, la chica perfecta para él.
Eren sonrió inconscientemente al pensar en Emily, y un brillo distintivo iluminó sus ojos vacíos, haciéndoles recobrar esa vida que hace tiempo fue arrebatada con tanta severidad. Sus mejillas sutilmente ruborizadas eran empapadas por el rocío generado por la humedad, mezclado ligeramente con sus cristalinas lágrimas ocultas ágilmente por su transparencia.
—¡Pelea Eren!, ¡Pelea!, ¡Pelea!...— se gritaba así mismo eufórico, cerrando sus ojos con intensa ira.—pelea... pelea... pelea por Emily...— susurró en agudo hilo de voz, sintiendo como su cuerpo y alma se relajaban al pensar ella.
El castaño abrió sus ojos con asombro al notar lo que había dicho. Era la primera vez, que mencionaba a Emily junto aquellas palabras, con las que lograba motivarse a no rendirse jamás.
—¿Eren?...— la dulce voz de Emily sonó tras suyo.— Eren, ¿qué te pasa?, ¿por qué estás aquí solo mojándote?, te dará un resfriado...
Eren volteó inmediatamente con desesperación. Las pupilas de sus fríos ojos se comenzaron a dilatar al ver a Emily parada ante él y una bonita sensación de calidez se posó en su corazón con amor.
¿Cómo aquello era posible?. Si en estos momentos ella, debería estar a punto de encontrarse con Reiner. Demonios, Reiner.
Un oleaje de furor empañó ahora su corazón por los celos y odio, con sólo imaginar que Reiner la mirara o si quiera rozara sus manos con las de ella. Ella era suya, oh bueno, aquella era su aspiración personal e íntima, ¿¡pero, diablos qué le estaba pasando!?.
—Eren... ¿por qué lloras?...— preguntó nuevamente Emily, siendo tomada con exasperación por los brazos de Eren.
El muchacho envolvió en un cálido abrazo a su amada, sintiendo como ella se acurrucaba en su pecho con ternura.
El joven escondió su rostro en el cuello de la chica que seguía manteniendo en su cara, una expresión de dulce felicidad. La respiración de Eren se hallaba acelerada, sentía que el aliento le faltaba y le daría un ataque a su corazón.
—Eres cálido como un osito Eren...— comentó la chica en un suave tono bajo. Solo a ella se le ocurriría decir algo semejante. Nadie le había dicho eso a él nunca ni se atrevería tampoco.
Eren elevó su mirada buscando la de Emily y cuando se percató, ya no había nadie ahí. Estaba solo, y la friolenta y salvaje lluvia seguía golpeando su alma con furia, apartando toda la calidez que por instantes, sintió.
Claro, aquello había sido obra de su desesperada imaginación, hambrienta de la compañía de su pequeña felicidad. Que idiota era.
—No me has dicho todavía por qué estabas llorando, Eren Jaeger— escuchó nuevamente la linda pero algo chillona voz de Emily a sus espaldas.
Eren se giró y la vio parada con sus cejas fruncidas, sus brazos cruzados y un tierno puchero que adornaba su expresión facial. Eren solo se tomó la molestia de sonreír con amor, le era imposible no sonreír así por ella, era como un instinto natural que dictaminaba su corazón.
—Es que...— su voz se hallaba completamente entrecortada y ronca, por lo que prefirió guardar silencio mejor, le avergonzaba hablar con ese tono que demostraba su absurda debilidad.
Lo que parecía ser una ilusión de Emily creada por su mente, se arrimó a él tomando su rostro entre sus pequeñas manos. Eren la miró atento sintiendo el suave tacto de sus manos, aquello se sentía tan real, realmente estaba completamente loco.
La chica sonrió y amorosamente pasó sus pulgares limpiando las lágrimas de sus ojos y mejillas.
—Enserio, eres tan tontito a veces Eren... vamos, sé honesto conmigo y cuéntame qué te pasa...— le pidió amablemente.
Eren respiró profundamente y soltó un largo suspiro que reflejaba lo cansado que estaba. Con miedo a que ella nuevamente desapareciera, Eren colocó sus manos sobre las de Emily y se dispuso a contestarle o hacer el intento de.
—Estoy cansado de todo Emily, yo...
—Tu...— la chica imitó la forma alargada en que pronunció la palabra.
—Quiero huir del destino... quiero huir junto a ti...
La chica sonrió con tristeza y acercó al joven a los labios suyos, con la intensión de darle un beso que nunca llegó, pues se detuvo en seco.
—Pero no puedes, ¿cierto?...
Eren negó lleno de dolor, al pensar en cómo Emily se sentiría al leer la carta que le dejó con su hermano. Sólo habían dos posibles situaciones, primero, que ella se diera cuenta, por fin, y aceptara de una vez por todas que ellos nunca estarían juntos, no importa qué haga y lo deje ir, y en segundo lugar, lo mismo, solo que en este caso, ella no se daría por vencida y movería cielo y tierra hasta conseguir la libertad de ambos.
No obstante, sea cual sea la posibilidad que se cumpliera, él sufriría tanto como ella, ya que la muerte era la única que sacaba provecho de ambas posibilidades; La conocida muerte de él, la posible muerte de Emily, o la muerte de ambos. Y al final quién ganaba ella era. ¿Acaso había una manera de engañar a la muerte?.
Y sin darse cuenta, ni querer aceptarlo. Ellos dos eran prisioneros del destino.
Para cuando Eren se percató de su alrededor y dejó de divagar entre sus pensamientos. El espectro de Emily se hallaba consolándolo sobre su hombro, mientras pasaba su mano sobre su espalda encorvada y tarareaba una tierna y familiar melodía, una melodía que su memoria era capaz de reconocer.
En consecuencia, Eren viajó en sus recuerdos, yendo a su infancia, justamente, el día en que lo perdió todo y obtuvo aquella maldición que lo tenía sometido bajo las alas de la muerte. Y recordó. Recordó aquella melodía que en el momento, en que había obtenido al titan fundador y perdido a su padre, se imaginó a su madre abrazándolo y arrullándolo con aquella melodía mientras le decía que jamás dejara de pelear.
¿Pero cómo era posible que Emily supiera eso, o, su mente sólo lo había proyectado en ella al ser una ilusión mental?.
Eren se separó de ella de inmediato, dispuesto a preguntar de dónde conocía aquella melodía. Se veía tonto. Pero una de las cosas que había aprendido con el tiempo, es que en ese mundo las cosas no eran así solo por que sí, sino que siempre había una razón oculta tras ellas.
—Entiendo...— susurró la chica, para soltar una carcajada y salir corriendo por uno de los callejones del lugar.—¡no podrás atraparme...!— exclamó juguetona mientras correteaba.
Eren se extrañó con aquella acción e hizo el intento de ir tras ella. Pero le costaba mucho. Cada vez que estaba a punto de tomarla de la mano, ella se largaba a correr. ¿A dónde lo estaba dirigiendo?. Y todavía más, ¿por qué razón la seguía?. No lo sabía, pero algo en su corazón y mente le decían que lo hiciera.
—¿Emily?...— habló Eren caminando hacia una pequeña placita y así, la vio a ella.
A la autentica y verdadera Emily Fritz, sentada junto a Reiner Braun. Se veía conmocionada y conmovida por algo que quizás le dijo o confesó el rubio a su lado.
Eren cambió su expresión de confusión, por una de rabia y enojo. Por más que él supiese y aceptase, que Reiner era mejor para Emily que él mismo. Aquello no quitaba que sintiera celos de ese hombre. ¿Por qué Reiner y no él?.
En aquel momento, Eren observó que Emily tomó las manos de Reiner y se dispuso a darle la contestación de, seguramente, bonitas palabras o un discurso de amor. Así que se acercó cauteloso y observó atentamente a la "pareja", en espera de lo que seguiría siendo aquella escena sacada de una novela rosa. Quizás al oír las palabras de Emily, liberaría a su alma de aquel amor imposible del que no podía ni deseaba escapar.
Pero al contrario de lo que él pensó. Sólo, consiguió someterlo más ante su amor por ella.
─Yo también te amo... y ahora, más que nunca estoy totalmente segura de eso Reiner... pero no de la misma manera que tú lo haces por mi...─dijo Emily.─también cometí mis errores, y no te imaginas, como me arrepiento tanto de oír primero a mi corazón antes que a mi cerebro... quien, debería disculparse aquí realmente debería ser yo, no tú... y lamento... no poder corresponderte, yo realmente desearía hacerlo... pero si lo hago nos terminaré lastimando...
Eren sentía el nudo en su garganta formarse y una sanación dolorosa, ejercía una rara presión en su pecho, exactamente en la parta donde debería hallarse su corazón. Sus ojos rojizos se cristalizaron nuevamente, y con fuerza para retener sus impulsos de correr hacía ella y huir juntos, apretó sus puños hasta herirse las palmas de sus manos.
─¿Por... qué?─ se cuestionó con la voz entrecortada, desgarrando su garganta y su rota alma. No lo comprendía, no lograba entender nada. ¿Por qué ella era así?.─él no te lastimará como yo sí lo haría... entiéndelo de un vez... todas las personas que me importan mueren... y no quiero que tú seas uno de esos cadáveres con los que debo cargar... yo... no lo soportaría...
Detrás de él castaño, se hallaba su hermano mayor contemplando toda la escena que tras la cena de la noche anterior, se imaginó que ocurriría. Él se había enterado muy tarde para actuar con tiempo.
─Te amo, Emily... y cuando llegue el día en que tenga que morir, yo te seguiré amando siempre, en esta y en las próximas vidas... aquí y ahora, en la eternidad y en el infierno...
La lluvia siguió cayendo cautelosa, hasta que agarró fuerza y se transformó en una impetuosa precipitación. Eren elevó su mirada escarlata al triste cielo nublado y oscuro. Sintiendo claramente las pequeñas gotas de lluvia caer y rozar contra su rostro, hasta que se detuvieron y se fijó en que un negro paraguas, lo cubría.
─Eres realmente bueno mintiendo Eren...─ dijo una voz tras suyo. Sabía que era Zeke, hace rato había percibido el característico aroma de los cigarrillos que él fuma.
La expresión de Eren se notaba vacía y aburrida, como se había convertido luego de vivir sumergido en miseria y tristeza. Tenía que mostrarse así con Zeke, aunque al parecer ya era demasiado tarde para ocultar lo evidente ante el rubio.
─¿A qué te refieres?─ le preguntó con fastidio.
─Pero te cuesta mentirle a ella, es a la única que no has logrado ahuyentar con tu personalidad tan "amistosa"...─ siguió hablando el rubio causando que su hermano se tensara ante sus palabras, Zeke al ver su reacción soltó una sonora carcajada y continuó.─hay hermanito, ¿realmente crees que soy tan tonto?, te enamoraste... estás, enamorado de ella, ¿no es así?
Eren ignoró su pregunta, mirando las pequeñas margaritas que adornaban esa parte de la plaza y tomó una muy pequeñita que captó su atención en específico. Le recordaba a ella.
─Eren, deja de mentirte... tú amas a Emily, durante todo el año que ustedes compartieron, te fuiste enamorando poco a poco de ella...
─Ya te dije que a quién...
─Amas es a Mikasa...─ le interrumpió.─lo sé, sé que la amas, naturalmente, es prácticamente tu hermana...─ Zeke le dio una calada a su cigarrillo y suspiró.─así como ella te ama de la misma forma; como su familia...─ el rubio miró directo a su hermano, se notaba tenso.─pero a Emily... la amas de otra forma, la ves distinto que a Mikasa y cualquier otra chica que hallas conocido, porque la ves como una mujer, no como tu hermana o una mejor amiga... nunca la sentiste ni la viste de esa manera y lo sabes...
Eren se hartó de oír a su hermano decir tonterías y lo tomó del borde de la gabardina que traía y lo atrajo a él, amenazadoramente. El rubio solo sonreía satisfecho al comprobar lo obvio, aquella actitud tan impulsiva y feroz que su hermano simulaba haber perdido, aún seguía ahí. Ella había encendido aquella llama apagada en el corazón de su hermano.
─Solo te aconsejo, hermanito, que no te metas en este asunto, lo que sienta o no por Emily es problema mío, ni tú ni nadie tienen por qué inmiscuirse en lo que a mi concierne...─ dijo irritado y soltando con brusquedad el borde de su gabardina.
─Si me dijeras la verdad, intentaría ayudarte o mejor dicho, ayudarlos... pero conociéndote, me imagino bien qué planeas hacer con ella...─ comentó Zeke caminando hacía la dirección en que Emily se había marchado.─¿por qué no hablamos con ella?, y lo aclaramos mejor...
─¡Detente!─ exclamó Eren tomando a Zeke del brazo.─de nada servirá hablar con Emily... ella, es una persona poco sensata a la hora de tomar una decisión que tenga que ver con su bien personal...
─Veo que te tomaste el tiempo suficiente para conocerla bien...─ susurró Zeke recibiendo una mala mirada de Eren.─tranquilo, tranquilo... me imagino que piensas que quiero separarlos o algo así...─ dijo, haciendo que su hermano le viera desconfiado.─pero yo también... amo a alguien aunque no lo creas, ni yo mismo puedo creerlo...─ Eren abrió sus ojos asombrado al ver la sonrisa de estúpido que tenía Zeke.
─¿La amiga de Emily?...─ le preguntó al recordar a aquella escandalosa chica de cabello castaño cobrizo, que era mejor amiga de su amada.
Zeke soltó un largo suspiro de enamorado.
─Es estúpidamente encantadora, pero tiene un lado vastante violento y cautivador...─ contó perdido en los recuerdos que su mente traía de Lizzy y su bonito cabello cobrizo.
Eren le miró extrañado. Ver a su hermano así era algo completamente nuevo para él, jamás había visto o imaginado que existía una faceta de Zeke enamorado.
─Veo que los dos estamos en la misma situación...─ murmuró desganado Eren viendo a lo lejos, la figura de Emily caminar bajo la lluvia.
Zeke le miró por unos instantes y apoyó su mano sobre el hombro de su hermano. Realmente no deseaba verlo sufrir así, porque él mismo sabía cómo se sentía aquello.
─¿Sabes?─ llamó su atención mirando también a su prima.─la noche pasada... cuando te dije que Emily jamás se fijaría en ti... lo dije con la intensión de protegerlos─ Eren le miró atónito, ¿Zeke preocupándose por él?.─sabía que ambos podían acabar gustándose, ustedes son diferentes, pero de cierto modo se complementan... el problema fue que, no me había dado cuenta, que ustedes dos ya estaban enamorados, ya era demasiado tarde, pero me imagino que igual, hubiese sido inevitable aquella conexión entre los dos... es como si algo los conectara... me resulta inexplicable...
Eren se quedó pasmado y sorprendido por lo que Zeke le reveló. No supo que decir, ni qué responderle. Se quedó pensando en sus palabras, analizando y dándole vueltas al asunto mientras juntos aguardaban el camino de Emily a la distancia. Quizás, era verdad, y ellos estaban hechos el uno para el otro.
─Por cierto Eren...
─¿Si?
─Ya hice lo que me pediste...
─Gracias...─ le respondió con una sonrisa melancólica.
Su sueño, había llegado a su fin ese frió día de verano.
•••
Emily salió con cuidado de la tina y envolvió su cuerpo en una gran bata de baño. Cuidadosamente, acomodó lo que desordenó y ordenó sus pertenencias. La castaña tomó su pijama y en una mirada rápida que le dio al aparador, vio junto al candelabro que aún seguía encendido, los restos incinerados de la carta que le había escrito Eren, donde dejaba en claro sus sentimientos e intenciones.
Pero eso no fué lo que la sorprendió realmente, lo verdaderamente enigmático y paradójico, era aquella pequeña margarita que adornaba la superficie marfil del mueble, que desentonaba con todo, pues ella jamás trajo consigo flores.
Tímida, Emily extendió su mano izquierda hacia la flor para tomarla. Al tocarla, su cuerpo se estremeció y un extraño mareo leve la hizo perder el sentido durante segundos. Era él. Él había tocado aquella flor y dejado ahí. Aquella, era misma sensación que sintió cuando conoció a Eren y tomó su mano por primera vez, era la misma sensación.
─Eren...─ susurró la chica acerando a su rostro la pequeña flor, viéndola detenidamente.─¿por qué nos haces esto?...
La joven abandonó el lugar dirigiéndose ahora a su habitación, donde se puso su cómoda bata llena de bordados y encajes. La joven salió de ahí descalza, caminando hacía donde su hermano había acordado esperarla, la biblioteca.
Emily caminó bajo la oscuridad de la casa, en extremo silencio hasta llegar a la última habitación del tercer piso. Luego, subió las cortas y empinadas escaleras que llevaban a la puerta del sótano que fue transformado en biblioteca por su abuelo.
Ahí se hallaba Peter sentado leyendo tranquilamente un cuento infantil. El niño dirigió su vista a su hermana y le sonrió. La joven le devolvió el gesto y se sentó en el mueble contrario al que su hermano se sentaba.
Emily posó sus codos contra la mesita redonda que los separaba y juntó sus manos en un extraño gesto.
─Entonces... ¿él llegó y dijo que vendría mañana?...─ preguntó fijando su vista es su te con leche tibio.
Peter tomó su tacita y le dio un corto y ligero sorbo a su bebida.
─Mañana a las a las tres en punto, quería esperar que regresáramos hoy, pero tenía asuntos que atender y por lo visto lo que desea conversar contigo es muy serio... según mamá, él te propondrá algo de mucha importancia...─ contó Peter bajando su mirada con cierta preocupación, por "eso tan importante" que aquella persona deseaba conversar con Emily.
─¿Lo aceptaras Emily?, ¿Aceptaras esa propuesta a pesar de que...?
─Sí Peter...─ respondió Emily observando la pequeña farola y el fuego que se avivaba en su interior.─esta es nuestra mayor oportunidad y no podemos desperdiciar tal regalo de los cielos, si no actuamos ahora, el mundo estará perdido...
Le contesto segura de sus palabras. Peter por su parte asintió comprendiendo todo.
─¿Crees que eso le moleste al abuelo?...─ inquirió preocupado.
─No, porque él mismo ha estado esperando que llegue este día...─ le reveló, parándose de su asiento y acercándose a él.
─¿Qué pasa Emily?...─ le preguntó intranquilo.
─Si deseo salvar este mundo como Percy lo quería, necesitaré ayuda...─ dijo sintiendo mucho arrepentimiento por lo que haría.
─¿Percy?, ¿quién es Percy?...─ inquirió confundido Peter.
─Ya lo sabrás mi pequeño, ya lo sabrás...
Y Emily se acercó a su hermano envolviéndolo en un abrazo cálido y maternal.
─Por favor, no te enojes ni resientas por lo que te enseñaré...─ murmuró la chica para apoyar sus labios en la frente de su hermano. Peter abrió sus ojos y se desmayó inmediatamente entre los brazos de Emily.─si yo tampoco logro acabar con esta misión, necesitaré que alguien más continué con este legado...
Emily acarició las hebras rubias de su hermano con tristeza, ahora, ella comprendía lo mal que su hermano mayor debió de sentirse al él, encargarle tal labor. Pero si ella no lograba realizar su cometido con éxito, necesitaba un sucesor que sí pudiera con ello. Y Peter era él único.
─Realmente me esforzaré y daré todo de mi... para que no tengas que seguir con este horrible destino, Peter.... y así... puedas ser libre...
𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑛𝑢𝑎𝑟𝑎́...
ꜛ𖤐ꉂHoliiis chikistrikis! aquí su querida Kou, ¿cómo están?, ¿qué les pareció el cap?, a mi no me gutho xD no sé, está raro, pero bueh, quería darles este capitulote antes de irme a la uni e informales que las actualizaciones se tornarán más lentas, no es un hiatus como tal, sino que me tardaré un poquito más en subir los caps, sin contar que sigo sin compu y el internet es una kk, pero nimodo, disfruten mis corazones de melocotón :>🕷ʾ ִֶָ𖧧
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