第二十一章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔱𝔴𝔢𝔫𝔱𝔶 𝔬𝔫𝔢🌼❠






𝐚 𝐜𝐫𝐮𝐞𝐥 𝐚𝐧𝐠𝐞𝐥 𝐭𝐡𝐞𝐬𝐢𝐬



; dónde el ángel se vuelve cruel


     Fuego, fuego e inmensas llamas rojas y amarillentas como el infierno consumían todo a su paso, gritos de desesperación, de súplica y auxilio se oían por doquier, mientras una manada de personas azotaba las calles corriendo despavoridas de las puertas que poco a poco se habrían a la muerte hecha llamas. Todo era un caos convertido en grotescas cenizas y calor abrazador.

• • •

     Ya habían transcurrido los largos y agotadores cuatro meses a la espera de que aquel tan ansiado día para todos, llegara y el destino y el rumbo de la humanidad se decidiera de una vez por todas. Emily se hallaba preparándose en la repostería tranquila y tarareando una suave melodía alegre, que sonaba a esas sonatas que los arcaicos guerreros solían tararear o cantar antes de ir a la guerra.

     Su mirada viajaba fugazmente por los postres que bonitos y pomposos, decoraba con cremas, cintas y demás cosas e iba guardando en lindas cajitas de cartón bellamente decoradas igualmente, aquello llamaba mucho la atención de todos, el elemento visual siempre era lo que les importaba más a las personas que la misma calidad del producto.

     —Es muy decepcionante vivir en un mundo así, al menos nuestros postres saben verdaderamente bien...— suspiró y continúo su labor mientras a la par suya, Peter terminaba de limpiar el pequeño quiosco que llevarían a la feria para vender sus postres y especialidades.

     El rubio se giró hacia su hermana intrigado por lo que había dicho, pero no le había tomado mucha importancia, pues ella solía hablar con los postres mientras los preparaba, él pensaba que era aquello lo que les daba tanto encanto a los mismos.

     —Oye Emily, ¿realmente crees que eso, funcione?...— preguntó Peter preocupado y dándole vueltas a lo que ocurriría aquel día.

     Emily se detuvo y pensó en cada detalle y repasó todo en su mente fina y cuidadosamente, no había cabos sueltos, tampoco había algo que pudiera fallar, tenía todo cubierto y estaba totalmente segura de que aquello no fallaría, y si fuese así, entonces sus esfuerzos por cambiar la historia habrían sido en vano.

     —Claro que sí...— le respondió con una sonrisa tranquilizadora y acercándose a él para abrazarlo y darle palmaditas en el cabello. —ya verás que todo saldrá cómo lo planeamos...—Emily besó la frente de Peter con dulzura para continuar con lo suyo.

     Peter sonrió igualmente, pero bajo su mirada había un velo de preocupación, no desconfiaba de su hermana ni de su extraño plan, sino de las personas involucradas en él; ella podía estimar algo al cambiar el trayecto de las cosas y suponer qué pasaría sí, pero eso no era lo mismo que predecir las acciones de tantas personas a la vez, aquello era lo que lo llenaba de angustia, es más, ¿y si descubrían su plan?, no quería ni imaginar lo que pasaría.

• • •

     El vicealmirante Braun caminaba por la feria cuidando de su prima y los amigos de esta mientras se paseaban por cada pequeño establecimiento de comida arrasando con el dinero que este cargaba en su billetera.

     —Me pregunto dónde estará quiosco de la señorita Emily...— se preguntó Falco ruborizado viendo a la chica a su lado, él le había hecho un encargo especial a Emily para regalárselo a aquella niña.

     Reiner se detuvo un instante, mirando a la nada, y recordando todo lo que había ocurrido aquellos largos cuatro y extraños meses al lado de Emily.

     — ¡Es cierto! —exclamó Zofia.

     —Sus postres son los mejores de todo Liberio— continuó Udo acomodando sus cuadrados lentes.

     — ¡Nos llevas Reiner! —pidió insistente Gabi quién deseaba comer los postres de Emily, pues estos eran sus favoritos.

     Reiner les miró sonriendo y accedió a llevarlos.

     Los cinco caminaron animadamente por el lugar mientras alguien en la lejanía los observaba con tristeza siguiéndolos como una sombra en penumbra.

     — ¡Emily! —exclamó Gabi feliz de ver a la castaña, todos saludaron a Emily empezando una larguísima conversación trivial con ella.

     —Y bueno, ¿no pedirán nada? —preguntó viendo a Falco y guiñándole un ojo.

     —Ehh... sí, yo, yo, yo, yo...— Falco se congeló y el rubor en su rostro creció inmensamente.

     —Oye, ¡¿qué te pasa?! —exclamó Gabi con fastidio al ver la extraña conducta de Falco.

     —Ten Falco, creo que esto es lo que necesitas...— Emily le entregó a Falco quién temblaba como gelatina, una linda cajita rosada adornada con gran listón de color limón. Gabi observó aquella caja curiosa e intrigada, se había disgustado mucho por aquello.— ¿y ustedes qué quieren tesoritos? —le preguntó a Udo y Zofia.

     —Emily, ¿cuánto es todo? —inquirió avergonzado Reiner al ver todo lo que los niños querían llevar. Emily le sonrió con los ojos cerrados y negó.

     —La casa invita, no te preocupes Reiner...— le respondió amable. —es más si yo fuera ustedes, me apuraría, oí a unas personas mencionar que estaban vendiendo pollo frito a unos locales de aquí— contó haciendo que tanto Gabi, Udo y Zofia salieran disparados por su siguiente parada.

     —Gracias Emily, pero no puedo aceptarlo, déjame...

     —No, tranquilo, anda y disfruten en paz...—Emily y Reiner compartieron una mirada seria de complicidad y bajaron sus miradas inmediatamente antes de despedirse.

     Tras Reiner, Falco se fue no sin antes darle un abrazo de agradecimiento a Emily por el postre, ahora solo le faltaba ganar fuerzas para regalárselo a Gabi.

     — ¿Estás lista Emily? — le preguntó su abuelo entrando al quiosco.

     —Siempre estoy lista abuelo...—respondió segura de lo que ahora haría.

     —Entonces déjame el resto a mi... seguramente Willy ya te debe estar buscando por ahí, así que anda, tu abuela y yo estaremos acá y nos iremos en el momento que suene la alarma...

     Emily asintió y se quitó su delantal para despedirse de su abuelo, ¿quién sabe cuándo lo volvería a ver?, pero así era ese mundo cruel y maligno. Ahora solo faltaba despedirse de sus padres y su tía.

• • •

     Emily caminaba lentamente por el extenso pasillo de la mansión donde se estaba quedando su tío, ahora portaba un largo y elegante vestido amarillo, era bastante incómodo por el corsé y pesado por el armazón, pero aquello valdría la pena. La muchacha se giró hacía el gran salón dónde su tío la aguardaba para salir directo a su función.

    Sin más, caminó hasta él fingiendo una expresión de preocupación y angustia, cosa que llamó su atención.

     — ¿Ocurre algo Emily?, ¿no te gustó el vestido que Lara eligió para ti? —preguntó intrigado por la expresión de la joven. Emily negó devastada. Willy frunció el ceño sorprendido, al ver cómo pequeñas lágrimas resbalaban por las mejillas de la chica.

     —No es eso tío, es esto. —señaló el trozo de papel que llevaba en manos. —recibí esta carta hace un par de horas y no he podido estar tranquila desde entonces, piensan matarnos tío, los de la Legión de Reconocimiento piensan atacar Liberio esta noche...— explicó Emily entregándole aquella carta a su tío quién frunció aún más las cejas por aquello.

     —No tienes nada qué temer Emily, tenemos la mejor seguridad de todas, si esos asquerosos demonios pensaran atacarnos esta noche, ten por seguro que varios de ellos morirán...—dijo muy seguro de que así serían las cosas. —ahora vamos, los embajadores y todo el pueblo de Liberio nos esperan...

     Dijo para salir del lugar junto a su escolta. Emily le observó torciendo su expresión por una sonrisa de desprecio, realmente le parecía horrible cómo él sabiendo que verdaderamente eso sucedería, no le interesaba en los más mínimo las vidas que se perderían por un estúpido capricho.

     Emily le siguió en silencio ansiosa de poner en marcha todo para destruir los planes de ambos bandos. Disimuladamente la muchacha tomó el reloj de bolsillo que le había regalado su abuelo observando la hora y sacando el cálculo de cuentos minutos y segundos faltaban para que todo llegara a su fin.

• • •

     —Muy buenas noches... damas y caballeros...—habló Willy a través del micrófono en el escenario, finalmente, todo ya había comenzado.

     Emily observó a su tío desde la primera fila, se hallaba rodeada de militares Marleyanos y de otras naciones. La muchacha miraba a todos lados y cuidadosa agarró el dorado reloj que bajo la brillante noche resplandeció fugazmente como una estrella, faltaban solamente 10 minutos.

     Observó atenta a su tío en la espera de su llamado, ya habían transcurrido cinco minutos.

     —Hoy, me complace presentarles a alguien...— hablo Willy mirando a Emily, era su momento de actuar. La muchacha sonrió, sentía como el tic tac del reloj sonaba, cada segundo pasaba con una inmensa velocidad y la adrenalina cada vez aumentaba más y más en su ser. —tal vez ya muchos sepan de quién hablo, pero hoy ante esta asamblea quiero que conozcan a la persona que algún día me sustituirá... ¿Emily?

     La nombrada se levantó de entre la multitud sonriente y actuando con orgullo y emoción por lo que el rubio hombre decía. Ahora solo faltaban dos minutos, nada más.

     Emily caminó lentamente hasta su tío, necesitaba estar cuanto antes cerca de él para evitar su muerte.

    Cada vez más, el tiempo se tornaba más lento en el reloj, y aquellos simples y sencillos segundos se volvían eternos e infinitos, pero Emily debía ser paciente y esperar a la señal.

    Y entonces, a la lejanía se oyeron como varios relojes sonaban descontrolados anunciando finalmente, el tan ansiado momento.

    Todos los presentes miraron desconcertados hacía los lugares de dónde provenía aquel ruido irritante y entonces todo se volvió un silencio agudo, dejando prácticamente a todos sordos y el sonido de la primera bomba estallando tras suyo en el gigantesco edificio conmocionó al público entero. Emily tomó el micrófono de su tío empujándolo fuera del escenario y alarmada gritó:

     — ¡Hay fuego corran! —su mirada de horror asustó a todos los presentes. —evacuen el lugar ahora mismo...— ordenó y de inmediato las personas corrieron en todas direcciones alarmadas mientras que las llamas los acechaban en busca de calcinar todo a su paso.

    Emily corrió igualmente mientras que tras suyo el escenario estallaba. Explosiones en todas partes se oían y el fuego comenzaba a devorar el lugar velozmente en una flamante persecución. Todos los lugares se hallaban tan caliente como el mismísimo infierno.

     Willy miró a Emily sorprendido pero sus guardias y los militares ya se lo habían llevado a él y a todas las personas importantes y de prestigio para salvaguardarlas. Entonces, fue en ese instante que de entre los escombros, resurgió el Titán usurpador de la Coordenada, Eren Jaeger.

     Emily observó cómo por otro lado aparecía el Titán Martillo de Guerra.

     —Lara...— susurró Emily estupefacta, lamentándose unos segundos pues desgraciadamente no la podría salvarla a ella, pero no había nada que hacer, había muchas cosas que ella no podía cambiar por sus mismas limitaciones.

    Ahora Reiner y Porco se hallaban metidos en la pelea mientras los de la Legión defendían a Eren enfrentándose a los Titanes Cambiantes. Aquello era un caos total, sangre y fuego por todas partes, gritos, muerte y desesperación. Emily solo rezaba porque las personas que obligó a desalojar sus departamentos para hacerlos estallar, no hallan regresado ahí en busca de nada.

    —Confío en ti Reiner... sé que no eres una mala persona— pensó la castaña en la persona que seguiría con su plan durante su ausencia ahí.

     Ahora Emily observó por unos instantes a Eren, se sorprendió mucho al verlo, pues a pesar de que ya lo había visto transformado en titán en las memorias que obtuvo, verlo así en vivo y en directo se sentía diferente, se sentía peligroso y aterrado. "Debo irme de aquí cuanto antes" pensó asustada.

     — ¡Emily! —gritó Udo que se hallaba junto a Zofia. Afortunadamente ninguno de los dos había muerto.

     Pero los ojos de Emily se abrieron con preocupación al percatarse de algo, ¿dónde estaban Gabi y Falco? Entonces lo recordó todo. "La nave..."

     Emily corrió hacia el norte en busca de Peter quién, según el plan debía vigilar a Gabi y a Falco, y por si fuera poco, evitar que ellos subieran a la nave de la Legión.

     —Dónde diablos está Emily— se preguntó Peter apretando con fuerza el fusil que traía en manos. No sabía pelear, pero gracias a las practicas con su abuelo, había desarrollado una buena puntería, así que no moriría tan pronto.

     Entonces los vio, a Gabi y a Falco corriendo en un intento de acabar, Gabi más que todo como siempre, con los "demonios de la isla" disparándoles con un rifle que traía en manos.

     —De verdad esa niña está loca...— se dijo a sí mismo. —pobre Falco...— pensó saliendo ahora de su escondite. —¡oigan!, espérenme...—pidió corriendo tras ellos.

     — ¡Apúrate Peter! ¿O acaso quieres morir? ‒ le gritó Gabi fuera de sus cabales.

     "Emily tenía razón" pensó asustado Peter.

     — ¿A dónde creen que van? —les preguntó fingiendo desconcierto.

     —A acabar con todos esos malditos demonios... ¡los mataré a todos!

     —Gabi cálmate por favor...— le pidió Falco tratando de razonar con ella.

     —No Falco— gritó. —han acabado con todos, mataron a Zeke, hirieron a Pieck, no voy a detenerme, yo misma los acabaré...

     Entonces la nave, pasó por encima de ellos anunciando que los de la Isla Paradis se retiraban.

     — ¡Esta es nuestra oportunidad! —exclamó Gabi agarrando con fuerza el rifle y disparándole a uno de los tantos soldados que con el equipo de maniobras tridimensionales buscaba alcanzar la nave enemiga.

    — ¡Gabi no qué has hecho! —gritó Peter asustado, "dónde demonios estás Emily", pensaba realmente asustado. Aquello se estaba saliendo de control.

     —Lo correcto Peter, ahora síganme...— Gabi corrió ágilmente hacía al cuerpo sin vida del hombre al que le había disparado.

     — ¿Qué intentas hacer con eso Gabi?... —pregunto nervioso Falco viendo a los lados, temía la locura que estaba pasando por la cabeza de la castaña.

     Gabi logró ponerse el equipo de maniobras tridimensionales y con brusquedad tomó del brazo de Falco y Falco el de Peter y juntos salieron disparados hacía la nave cayendo en el interior de esta.

     Emily corría a toda velocidad, sus piernas le dolían y el vestido ese, realmente ya la estaba incomodando, por lo que comenzó a romperlo en la parte de la falda, lanzó a los lados sus zapatillas y al lograr quitar el armazón mostró, que bajo de aquella coraza de tela y metal cargaba consigo un equipo de maniobras tridimensionales.

     —Medita sea ya subieron a la nave...— masculló frustrada, intentando recordar cómo era que se utilizaba aquel aparato, y recordando el único día que lo utilizó intentando practicar la maniobra que quizás le daría un premio de gimnasia si lo utilizaba. —bien, aquí voy...— respiró y con una velocidad aturdidora su cuerpo se disparó velozmente hacía la entrada de la nave. Entonces lo escuchó.

     El primer disparó. ¡Bam!

     — ¡Gabi detente por favor! —exclamó entrando a la nave agarrando a Gabi por el rifle y forcejeando con ella para que lo suelte.

     — ¡Déjame en paz Emily!, ¡Yo misma mataré a todos estos demonios! —gruñó alterada la niña.

     — ¡Emily agárrala fuerte yo intentaré quitarle el arma...! —gritó Jean, quién con apuro intentó acercarse para arrebatarle el arma a la niña, que alterada acabó apretando el gatillo y disparándole a uno de los tantos presentes en la habitación.

     ¡Bam! Otro hueco y sonoro disparo salió sin bacilar de la boca del arma, y el aroma a pólvora y a muerte inundó todo el lugar.

     Emily abrió sus ojos y detuvo su forcejeo con Gabi rápidamente, no, aquello no podía ser posible. Su plan. Su plan estaba comenzando fallando.

     — ¿Qué hiciste...? — susurró Emily helada. — ¡Qué has hecho Gabi! —Emily soltó de un empujón a Gabi tirándola en el suelo y dándole una sonora y fuerte cachetada. Todos miraron sorprendidos a Emily pues ella no era una persona con tendencias violentas, entonces ella se calmó mirando con profunda desaprobación a Gabi.

     Gabi no podía creerlo sus ojos se llenaron de lágrimas, y todo el odio y la ira que la tenían cegada desaparecieron, regresando a ella una vez más la lucidez y la cordura.

     — ¡Sasha! —gritaron Emily y Jean corriendo al cuerpo de su amiga tumbado en el suelo y rodeado no solo de sangre espesa y rojiza, sino de todos los de la legión que intentaban salvar la vida de la joven que se retorcía de dolor exclamado y suspirando con pesadez.

     —Tranquilos yo me encargo, afortunadamente la bala no dio en ninguna zona vital, así que estará bien, necesito pinzas, vendas y ¿tienen alcohol?... debemos evitar que siga perdiendo más sangre— pidió la médico que a pesar de que su presencia allí era desconcertante, todos inmediatamente tomaron aquello como una obra caritativa de los dioses, quizás la buena suerte estaba del lado de ellos.

     Gabi observó aquella escena y fue cuando lo comprendió todo, Emily era uno de ellos, siempre lo fue.

      — ¡Traidora!¡Eres una Traidora! —le gritó Gabi entrando en un ataque más de histeria y locura. — ¡te mataré demonio...! — Gabi volvió a agarrar el arma dispuesta a dispararle en el cráneo a Emily. Y todo empezó a moverse en cámara lenta:

     Emily se volteó lentamente asustada, mientras Mikasa, Armin y Jean corrían a detener a Gabi que estaba al borde del desquicio. Falco por su parte le suplicaba a Gabi que se detuviera intentando tomar sus brazos. Pero fue el sonido del seguro de una escopeta lo que detuvo a todo el mundo incluyendo a Gabi quién asustada tembló al sentir el helado metal pegado a su nuca.

     Peter se hallaba colérico tras Gabi apuntándola con la escopeta que jamás soltó.

     —Si te atreves a hacerle el más mínimo rasguño a mi hermana, te volaré esos malditos y dementes sesos tuyos, así que, si yo fuera tú, bajaría el arma...— amenazó Peter, sacando un lado que dejó sorprendidos a Falco, Gabi y a la mismísima Emily.

     Gabi lo soltó inmediatamente, se le había caído de las manos, y entonces, Jean agarró del cuello de su camisa a Gabi y la golpeó rompiéndole la nariz para que se tranquilizara, y junto a ella Falco quién veía a todos asustado. Aquello verdaderamente era un caos.

     — ¡Emily eres una traidora! —guitó aún Gabi.— ¡eres una decepción para Marley! ¡Cómo pudiste hacernos esto! —gritaba sin parar la niña mientras todos veían a la nombrada centrarse en atender a Sasha que debido a la herida y la pérdida de sangre se puso a balbucear cosas raras de comida y un tal Nicolo a quién ella amaba.

     —Muchas gracias por ayudarnos, y por haber estado aquí Emily...— le dijo Armin viéndola con agradecimiento, ella había cumplido con su palabra, aunque algunas cosas se habían salido de control.

     Mikasa asintió aliviada y agradecida con la médico marleyana.

     —Muchas gracias Emily— Mikasa le sonrió y fue junto con Armin a informarles a Levi y a Hange lo sucedido.

     —Tranquila Sasha eso es solo un rasguño para ti...— dijo animada Emily mientras ayudaba a cargar a Sasha a un lugar menos incómodo que el suelo, ahora sólo faltaba vendar su herida, pero antes quería asegurarse de que estuviera bien limpia. —un disparo en el hombro...—murmuró Emily. —unos centímetros más abajo y quizás no hubiese podido salvar a Sasha...— Emily sintió un escalofrió recorrer su cuerpo, y recordó la horrible desgracia que hubiese podido ocurrir y pensando como la vida de una persona podía pender hasta del hilo más fino de situaciones.

• • •

     Los ojos de Eren se abrieron horrorizados. ¿Cómo que Emily estaba ahí en la nave con ellos?, ¿Cómo aquello era posible?

     — ¿Por qué la dejaron subir? —preguntó alterado. Todos le miraron sorprendidos.

     — ¿Cómo llegó ella hasta aquí? —preguntó ahora Zeke molesto.

     Ante aquella pregunta, Armin se asustó un poco y de inmediato intervino antes de que alguien más lo hiciera. Qué bueno que Emily le había explicado algunas cosas en aquella carta que le envío semanas atrás.

     —Al parecer Gabi se trajo consigo al hermano menor de Emily y ella vino por él...— explicó relajado ganando en cierta medida el entendimiento de todos.

     — ¿Entonces esa mocosa de la otra vez salvó a Sasha? —preguntó ahora Levi.

     —Sí y por eso mismo me pregunto qué haremos con estos niños— dijo Jean, apretando su agarre de las ropas de ambos niños. Estaba realmente furioso con aquella niña entrometida.

     —Enciérralos...— dijo Levi con indiferencia total hacia ambos infantes. —y tú...— se refirió a Eren quién tenía la mirada perdida y vacía. —quita esa ridícula cara, no tuvimos tantas bajas como lo había creído, pero eso no quita que lo que hicimos allá fue una completa locura, bastardo suicida... cada día estás más desquiciado...

     Eren comenzó a reírse poco a poco amargamente, ¿por qué ella seguía viniendo?, después de que la había mantenido alejada durante largos e infernales cuatro meses, no sabría cómo darle la cara a ella. Estaba destruido tanto como por dentro, como por fuera.




Emily ya no es un pollito feliz D: 🐣 se volvió seinen de golpe.jpg

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