第九章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔫𝔦𝔫𝔢🌹❠
𝐫𝐞𝐦𝐞𝐦𝐛𝐞𝐫
; Donde antiguos recuerdos salen a la luz después de mucho tiempo...
Emily entró junto a Eren al local, que como siempre desprendía un dulce aroma a flores y postres.—Eren, yo...— la chica intentó revelarle al hombre que ya lo sabía todo, pero él la interrumpió adelantándose a ella.
—Lo sé Emily... sé que descubriste que soy un infiltrado de Paradis...— le dijo tomando su mano para que ella no se preocupara ni, en dado caso, asustara. Emily se sorprendió, no tanto, porque lo sospechaba desde hace tiempo, pero no podía evitar sentirse asombrada. La muchacha sonrió con tranquilidad y posó su mano desocupada sobre la de Eren que sostenía la suya.
—Quiero ayudarte Eren, quiero ayudarlos a todos ustedes...— los ojos de Emily desprendían un brillo de audacia que contrarrestaba bastante la personalidad tímida de la chica.—sé perfectamente que todos los habitantes de Paradis deben pensar que los Marleyanos somos unos monstruos... que no es algo alejado de la realidad... pero...— dijo avergonzada por la actitud tan violenta y despectiva de las personas de su país.—no todos somos así... hay muchas personas que por el mismo miedo y la presión social, actúan de esa manera para no acabar siendo convertidos en titanes... o asesinados....— explicaba la joven chica a la vez que su voz se quebraba por lo mal que se sentía al recordar todas las injusticias que vivía su gente. Pequeñas lágrimas resbalaron por sus mejillas, las cuales fueron rápidamente secadas por Eren, quién veía con cierta melancolía y pena a la chica. Ella no era diferente a él ni a ningún Eldiano, todos pasaban la misma situación de menosprecio por parte de las personas ajenas a ellos.
—Es por eso que estoy aquí Emily...— respondió Eren suavemente para tranquilizarla, le dolía y le enojaba demasiado verla sufrir por todo esto. Lo llenaba de impotencia y coraje, a la vez que su deseo por destruir a aquellas personas crecía cada vez más; su sed de sangre y venganza aumentaban y le daban más razones para destruirlo todo sin piedad alguna.
Los ojos de Emily brillaron ilusionados por las palabras de su contrario.—¡Muchas gracias Eren!— la chica se había abalanzado a sus brazos, dándole un inesperado abrazo que lo había tomado con la guardia baja. Eren se quedó estático por la sorpresa, él no era una persona afectuosa que no acostumbraba a recibir muestras de cariño, y mucho menos de ese estilo. Pero para no verse tan mal a los ojos de Emily, con cierto miedo y tiritar, posó su mano en la espalda de la chica dando palmaditas en respuesta.—eres mi héroe...— le susurró sin vergüenza alguna, ella se sentía protegida a su lado.
Eren se sonrojó violentamente por aquellas palabras. Hace mucho tiempo había perdido la fe en si mismo y aceptando convertirse en el "malo" de la historia, pero oír a alguien diciéndole aquello, lo descolocaba completamente. Emily se despegó de él rápidamente para apreciar su rostro que aún seguía sonrojado, preocupándola al creer que podría tratarse de fiebre.
—¡¿Eren estás bien?!— preguntó posando su cálida mano en la frente del joven. Quien alarmado, asintió unas cuantas veces. El rubor subió hasta sus orejas de Eren, lo que llamó la atención de la médico.—Eren estás hirviendo, ven, debes estar muriéndote de hambre...— la chica lo ayudó a levantarse de la silla para ponerlo de pie y hacer que él se apoyara en ella como su soporte. Eren la miró recibiendo una tierna sonrisa de la pequeña muchacha.—no te preocupes, nunca te dejaré caer...— el joven no pudo evitar sentir como su pecho se comprimía y su corazón se aceleraba.—vamos, te presentaré a toda mi familia, estoy segura que te adoraran...— comentó emocionada Emily.
Eren asintió, y antes de dar un paso, colocó su mano en la cintura de Emily, aferrándose a esta y pegándola más a él. Asombrada, la castaña miro al muchacho quién veía hacia otra dirección ignorándola, Emily ante aquella acción no pudo evitar sonreír.
Entonces, por la mente de ambos jóvenes pasó fugazmente aquel pensamiento de que tenerse cerca de aquella manera no era para nada incómodo en lo absoluto, al contrario, era cómodo y se sentían unidos de una manera que ni ellos mismos podían explicar con palabras sencillas o rebuscadas.
Eren junto a Emily se dirigieron a las escaleras que conducían al segundo piso para llegar a su destino en un silencio cómodo para ambos.
—No te asustes mucho si te comienzan a bombardear con preguntas...— Emily soltó una carcajada, al pensar en lo curiosos y chismosos que eran lo integrantes de su pequeña familia.
Eren la miró con una ceja alzada.—¿Preguntas?...
—Sí... Digamos que aquí, no acostumbramos a recibir muchas visitas...— reveló la muchacha caminando despacio para no incomodar ni causar alguna molestia en su invitado. Eren asintió comprendiendo mientras veía atento todo el panorama a su alrededor, habían unos cuantos cuadros y fotos que adornaban las paredes cubiertas de un bonito papel tapiz con estampado floral, y cierta foto llamó su atención entre todas.—las únicas personas que vienen aquí son los niños... de ves en cuando Reiner y la gran mayoría de las veces mi primo Zeke se la pasa aquí....— comentó pero Eren no le había prestado atención alguna, atento a la foto que observaba nervioso.—¿Eren?...
—Emily, ¿esa eres tú?— preguntó el castaño al ver una foto de una joven muchacha bastante parecida, por no decir completamente igual, a Emily junto a nada más y nada menos que su padre, su antigua esposa y su medio hermano Zeke cuando este aún era un niño pequeño, y en compañía de estos, un muchacho rubio a quién más o menos lograba identificar. Aquella pregunta extraña podía sonar absurda, pero para Eren ya nada era "diferente" y muchas cosas raras ocurrían en aquel mundo sin explicación alguna.
Emily frunció sus cejas confundida ante la pregunta, hasta que vió la foto que Eren señalaba. Emily bajó la mirada algo entristecida por aquel suceso que a pesar de no haberlo vivido en persona, había marcado profundamente a toda su familia.—Es mi madre...— Eren dirigió velozmente su mirada a Emily con cierto deje de asombro, pero se tranquilizó al saber que no había algún trasfondo oscuro como su mente paranoica había conjeturado. Pero lo que ahora lo llenaba de curiosidad era saber qué clase de relación tenía la familia de Emily con su padre y hermano.
La castaña miró más de cerca la foto, sonriendo al ver el sorprendente parecido que había entre ella y su madre. Todo el mundo siempre lo recalcaba, que ambas eran literalmente la copia de la otra, con obvias y claras diferencias por aquí y por allá, como la edad, el tono de piel, etcétera. Pero el parecido entre ambas era grande. Emily tomó la foto enmarcada y se dispuso a contar la historia de ella.—junto a mi padre, mis tíos y mi primo Zeke... esta foto fue tomada hace 23 años... antes de que mi primo, acusara a sus padres con las autoridades y los convirtieran en titanes...— contó con cierta decepción en su voz. Ahora Eren sí se encontraba atónito. Al escuchar aquello no pudo evitar tensarse, un gran disturbio se había generado en su mente, ¿cómo que Emily es prima de Zeke, y sobrina de su padre?.
—¿Ocurre algo Eren?...— cuestionó la muchacha al sentir la inquietud de su contrario abrirse paso en su mirada. Emily poco a poco se percataba de que habían ciertas cosas que dejaban al espía de Paradis bastante sorprendido, pero, ¿por qué?.
—No... solo que, no imaginaba que eras familia de ellos...— respondió como si nada para no darle muchas vueltas al asunto. Ahora se cuestionaba seriamente qué haría para mantener alejado a Zeke de sus asuntos con Emily sin que sospechara nada extraño, sin contar que su querido hermanito mayor le debía una gran explicación sobre todo esto, ¿por qué no le había hablado antes de Emily?.
—¿Por qué?, ¿los conoces de algún lado Eren?...— trató de indagar, pero el muchacho la ignoró fijando su atención en otra foto.
—Esta sí eres tú...— mencionó el castaño tomando la foto y sonriendo con ternura ante aquella fotografía de una pequeña Emily vestida con un bonito vestido pomposo y un tierno oso de peluche.
—¿Cómo lo notaste?...— Emily lo miró sonriente, pero con algo de vergüenza por aquella foto donde se veía extremadamente aniñada, sin contar que se veía mucho, mucho más gorda de lo que se veía ahora y eso le resultaba bastante vergonzoso, pero si quitaba la foto de su lugar su madre la iba a regañar, así que tenía que afrontar las consecuencias de tener esa foto en el pasillo de su pequeño hogar.
—¿No crees que estas haciendo demasiadas preguntas Emily?...— le respondió con una pregunta a la chica que miró hacia otro punto del pasillo apenada. Eren sonrió como un tonto y sin los miedos que lo mortificaban siempre, decidió liberarse un poco y con confianza tomó la mano de la chica y plantó un beso en el dorso de esta.
Y tal cual como aquella vez cuando besó la mano de Historia, una gran cantidad de cosas se le fueron reveladas al castaño, cosas que al contrario de ayudarlo a apaciguar sus inquietudes y miedos, solo consiguieron amargarlo más y arrepentirse de lo que hacía. Él no debería estar cerca de Emily, pues como aquellas visiones futuras le mostraron, todas las causas de muerte de la castaña eran total y absolutamente culpa suya, él era siempre el causante de la muerte de Emily directa o indirectamente. Y su mente y corazón no podían soportarlo. ¿Por qué todas las personas que se volvían importantes para él y terminaba queriendo, siempre morían por su culpa?, ¿por qué Emily?, ¿por qué ella?.
Mientras que por otro lado, en las profundidades de la memoria de Emily un viejo y arcaico recuerdo despertó de entre tantas cosas que seguían ocultas en la memoria de la joven chica. Aquel recuerdo bloqueado por los años, por algo o alguien, que no le permitían recordar a aquel chico que le había salvado la vida hace muchos años atrás, cuando tan solo era una nenita de ocho años. Se sentía arrepentida de haber olvidado al muchacho al que le debía la vida, aquel muchacho que compartía un fuerte parecido con el joven ante ella.
Él único ojo de Eren, poco a poco fue perdiendo nuevamente el brillo que había recuperado tras haber revivido todos sus sentimientos por Emily, quién se esforzaba por hacerlo feliz, pero ya lo conseguía con solo estar a su lado. No todo era felicidad, y el nuevo rumbo que había tomado su estadía en Marley no cambiaría nada. Por fin Eren había despertado de aquel maravilloso sueño donde todo era colorido, el había caído en cuenta de que el problema era él y el mundo, y como ya estaba predestinado el acabaría con ambos. Tal vez Eren no lo había visto todo, pero sí había visto lo suficiente como para saber que si no alejaba cuanto antes a Emily de todo esto, ella acabaría muriendo incluso mucho antes de que se efectuase el retumbar.
Emily se percató en el cambio de humor de Eren preocupándose por su estado emocional, ella sabía que él tenía muchos conflictos internos por las cosas horribles que seguramente vivió y ha vivido a lo largo de su vida, por eso ella intentaba ayudarlo, pero lamentablemente él no se dejaba ayudar nunca por ella y al final siempre terminaba alejándola. Pero tristemente igual, ella no tenía ni la más remota idea de que él hacía todo eso para mantenerla a salvo.
La pequeña chica de tez bronceada agarró un soplo de confianza y nuevamente abrazó a Eren, pero esta vez era un abrazo distinto, que transmitía emociones y sentimientos diferentes al anterior que le había dado.—Eren...— habló firme.—quiero que sepas que estaré aquí para ti, ¿si?, no importa que sea, desde la cosa más trivial y banal, hasta lo más urgente e importante... puedes decirme lo que te tortura y sabes bien que te escucharé, no te voy a juzgar...— Emily hizo memoria de la vez en que empezó todo, cuando hablaron en la repostería, notando que estaba repitiendo las mismas palabras que le dijo ese día, por el aura que transmitía, la cual era la misma deprimente y afligida que demostraba ahora, ella deseaba saber qué era lo que lo hacía sufrir tanto y no le dejaba vivir un segundo de paz y felicidad, sin que aquella pesadilla atormentase su mente constantemente.
Eren envolvió en sus brazos a Emily y la estrecho en estos de una manera protectora, no ganaría nada con decirle la verdad de todo Emily, así como tampoco cambiaría algo. Pero confiaba en ella y se lo diría al final.—Emily ahora no es el momento de hablar sobre eso...— le dijo dejando una suave caricia en su mejilla y dedicándole una sonrisa despreocupada, necesitaba distraerla y apartarla de aquellos sentimientos que lo delataban. Debía mostrarse seguro y tranquilo, de esa manera ella no sospecharía nada y así podría protegerla.
Emily asintió no muy convencida por el cambio que mostró Eren, podía notar que le ocultaba algo, él era malo mintiendo, o al menos sus mentiras no funcionaban con ella.—Está bien, pero hoy mismo me los dices... me angustias cuando te pones así...— exigió mirándolo con preocupación.
Eren soltó una carcajada, negando con una sonrisa por la actitud tan preocupada que siempre tenía Emily con él y con todos, le hacía recordar mucho a Armin. Emily lo miró confundida, sin entender porque se reía, pero al menos, no sentía aquella sensación sombría que siempre cargaba el castaño la mayoría del tiempo.
—Vamos... tu familia nos espera— Eren acarició los largos y algo ondulados cabellos de Emily para tomarla otra vez de la cintura y llevarla en dirección de la puerta que conducía a la cocina y comedor de su hogar. Ambos jóvenes terminaron de recorrer el largo pasillo hasta llegar a su destino, escuchando tras la ancha puerta de madera voces con diferentes tonalidades y matices, exponiendo la variedad que había dentro de la familia de Emily.
Emily y Eren se miraron a los ojos una vez más y la de menor estatura tocó la puerta, logrando escucharse del otro lado como una señora exclamaba que debía tratarse de Emily mientras se dirigía a pasos lentos hasta la entrada. La señora abrió la puerta con una gran sonrisa dejando ver al resto de la familia Tybur y Fritz compartiendo entre sonrisas, curiosos al ver a su joven integrante traer a un desconocido con ella. Eren se pasmó por los nervios. Hace bastante tiempo que no veía a una familia completa, unida y llena de tanta alegría que desbordaba hasta por los ojos, se sentía extraño, diferente y melancólico.
—¡Bienvenidos!, ¡¿qué esperan?... pasen, pasen...!— exclamó emocionada la mujer mayor y de canosa cabellera, que al igual que las mujeres de esa familia tenía un parecido bastante sorprendente con Emily, o al contrario, era Emily quien se parecía a ellas.—enhorabuena, llegaron justo a tiempo, la comida está lista... siéntense...— dijo la mujer recibiéndolos con extrema calidez.
Para Eren, aquello era completamente diferente a lo que él estaba acostumbrado, se sentía fuera de órbita, no incomodo, pero poder estar nuevamente rodeado de una familia que aún seguía unida a pesar de todo el caos y conflicto exterior, lo llenaban de algo que pensaba que ya no volvería sentir nunca; esperanza.
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