第一章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔬𝔫𝔢🌻❠






𝐡𝐨𝐩𝐞




; Donde la esperanza resurge por un simple apretón de manos...


𝑚𝑎𝑟𝑙𝑒𝑦; 𝑎𝑛̃𝑜 𝟾𝟻𝟹


     Por las transitadas calles de Liberio, una pequeña chica algo caminaba apurada en busca de completar las compras a las que su abuela la envió, cargando con varias bolsas a la vez mientras hacia malabares por la calle intentando evitar que estas cayeran al suelo.

     Su objetivo final era conseguir los últimos productos de su extensa lista, que por accidente, salió volando por los aires. Lo que la llevó a correr tras ella, una terrible decisión, pues un automóvil se acerba a gran velocidad.

     Pero para cuando Emily se percató, todo era demasiado tarde. Los brillantes ojos miel de la joven se abrieron con horror al ver como la muerte estaba apunto de robarle su vida por un simple descuido. Pero de una forma inexplicable, casi mística, Emily fue empujada por alguien del otro lado de la acera. Tropezando y golpeándose con un desconocido hombre mientras caían juntos en el suelo, uno encima del otro.

     La castaña abrió sus ojos mientras su corazoncito latía a una alta velocidad superior a la normal, pero el miedo suyo desapareció al darse cuenta de que el hombre, con quién tropezó, le extendía su mano fijándose en está con asombro antes de mirar su rostro ocultó por el reflejo del sol que no le permitía apreciarlo con claridad.

     Emily sentía una extraña sensación en su pecho, un dolor que le resultaba insoportable mientras desconocidas emociones la hacían sentir que ella ya había vivido algo así. Como si se tratase de un Deja vu.

     —¿Te encuentras bien?...

     La suave voz del desconocido retumbó en la cabeza de la chica, como un eco; su voz le resultaba familiar y tan enigmática. Emily elevó su mirada hacia los preciosos ojos esmeralda del desconocido, que la miraban con anhelo, mientras estremecimientos tan mágicos y esotéricos abrumaban su alma de estremecimientos hechizantes y caprichosos.

     La chica se hincó con una pequeña sonrisa nerviosa, intentando salir de su trance embrujado, pero al dirigir su mano a la del joven hombre, el pequeño rose entre ambos produjo una especie de descarga que los hizo abrir a ambos sus ojos por el estupor. Si no hubiese sido por el estado tan eufórico y de insolación que traía encima, ella juraría haber apreciado ante sus ojos un destello amarillento.

     El misterioso joven de castaño cabello y delicadas facciones se tensó por aquella reacción y procedió a tomar la mano de la joven chica generando nuevamente aquella descarga eléctrica. Ambos conectaron sus miradas por un largo rato, como si trataran de encontrar una respuesta a lo que les sucedía, perdiéndose en la mirada del otro.

     Los cansados y tristes ojos del desconocido resplandecían y reflejaban algo que para Emily era un completo secreto, era como si la esperanza, hubiera regresado a una solitaria alma indefensa que había perdido el camino correcto hace mucho tiempo. Un alma perdida en el abismo infinito del limbo.

     Pero la voz de cierto moreno interrumpió el momento, que tan lleno de magia e inciertos sentimientos espeluznantes, cuyo tiempo eterno entre la chica y el joven nunca hubiese terminado de no haber sido interrumpidos tan súbitamente.

     —¡¿Emily?!...

     Inquirió el soldado marleyano al reconocer a la doncella.

     Ambos soltaron sus manos de golpe avergonzados por aquella extraña e incomoda situación, mientras los amigos del misterioso hombre se acercaban al lugar bastante intrigados por lo sucedido. Emily aún sentía las manos de él sobre la suya y lo que le transmitió a través de ese tacto tan fugaz.

     Emily se giró hacia quién le llamaba, reconociendo al soldado que vestía elegantes prendas. Al instante, la castaña sonrió con alegría mostrando su encantadora sonrisa que, según su abuelo, "derretía corazones".

     —¡Holi~!— exclamó Emily saludándolo con la dulzura que tanto la caracterizaba a la par de una corta reverencia bastante refinada.

     El moreno se inclinó hacia la chica y plantó un beso en su mano.

     —Señorita Fritz, ¿Qué hace por aquí sola?...

     Los acompañantes del solado, ajenos totalmente a la muchacha, quedaron totalmente confundidos y atónitos, en especial al hombre que se encontraba junto a la chica, al oír el apellido con el que la identificó.

     Emily sonrió nerviosa y cuando se dispuso a responder, cayó en cuenta de que sus bolsas estaban esparcidas en el suelo, lanzándose a recoger todo el desastre que causó por su imprudencia.

     —Bueno, como verás estaba haciendo las compras... pero un carro casi me mata y por accidente caí sobre este joven...— explicó avergonzada mientras sonreía para calmarse así misma. Emily se dirigió al castaño con una mirada avergonzada.—que por cierto... lamento lo que sucedió hace un rato... no fue mi...

     —No importa...

     Respondió tosco y con frialdad el joven, cortando las palabras de la chica mientras que retomaba su actitud de siempre, cortante e indiferente.

     Emily curvó sus cejas con algo de timidez al recibir aquel trato tan repentino. Cuando le habló la primera vez, sonaba dulce pero ahora era como ver a alguien completamente diferente. Los amigos del joven  veían de manera sospechosa al castaño que claramente se le notaba diferente, incluso más de como estaba actuando últimamente.

     El soldado marleyano se dispuso a ayudar a la chica para presentársela a los que realmente, eran infiltrados de Paradis.

     —Muchachos... ella es Emily Fritz, es la mejor médico de todo Marley y el mundo entero... Emily, ellos son unos amigos que vienen de muy lejos...— comentó el moreno sonriéndole a la chica, quién no pudo evitar sonrojarse violentamente al oír aquellos halagos un tanto exagerados que solían darle.

     Los presentes escanearon a la pequeña muchacha que resaltaba por ser bajita y algo más rellenita que la mayoría de chicas, causando una cierta incomodidad en ella. Al principio la veían con desconfianza pero parecía ser alguien completamente inofensiva, y por su actitud tan risueña, era más que obvio que no le haría daño ni a una mosca.

     —Es un placer conocerlos...

     La chica se inclinó en una reverencia nuevamente mientras le regalaba a todos una sonrisa bondadosa, expresando una calidez que contrarrestaba bastante con el aura tensa del lugar y las conductas detestables de la mayoría de las personas que vivían ahí.

     —¿Entonces eres una médico?...— preguntó un hombre bajito de expresión aburrida. Emily asintió tímida, sospechando por aquellas extrañas conductas y apariencias que presentaban los extranjeros, pero tal vez era su imaginación jugándole una mala pasada.

     —¡Eso es genial!— exclamó una mujer alta de lentes.—¡me imagino que debes tener mucho conocimiento...!— habló acercándose demasiado a Emily y poniéndola más nerviosa que antes. 

     El pequeño hombre de mirada aburrida le reclamó a la mujer agarrándola de la camisa y halándola hasta él. 

     Emily ante aquello sonrió un poco soltando una carcajada, parecían una tierna pareja. Entonces una idea cruzó por la mente de la chica, dirigiéndose al moreno para proponerle aquello que en su mente sonaba genial para una bienvenida.

     —¡¿Qué les parece si los llevo a todos por unos postres?!... la casa invita...— ideó Emily con emoción, sorprendiendo a los presentes y causando que una chica de cabello castaño comenzara a susurrar cosas raras sobre comida.

     —¿Les parece?...— inquirió Onyankopon, recibiendo rápidas respuestas afirmativas de la Legión de Reconocimiento. Tras cada uno revelarle su nombre a la castaña, se dirigieron hacia donde ella los guiaría, la repostería de su familia.

     Emily charlaba animadamente con Sasha sobre comida y el gran menú que tenían en el local de sus abuelos, mientras los demás les seguían, cada quién mentido en sus asuntos y su mundo.

     —Emily... es la sobrina de Willy Tybur...—reveló el moreno aquel interesante dato sobre Emily a Eren, Mikasa, Armin y Levi; quienes se encontraban algo decepcionados por aquella revelación, al fin de cuentas ella era marleyana como todos en ese país lleno de un profundo odio y asco injustificados hacia Eldia y su gente.

     El moreno notó como ellos veían nuevamente con desconfianza a la castaña soltando una carcajada por la reacción que tuvieron, no siempre los lazos sanguíneos determinaban como sería una persona y Emily era un claro ejemplo de ello.

     —No se preocupen, Emily, no es como la mayoría aquí... ni como el resto de la familia Tybur...— los oyentes prestaron atención a lo que el moreno explicaba intrigados.—ella detesta a los Titanes... pero sería incapaz de odiar a su propia gente, es por eso que Emily y sus abuelos se apartaron de su familia... ellos no creen que los Eldianos sean demonios... son personas confiables...

     Eren se detuvo durante unos segundos mirando con el ceño fruncido a la joven médico que charlaba divertida con Connie, Jean, Hange y Sasha, recibiendo la mirada confusa de Mikasa y Armin quienes no comprendían aquella expresión en el rostro de su amigo, ¿por qué Eren veía con tanto odio a Emily?.

     —¿Eren estás bien?...— preguntó preocupado Armin sin recibir respuesta de su amigo.

     Mientras una incomoda tensión se formaba entre los que iban atrás, Emily junto a sus nuevos amigos reían y disfrutaban del momento con la intensa mirada de Eren plantada sobre Emily. Quién no pasó por alto aquello, pero intentaba ignorarlo. Se cuestionaba seriamente ¿por qué le había caído tan mal a Eren?, ¿Qué cosa le hizo para terminar ganando su aparente odio o disgusto?, ¿acaso se enojó con ella por chocar contra él, o por algo más?.

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