⸼ ⤹ 04: magia y enredos

Las imágenes pasaron por su mente de manera automática, como si un proyector se hubiese encendido en su cerebro reproduciéndo el mismo rostro una y otra vez. Por primera vez en mucho tiempo, no era el rostro de Kai quien hacia aparición en su mente ocupando sus pensamientos, sino el de la extraña chica, nieta de aquella señora lectora de cartas.

Recordó entonces con claridad la extraña pregunta que ella le había hecho, su actitud misteriosa y lo raro de su mirada; actuando como si supiera algo que él no, o algo que no debería ni tenía la forma de saber. Haciéndolo sentir tan extraño e incómodo incluso cuando ella actuaba de una manera natural y pacífica. Comenzaba a arrepentirse de no haber tomado de la mano de inmediato a Kai y no habérselo llevado de allí.

No tenía prueba legítima que ese suceso fuese producto de la chica. La misma situación en si resultaba algo imposible, pero que la causa fuera una extraña magia capaz de partir de cierta forma a su amigo que venía de una simple chica no mayor a veinticinco años, resultaba todavía menos creíble. Habría preferido que fuese la anciana quien hizo eso, al menos allí podría creer que se trataba de una vieja bruja que los había maldito.

¿Y si sí estaban malditos ahora?, ¿Qué demonios era esa chica?, Realmente no importaba, lo que tenía que hacer ahora, era encontrarla, encontrarla y recibir respuestas. Por que si de algo estaba Choi Soobin seguro, era que no sabía cómo, no sabía por qué, pero esa chica era la causante de tener cinco versiones de Kai en su departamento.

―Oh mierda ― Murmuró tras un largo minuto de silencio, aún con el papel en mano ―Esa chica, la chica del puesto de cartas, ella hizo esto.

―Eh, ¿Quién? ― Murmuró el Kai gamer.

Unos pasos cerca de él, NingNing seguía jugando con el pequeño animal, que se había sentado mientras parecía limpiar sus propias orejas y nariz restregándola continuamente. HK los miraba a todos con aburrimiento, mientras que Ningg y Hyuka prestaban atención ante la cara asombrada y asustada de Soobin. Mientras que Mád Kai, él... Seguía perdido en un punto fijo, del que nadie sentía el valor de sacarlo.

―¡La chica!, ¿No la recuerdan?, la del puesto de cartas ― Dijo Soobin, caminando de un lado a otro mientras se rascaba la cabeza.

―Creo tener muy vagos recuerdos de eso ― Dijo Hyuka, llevando sus manos a su mentón.

―Sí, yo también lo recuerdo un poco ― Dijo esa vez Kai Jessica Rabbit ―Pero no entiendo, ¿Qué tiene que ver ella con que ahora estemos divididos en cinco versiones, Soobin?.

―¿A nadie le interesa saber cómo se metió un conejo a la casa? ― Preguntó totalmente fuera de la conversación Kai Terminator, mirando con una ceja arqueada al pequeño animal blanco en medio de la sala.

Soobin negó ignorando la pregunta de HK.

―Ella... Ella me dijo algo ― Respondió Soobin, gesticulando con sus manos mientras trataba de recordar las palabras exactas de la chica ―Fue como un deseo o una especie de pregunta con trampa, no lo sé. Pero me preguntó si preferiría tener una versión de cinco años de Kai o cinco Hueningkais.

―Y preferiste el de cinco Hueningkais, qué genio ― Exclamó con un bufido Kai Terminator.

―¡Creí que era sólo una pregunta!, esa chica era muy rara, ¿Cómo iba a saber que hablaba en serio? ― Trató de defenderse, pues ahora sentía que todo el peso de la responsabilidad caía sobre sus hombros.

¿Era aquello realmente su culpa?, ¿Había sido el causante que ahora hubiesen cinco versiones de Kai en su casa?, no lo podía creer, apenas podía creer que estuviesen allí, justo frente a él. Pero sentirse culpable de haberle hecho algo a quien consideraba el amor de su vida, lo hacía sentir pésimo.

―Espera, ¿Dices que si hubieras dicho el Kai de cinco años, ahora seríamos un solo Kai pero versión infantil? ― Dijo Kai gamer entre risas, imaginando la situación en su cabeza y tomándolo bastante bien como para tener lo que podría ser la causa de la disolución de su persona.

Bueno, no cualquiera descubría que la posible causa de su mágica separación de partes se deba a una chica veinteañera de una calle común y que resultase ser por un deseo de su compañero de cuarto.

―No lo sé, tal vez. Era como una pregunta con trampa ― Insistió Soobin, con las cejas fruncidas y los labios abultados.

―Bueno, pues con esta versión ya tenemos como un niño de cinco años ― Bramó HK, señalando al Kai Pinky Pie, que seguía inmerso en su mundo jugando con el conejito y haciéndole muecas graciosas para buscar su atención.

―Pero no entiendo ― Dijo esa vez Ningg, cruzándose de piernas en el sillón ―¿Por qué pedirías cinco versiones de nosotros mismos?, ¿No habría sido mejor un Kai de cinco años?.

―¡No lo sé! ― Dijo Soobin en voz alta, pero sin querer sonar enojado o de reproche ―Iba a decir un Kai de cinco años, claro que habría sido más manejable y tal vez era mejor opción, pero era una pregunta estúpida. ¿Cómo podía saber que terminaría cumpliéndose?.

Ninguno dijo nada, en silencio tan solo llenándose con las risas infantiles que soltaba el Kai pelirosa desde el suelo.

―Bueno, ya está. Podemos buscar a esa chica y pedirle explicaciones, y exigirle que nos vuelva a unir ― Dijo simplista Kai Jessica Rabbit.

Soobin rezó internamente en que la magia funcionara así y que la extraña chica-bruja-maga-hada o lo que fuese, no haya desaparecido de la nada o no le pida su alma a cambio por su estupidez.

―Tienes razón, quiero decir, tal vez como un deseo los separó, un deseo los vuelva a unir ― Dijo un poco más animado, con una sonrisa que decayó al no recordar la ubicación ―Pero no recuerdo dónde estaba, Kai y yo no solemos caminar mucho por esas calles y nunca las había visto.

Un manto gris cayó con rapidez sobre la ola de esperanza que comenzaba a formarse, manto que solo podía ser quitado por la versión más alegre y tierna de todos los Kai.

―Yo sí recuerdo ― Chilló feliz, levantándose para entregarle en manos el conejo a su versión más ruda ―Estaba cerca de la heladería y tenían unos conos bonitos, puedo llevarlos.

Soobin sonrió en grande, sin poder contenerse de abrazar al pelirosa con fuerza que correspondió gustoso.

―Oh gracias gracias gracias gracias, entonces llévanos ahí, NingNing ― Dijo con una sonrisa, casi levantando unos centímetros del suelo al dulce Kai ―Esperen, si ese conejo apareció de la nada cargando ese papel, tal vez sea producto de la misma chica ― Dijo atando cabos ―Entonces, tal vez si usamos y llevamos al conejo... ¡¿Y el conejo!?.

―Ah genial, ahora sí prestan atención al conejo ― Bramó Kai Terminator, rodando los ojos ante la molestia en el rostro de Soobin.

―¡HK!, ¿¡Donde está el conejo!?.

―Pues, se veía inquieto, así que lo bajé. Miraba mucho por la ventana, así que la abrí. Los animales merecen ser libres, Soobin.

El mayor soltó un bufido acercándose a la ventana, mirando hacia todos lados sin rastros del conejo.

―¿Y lo dejaste salir así como así?.

―Era muy persuasivo.

Soobin se pasó la mano por el rostro, tratando de no levantar la voz al recordar lo intimidante que podía ser ese Kai.

―Bien, ¿Y ahora dónde está o dónde se fue el conejo, HK?.

Kai Terminator lo miró con seriedad, seriedad que se derrumbó con lo que dijo, a pesar de no tener ni un atisbo de ser broma.

―Salió volando ― Dictaminó, recibiendo una mirada de Soobin como si le hubiese salido un tercer ojo ―Y si tanto querías al conejo, haberlo cuidado tú entonces.

Soobin suspiró, sabiendo que resultaba inútil seguir con la discusión.

―Bien, entonces, NingNing nos llevará hasta ese infernal puesto de cartas y allí confrontaremos a la chica, ahora.. ¿Alguien quiere decir algo u oponerse para proponer una mejor idea?.

En principio nadie dijo nada, tan solo Kai Jessica Rabbit mencionó necesitar un tiempo para cambiarse, desapareciendo tras eso de la sala. El único en volver hablar entonces fue HK, que como parecía empezar a ser costumbre, abrió la boca para insultarlo.

―Sí, antes de salir ve y ten la decencia de lavarte los dientes. Tu boca apesta y pareces un loco.

Hyuka y NingNing rieron en voz baja, incluso juró ver a Mad Kai soltar una risa, cuando empezaba a creer que era una especie de estatua vudú muda. Avergonzado y con las mejillas rojas, Soobin salió corriendo para limpiarse la boca y lavarse la cara, así como para ponerse algo más presentable.

Una vez todos estuvieron listos, emprendieron camino hacia el pequeño puesto de cartas del día anterior, siendo guiados por el animado pelirosa. Con el fin de evitar miradas extrañas de los recepcionistas, porteros o vecinos chismosos, salieron lo más discretos posible incluyendo las puertas traseras del edificio que casi nadie usaba. No tenía ánimos ni buenas excusas para dar explicación a cinco versiones del vecino Kai.

El la calle, los Hueningkais se distraían fácilmente, lo cual ponía a Soobin en un estado de alerta para que no se perdiera ninguno y trataba de no llamar tanto la atención. Acción difícil y casi imposible en realidad, siendo que todos los veían pasar no solo por las singulares imágenes que presentaba cada versión de Kai de manera excéntrica, sino por que era raro ver quintillizos en plena calle, como de seguro muchos los consideraban al ser la opción más lógica. Muchos niños pequeños los señalaban tomados de las manos de sus madres con asombro al ver cinco versiones del mismo chico.

A pesar de lo largo que sintió el viaje, pudieron llegar a su destino una vez observó el puesto de cartas y a la misma vieja señora frente a él, ahora despierta y sonriendo. Con un poco de duda, tomó el mando de la situación, acercándose para hablar con la mujer.

―Eh... Disculpe... ― Murmuró haciendo señas para captar la atención de la mujer mayor ―Yo quería saber si...

―¡Oh!, Hijo, claro, claro ― Interrumpió la mujer ―Sí, siéntese, siéntese, un jovencito tan guapo como tú sin duda puede recibir una lectura de cartas, tranquilo.

Soobin pestañeó confundido, siendo empujado por la espalda por esa pequeña mujer insistiendo en que se sentara.

―¡¿Qué?!, no, ha habido un error. Vengo por que mi amigo...

―Sí, sí, sí. Tus amigos también recibirán su lectura de cartas, muy apuestos todos, hace mucho no veo quintillizos tan lindos.

Soobin negó, apretando los labios para no gritarle a una mujer mayor. Se dio media vuelta para detener a la mujer, viendo como las versiones de Kai se rían y burlaban de él en silencio.

―Escuche, señora ― Dijo tratando de sonar dulce, por que la verdad era que la mujer parecía ser bastante amable y dócil ―Vine ayer con mi amigo y su nieta nos atendió, ella dijo un par de cosas raras y luego hoy en la mañana mi "amigo" despertó así ― Dijo señalando las cinco versiones de Kai ―Ellos no siempre fueron quintillizos, ¿Entiende?.

Entonces, la mujer abrió la boca asombrada. Sonriendo y guiñándole el ojo con travesura.

―Ahh, ya entiendo. Haber iniciado por ahí ― Dijo antes de tomar del brazo a Soobin y hacerle seña a los Kai de acercarse ―Mi dulce nieta, siempre tratando de ayudar a los demás.

―En lo personal, yo no le llamaría ayudar ― Murmuró Soobin entre dientes, siguiendo el camino que le indicaba la mujer.

―Ahora no, pero pronto lo harás. Mi nieta te explicará mejor ― Dijo, tomando una llave y dándose vuelta de pronto para volver. Los seis muchachos se miraron confundidos siguiendo a la señora por el mismo camino que ya pasaron, deteniéndose en una puerta en donde la mujer incertó la llave.

―¿De dónde salió esa puerta? ― Preguntó HK, por que todos podían jurar que antes no estaba ahí.

Soobin miró hacia arriba, notando el nombre de una aparente tienda. "Tienda Mágica" decía de título, sintiendo que le quedaba al lugar. Aunque él lo cambiaría por tienda terrorífica.

Allí, en el fondo detrás del mostrador estaba la misma chica que vio ayer. No pudo concentrarse siquiera en qué cosas vendía esa "Tienda Mágica", sin poder apartar la mirada de la aparente responsable de todo eso, se acercó para confrontarla por explicaciones.

―¡Tú! ― Exclamó señalándola.

La chica levantó la mirada, usando otra vez prendas color púrpura y lila y una chaqueta militar, junto a un broche de bomba en su cabello. Le sonrió, reconociéndolo con rapidez y también a cada versión de Kai detrás de Soobin.

―Oh, hola. Veo que el deseo funcionó ― Dijo con una sonrisa inocente. Soobin rió con sarcasmo.

―¿Funcionar?, ¿Esto te parece funcionar? ― Preguntó señalando a los Kai.

―Fue lo que pediste.

―¡Yo no pedí nada! ― Exclamó rápido, sintiéndose enojado por la actitud simplista y despreocupada de la fémina ―Fue una pregunta con trampa, me engañaste.

―Bien, bien ― Acabó reconociendo ―Fue lo que elegiste, que es diferente. Pero te advertí que sabía cosas, y esto lo hice para ayudarte.

Soobin soltó un ligero gruñido.

―¿Qué eres?, ¿Una bruja, una maga, un hada, un ángel?.

La chica rió como si todo fuese una tontería.

―¡No!, ¿Qué cosas dices?.

Soobin tragó saliva, dudoso de preguntar lo siguiente.

―Eres... ¿Un demonio?.

La chica continuó sonriendo, negando ante las acusaciones torpes y casi inocentes del muchacho.

―No. Ya te lo dije ayer, Soobin. Mi familia posee historias, dones de poderes... Especiales. Talentos ocultos para ver, saber, descubrir, conceder. Es solo eso. Pero no es algo malo.

―¿Que no es algo malo? ― Cuestionó señalando a los Kai ―Mi amigo está dividido en cinco versiones.

―Pero él está bien ― Señaló la chica.

―Uhm, si puedo hablar ― Dijo Kai Jessica Rabbit acercándose al mostrador, pues todos los Hueningkais se habían hecho a un lado para dejar a Soobin manejar eso ―Disculpa, linda, pero no sabemos bien por qué nos pasó esto o qué somos. ¿Si nos pudieras ayudar...?.

La chica asintió, comenzando a contarles en qué consistía lo que les había hecho.

―El deseo era claro, cinco versiones de Kai, pero yo no puedo simplemente clonar un ser exacto de Kai. Lo que hice fue dividirlo, cada uno de ustedes es Kai, una parte de él. Reúnen características propias de Kai dentro de ustedes pero los he separado y por eso ahora tienen una "consciencia propia", sin embargo no son seres cien porciento individuales por que siguen perteneciendo al mismo individuo. Son un conjunto ― Explicó de la manera más sencilla posible ―Por eso aunque todos sepan que son Kai y tienen memorias compartidas, no están completos al faltarles parte de lo que integra Kai. Las personas son muy complejas, por eso algunos de ustedes son sólo partes específicas que se encargaban de almacenar o manejar ciertas cosas fijas como la pureza o la rudeza, y otros son conceptos más abstractos o primitivos.

Cada uno asintió ante la explicación, comprendiendo mucho mejor ahora el por qué cada versión era como era.

―Pero lo puedes remediar, ¿No?, si con un deseo mío los separaste, si me haces la misma pregunta inversa los puedes unir, ¿Cierto? ― Preguntó Soobin nervioso.

La chica negó, alzando sus manos en respuesta a que no podía hacer nada.

―Me temo que no es tan sencillo. No puedo "revertir" lo que hice. Eso deben de hacerlo ustedes.

Lo que Soobin temía, que fuese igual a esas películas donde debían resolver una especie de enigma para resolver el problema. Con la diferencia que ahora era real.

―¿Entonces cómo hacemos para que se vuelvan a unir?.

―En este momento, cada parte representa algo en específico. Tienes que hacer a través de tu convivencia con ellos que vayan explorando más allá de lo que son ahora. Es decir, tienes que hacer que vuelvan a compartir características y tener actitudes que son propias de las otras versiones. Que vuelvan a ser una sola unidad y cada uno se integre a su papel en conjunto, haciendo que entiendan la importancia del otro y tomando su lugar.

Soobin asintió, se oía confuso y difícil, por lo que veía cada uno tenía una personalidad ridículamente fija, y hacer que se volvieran lo opuesto a lo que eran parecía complicado. Pero antes de seguir pensando, la chica volvió a hablar.

―Pero Kai solo volverá a ser uno cuando la verdad sea revelada, cuando la valentía logre vencer al temor sin prejuicio ni rechazo, y una declaración se haga sin miedo a consecuencias ― Dijo mirando fijamente a Kai, que se sintió intimidado y avergonzado por ello y sentir que era una indirecta, no podía estarle pidiendo que confesara sus sentimientos, ¿O si?.

―¿De qué confesión habla? ― Preguntó Kai gamer al margen de la situación.

―Oh, ya lo descubrirás ― Dijo la chica sonriendo, volviendo a organizar las cosas que estaba haciendo antes de su llegada ―Pero hablo muy en serio, sin esa confesión el ciclo nunca podrá cerrarse, y no importa cuántos intentos hagan, hasta que eso no se cumpla Kai no volverá a unirse y continuará dividido.

Soobin mordió su labio inferior, demasiado avergonzado como para decir algo. Por fortuna, fue una vez más Kai Pinky Pie quien lo salvó.

―¡Conejito! ― Exclamó observando al pequeño animal salir tras una cortina, todos guiaron la vista al conejo que era aparentemente el mismo que apareció en el departamento.

Soobin observó al animal, con el fin de distraer la conversación para cambiar el rumbo que había tomado.

―¿Cómo se fue el conejo del departamento? ― Preguntó señalando al animal, la chica lo miró seria.

―Salió volando.

Soobin miró confundido a la chica, guiando su vista al Kai Terminator que lo veía con expresión de superioridad.

―Bueno, eso es todo. Si quieren pueden venir luego a una lectura de cartas con mi abuela cuando resuelvan esto, yo no les puedo ayudar más, lo siento

―¿Hay algo más sobre esto que debamos saber? ― Preguntó HK, la chica asintió recordando.

―Sí, no pueden decirle a nadie sobre esto. Las personas en la calle pueden verlos, pero si un conocido los ve, podrían correr consecuencias desde quedarse así para siempre a que esa persona los olvide por completo, mejor sean discretos ― Dijo caminando hacia afuera para despedir a los chicos.

Uno a uno cada Kai fue saliendo de la tienda, quedando por último Soobin y la chica. Aún con todo lo dicho, en Soobin seguían varias dudas, de las que temía no querer saber la respuesta.

―Oye... ¿Cuánto tiempo puede durar Kai así?, Quiero decir, ¿Le duele?, ¿O hay un efecto negativo o puede correr riesgo de quedarse así para siempre...?.

La chica soltó un suspiro relajando sus hombros.

―En un principio, no. Pero será mejor que te apresures. No puedo darte fecha límite, podría ser una semana, dos semanas, un mes, un año. Pero Kai no puede seguir estando separado por siempre. No le duele, pero si tardas demasiado, hay riesgo de que se quede así para siempre ― Soobin tembló ante la idea, viendo a la chica acercarse ―Por eso, Choi Soobin, será mejor que te atrevas pronto a solucionar esto. Debes estar muy pendiente a cualquier señal. Empieza con malestares, simples enfermedades o dolores. Pero si no haces algo, tal vez Kai quede para siempre dividido, o peor aún, olvidándote.

Soobin asintió, presa del pánico que le causaban las palabras de la chica.

―Bueno, eso es todo. Adiós, vuelve pronto ― Dijo cerrando la puerta en la cara del pobre chico, que observó suspirando a las versiones de Kai que esperaban por alguna respuesta de él.

―¿Y ahora qué? ― Preguntó HK.

―Ahora, creo que lo mejor es permanecer unidos y volver a ca-

―¡Una tienda de dulces! ― Chilló Kai Pinky Pie, corriendo en dirección a donde los coloridos tonos pasteles resaltaban de las golosinas.

―¡Espera, NingNing! ― Exclamó Soobin viendo al joven pelirosa correr ―Mierda!, ok, necesito su ayuda, todos ahora vayan... ¡¿Dónde está Mad Kai?!.

Preguntó, notando la ausencia de la extraña versión del chico.

―Creo que se fue a la tienda de brujería de la otra calle ― Respondió Kai Terminator, encogiéndose de hombros.

―¿¡Y lo dejaron ir?!.

―Bueno, ¿Y qué querías que hiciéramos?.

Soobin tiró los cabellos de su cabeza.

―No, ahg no puede estar pasando.

―Bueno ― Dijo esa vez Kai gamer ―Yo me voy al arcade.

―Yo a beber ― Dijo HK.

―Yo a una sexshop ― Dijo Ningg.

Soobin tan solo los observó, pensando en cómo iba a lograr fusionar a todas esas versiones tan opuestas de nuevo.

Lo que creyó sería un sueño ahora parecía su pesadilla.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top