09.
Toques en la puerta fueron escuchados, llamando la atención de Soobin.
―Debe ser mamá ― Comentó el pelinegro al castaño ―Voy a abrir.
NamJoon sólo asintió, tomando el cuaderno del otro chiquillo en cuanto se fue; debía revisar sus respuestas y verificar que no hubiera errores.
Al momento de abrir, el pequeño Choi se topó con la mujer que le deseaba lindos sueños cada noche, la misma que podía ser dura en ocasiones. Junto a ella también logró a ver a tres conocidos; Beomgyu y Taehyun, quienes eran acompañados por el mayor de los Kang, el cual tenía dieciséis años y estaba a cargo de los más pequeños.
―Mira a quiénes me encontré, Soobin querido ― Habló la mujer, mostrando a los otros —Gyu me dijo que venían de visita ― Explicó con una sonrisa, girando a verlos ―Anda, entren.
Antes de que el chico de ojos grandes y cabello pelirrojo entrara, fue detenido por su hermano.
―Taehyun-yah, vendré por ustedes en unas horas, ¿De acuerdo?.
El chico sonrió, respondiendo:
―Saluda a YepYeon noona por mí ― Dejando a su hermano irse, fue directo a buscar al pequeño de bonitos labios con el que realmente quería estar ―¡Gyunnie, espérame!.
La mayor de todos los que estaban en casa cerró la entrada por completo, dejando las cosas que había comprado en su lugar y despidiéndose diciendo que iría a su habitación a descansar.
Soobin intentaba mantenerse atento a lo que el castaño le explicaba, sin embargo no lo lograba del todo; las ansias de contarle lo sucedido a su mejor amigo le estaban invadiendo por completo, buscándolo en continuas ocasiones y NamJoon pudo percatarse de ello.
―Supongo que terminamos por hoy, ¿Verdad? ― Soobin vio algo apenado al otro, a lo que sólo sonrió ―It's okay Soobin-ssi ― NamJoon tomó sus cosas, retirándose de la mesa y viendo al par que estaba en el sofá de la sala ―See you later, guys.
De nuevo la puerta fue escuchada tras marcharse el castaño, para que después unos pequeños pasos fueran rápidamente al mismo sitio donde Soobin tomaba nota de lo último visto y guardaba sus útiles escolares.
Kang tomó asiento en una de las sillas cercana a Choi; Beomgyu se acercó al pelirrojo, recargando sus codos en la mesa y sosteniendo su rostro en ambas manos. Lo miró.
―¿Puedo, Hyunnie hyung?.
Indagó el pequeño con una sonrisita, poniendo algo nervioso al otro, asintiendo después. Tras colocarse cómodamente en las piernas del mayor y tratando de no estorbar en su vista hacia el pelinegro, le pusieron su total atención.
Él suspiró.
―Voy a ir directo al grano ― Acercando su rostro al otro par, pareciendo que les fuera a contar un secreto, dijo ―Gyunnie, Hyunnie, ¡Ning dongsaeng me dio un beso en la mejilla!.
Mencionando lo último un poco más bajo pero con la mucha emoción, ambos chicos abrieron su boca tras escuchar aquello, pareciendo una 'o' y después mirándose uno al otro, incrédulos.
―¿Y quién es ese? ― Preguntó el pelirrojo, una vez pasado su asombro.
Soobin rio algo nervioso.
―Bu-Bueno...
―¡Mira, Hyunnie!, Ese niño incluso pone nervioso a Binnie ― Comentó enternecido, sonriendo a su mayor.
Hacía un tiempo que no le veían así, quizás podrían decir que era la primera vez.
El pelinegro suspiró, quería demasiado a esos niños con los que podía ser él sin tener miedo de su respuesta.
―Cuidado que su mamá nos escuche, recuerda que noona no sabe nada ― Pidió el mayor de los tres, recargando su rostro en el hombro de Beomgyu.
―Sí, sí. Vamos Soobin-ah, dinos.
Había que disfrutar ese momento juntos, hablando sólo de cosas buenas, y lindas. No existían muchas ocasiones así.
Al día siguiente, Soobin se había levantado más temprano de lo usual, sorprendiendo un poco a sus padres ya que estaba listo cuando ellos recién habían despertado.
Luego de pasar las primeras horas de clase, el recreo llegó para los chiquillos, siendo Choi el primero en salir de su aula. Fue directo a que estaba al lado, buscando al mayor de los Huening. Una vez los dos se localizaron, el menor de los dos extendió una bolsita de papel al otro.
—Yeonjun-ssi, es en agradecimiento y también para pedirte un favor. ¿Lo aceptarías?.
El castaño más alto asintió con una sonrisa, tomando lo que el contrario le ofrecía.
—¿Qué necesitas?.
—¿En qué salón está Kai?.
Después de recibir indicaciones, el chico se dirigió casi corriendo, teniendo cuidado en las escaleras. Al momento de llegar adonde quería, buscó entre los alumnos, sin tener éxito. Todos ya habían salido y sólo pudo encontrar a la mujer que impartía sus clases.
Ella lo miró, reconociendo su rostro. Sabía que dos de sus hijos le ayudaban en diferentes materias, así que le invitó a pasar. Soobin sería directo con lo que buscaba.
—Disculpe, maestra Kim, ¿Aquí es donde estudía Huening Kai?.
SungMun asintió.
―Sí, cariño. Me pidió ir al baño unos minutos antes de terminar la clase, pero no le vi volver ,¿Pasa algo?.
—Tal vez...
Sin decir nada más, de nuevo, salió casi disparado al lugar qur le había dicho la mayor. Al momento de entrar al sanitario, visualizó que el menor de los Huening se veía al espejo, estando de puntitas para ver lo más que podía.
Soobin caminó hacia él, sorprendiéndolo por la rapidez en que se acercaba.
―¡Oh!, Soobin hyung ― Le dijo, tapando medio rostro con ambas manos, y sonriendo ―¿Cómo estás hoy?.
El pelinegro lo miró sospechoso, dejando sin respuesta al otro quitó sus manos para ver qué ocultaba. Dándose cuenta de que una pequeña parte de su labio estaba abierta.
―Kai-ssi, ¿Quién te lo hizo?, T-Te lastimaron por culpa mía.
La mirada del mayor comenzaba a temblar. De inmediato el castaño tomó con sus manos el rostro del contrario, haciendo que sus ojos se encontraran.
—Hyung, Soobin hyung. Estoy bien, no pasa nada, en serio. Sólo tuve un tropiezo con el tonto de GaNeol.
―Y-Yo venía a buscarte, quería darte esto, pero...
Un tercer cuerpo apareció en la puerta del lugar, la silueta era alta y delgada. El par de chicos miró de quién se trataba.
―Maestra Kim, ¿P-Pasa algo? ― Indagó el menor al reconocer a la mujer.
―Conmigo no, pero parece que con ustedes sí ― Respondió enseguida ―Vengan, por favor...
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