02.

El mayor tomó un momento para hacer creer a su hermanito que lo estaba pensando, siendo su respuesta obvia.

―Está bien, Kai-ah ― Contestó por fin, abriéndose una duda y retomando su camino en marcha ―Sólo, dime... ¿Por qué quieres buscarlo?

El pequeño con traje soltó un suspiro, viendo a su mayor para hablar.

―Ese hyung-nim... Su cara no mostraba una señal de querer sonreír, y también dijo una mentira sobre los niños feos ― Expresó, frunciendo el ceño ―Quiero ver el brillo en los ojos de ese hyung-nim, y más si Yeonjun lo conoce

«Un universo debe existir en ellos»

El mayor le miró asombrado.

―Ohm... Si así lo dices, NingNing.

Sin más por decir, ambos hermanos jugaron otro rato, corriendo de aquí a allá. Pasó el tiempo, siendo llamados por sus padres, era momento de que la familia Huening regresara a casa. La hora de cenar había llegado.

Terminado el fin de semana, por la mañana del lunes, Kai se levantó con más ánimos ese día, tenía la misión de buscar a aquel niño que conoció en el parque con ayuda de su hermano mayor. Cargó consigo uno de sus tantos peluches, siendo éste el de un conejito.

Estando en la entrada de la escuela que era sólo para niños, tomó del brazo a Yeonjun para explicarle por última vez la parte que le correspondía.

―Entonces, ¿Tienes claro lo que debes hacer, hyung? ― Cuestionó el menor, el contrario se limitó a asentir ―Muy bien.

Luego de besar la mejilla de su hermano mayor y despedirse, el castaño fue corriendo a su clase, dejando al mayor de ambos con su almuerzo en mano, y el de más chico en la mochila.

Pasaron las horas, el momento del recreo llegó para todos los pequeños en la escuela, podían descansar media hora de estar en clase.

Kai guardaba los útiles en su mochila para evitar que se le perdiera alguno, sacando el peluche cargado y nombrado "Molang". Su amiguito de cabellos color azabeche se le acercó, tenía curiosidad sobre lo que tenía el castaño en manos.

―Kai-ssi ― El mencionado giró para verlo ―¿Qué es eso?, ¿Por qué no sacas tu almuerzo?.

El menor tomó un momento para responder.

―Bueno... Él es Molang ― Señaló al peluche ― Y mi almuerzo... Está con Yeonjun hyung ― Explicó ―EunWoo-ssi, debo ir por él, ¿No importa?.

―Claro que no ― Sonrió ―Iré con YuGyeom-ssi.

Después de asentir, Kai salió corriendo de su salón, subiendo lo más rápido que podía las escaleras, cuidando sus pasos para no caer.

En ese momento, Yeonjun se encontraba en la entrada de su aula, buscando con la mirada a su hermanito, hasta que después de unos minutos, lo consiguió. El castaño tras llegar con su hyung, recuperando el aire por su maratón de dos pisos.

―En-tonces, hyung... ― Llamó ―¿A dónde, se fue?.

Yeonjun miraba al más chico con ternura, respondiendo por fin.

―Después de que sonó la campana, salí lo más rápido posible aquí al pasillo ― Comentó ―Los de su salón comenzaban a salir, y cuando lo vi le seguí la pista, viéndolo... ― Pausó un momento, tomando aire ―Había un par de niños que iban atrás de él, pero después de bajar las escaleras no pude verlo más

Kai miró sin ganas al mayor, realmente había subido de prisa para tener que bajar.

Sin decir nada a Yeonjun, el menor nuevamente se dedicó a bajar ahora las escaleras de prisa. Estando en el primer piso, buscó como pudo en el patio principal una cabellera pelinegra, para suerte de él no había tanto alumnado en el lugar. Sin embargo, no logró nada, avanzando.

Pasó los por los pasillos, hasta que vio por fin a quien buscaba, al menos eso pensó. Localizó a alguien sentado en el piso, sus brazos rodeaban sus rodillas y su cabeza se mantenía cabizbaja. Quizás, por mucho que no quisiera encontrarlo así, sí era la persona que buscaba.

A pasos lentos se acercó al otro, poniéndose en cuclillas frente a él.

Soobin reaccionó a la presencia que sentía delante suyo, tomando más fuerte sus piernas, y tratando de no asomar el rostro. Sintió cómo quien estaba con él tomaba sus brazos, tratando de quitarlos con delicadeza.

―¿Hyung-nim...? ― Indagó el menor, haciendo al contrario reaccionar.

Esa voz, el pequeño pelinegro pudo reconocerla. Lentamente y un poco confundido elevó su cara. Era él, estaba viendo de nuevo a quien parecía un ángel con traje de pinguino color azul.

Esta vez conservaba la esencia de un ángel, sólo que llevaba puesto el uniforme escolar.

―Tú... ¿Qué haces aquí?.

Sin previa invitación y ninguna palabra, el castaño tomó un lugar al lado del mayor. Soobin no entendía qué pasaba, de un momento a otro secó por completo debajo de sus ojos, esperando la respuesta del otro.

―Ohm... Sólo caminaba por los pasillos, vi a hyung-nim, lo reconocí y ahora estoy aquí ― Explicó, colocando después el almuerzo en sus piernas. Miró al pelinegro con detenimiento ―¿Quiere un poco?.

Soobin realmente no podía pensar en nada, ¿Qué estaba pasando y por qué ese niño de cabellos radiantes y bonitos ojos le estaba ofreciendo de su comida?.

Kai, por su parte, trataba de mantenerse tranquilo en su interior para no saltar con una y otra pregunta al otro. No era la mejor situación para hacerlo y apenas le conocía.

Después de un rato, la comida terminó, el mayor de ambos habló nuevamente mientras el más chico masticaba.

―Entonces...

―Me llamo Kai ― Interrumpió tras pasar su bocado y extendiendo su mano después, el contrario la tomó, desconcertado ―¿Cuál es tu nombre, hyung-nim? ― Indagó.

Antes de poder responder, un par de pasos se escucharon a lo lejos, faltaba poco para regresar a clases y el par estaba un poco alejado de todo y todos, ¿Quién iría en aquella dirección y para qué?.


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