El primero toco su trompeta. Entonces hubo granizo y fuego mezclados con sangre, y esto fue arrogado a la Tierra. Y la tercera parte de la Tierra se quemo: también la tercera parte de los árboles se quemo, y toda la vegetación verde se quemo. (Ap 8:).

―Que Dios este con ustedes... ― Hablo el padre encargado de la parroquia.

―...Y con tu espíritu ― Dijeron al unisono todos los creyentes presentes en aquella misa.

―Pueden ir en paz ― Dicho esto, se dio la misa por terminada.

Todos se pusieron de pie y las voces no se hicieron esperar. Hombres y mujeres hablando entre si, algunos niños jugando, unos que otros se acercaban al Sacerdote. Todo esto se vio interrumpido por un fuerte estruendo que se escuchó fuera de la iglesia.

―¿Que fue eso? ― Las preguntas de angustia comenzaron a escucharse en todo el lugar. Esos susurros eran lo único audible, incluso el ruido de afuera de la parroquia había cesado.

Los susurros se vieron remplazados por gritos de terror cuando la tierra comenzó a sacudirse brutalmente.

―¡Todos salgan! ― Alguien grito al notar que la iglesia estaba colapsando.

Las madres abrazaban a sus hijos intentando protegerlos, algunos hombres ayudaban a los mayores a salir rápidamente, todos los obispos y hermanas que ahí vivían ayudaban a todos a salir.

Las calles estaban igual, gente gritando escandalizada, edificios y estructuras colapsando.

―¡Miren arriba! ― Se escucho el grito de alguien.

El cielo estaba tomando un color rojo y las nubes se arremolinaban como si fuera a caer una tormenta. Los estruendosos ruidos de los relámpagos comenzaron a escucharse de nuevo.

Todos en la Tierra estaban aterrorizados. La incertidumbre y el miedo reinaban las ciudades. Algunos creían que era el fin del mundo.

Pero ninguno sabia con exactitud que estaba sucediendo, y la incertidumbre es lo que mas miedo causaba a las personas.