✵⠀﹙ 5. ﹚
❝Hey, Minhyuk llegue de compras. ❞
Hueningkai asintió sin mirarlo, Bogum camino acompañado de Minho de vuelta a la preparatoria.
―Intentaré buscarlo.
Jungkook murmuró que si para luego únicamente concentrarse en el pequeño castaño que lloraba asustado, después de unos cinco minutos Bogun llegó agitado y minutos después llegó Minho con sangre en el brazo.
―Oh, joder. ¿Qué diablos pasó?.
―Encontremos a Taehyun, intentamos perseguirlo... y cuando Minho lo atrapó... ― Intento seguir hablando pero el aire le hacia falta, había corrido por las escaleras y por los gigantescos pasillos de la preparatoria, una vez que recupero el oxígeno volvió a hablar ―... Taehyun lo mordió casi como si quisiera arrancarle el maldito brazo.
Jungkook pegó más a su cuerpo a Hueningkai cuando el intentó ver a los dos chicos, no quería que viera el estado horroroso de Minho.
―¿Quien se quedará con Hueningkai?.
―Lo haré yo ― Asintió Jungkook mirándolo con seguridad y su boca se torció en una mueca cuando noto la herida abierta del muchacho ―Adelanté, vayan al hospital. Cuidaré de él.
―¿Lo ves? Ahora vemos, Minho. Estas sangrado demasiado.
―Mamá siempre dijo que era un sangron pero creo que no se refería a esto ― Dijo en un intento por bromear pero rápidamente jadeo de dolor.
―Tengan cuidado.
Jungkook les dijo antes de tomar la mano de Hueningkai y ambos subirse al automóvil del primero.
Cuando Minho perdió de vista a los dos chicos no pudo aguantar más y soltó la bomba de inmediato.
―Bogum, ¿Por qué tenías un arma?.
El mencionado trago saliva recordando lo que había pasado anteriormente en los pasillos.
Momentos atrás.
―¡Deja de correr! ¡Carajo, Taehyun! ― Bogum le gritaba mientras trataba de segir sus pasos.
Taehyun dio la vuelta por el pasillo inmediatamente subiendo las escaleras con dificultad, sus dos compañeros le pisaban los talones tan solo unos cuantos pasos atrás.
―¡Minho, no subas! Ve por el pasillo dos, corre, maldición.
El adolescente asintió sin subir las escaleras y desapareció por el otro pasillo.
Park Bogum subía las escaleras lo más rápido que podía, no dejaría que el maldito se escapará sin dar una buena explicación o sin un buen golpe.
―Detente ahí, maldito hijo de perra, habló en serió ― Le advirtió cuando Taehyun hizo el amago de irse por el pasillo dos, sacó el arma de su tobillo y le apunto con precisión.
―¡¿Qué diablos haces, Bogum?!.
Minho había aparecido en el pasillo dos interceptado a Taehyun y dejandole sin pasó.
―Quiero respuestas verdaderas o te doy un tiro aquí mismo. ¿Estas en la maldita Deep Web, verdad?.
El muchacho de hebras rubias se giro con una tétrica y escalofriante sonrisa a la par que asentía sin problema alguno.
―Creí que lo sabias. Soy espectador de tus videos, Bogumie.
Park jadeo sorprendido y Minho ni siquiera sabía de lo que hablaban.
―Vi a Hueningie en la página y solo quería jugar, quiero que sea mi amigo ― Mencionó encogiendose de hombros con una exposición triste en su rostro.
―Vete a la mierda, Taehyun. Hasta aquí llegaste.
Bogum le siguió apuntado y le quito el seguro del arma jodidamente tenso, Minho negó varias veces pálido.
Taehyun trato de moverse rápidamente pero el brazo de Minho se lo impedía, le mordió con brusquedad hasta que sintió parte de la carne en su boca. Aprovecho el dolor del muchacho y corrió rápido por los pasillos perdiéndose entre ellos.
―¡Mierda, Minho!.
Bogum respondió como pudo inventando una mentira para la pregunta de su compañero.
―Mi padre me la regalo hace un año para precaución, me habían asaltado y por eso la tenia ― Intento convencerlo mientras lo ayuda a entrar por el hospital, agradecía mentalmente que hubiera un hospital cerca de ahí.
―¿De que hablaba Taehyun? ― Pregunto de nuevo pero de inmediato Bogum le aviso a la enfermera y ella se lo llevo sin poder escuchar la respuesta.
Jungkook y Hueningkai llegaron a casa veinte minutos después, el castaño había dejado de llorar gracias a su hyung. El le había limpiado sus lágrimas y le había prometido que todo estaría bien, ahora se encontraba con la pequeña bola de pelos pelusa y se encontraba más animado.
―Hueningkai, ¿Puedes esperarme un poco? Pasaré a mi casa por mi hermana, vendrá también ― Le dijo con angustia en su voz, no le agradaba la idea de dejar solo a su niño.
―Aquí esperare, Jungkook hyung, ni te preocupes ― Le respondío mientras se sentaba en el sofá con pelusa ―Vaya tranquilo, hyung.
―No tardaré, lo prometo.
Jungkook beso con suavidad la frente del castaño y salío de la casa, Hueningkai suspiro cuando vio el auto desaparecer de su vista.
―Somos tu y yo Pelusa, ¡Vamonos!, ¡Hay que ver las caricaturas arriba!.
El castaño subió las escaleras de inmediato con emoción, entró a su habitación y encendió la televisión sin ningún problema.
―¡Mira, Pelusa!, ¡Son esas chicas que tienen poderes! ― Dijo con emoción dando pequeños saltitos desde la cama, el canino le ladró en respuesta.
El ambiente era sumamente tranquilo, el único sonido era el de la televisión anunciando las caricaturas favoritas de Hueningkai. Eran las ocho de la noche apenas, la noche era un poco fría y faltaban varias horas para que sus padres volvieran. Tan solo habían pasado unos veinte minutos desde que Jungkook se fue en su auto dejándolo, la verdad es que su casa estába un poco apartada y era un gran detalle que siempre trajera al menor después de la escuela.
El ruido de la puerta abriéndose le sacó una sonrisa a Hueningkai, ¡Jungkook hyung había vuelto! De inmediato abrió la puerta de su habitación y salió para recibirlo. Estaba apunto de bajar las escaleras si no fuera por que vio a un hombre que jamás había visto de pie en la sala, de tan solo verlo a Hueningkai le dio escalofríos.
El tipo era probablemente dos veces más grande que el castaño, su cabello era peliazul y sus pequeños rizos caían sobre su frente. Su pálida piel estaba adornada por cientos de tatuajes haciéndole lucir tan temible, portaba unos pantalones blancos que se acentuaban de maravilla en sus carnosos muslos, su pecho era cubierto por una camiseta de vestir negra con las mangas dobladas hasta los codos y al menos tres botones estaban desabrochados.
Hueningkai corrió a su habitación de nuevo escondiéndose en el baño, la ansiedad y el miedo comenzaban a hacerse presente aniquilando su estabilidad por dentro.
―N-No ahora.
Ruidos se escuchaban en la planta baja, parecía ser de esos ladrones o al menos eso creía el joven castaño. Tomó su móvil sacandolo de su bolsillo y no dudo en llamar de inmediato a su hyung.
―¿Kai? ¿Hueningkai? ¿Que sucede?.
―Jungkook hyung, n-no se. Escuchó ruidos en la planta baja.
―¿En donde estas? No hagas ningún ruido y calmate. ¿Si? Mi hermana ya esta llamando a la policía.
―Estoy en... El baño. Escuchó sus botas por las escaleras, hyung ― Respondió con sus vocecita apenas audible para el pelinegro.
―Quedate ahí, todo estará bien, Kai.
Nada.
―¿Kai? ¿Bebe? ¿Sigues ahí?.
―Jungkook hyung, abrieron la puerta ― Respondió el joven entrecortado por el llanto que se presentaba ―Tengo... Miedo.
―No, no, no. Bebé, calmate. ¿Si? La policía ya va, quedate conmigo.
La respiración alterada de Jungkook se presentó a través de la linea mientras su hermana trataba de calmarlo.
―¡No! ¡Dejame! ― Se escuchó a través del teléfono seguido de cosas rompiéndose.
―¡Hueningkai!.
―¡No! ¡Por favor no! ¡Jungkook hyung!.
El mencionado pudo escuchar perfectamente los gritos de su menor a través de la linea. Parecía una riña por la cantidad de objetos rompiéndose, después de unos minutos finalmente el silencio reino.
―¿Bebe? Dime... Algo... Por favor.
Una respiración agitada se adueño del teléfono. Jungkook con el coraje que sentía se atrevió a preguntar,
―¿Quien eres tu? ¿Por que haces esto?.
―Ese lindo cachorrito es mio ahora. Es mi nuevo juguete y vaya que salió caro.
Una ronca carcajada resonó por la linea, y después de eso la llamada finalizó.
Soobin corto la llamada lanzando el móvil al escusado y miro el cuerpo del chiquillo en la bañera. Lo cargo entre sus brazos al estilo nupcial y bajo las escaleras observando el desastre, se felicito internamente por no haber tocado nada que dejara sus huellas. Intento salir por la puerta pero estaba Bogum ahí de pie con un arma sumamente agitado, probablemente corrió hasta acá.
―No vas a llevartelo, Choi. ¡Dejalo en este instante!.
―¿Así que conoces al chico Bogum? ― Le cuestionó empuñando inconscientemente su lengua dentro de su mejilla, dejo al castaño en el sofá antes de encarar al joven.
―Fue mi culpa que el entrará, solo dejalo, Choi.
―Es mio ahora.
―No, no es tuyo. ¡Es un maldito chico inocente, joder! Ya basta.
―¿Ahora si piensas en los chicos inocentes? No decías nada cuando los obligabas a hacer tus porquerías acerca de asesinar ― Le dijo el peliazul con una sonrisa cínica en si rostro, Bogum sonrió también.
―¿No somos tan diferentes o si?.
Y esa fue la gota que derramo el vaso por que Soobin en un ágil movimiento le doblo la mano sin rechistar para que no pudiera usar el arma, llevo ahora sus venosas manos al pálido cuello del adolescente tratando de estrangularlo, Bogum intentaba safarse del agarre pero la fuerza del otro era tan superior. Mierda, el era tan solo un puberto de diecinueve años y el otro un jodido mercenario que le ganaba por dos cabezas al menos.
Soobin le apretó con demasiada fuerza mientras el adolescente intentaba patear con todas sus fuerzas, el oxígeno comenzaba a hacerle falta y su rostro se ponía rojo hasta que finalmente dejo de resistirse.
―Jodete en el infierno, Bogum.
Salio de la casa cargando al chico en sus brazos y lo subió al auto rápidamente para evitar sospechas.
El trayecto fue demasiado apartado, Soobin vivía demasiado apartado de la sociedad para evitar ser descubierto por algún enemigo o cualquier persona de la Deep Web. El ser mercenario era un constante peligro para el por que muchas personas tenían sed de venganza en contra de el pero a Soobin realmente no le importaba si no a Minhyuk que parecía preocuparse a toda hora.
Cuando finalmente llego, bajo al chiquillo del auto nuevamente en sus brazos, si que pesaba. Entro a la casa ante la atenta mirada incrédula de su compañero.
―¿Enserio lo hiciste?.
―Hey, Minhyuk ― Le dijo con una sonrisa arrogante posada en todo su rostro, y se dedico a olor el cuello del joven de una manera tan enferma ―Llegue de compras.
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