✵⠀﹙ 24. ﹚

Nunca creí que volvería a ver tu horrenda cara de nuevo, Choi Soobin.❞


D E E P W E B.

...


―¡Devuélveme a mi mocoso, Soobin!.

Yeonjun y Beomgyu estaban a unos metros de atraparlos.

―Mierda. Jisung, rápido ― Se dirigió al rubio empujándolo para sacarlo del pequeño trance que había tenido, Soobin comenzó a correr entre la gente con Kai.

Jisung obedeció siguiéndolos por detrás, la gente tapaba la vista de ambos hombres.

―¡¿Qué mierda esperan, eh?!, ¡Vayan a perseguirlos! ― Ordenó Yeonjun de manera tensa a sus dos hombres, Beomgyu también comenzó a correr detrás de ellos. Choi sabía que nada saldría bien así que con pesadez decidió emprender marcha también.

Soobin siguió caminando con rapidez perdiéndose entre la gente, Kai apretaba su mano con fuerza, no quería irse.

―¡Detente ahí, Soobin!, La manzanita es nuestra ― Beomgyu seguía corriendo detrás de ellos, sus gafas de sol habían caído al suelo.

El mercenario gruñó ignorando los gritos del escandaloso de Beomgyu, soltó una gran maldición cuando se vieron interceptados por los dos hombres de Yeonjun en una esquina solitaria. Estaban acabados.

―Binnie... No otra vez ― Susurró el castaño aferrándose al cuerpo del tatuado, Soobin le correspondió de la misma forma. Nadie le arrebataría a su pequeño ángel de nuevo, primero se los lleva al infierno antes de que lo toquen.

―Eres mío para la eternidad, Huening Kai. No te dejaré ir.

―Vaya, vaya ― El empresario llegó al lugar seguido de Beomgyu quien tenía una encantadora sonrisa en su rostro, cínicamente saludó al castaño ―Nunca creí que volvería a ver tu horrenda cara de nuevo, Choi Soobin.

―Oh, Choi. Me vale verga si querías verme o no, ni siquiera te recordaba hasta hoy ― Soltó duramente ganándose la risa de Choi Beomgyu, Soobin apretó la cintura de Kai cuando notó que se acercaba.

―Ni te atrevas a ponerle una puta mano encima, Beomgyu. Te juro que te haré que te tragues tus propias bolas, traidor hijo de perra.

―Eres un grosero, Soo ― Respondió Beomgyu pasándose una mano por las hebras grisáceas, Yeonjun seguía observando la escena seriamente ―Hola, Jisung. ¿Debería decir que es un gusto volver a verte?.

Jisung se tensó observándolo de reojo, estaba detrás de Soobin mientras en su mano escondía el arma.

―No lo es para mí, traidor.

―¿Traidor? ― Beomgyu rió encantadoramente acercándose todavía más a los tres chicos ―Sólo miré a otros horizontes.

―Dejen sus mariconadas cursis para después ― Expresó Yeonjun con frustración, sólo quería llevarse al mocoso y follarlo duramente.

Soobin sintió la agitada respiración de Kai en su cuello, algo andaba mal en ello.

―Binnie hyung... ― Susurró aún escondido entre su cuello, Yeonjun observaba fríamente la manera en la que el mercenario tocaba a lo que consideraba suyo.

―Hey, muñequito. ¿Qué mierda sucede? ― Le cuestionó mirándole a los ojos, Kai se aferró a su camiseta para evitar caer al suelo. Soobin lo sostuvo firmemente de la cadera mientras observaba el estado deplorable del chiquillo ―Kai, háblame.

―Beomgyu, ve por él.

El grisáceo asintió dando pequeños saltitos al acercarse, irradiaba felicidad cínica por doquier. Jisung de inmediato le apuntó con la arma temblando un poco pero seguro de lo que hacía, los dos hombres de Yeonjun apuntaron al rubio instantáneamente. No habría forma de salir vivo.

―Suelta esa arma, niño. Sabes que saldrás tiroteado por mis dos hombres ― Habló el empresario duramente dedicándole una penetrante mirada, Beomgyu esbozó una mueca de aburrimiento.

―Binnie, n-no puedo... ― Logró articular el castaño sintiendo nuevamente el aire escapar de sus pulmones, el mercenario lo tomó del rostro obligando a que lo mirase ―Está sucediendo... De nuevo.

―¡Ajá!, ¡¿Y planeas dispararme aquí?, ¿Olvidas que hay gente?!, Tu fachada de empresario santo se caerá ― Mencionó Jisung balbuceando sin dejar de apuntarle al caníbal.

Yeonjun apretó su mandíbula con enojo y se quitó las gafas que poseía.

―¿Crees que van a creerte a ti, desgraciado? Te buscan por asesinato y ese imbécil de ahí está muerto legalmente ― Le dijo con ironía sin dejar de observar como la arma temblaba entre sus manos, sonrió con aires de superioridad mientras a su lado Beomgyu estaba ansioso por quitarle a Soobin lo que quiere ―En cambio, yo soy un exitoso empresario y Beomgyu es el dueño de un famoso restaurante. Puedo decir que ustedes dos quisieron secuestrarme a mí también justo como lo hicieron con el mocoso.

―Kai, cálmate. Mírame a la cara, amor.

El mencionado observó a Soobin con sus ojitos cristalizados, a pesar de tener las manos del mayor en su rostro no lograba calmarse. No con el miedo que sentía.

―Bin... No dejes... Que

―No te dejaré ir. Joder que no ― Lo interrumpió con brusquedad besándole en los labios sin importarle que estaba a nada de morir por Yeonjun -Naciste para ser mío, Kai.

―¡Tráelo aquí, Choi! ― Gritó Yeonjun harto de la palabrería, el grisáceo se acercó a la pareja.

―No vas a tocarlo.

―¿Quién dice que voy a tocarlo a él? ― Respondió coquetamente trazando líneas imaginarias en el pecho del tatuado, Soobin le sostuvo de la muñeca con fuerza distrayendose en la acción ―Ups.

Beomgyu aprovechó la oportunidad para atraerlo consigo y golpearle en al abdomen con la rodilla, los dos hombres de Choi rápidamente se acercaron tomándolo de los brazos.

―¡Carajo, Beomgyu!, ¡Déjalo! ― Le gritó Soobin furioso intentando librarse del fuerte agarre de los hombros, por un momento logró golpearles a los dos en el rostro pero de inmediato lo atraparon antes de que siquiera se acercara al sollozante Kai.

―Hey, manzanita. Dame la mano ― Pidió Beomgyu mordiéndose el labio conteniendo sus ganas de reír, abrió su boca impresionado cuando vió al menor ―¡Wow!, ¿Esto no te parece un déjà vu?.

Kai soltó pequeños quejidos al no poder respirar de manera adecuada, estaba sufriendo al ser preso una vez más de un ataque de pánico.

Jisung seguía paralizado, el arma estaba en sus manos pero Yeonjun le apuntaba con otra muy cerca.

―Manzanita deliciosa, sabes que soy impaciente.

―Por favor, s-sólo... yo no puedo..

―¿No puedes respirar?, ¡Lo hubieras mencionado antes! ― Exclamó con falso enfado agachándose a la misma altura que Kai en el suelo ―¡Te pasaré respiración boca a boca!.

―¡Déjalo en paz!, ¡Mierda, Beomgyu!, ¡Ya basta! ― Los gritos desesperados de Soobin hicieron que Yeonjun se girara con ligera impresión.

Jisung no resistió ver más la escena, era desgarrador ver como Soobin luchaba desesperadamente por safarse del agarre. Desesperado por no ayudar. Sus ojos vagaron en Kai, él también sufría siendo víctima del ataque de pánico. Tenía que ayudar.

Y ayudó jalando del gatillo.


D E E P W E B.
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