60 años después Soobin se encontraba en su mesedora, comiendo con sus palillos de metal la sopa que Jungwon le había traído.

—Abuelo, ¿Como se usa esta cosa? —Preguntó su nieto, Jake sosteniendo entre sus pequeñas manitos un juguete.

Soobin levantó sus hombros en señal de desconocimiento, viendo a través de sus anteojos, y un poco borroso como su nieto de las ingeniaba para saberlo.

La noche de navidad pasó con naturalidad. Entre risas por las anécdotas de su hijo y de sus nietos, entre sonrisas recordando a su esposo fallecido y las incontables cosas que hicieron juntos, y entre chistes contados por los tíos de los pequeños.

Luego de eso, Soobin con la poca movilidad que aún poseía ayudó a su hijo y a su nuera a acomodar el desorden causado por los invitados en un silencio cómodo.

Soobin con la ayuda de Jungwon subió las escaleras hasta su habitación. Quito sus pantuflas de sus pies, cambio su elegante traje de gabardina por un como pijama negro y quito sus lentes del puente de su nariz.

Se recostó en su cama y dormito unos minutos, hasta que lo volvió a sentir.

El aroma a mango volvió a picar su nariz, abrió los ojos alarmado, pero cuando sintió su cabeza ser besada, sonrió y durmió nuevamente.

Esta vez por mucho tiempo, hasta despertar de nuevo y encontrase al amor de su vida, quien sabe que siglo, que década, que año, que mes, que semana, que día, que hora, que segundo, cuando...