· ✦ 04: mi omega

Soobin repitió el mismo proceso que el día anterior, en 29 días, contando hoy, el contrato se acabaría ―recuerda Soobin, el dinero― Dijo dándose aliento a el mismo para seguir con ese tedioso contrato.

Llegando a la clínica se topo con Hueningkai, quien le saludo atentamente.

―Hola Soobin hyung, estaba yendo a que me dieran una inyectada, pero ya salí, ¿Vamos? ― Hizo ademán con su mano dirigiéndose al pasillo por el se llegaba a su habitación.

―Si, como sea mocoso ― Dijo dándole una bolsa con un regalo que le habían obligado a comprarle.

―G-Gracias Soobin ― Dijo dándole una reverencia con su rostro sonrojado.

Ese día fue menos tedioso para Soobin, ya que aunque el fuera el ser menos voluntario del mundo, Hueningkai lo complementaba a la perfección, dando todo de sido para que el contrario no se aburriera.

―¿Sabes Soobin?, desde los doce años no habíamos pasado tanto tiempo juntos como ahora ― Con una sonrisa acarició el rostro del pelinegro con una sonrisa, la cual de inmediato fue quitada cuando Soobin con notable desprecio la quito de su rostro bruscamente, quitándole el habla a Hueningkai, y en su lugar darle una sensación de vacío.

Soobin al percatarse, instintivamente agarro a Hueningkai del codo, pero en ese momento soltó un gemido lastimero de dolor.

―¿Que te sucede enano? ― Preguntó fingiendo despreocupación, pero se alarmó al percibir que el aroma dulce de Hueningkai se transformo en uno ácido, viendo como sostenía su codo con lágrimas gruesas brotando de sus ojos e inaudibles sollozos.

Soobin levantó la bata de el, y noto como su pliegue del brazo tenía varios hematomas, moretones y decenas de marcas de agujas ―Yo... lo siento ― Dijo para dar fin a la reunión en su habitación e irse a su casa.

Ya en ella, Soobin comió un como de ramen instantáneo, dirigiéndose a su cama para al fin dormir. Luego de intentarlo por horas, le fue imposible, su lobo le gritaba que dejara de ser tan estupido.

―¡¿Soobin cuando dejaras de ser tan imbécil?! ― Regañaba su lobo interior ―¡¿Cuando iras por tu Omega?! ― Oh... Ese apodo lo desbarato.

―¡¿Mi Omega?!, ¡Claro que no es mi Omega! ― Se encontraba gritando en su cama.

―¡Silencio, ¡hay gente que quiere dormir! ― Se escuchó desde el departamento de al lado, petición que ignoró como un "educado" "al carajo" no fue eso lo que le sorprendió, si no el darse cuenta de que se encontraba en pijama en su auto, dirigiéndose a la clínica ―estupido lobo― fue lo único que pudo pensar, sabia que si oponía resistencia a su lobo este podría hacerlo enfurecer más.

Su lobo estaba tomando el control de la situación, al darse cuenta que roncos gruñidos salían furiosos regañando su lado humano, la fuerza gutural que salia de el, al darse cuenta que podría en cualquier momento podría romper el volante, y obvio, su aroma más potente que hace mucho tiempo, inundando el auto de olor a coco y café.

Para cuando llegó, la clínica estaba fuera de servicio, solo emergencias estaba abierto, así que entro por ahi. Aunque solo estuvo 3 días en la clínica, ya sabia de memoria el camino hacia la habitación de Hueningkai, a la cual corrió agitado.

Al llegar se dio cuenta que podía interrumpir la paz de Hueningkai asi, por lo que abrió la puerta delicadamente aun agitado, el televisor se encontraba encendido en un volumen bajo, Hueningkai acostado, durmiendo en la cama para dos personas justo en el centro, y una pequeña lámpara azul iluminado junto a la TV.

Sin poder controlarse, su cuerpo por si solo desprendió la cobija de la cama hasta dejarla en la orilla, dejando sorprendido y sobre saltado a Hueningkai. El mismo hizo el ademán de levantarse pero en ese mismo momento Soobin se acostó a su lado, no dejando que ni una partícula de aire pasara entre ellos. Agarro la cobija entre sus manos y las puso de nuevo en en su lugar, vez tapándose el mismo también.

―H-Hyung ― Trato de hablar, pero en ese momento Soobin se apego más a el, rodeándolo protectoramente con sus brazos, llevando su nariz al cuello del menor, aspirando su aroma acaramelado de mango, haciendo que gruñera, llevando la vibración de su pecho a la espalda de Hueningkai.

―¿Ves que tengo buenas ideas? Soobin idiota ― Se burlaba de el su lobo.

―Callate ― Susurro por lo bajo, más aun así Hueningkai lo escuchó.

―¿Que paso hyung? ― Pregunto al no entender bien lo que dijo dándose la vuelta, quedándose demasiado cerca del rostro de Soobin, a causa del pequeño espacio que había puesto entre los dos este.

―Nada bebe, durmamos ― Dijo, luego besando la pequeña nariz de Hueningkai. Aunque ahora podía dormir sin problemas junto a su Omega, el lobo de Soobin decidió que necesitaba mas de su Omega. De un momento a otro Soobin coló su rostro en el cuello de Hueningkai, extasiado por el atrayente aroma, y sin previo aviso coló su lengua entre sus labios, lamiendo gustoso el lugar donde supone ira la mordida. De repente las lamidas pasaron a chupetones, dejando marcas y chupetones violáceos en el fino cuello.

Hueningkai por otro lado se encontraba ahogado sus jadeos entre sus finos labios, frotando su rostro en el poco tonificado pecho de su Alfa para calmar sus nervios, también encantado con la cantidad de feromonas que este soltaba. Tenía miles de preguntas, como ¿Por que Soobin de la nada llego a su cuarto a las tres de la mañana?, o ¿Por que de repente se encontraba tan territorial?. En vez de tratar de encontrar respuestas a eso, solo se dejo hacer, disfrutando las suaves caricias en su espalda baja, y la especial atención que estaba recibiendo en su cuello.

Luego de aproximadamente media hora, Hueningkai cayo rendido, durmiendo entre los brazos de su Alfa con sus dedos amarrados suavemente del cabello de Soobin, mientras que Soobin se encontraba abrazando firmemente de la cadera de su Omega, y su nariz en su cuello, así logrando después de muchos años dormir en paz y tranquilidad, y con una sensación de amor en su pecho, ambos con una débil sonrisa en sus labios.


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