◞¡ quinta alma ،

Tú me abandonaste cuando más te necesité

La criada retoca su maquillaje una vez más, cuidando que cada detalle sea perfecto. Sonríe satisfecho cuando terminan con sus labios, el estilo le favorece y se ve hermoso. El traje también le suma.

―Señorito Kaiwoon, le buscan ― Dice la ama de llaves, asomándose por la puerta ―¿Le dejo pasar?.

Kaiwoon frunce el ceño por la extrañeza del asunto y se siente repentinamente nervioso. Falta poco para su unión y quiere que todo salga perfecto; no tolerará incidentes.

―¿Quién es, Mirna?

―El Centinela Choi.

Su rostro se enfría con el alivio, y no disimula su satisfacción cuando dice:

―Déjalo pasar.

La ama de llaves asiente se retira junto con las demás sirvientas, las cuales han sido despedidas con un ademán suyo. Quiere privacidad con su Alfa.

Cuando entra, juega con sus dedos para mostrar un aspecto más inocente y agradable. Lo mira con timidez y vacila sobre si debe acercarse o no, pero Soobin se le adelanta al abrazarlo por la cintura.

―Alfa, no se supone que estés aquí... ― Murmura juguetón, soltando una risa cuando Soobin le lame el cuello.

―¿Y quién lo decidió? ― Sonríe seductor, acariciando su cintura.

―Se supone que es de mala suerte ver al novio antes de la boda.

―Hmm ― El Alfa lo ignora y aspira fuertemente, haciéndolo tensarse.

Trata de relajarse, pero aún así Soobin lo nota.

―¿Estás nervioso?

Kaiwoon asiente, agradeciendo la caricia de Soobin en la mejilla con un suspiro.

―¿Y tú?.

―No. Solo ansioso. Quiero poder decirle a todos que eres mi Omega. Y también...

Las palabras no dichas calan en Kaiwoon, quién como respuesta se eriza y se aleja de él. Se esfuerza por mantener una sonrisa mientras se sienta en el tocador, encontrando la mirada del Alfa a través del espejo.

―Deberías regresar ― Dice con voz suave ―Queda poco para que inicie la ceremonia y aún no estoy listo. Además, los sirvientes deben de estar buscándote como locos.

El Alfa lo abraza por la espalda.

―A mí me pareces más que listo ― Lame su glándula de olor, sacándole un gemido estimulante.

El Omega enrojece y lo golpea.

―¡Soobin!.

Riéndose, el Alfa escapa antes de ser víctima de la verdadera ira del Omega. Kaiwoon lo sigue con la mirada hasta que sale, y cuando escucha que la puerta se cierra endurece su semblante.

El débil lazo que los conecta desaparece conforme la distancia entre ellos aumenta, y se pregunta si tiene que ver con la influencia que había ejercido Kai en él hacía tres días.

―¡Díganle a mí madre que venga! ― Grita, sabiendo que será escuchado y obedecido.

Nota que sus manos tiemblan y niega lentamente.

«Todo va a salir bien», se repite cual mantra mientras se peina una vez más. Es segundos después que la puerta se abre.

―¿Qué hiciste con Kai? ― Pregunta inmediatamente.

―Está encerrado en una de las mazmorras cerca del valle de los lirios. Las usábamos para capturar a los pícaros que traspasaban nuestras tierras, pero la barrera mágica ha impedido que esas criaturas entren aquí en un largo tiempo. Nadie va por allí, nunca ― Arruga el entrecejo, parándose a su lado ―Aún si grita no será escuchado. ¿Por qué la pregunta repentina?.

―Tengo un mal presentimiento ― Dice ―Debimos haberlo matado en lugar de mantenerlo vivo y encerrado. Sería más seguro.

―No hubiera sido rentable, pero de todos modos no tienes que pensar en eso. El centinela Choi...

―Mi Alfa ― Gruñe. YoonA asiente.

―Tu Alfa ni siquiera conoce su existencia. Le dijimos a Kai toda la verdad; sabe que Soobin se va a casar contigo y no con él. Está tan dolido que el lazo que comparte con Soobin se está marchitando. Morirá esta misma noche.

―¡¿Estás diciendo que comparten un lazo?! ― Pregunta, ignorando el resto de información.

―Nunca has sido ingenuo ― YoonA agudiza la mirada ―Deberías saberlo mejor.

El regaño le cae como un balde de agua fría y se recarga en la silla, aclarándose la garganta.

―¿Y qué hay de la copa de agua de la cascada?, siempre que la bebo me pongo enfermo. Sospecharán.

―Si todo va bien, no pasará eso. El aroma de tu Alfa te fortalecerá. Deja de sugestionarte y traer mal agüero.

―Será mejor que así sea, porque sino...

―Basta ― Espeta YoonA, caminando hacia la puerta ―Termina con lo que estés haciendo. La ceremonia comienza en una hora; tu papá vendrá a buscarte. Será él quien te entregue.

Kaiwoon asiente apretando la mandíbula, tan ensimismado que no se percata del fuerte gruñido que proviene del lobo al otro lado de la ventana.

La mirada en su rostro es triste y melancólica. Cuando su nariz sangra, Kai se da cuenta de que ha llegado a un estado crítico. Su cuerpo se encuentra empapado de sudor frío, y conforme avanza el tiempo la pesadez en su cuerpo se acentúa. Le cuesta respirar.

Quiere maldecir en voz baja por que sabe lo que eso significa. En poco tiempo, su cuerpo terminará de sucumbir ante la debilidad y él morirá.

Una lágrima rebelde resbala a través de su mejilla derecha, y él se apresura a limpiarla. A pesar de que está cerca de perecer, se niega a irse con el alma llena de pena, por que a ser así, los dioses no le augurarán cosas buenas para su siguiente vida.

―Terry, por favor. Perdóname ― Murmura, sintiendo pesadez en su corazón al pensar en el lobo gris.

¿Está decepcionado de él por su falta de lucha, o lo entiende?.

El pensamiento lo aflige y sus ojos se humedecen, pero se esfuerza por disipar toda emoción negativa una vez más, y en silencio, ruega a la luna por el bienestar de su compañero protector.

―¿Está seguro de que esto es lo que quiere, Luna? ― La voz del lobo vacila y permanece triste, pero en ella no hay recriminación alguna. Quiere transmitirle a Kai que pase lo que pase, estará con él hasta el final.

―No. Esto no es lo que quiero ― Sonríe triste, y el líquido acumulado en sus ojos finalmente se derrama ―Pero lo que yo quiera o deje de querer no es importante.

―Lo es. Al menos para mí.

―Desearía que eso fuera suficiente.

El lobo resopla.

―Yo también.

Entre ellos se forma un silencio lo suficientemente largo como para permitirles una breve meditación. Durante ese periodo de tiempo, el corazón de Kai palpita con la suficiente fuerza como para hacerlo jadear y abrir los ojos con impresión.

―T-Terry...

―¿Sí?.

―T-Tengo miedo ― Confiesa, arrugando el rostro cuando se le escapa el primer sollozo ―No quiero morir aquí... No así...

-Dígame qué desea, Luna.

―Quiero verlo por última vez. Incluso si no puedo tenerlo, todo lo que quiero es verlo por última vez para poder irme en paz.

―¿Eso es todo?.

―Por favor...

El lobo asiente a pesar de que Kai no pueda verlo y luego retrocede con determinación. Lo siguiente que hace es embestir la puerta durante repetidas ocasiones, lo que termina por provocar el quiebre de la madera podrida y mohosa.

Por su deterioro, es dolorosamente obvio que no ha sido utilizada desde la última guerra. El lugar había sido abandonado, y esa fue la razón por la que lo eligieron para recluir al Omega.

Sin embargo, Terry sabe que hay algo más. Trata de recordar pero es inútil, y maldice que su memoria esté tan deteriorada.

―¿Se siente mejor, Luna?.

―A penas ― Susurra, arrastrándose hacía afuera con dificultad.

―Traje agua de la cascada.

―Dámela ― Pide gentilmente.

Terry se la entrega, y cuando toma el primer trago, su piel se esclarece y se llena de vida. Ahora el Omega siente que puede respirar con más tranquilidad.

―¿Quiere descansar un poco antes de...?.

―No ― Dice obstinadamente ―No hay tiempo que perder.

El lobo gris asiente, se inclina ante él facilitando el acceso a su lomo y cuando Kai se acomoda aferrado a su áspero pelaje, comienza a correr.

Una vez abandonan el lugar, aulla a la luna en busca de esperanza.

» ¿Cuál será el resultado de esto?.

» Una tragedia.

Soy como un pedazo de cristal. Me rompo muy fácil y daño a quien quiere recogerme

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