◞¡ octava alma ،

En medio de la noche, es cuando más me duelen los recuerdos

Durante su cautiverio, el frío de la noche siempre había sido un excelente calmante para Kai. Le permitía pensar con más tranquilidad y lo arrullaba.

Sin embargo, en esa situación solo le produce inquietud. Hay una engañosa sensación de calma que lo atormenta, y mientras reflexiona al respecto se pregunta en qué momento irán por él.

Tiene miedo de lo que puede pasar ahora que está expuesto e indefenso ante el mundo, por lo que se mantiene en silencio y alerta, a la espera de lo desconocido. Entonces, ocurre.

A lo lejos escucha una voz, es femenina y clara. Gracias a la aguda audición de su lobo, puede identificar con rapidez que se trata de Rain, la loba dominante que conversó con Terry y que posteriormente lo protegió.

―Ya debió de haber despertado ― Menciona pensativa, manteniendo sus pasos suaves y temerosos, reacia a imponer presencia.

Sin embargo, el lobo que la acompaña no imita su actitud, y por el contrario, es ruidoso.

―¿Y si no lo ha hecho? ― Pregunta con voz gruesa, haciendo que Kai se estremezca cuando se da cuenta de quién se trata.

Cuando las sombras se hacen más notorias, Kai se agazapa contra la pared para no ser visto. Sabe que es inútil, pero al mismo tiempo ocultarse es su único consuelo.

―Parece muy despierto para mí ― Dice la loba, deteniéndose frente a la celda.

Hay un silencio que se prolonga durante largos segundos, segundos que Soobin aprovecha para examinar cuidadosamente lo que tiene en frente. Trata de no ser muy evidente, pero sus ojos iluminados en azul eléctrico expresan sus verdaderos deseos, cazar. Matar. Mira a Kai como si fuera una presa, y el lobo omega es consciente de eso, lo que lo asusta y lo hace querer escapar.

Se da cuenta de que ya no reconoce al alfa como tal, y en cambio lo ve como una amenaza. Aquel descubrimiento lo desanima, por que es como si afirmara todas las crueles afirmaciones de Jaewook.

―¿Por qué hueles triste de repente? ― Inquiere Rain, llamando la atención del omega que hasta ese momento se había perdido en sus pensamientos.

―No quiero estar aquí ― Explica, abrazándose a sí mismo y desviando la mirada para evitar a Soobin ―Quiero irme.

Rain nota aquel extraño movimiento, y a pesar de que quiere preguntar al respecto, no lo hace. Ahora tiene que concentrarse en hacer las preguntas que importan.

―¿A dónde quieres irte?.

Kai frunce el ceño, percatándose de que no tiene una respuesta real para eso. No quiere regresar a donde estaba, pero tampoco tiene a otro lugar al que ir.

―No sé ― Responde, optando por ser sincero ―Solo sé que quiero irme de aquí. No me gusta este lugar.

―¿Ya habías estado aquí antes?.

―No.

―¿Y en algún lugar parecido?.

―Sí.

―¿Hace cuánto?.

―Poco tiempo.

―¿Cuánto es poco tiempo? ― Presiona ―¿Horas?, ¿Minutos?.

―¿Qué es eso?.

―¿Eh? ― Balbucea Rain. Kai parece notar su confusión, por lo que trata de explicarse nuevamente.

―Horas y minutos. ¿Qué es eso?.

Kai no recibe respuesta verbal, y en cambio tiene a dos pares de ojos mirándolo con algo que no sabe cómo identificar. Piensa que no debería haber hecho esa pregunta, por lo que se avergüenza de sí mismo y busca camuflarse entre las sombras.

―La medición del tiempo ― Explica la alfa con lentitud.

―¿Qué es una medición?.

Nuevamente, ante su pregunta se forma un largo e incómodo silencio que Kai siente la necesidad de rellenar. Se pregunta qué debería decir a continuación para no molestar a las dos personas en frente, y a llega a la conclusión de que lo mejor sería disculparse.

―Lo siento ― Murmura ―Es solo que no entiendo lo que dice. Nunca me habían hablado así.

―¿Nunca te habían hablado así?.

―No.

Rain está anonadada ante lo que tiene en frente, y no sabe cómo continuar. Hay tantas incógnitas que quiere resolverlas todas al tiempo, lo que hace que su mente se bloquee. Cuando Soobin nota eso, niega con la cabeza y se gira.

―No pienso quedarme aquí eternamente. Necesito saber cómo está mi omega ― Dice ―Termina de interrogarlo y haz un informe. Que me llegue antes del anochecer.

Tras lanzar esa orden, camina con rudeza hacia la salida, dejándolos solos. Ante esa acción Kao suelta un disimulado suspiro de alivio que afortunadamente Rain, en su estupor, no percibe. Parece concentrada en salir del shock en el que está, y cuando lo hace se relame los labios.

Una cosa a la vez. Una cosa a la vez.

―Iré directo al grano ― Dice, decidiendo comenzar otra vez y hacer notas mentales sobre cada detalle importante. Espera que no se le escape nada, y maldice por no haber traido una libreta ―En otras celdas encontraron unos inusuales rastros de olor, un olor que te identifica. Estuviste aquí antes y queremos saber el por qué.

―Mi... Padre... Me llevó ahí ― Replica, adquiriendo un tono sombrío conforme habla.

―¿Tu padre? ― Kai asiente ―¿Por qué tu padre te llevó ahí?.

―Me dijo que debía morir. Que... había sido un error haberme mantenido vivo durante tanto tiempo.

―¿Mantenerte vivo?.

―Sí. Eso me dijo.

―¿Quién es tu padre?.

―Es un hombre alfa muy grande. Hmmm... Tiene el pelo negro y los ojos negros. No sé. Solo lo he visto tres veces en mi vida, y en la última no pude detallarlo bien.

―¿Sabes su nombre?.

—Era algo como... Jae... Hmmm...

―¿Kim Jaewook?.

―Sí. Eso.

El cielo, en su total oscuridad, no augura nada bueno. La luna no brilla como de costumbre, y la ausencia de estrellas es indicio de tragedia.

No obstante, en su terquedad, Soobin no quiere aceptar que las cosas acabaron ahí, donde cambio, se limita a soltar feromonas alfa con la esperanza de que eso ayude al pálido muchacho tendido en el lecho de hojas y flores. Las curanderas, en su infinita compasión, no tienen corazón para decirle que cualquier esfuerzo demás es inútil.

Solo se limitan, entre pesares, a crear el bálsamo con el que posteriormente cubrirán el cuerpo de Kaiwoon una vez la muerte termine por reclamarlo.

—Señor Choi — Escucha, seguido de ligeros toques en la puerta.

―Adelante.

Tras él, aparece la matriarca de la manada con expresión afligida. Las curanderas se inclinan ante ella en señal de respeto, y con la cabeza gacha, abandonan la habitación una por una, llevándose los tónicos con ellas.

―Me temo que no resistirá mucho más ― Dice la anciana, sentándose justo al lado de Soobin con resignación.

Inmediatamente después de decir esas palabras, la siguiente sensación que percibe es la de la asfiixa. La mano de Soobin se cierra en su cuello con fuerza, descargando su agresión contra ella, quien solo se limita a mirarlo con inmensa tranquilidad.

―Basta ― Ordena, pronunciando las palabras dificultosamente.

El lobo alfa de Soobin lucha con el omega de la mayor por el dominio, pero termina perdiendo ante la falta de experiencia, por lo que la suelta lentamente. Espera que la matriarca le reclame por la falta tan grave que acaba de cometer, pero en cambio, siente una suave caricia en su cabeza.

―Sé que debe ser difícil para ti aceptar que ya no va a estar ― Comienza, manteniéndose comprensiva en todo momento ―Sé que tu lobo probablemente está pasado por una agonía insoportable. Yo también lo pasé cuando se murió mi destinado.

Los ojos de Soobin brillan con lágrimas contenidas, pero traga el nudo en su garganta para no estallar en llanto. Sabe que después tendrá que enfrentar a su manada para dar la noticia, y será juzgado si se presenta en un estado de vulnerabilidad.

―¿Cómo pudo superarlo?.

―No lo superé. Aprendí a vivir con ello, Soobin. Pero eso no quiere decir que tú no puedas o no debas superarlo.

―Jamás lo haré ― Niega.

—Es tu deber como alfa. Eventualmente deberás casarte para heredar el título de jefe alfa, y si Woon no está...

―Si Kaiwoon no está, lo haré yo solo. Pero nadie más ocupará su lugar ― Afirma con convicción.

La matriarca solo suspira, consciente del estado de negación por el que está pasando el joven alfa. No tiene el corazón para decirle que esa decisión no depende de él, y que tarde o temprano tendrá que resignarse a estar con alguien más.

—Termina de despedirte. No sobrevivirá la noche — Avisa, levantándose ―Y para cuando salgas, ten en cuenta que la señorita Rain ya envió el informe que le pediste.

La puerta se cierra tras él, y cuando se ve solo, se permite sensibilizarse ante la situación que está viviendo. Toma su rostro entre ambas manos, y los lamentos abandonan sus labios.

No puede aceptar que su omega cayó en un sueño profundo del que no regresará más.

» Entonces... Murió.

» Sí. Y no fue el único que lo hizo.

   ❝Sí. Lloro. Y se siente bien hacerlo después de tanto tiempo


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