10: Un acuerdo que lo cambia todo

―Fue un placer señora Huening ― La mencionada sonrió en grande y le dio un besito en la frente a su hijo, el cual se quejó con un "mamá~" mientras sobaba la zona.

Soobin miraba enternecido el acto, pero también sostenía una mirada melancólica por la escena; él solo tal vez también quería un beso en su frente. Negó sacando esos pensamientos, tenía una conversación pendiente con el castaño cara de bebé.

Debía admitir que el almuerzo había sido cómodo y encantador. Huening Sumi sabía cómo endulzar situaciones tensas hasta el punto de ver un arcoíris sobresalir, sin embargo Kai prefirió aclararle a su madre que ellos se conocían, pues eran compañeros y estudiaban en el mismo instituto y ella se lo tomó muy bien sustentando que les sería mucho más fácil entenderse durante el trabajo.

―¿Nos vamos? ― Dijo tocándole el hombro al menor de los tres quien le dio una fría mirada.

Que mal educado.

Sumi tenía la curiosidad picándole desde que regresó del baño, pero razonó que era la privacidad de su hijo y decidió no ser muy cotilla al respecto; aunque ¿Ya qué?, lo iba a preguntar.

―¿Ustedes están en algo? ― Dos miradas cayendo al instante sobre ella ―Digo, claro, no me molesta en lo absoluto, hasta me pone feliz. Solo que debo preparar mis palabras sobre Soobin con mi esposa si lo quiero seguir teniendo vivo.

Dos risotadas resonaron en la entrada de aquel local y cuando cesaron se escuchó un grito en dúo.

―¡No!.

Ambos se miraron entrecerrando ambos ojos y Sumi estaba creyendo que le tomaban el pelo porque, Dios ¡Esas miradas no son de odio! Ella tenía una esposa ¿Y la quieren engañar? Se engañan solos. Sonriendo de medio lado acomodó su bolso que resbalaba de su lado izquierdo y dando una última mirada a los chicos que estaban más ocupados en no parpadear, se fue.

Por otro lado, dos chicos con lágrimas en los ojos cuales les escocían por la falta de su necesario parpadeo no pensaban dar a torcer el brazo o mejor dicho, cerrar los ojos. Pero uno debía perder, y en este caso el triunfador fue nuestro adorable capitán que realizó una dancita de la victoria escuchando las quejas de su contrincante.

―¡Yo estoy en vista al sol!.

―¿Cuál sol, Choi? Solo son excusas, Ex-cu-sas.

―Pfff, me diste pena y te dejé ganar ― Sentenció.

―Ow~ ¿Dañe tu ego, Choi? ― Pregunto mientras se acercaba a la cara del contario para burlarse ―El genialísimo Choi no le gusta perder ¿Es eso? Ja. Una verdadera pena, Ja. Ja. JaJa. Ja~

Ninguno era consciente de la escasa distancia que los separaban, no hasta que en una de sus últimas burlas Kai provocó que sus narices se acariciaran creando un adorable nariz con nariz por parte del castaño haciendo petrificar a Soobin que lo único que estaba haciendo era bufar mientras era burlado.

Pero al parecer el castaño estaba más que fascinado con la reacción del contrario, pues dándole una sonrisa de lado echó a correr calle abajo, siendo seguido por Soobin luego de que saliera de su estado de sorpresa.

Era obvio quien era el más rápido de los dos Soobin hacia ejercicio cardio cada dos décadas mientras que Kai entrenaba al menos tres días a la semana.

Viendo hacia adelante intentando no chocar con nadie localizó a Kai ingresando a un parque cercano, su cabello se movía en conjunto a la brisa y desde la distancia podía vislumbrar la gigante sonrisa, era su oportunidad de alcanzarlo. Corrió lo más rápido que sus piernas le permitieron y al estar lo suficientemente cerca del chico dispuesto a atraparlo, este se volteó deteniéndose para al parecer localizarlo lo cual los hizo chorar abruptamente a ambos cayendo de lleno al pasto; una lucha se desató empezando a rodar uno encima del otro, sus cabellos sacudiéndose y las sonrisas bien grandes fijas en sus rostros.

Soobin casi no podía creer que, en semanas, por fin se estaba divirtiendo en serio e irónicamente, con él niño que le gusta molestar en el instituto. Si se lo preguntaban no había una razón especifica por la que lo hace, al menos al principio lo hacía por querer la atención de todos y obviamente con todos se refiere a todos. Pero este chico, decía odiarlo. Sin embargo, ambos estaban tirados en el césped con la respiración agitada después de haber corrido tremenda maratón persiguiéndose.

Ambos tenían mucho en que pensar.

Pero había una conversación pendiente primero.

El primero en incorporarse fue Kai, pedazos de pasto quedando impregnados en su sudadera cuales Soobin estuvo a punto de quitar, pero se contuvo.

―Te escucho.

Oyó un suspiro.

―Quiero dejar en claro que esto no lo sabe todo mundo y me gustaría que así siga siento, si lo dices eres hombre muerto, Huening. Lo digo en serio.

―Si si, no soy una boca suelta hombre, solo dilo.

―Tu sabes que tengo una reputación dentro de la escuela ― Kai viró los ojos ―Pero fuera de eso nadie sabe de mí.

―¿Perteneces a la mafia o algo así?, esto es muy raro, me hace sentir en uno de esos dramas que ven mis mamás todos los sábados a las 10.

―¿Qué? no. Solo calla y escúchame ― Sentenció poniendo sus brazos detrás de sus cabeza para usarlos como soporte y poder observar mejor al contrario ―Me gusta la atención, ¿Bien? El por qué no es de tú incumbencia así que por favor no preguntes. Lo que trato de decirte es que el "genialísimo" Choi Soobin, no es tan genial que digamos. Trabaja en una casa hogar para animales, no tiene la mejor piel en toda Corea del Sur y tiene una vida amorosa del asco.

Kai solo observaba en silencio.

―Mi ego no está por las nubes, Kai. En realidad, estoy muy disconforme conmigo mismo, pero eso no parece importarle al resto, ¿Soy guapo, cierto? Es lo único que ven. No tengo un mar de amigos, la mayoría se acerca a mí solo por querer resaltar en ese podrido lugar. ¡Ni siquiera sé cómo me volví popular! ¿Es por mi cara? que gran mierda. De alguna manera me sorprendió mucho cuando te volviste capitán del equipo ― Soltó una risa nasal ―Practicabas hasta dos horas después de que el horario haya terminado. Nunca fui cercano con Beomgyu pero me agrada que sea tú amigo, es una buena persona.

―Tú tienes a Taehyun hyung...

―Es mi mejor amigo, creo que es la verdadera razón por la cual mis días son mejores ― Cerró los ojos dejando fluir las palabras ―Lo conozco desde preescolar, es mi alma gemela ― El menor de ambos soltó un "ah" comprendiendo ―¿Sabes? Yo solía ser el raro de la clase cuando pequeño.

―¿Cómo así?.

―No lo sé, al parecer era demasiado extrovertido y mi apariencia era algo como ñeh.

―¿Y ahora es como wow?.

―No lo sé, ¿Lo es?.

―En absoluto.

Y los dos rieron. Para caer en un cómodo silencio en donde solo se observaban.

―Entonces... ― Comenzó el menor ―No quieres que nadie sepa en donde trabajas, ni que tu apariencia no es de un idol, tú personalidad no es de la mierda y ...

―¿Y?.

―Y que al parecer hablaste conmigo de manera civilizada.

El mayor suspiró.

―Hablemos de un acuerdo.

―Te escucho.

―Empecemos de nuevo. Digo, eres el capitán osea "popular", aunque no te des cuenta o lo niegues. No dañas la imagen que tengo allá y en el trabajo... seré tú hyung, lo que soy después de todo. Y si no me odias lo suficiente, me gustaría hablar más contigo, me caes bastante bien.

―No te odio. Solo que eras un fastidio y Aissh enserio eres molestoso.

―No creas que dejaré de molestarte

―Demasiado bueno para ser verdad ― Dramatizó acostándose junto a Soobin.

―Oh por favor, ¡Es divertido!.

―Yah, Para ti.

―Sí. para mí.

Y luego de unas risitas, de nuevo solo se escuchaba el bullicio del parque.

―Entonces... ¿Trato? ― Rompió Soobin.

El menor se incorporó en el pasto apoyando su peso en un brazo con una sonrisa traviesa en sus labios, Soobin frunció el ceño.

―Si. Pero se cierra siempre y cuando obtenga un helado.

Y lo tuvo.


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